Tracklist:
- Snakes On Crack (02:40)
- Escape (01:35)
- Snakes Spread (02:23)
- Oxygen Masks (01:35)
- Snake Chaos (05:24)
- Sorting It Out (02:53)
- Going Down (05:37)
- Serpent Situation (04:09)
- Snakes Kill (03:15)
- Snake Kabab (01:56)
- Anti-Venom Hope (01:16)
- Reptile Wrecker (02:33)
- Evacuation (02:01)
|
 Uno se pregunta cómo una película del "nivel" de Snake on a Plane ha causado tanto revuelo a nivel de internet, o más si cabe, se ha estrenado en cines.
Y es que la idea, además de disparatada, y poco atractiva, cuenta con una dirección propia de un telefilm de mediodía. Hubiese sido más aconsejable enfocar este engendro a la idiosincrasia de este tipo de producciones televisivas.
Y mira que el director, David R. Ellis entregó dos producciones cinematográficas la mar de entretenidas y eficaces antes de esta Serpientes en el avión, la secuela de Destino Final (con ese comienzo inolvidable, sobre todo para aquéllos que cogen el coche cada día y se internan en las carreteras para trabajar) o esa non-stop producción de acción titulada Cellular, con la Antorcha Humana, Chris Evans.
Eso sin contar con su impresionante experiencia como director de segunda unidad en un montón de producciones de cierto nivel como Master and Commander, The Matrix Reloaded, Harry Potter and the Sorcerer's Stone, The Perfect Storm, o trabajando con el protagonista de esta Serpientes en el Avión, Samuel L. Jackson, en la infravalorada y reivindicable El Negociador (y no hablo de la cinta protagonizada por Eddie Murphy con música de James Newton Howard).
 A pesar de todo, Serpientes en el Avión, para el que escribe, es un película realmente infumable. De hecho no terminé de verla. No sé si estoy cansado de una fórmula tan quemada como la de sucesos inauditos en un avión de pasajeros, o de la enfermiza reiteración de situaciones en un tipo de cine de acción Hollywoodiense.
Producto de ello fue que la música de Trevor Rabin - autor que sigo y disfruto - pasase totalmente desapercibida ante mis oídos. Tampoco entendía que Várese editase una partitura que no tenía ningún tipo de interés, aunque bueno, tal vez se intentase aprovechar del supuesto tirón mediático de la peli (que al final, según los resultados de taquilla, no fue para tanto).
Una vez escuchada la partitura de Rabin de forma aislada, con la edición de Várese en la mano, pude reconocer que la partitura no era tan despreciable como pensé en un principio, y que tengo que concederle el que con las imágenes cumpla y lo haga de tal forma que pase a un segundo plano.
El aficionado a la música de cine gusta de que haya un perfecto balance entre la eficacia con las imágenes y su disfrute fuera de ellas. Es por eso que partituras como Snakes on a Plane fallan precisamente en una parte de la ecuación, la  segunda. Terriblemente sacrificadas a las imágenes, fallan por varios motivos en el disfrute aislado de la misma.
El primero y más problemático es su falta de originalidad. Rabin ha hecho bastantes partituras de un estilo muy similar a este Serpientes en el Avión.
El segundo es que, precisamente, las referencias tomadas por el compositor no sean todo lo buenas que uno esperaba. En este sentido Snakes on a Plane está más cerca de las peores composiciones de Rabin - por citar una, The One - que de las más destacables - por seguir con ejemplos, American Outlaws o The Guardian, por cierto esta última tristemente no editada y merecedora más que Snakes on a Plane de estar en CD.
El tercer motivo, y con esto terminamos la lista, sería el desarrollo de un tema principal destacable. Algún leitmotiv pegadizo que sirviese para disfrutar una y otra vez de esa escucha aislada. Snakes on a Plane es un sinfín de golpes de percusión, música de acción desenfrenada, que deja muy contados momentos para el desarrollo melódico, y ya no digamos para un leitmotiv retentivo -aunque lo hay-.
En definitiva, Rabin ha hecho lo que ha podido, en un año que para el compositor es realmente destacado. Y es que viendo una película como Snakes on a Plane uno entiende la incapacidad del compositor para crear una obra a la altura de las últimas que nos está presentando. Al menos cumple con las imágenes, que no es poco.
Lo mejor: La eficacia de la partitura de Rabin con las imágenes.
Lo peor: Su inexistente interés fuera de éstas.
El momento: "Anti-Venom Hope", un tema trepidante con ciertos toques de Jaws del maestro John Williams.
DDBSpawn (David Doncel)
|
