Tracklist:
- Nadie cani, nadie
- Me he venido en zapatillas
- Pilar en el espejo
- En la catedral
- El greco
- En el museo está Pilar
- Encuentro en el río
- El miedo
- Antonio va a Santo Tomé
- Orfeo
- Noche, música lenta
- Dolor de Antonio
- Amor de Pilar y Antonio
- Ira de Antonio
- Noche más negra, música lenta
- Te doy mis ojos: final
- Eco I
- Eco II
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Te
Doy Mis Ojos es una de esas películas de carácter de denuncia social
que tanto gusta en el panorama cinematográfico español (pese a que los
resultados en taquilla luego demuestran que no son el tipo de producciones
más rentables). Si en otras ocasiones las películas nacionales han triunfado
con historias sobre la droga, la marginación o el paro, en este caso
nos encontramos con ese gran problema que tenemos en nuestra sociedad
actual que son los malos tratos (Sólo Mía es otra película española
que aborda también este delicado tema). Te Doy Mis Ojos está
dirigida por Icíar Bollaín en el 2003 y ha sido ganadora de varios
premios.
¿Qué
música debe acompañar a un relato de este tipo?, pues a una historia
sobre oscuros secretos de familia, problemas de pareja y límites que
nunca se deben pasar, le acompaña una partitura muy sobria, triste y
de marcado corte clásico. Esta es una definición en pocas palabras de
lo que el gran compositor español Alberto Iglesias nos ofrece
a lo largo de esta banda sonora. No hay alegría en el relato, no hay
momentos de paz ni de esperanza, por lo que la música sólo tiene una
puerta a la que dirigirse: a la tristeza, a la tensión en algunos momentos,
a la pausa y el comedimiento, e incluso al silencio.
Y
es este último recurso algo que llama la atención en la partitura de
Iglesias, el uso del silencio, pues no en pocas piezas la melodía
llega a detenerse, a desaparecer, deja que sea el silencio el que explique
el sentimiento, son unos segundos donde nada oímos pero sabemos que
el mensaje sigue ahí. Además, para nada resultan silencios bruscos,
pues la música que los rodea, que los presenta y los despide, es tan
tímida, tan tenue, tan sobria, que el silencio termina por parecer parte
natural y lógica del camino de las melodías de Iglesias.
Por
tanto, nos encontramos ante un score con un ritmo muy lento, con bellas
melodías que no dejan de mostrar al mismo tiempo la enorme tristeza
que impregna cada nota del pentagrama. Estructura prácticamente fija
en la partitura, que tan sólo se rompe en algunas ocasiones por movimientos
más rápidos que reflejan situaciones de tensión y de peligro. Pero no
dejan de ser momentos residuales.
Con
todo, la música de Te Doy Mis Ojos puede llegar a resultar demasiado
plana y aburrida para el oyente. Este es uno de esos discos que si lo
escuchas mientras haces otras tareas, lo más normal es que la música
vaya pasando sin que el oyente se percate de la misma, de los distintos
temas o de los cambios de pistas.
Disfrutar de este score requiere sentarse tranquilamente y prestarle
toda tu atención, y aún así, no me sorprendería si todavía alguno me
dijera que la música no le transmite nada o que incluso le parece aburrida.
Es
precisamente la sobriedad de esta partitura, su característica básica
fundamental, la que es al mismo tiempo su mayor virtud y su mayor defecto,
todo depende del oyente que la perciba. ¿A cual de estos grupos perteneces
tú?.
Lo mejor: La delicadeza que respira toda la partitura.
Lo peor: Puede llegar a resultar excesivamente plana y aburrida.
El Momento: Sin
duda los tres últimos cortes del disco son los mejores, por lo que por
elegir uno nos quedaremos con “Te Doy Mis Ojos: Final”.
Miguel del Chicca (Alias: Zorro X)
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