Tracklist:
- Main Title (2:39)
- The Whaler (2:00)
- Market Street (4:39) (Performed by the Yellowjackets)
- Crash-Whale Fugue (8:15)
- Ballad of the Whale (5:03) (Performed by the Yellowjackets)
- Gillian Seeks Kirk (2:42)
- Chekov's Run (1:19)
- Time Travel (1:29)
- Hospital Chase (1:13)
- The Probe (1:17)
- Home Again: End Credits (5:40)
|
Como buen trekkie de nivel medio que se precie amo el universo de Star Trek, pero en la misma forma en la que un amante de la ciencia-ficción podría amar Star Wars (la trilogía original), 2001, 2010, Planet of Apes, Blade Runner, The Day the Earth Stood Still, Encounters at the Third Kind o Solaris, por poner ejemplos.
Y si hablamos de Star Trek, me quedo, y de lejos, con el capitán Kirk y su sagaz tripulación, desde Spock y McCoy (que han protagonizado no pocos momentos cómicos cargados de refinada ironía) hasta el gran Scotty o la sensual Uhura, La serie original es grandiosa, y sus películas maravillosas (mejores o peores, se nota que los actores disfrutaron, y eso me encanta, transmite diversión y camarería).
Otra cosa que me encanta de la saga es el universo musical de Star Trek, por donde han desfilado toda clase de compositores, pero donde solo uno se ha erigido como el Number One, reconocido universalmente por críticos y aficionados; el gran e inigualable Jerry Goldsmith, quien vería nominado su trabajo para Star Trek The Motion Picture (la mejor partitura de la saga de lejos, y quizás la mejor de Goldsmith), perdiendo de manera inexplicable, cuando era la mejor de las nominadas de largo.
La otra única nominación al Oscar que recibió una partitura de Star Trek sería la cuarta parte, llevada a cabo por el triste y recientemente desaparecido Leonard Rosenman, un gran trabajo no exento de polémica, al igual que su persona (con unas declaraciones que no dejaban títere sin cabeza, y que le convirtió en un compositor amado y repudiado a partes iguales). Pero lo que sí es claro, al menos para el que escribe, es que polémicas aparte, Rosenman fue un grande y lo seguirá siendo, pese a que su estilo, complejo y seco, sea de difícil digestión para los amantes a la música de cine.
Eh, ¿Por qué no salvamos a las Ballenas?
Y ya de paso, recuperamos a Spock tras el ritual de Katra que tiene lugar en Vulcano, en Star Trek III: The Search for Spock. Y así se hizo Star Trek IV - The Voyage Home.
Dirigida por el bueno de Leonard Nimoy, que repite en la dirección tras la vibrante Star Trek III: The Search for Spock, donde la tripulación rescata el cuerpo sin alma de Spock en el planeta Génesis, y se enfrentan, por primera vez en pantalla grande (y no será la última), a los belicosos Klingons, liderados por un gran Christopher Lloyd (que un año después se haría famoso por su personaje de Doc en Back to the Future). Aquí nos ofrecerá una cuarta entrega donde, primero, recuperamos a Mr Spock (por fin), y segundo, viajamos a los 80 para salvar la Tierra.
Una sonda llega a la Tierra reclamando el sonido de los cetáceos, nuestras amigas las ballenas, extinguidas mucho tiempo atrás. Ante la respuesta negativa, comienza a destrozar el clima del planeta y absorber toda la energía proveniente de la Tierra. Para evitar la catástrofe, nuestra brava tripulación tendrá que viajar al pasado, a los años 80, y recuperar especimenes de ballena en un acuario en la época. Argumento de ciencia-ficción agitado pero no revuelto con altas dosis de comedia.
Este interesante cócktail, evidentemente (como no), dará origen a situaciones divertidas de una tripulación adaptándose a la forma de vestir de la época (por cierto, que horterada los años 80, en mi humilde opinión), la forma de hablar, y especialmente, la forma en la que Spock disimula sus orejas vulcanas tapándoselas en plan Eva Nasarre con una cinta de tela blanca de la bata.
Como datos de interés, entre los guionistas encontramos a Nicolas Meyer (The Day After, Time Alter Time), quien dirigió la segunda y sexta parte de la saga, que colabora en la escritura del mismo, y una dedicatoria a la tripulación que perdió su vida en el Challenger en el prólogo de la película.
Y una anécdota curiosa; el personaje femenino, la Dr. Gilliam (interpretada por Catherine Hicks, la misma de Child's Play o Turbulence) que ayudará a nuestros héroes iba a ser interpretado por un hombre, nada menos que el actor Eddie Murphy, quien declinó la oferta para irse a rodar The Golden Boy, tras recomendación de su agente. No tardaría tiempo en arrepentirse, afirmando no haber tomado la decisión adecuada. Hubiera sido ya el remate cómico para Star Trek IV: The Voyage Home.
El resultado: una película realmente divertida, que podría haberse llamado Star Trek IV: La Comedia, para muchos de las más flojas (puede), pero que sigue siendo Star Trek, que mantiene ese espíritu intacto de la saga y que se convirtió en la más taquillera de la franquicia.
Además, ostenta el record de nominaciones al Oscar de una película de Star Trek, que asciende a cuatro (Mejor Sonido, Mejor Montaje de Sonido, Mejor Fotografía y Mejor Banda Sonora Original), además de once nominaciones a los Saturn Awards.
Leonard Rosenman - Sinfonía para Star Trek
La saga se inició con Jerry Goldsmith en el 79 (si nos olvidamos de la serie clásica, donde compositores de la talla de Alexander Courage, Fred Steiner, Gerald Fried, Sol Kaplan, George Duning o el mismísimo Jerry Fielding colaboraron poniendo su sello personal), y Horner compondría las dos siguientes. Tanto Star Trek The Motion Picture (1979) como Star Trek II: The Wrath of Khan (1982) permanecen como dos de los mejores esfuerzos musicales de la filmografía del Maestro Jerry Goldsmith y de James Horner.
Así pues, la asignación podría haber recaído en cualquiera de los dos compositores anteriores. Pero increíblemente, las tareas compositivas recaerían en el compositor Leonard Rosenman, ganador del oscar en dos ocasiones por sendas adaptaciones musicales en Barry Lyndon (1975) y Bound for Glory (1976), y nominado en 1983 por Cross Creek.
No resultaba del todo arriesgado el hecho de afirmar que dada la tónica compositiva de las tres primeras partes, pudiera resultar del todo arriesgado ese giro compositivo en la saga, reconduciendo el timón musical a un compositor con un estilo propio tan marcado y de compleja estructura musical, compositor de raíces clásicas y completo innovador en su época con trabajos como Fantastic Voyage (algo que ya sucedería tiempo después con Howard Shore y su Lord of the Rings).
Pero Rosenman tenía en su haber un as; el extraordinario trabajo compositivo del 78 The Lord of the Rings, un completo derroche musical de fantasía y melodías, con un magistral leitmotiv principal, pegadizo y maravilloso, al que se le unían delicatessens como el tema de Mithrandir o los enfrentamientos con los Orcos en el Abismo de Helm.
Y si nos remontamos más atrás, encontraremos dos participaciones extraordinarias en la saga de Planet of Apes (segunda y quinta entrega), así como su excepcional obra Fantastic Voyage, de suma complejidad y que me provoca gran fascinación.
La participación de Rosenman en Star Trek IV: The Voyage Home se saldaría con una nominación al Oscar por la Academia en el año 1986, que perdería, junto con The Mission, Aliens y Hoosiers (menuda tripleta) contra Round Midnight de Herbie Hancock (inexplicable, uno de esos años negros en cuanto a premios injustos concedidos). Star Trek IV: The Voyage Home sin embargo, ganaría el ASCAP, un galardón más en la carrera del compositor.
Ahí quien afirma que es la peor partitura de la saga, algo que también he oído decir de la sexta. Supongo que sobre gustos no hay nada escrito, así que a ese respecto no puedo objetar nada. Pero discrepo totalmente de que sean un cero a la izquierda o flojas.
El esfuerzo de Rosenman es una mezcla entre su estilo propio y la música más deudora de los 80 (algo que demandaba la película), mientras que el trabajo de Eidelman, a mi juicio, es soberbio, y es probablemente uno de los mejores trabajos de la saga.
Si es cierto qué, donde esté Goldsmith, ... (qué voy a decir yo, ¿no?). Pero cuando él no ha estado, las respuestas compositivas han sido de gran calidad, con mayor o menor acierto. Y Star Trek IV: The Voyage Home, es un trabajo que he disfrutado muchísimo, y que en mi humilde opinión, contiene uno de los mejores temas que ha creado Leonard Rosenman, pegadizo y con su sello personal, respondiendo al score que Nimoy buscaba para ésta nueva entrega..
Leitmotivs Principales y Breve Análisis
Rosenman, al igual que hizo Goldsmith y Horner, decide crear un tema principal propio, pero sin perder de origen el tema que Alexander Courage creara en su momento, que aparecerá en los títulos iniciales y finales (la marca de la casa).
El leitmotiv principal es una maravillosa fanfarria de trompetas, acompañada de cuerdas y metales, una oda a la aventura y a la épica, arrollador y de gran fuerza, todo un despliegue sinfónico espectacular, que posee un breve pasaje musical que me trae a la cabeza el tema principal de su Lord of the Rings (algo también que fue criticado, injustamente a mi juicio, pues en ese mar nadan todos los compositores). Éste tema principal abrirá y cerrará el Cd.
La música más tensa y oscura, compleja al más puro estilo Rosenman, la encontramos en cortes como el ocho, "Time Travel", un corte misterioso y complejo para el momento en el que la tripulación del Enterprise viaja a los 80, o "The Probe", donde una sonda alienígena llega a la Tierra buscando el sonido de las ballenas, con los vientos y las cuerdas trazando unas texturas musicales amenazadoras.
Pero el corte que se lleva la palma es "Crash - Whale Fuge". De regreso a la Tierra, y con el tiempo muy justito, el ave de presa Klingon irrumpe de nuevo en su época, aterrizando en el mar con urgencia para soltar a las ballenas en el mar y salvar la Tierra. Rosenman construye una excelente pieza de ocho minutos, tensa y oscura, de muy difícil audición, con similares texturas que las que encontramos en el corte diez, "The Probe".
En la parte final, el tema comienza a aclarar, conforme la música comienza a abandonar ese cariz tenso para dar paso a una fase de transición musical, con un tono algo etéreo, que desemboca en una bella pieza, una especie de pequeño Waltz, cercano al minuto siete, para ilustrarnos la libertad de los cetáceos, que será el tema que Rosenman asocie a las ballenas. Es un bello leitmotiv que recapitula en similar forma en el corte final, "Home Again : End Credits".
El leitmotiv de las ballenas lo encontraremos en el corte cinco, "Ballad of the Whale", un corte muy deudor de su época, con dos saxofones, muy en clave intimista y delicado, que salvo que hayas visto la película, jamás creerías que es un corte de Star Trek. El corte está compuesto por Rosenman, pero está interpretado por The Yellowjackets, quienes también interpretan otro corte, "Market Street", aún más deudor de su época todavía si cabe, con sintetizadores muy ochenteros, creando una serie de texturas rítmicas urbanas muy apropiadas para la década de los 80, mediante teclados, batería y saxo.
Pero los Highlights del score, además del tema principal, se la lleven dos breves y divertidísimos cortes. El primero es "Chekov's Run", donde Rosenman crea una pieza sinfónica maravillosa y rítmica, una especia de motivo ruso para la huida de Chekov, rozando cierto tono cómico durante la fuga, que desemboca en un oscuro final cuando Chekov sufre un pequeño accidente.
La otra pieza, otra maravilla, es "Hospital Chase", una auténtica delicatessen con un magistral sentido del humor, y otro ejemplo del sinfonismo clásico del compositor.
Para finalizar, citar el vibrante corte dos, "The Whaler", donde Rosenman crea un motivo de urgencia, transmitiendo una sensación de peligro para las ballenas, quienes se ven amenazadas por la presencia de un ballenero, mientras la tripulación del Enterprise trata de salvar la vida de los cetáceos a bordo del Ave de Presa Klingon. Rosenman crea un tema de acción y tensión magistral, con las cuerdas echando literalmente humo, y con la aparición del tema principal durante el desarrollo del corte.
Recapitulando
Como podemos observar, nos encontramos con música de ochentena de la época ("Market Street", "Ballad of the Whale"), una excepcional fanfarria como tema principal ("Main Title"), cortes oscuros y tensos para los momentos más dramáticos ("Time Travel", "Crash - Whale Fuge"), temas divertidos ("Hospital Chase", "Chekov's Run") y un vibrante tema de acción ("The Whaler"). Bajo mi punto de vista, Rosenman supo leer la película y otorgarle la variedad temática que exigía a todos los niveles, desde los momentos más divertidos a los más dramáticos, pasando por source music para los diferentes momentos de la película ambientados en la época.
Es un buen compendio musical de Leonard Rosenman, un score no apto para todos los gustos pero no exento de calidad. No puedo negar, polémicas aparte sobre las declaraciones del compositor acerca de sus composiciones y las de sus colegas de profesión, que no sea una obra ésta que descoloque a quien busque la típica música de película estilo Star Trek, o simplemente porque no te guste el estilo del compositor, pero lo que es innegable, a mi juicio, es la calidad compositiva del trabajo de Rosenman, guste más o menos.
Lo mejor: El tema principal, una fanfarria vibrante, muy al estilo del compositor, y el humor que desprenden los cortes “Hospital Chase” y “Chekov’s Run”.
Lo peor: Quizás los cortes más propios de los años 80, en especial Market Street (aunque la verdad es muy rítmico y está bien construido), que no seas muy amante de la música de Rosenman y algunos pasajes con música incidental, como Gillian Seeks Kirk.
El momento: Los divertidos “Hospital Chase” y “Chekov’s Run” y el magistral “Home Again: End Credits”, recapitulando el tema principal de Star Trek IV y el de las ballenas.
Rubén Franco Menéndez (Patton_Goldsmith)
|