Tracklist:
- Spirit/Main Title * (05:01)
- Lorelei “Angel Of Death” (00:39)
- Enter Silken Floss/ Octopus Kicks * (01:34)
- Just A Fight (02:55)
- “You’re An Accident “ (01:55)
- Spirit Reflects (02:00)
- “Egg On My Face” * (7:24)
- Sand/ Octopus Lair (01:09)
- “I Am Soreley Disappointed” (03:25)
- Spirit Finds Sand/ Falling/ Hung Up* (02:12)
- Plaster Of Paris Dance* (01:21)
- Spirit And Plaster Run (01:06)
- Lorelei ‘You Are Mine/ Spirit Wants* (04:30)
- Stand Off/ Spirit Just Keeps Coming (02:57)
- Shootout * (01:43)
- Octopus Buys It (01:50)
- Spirit Kisses Sand * (02:32)
- It’s You I Love/ She Is My City * (02:45)
* Mejores temas.
|
Antes de empezar la reseña, me veo en la obligación de aclarar dos puntos:
- No soy un lector asiduo de Cómics, aunque por lo general sí me gusta el subgénero cinematográfico de los superhéroes.
- Hay ciertos compositores con los que me cuesta ser objetivo. Cuando conectas con un autor, con su música, su estilo, sus muletillas, su sentido del ritmo o del humor; por mucho que lo intentes no podrás ser objetivo al analizar su música. David Newman es uno de esos compositores: simplemente me encanta.
En consecuencia, advertidos quedáis, todavía estáis a tiempo de dejar de leer...
Una insólita experiencia cinematográfica
El llamado cine de superhéroes de un tiempo a esta parte ha estado bien presente en las pantallas de cine. Adaptaciones de cómics o novelas gráficas, revisiones de mitos del octavo arte, o personajes ligeramente inspirados en aquéllos, nos van asaltando cada vez con más asiduidad.
Este mismo verano hemos podido disfrutar Iron Man, sufrir The Incredible Hulk y degustar esa maravilla que es The Dark Knight, filmes todos ellos muy distintos y además con aproximaciones musicales de lo más variopinto.
Sin embargo uno de los pilares del cómic americano, The Spirit de Will Eisner, permanecía sin adaptación al cine, a pesar de la pertinaz sequía de ideas que reina en el Hollywood actual. Hasta ahora. Cuando se anunció que Frank Miller sería el encargado de llevar a la gran pantalla al personaje del antifaz azul, la noticia causó alegría y rechazo a partes iguales. Para un gran sector de amantes del cómic, Miller está más acabado que los angelitos de Machín (o eso me dicen fuentes fidedignas). No obstante, otro sector alaba, además de su contribución a la serie Batman, trabajos suyos más recientes como 300 (llevada al cine por Zack Snyder, pronto con Watchmen) o Sin City.
Lo cierto es que desde que la vi allá por 2005, la adaptación a la gran pantalla de esta última, una violenta novela gráfica en blanco y negro con chillones apuntes de color, dirigida por el propio Frank Miller junto a Robert Rodríguez, con la colaboración del gurú Quentin Tarantino, me sorprendió gratamente, sobre todo a nivel visual.
Así, uno esperaba de este The Spirit por lo menos un festín de imágenes impactantes, planos imposibles y fotografía esteticista, si bien no cabía esperar grandes cosas del guión, escrito por el propio realizador. Más allá de la más salvaje imaginación, lo que ha perpetrado Frank Miller con este film no tiene nombre: historia casi inexistente, diálogos casi surrealistas (con una curiosa obsesión por los huevos), caótico montaje, barroco diseño de producción, y en fin, un despropósito detrás de otro, que además, según me cuentan los expertos en el cómic original, tiene bien poco que ver con éste.
Los intérpretes no van a la zaga: el protagonista lo encarna el semi-desconocido e inexpresivo Gabriel Macht, el ramillete de bellezas de la película van desde la exuberante pero negada a nivel de actuación Eva Mendes, hasta una actriz capaz de lo sublime y del horror más absoluto, Scarlett Johansson, aquí más cerca de lo segundo, y pasando por la insulsa Sarah Paulson. Mención aparte merece la histérica participación de un enloquecido Samuel L. Jackson, en la piel del villano de la función, Octopus, personaje al que en el cómic jamás se le ve el rostro y cuya faz estás deseando perder de vista de una vez por todas en la película. Ah, sí, también encontramos un cameo de Paz Vega, en uno de los segmentos más absurdos del film.
Sí debo confesar que ante tal calamidad, marcianada o astracanada, cómo se prefiera, uno acaba disfrutando del producto, precisamente porque llega a tales cotas de bajeza que incluso llega a resultar divertido, aunque seguramente, en la mejor tradición de las pelis de culto tipo Plan Nine From Outer Space, el director para nada pretendía tal reacción en la audiencia. Así encontramos momentos impagables como todos y cada unos de los modelitos que lucen los villanos de la función (apuesto a que Samuel L. Jackson jamás sospechó que aparecería en la gran pantalla con atuendo de Oficial Nazi) o los mensajes -nada subliminales- que se pueden leer en las camisetas de los esbirros de Octopus (me quedo con el mejor: "Huevos Rancheros").
En fin toda una experiencia cinematográfica (no precisamente positiva) con la que le ha tocado lidiar a mi adorado David Newman, que como gran profesional que es, no solamente sale airoso de la misión, sino que a la postre su música constituye lo mejor de la función.
David Newman: King Of Bootleg
Una gran alegría me llevé cuando supe que iba a ser David Newman el encargado de dotar de universo sonoro la adaptación del comicbook de Will Eisner. Por fin un proyecto "grande" para un compositor, orquestador y director de orquesta de los más completos y, a mi juicio, con una de las paletas de colores orquestales más amplia de la actualidad. A la sombra de su padre, el gran Alfred Newman, y de su hermano y su primo, los populares Thomas y Randy Newman, David Newman ha destacado por crear una música sinfónica, grande, espectacular para films de diferente condición y resultado.
Destacan sus colaboraciones con el grandísimo Danny DeVito, o sus incursiones en el terreno de la sci-fi (desde la simpática Critters hasta la indispensable Serenity), pero generalmente ha sobresalido en la música para comedias y para películas infantiles, de la que son buenos ejemplos las recientemente editadas Matilda, Jingle All The way y Little Monsters.
Eso nos lleva a otra de las características principales de David Newman: por desgracia se trata de uno de los compositores con menos trabajos editados oficlamente, algo a lo que discográficas como Varese Sarabande o Intrada (y parece que pronto Perseverance) están poniendo remedio en tiempos recientes. De hecho el score de The Spirit ha estado a punto de seguir el camino de lo inédito, pero finalmente no ha sido así, gracias a Silva Screen Records. Inicialmente se anunció, como viene siendo habitual en los títulos recientes de la productora de cine Lionsgate, que solamente existiría una edición bajo el servicio "CDR on demand" de Amazon.com. Es decir, tú pides el disco a dicha tienda virtual, y ellos te graban un CDR y te lo envían con portadas más o menos adecuadas y el disco más o menos serigrafiado, con algún grumo que otro. Una vergüenza que se ha venido repitiendo este año con scores notables como el de The Incredible Hulk de Craig Armstrong o The Forbidden Kingdom de David Buckley.
Sin embargo en Europa, concretamente en el Reino Unido, se ha decidido realizar una edición estándar en CD del score, producida por el propio compositor, a través de Silva Screen Records, que este año también editó otro score que parecía condenado al itunes, el maravilloso Journey To The Center Of The Earth de Andrew Lockington.
La edición discográfica que nos ocupa contiene prácticamente la totalidad de la música de la película, además de créditos musicales completos y un libreto desplegable con fotografías y material gráfico promocional del film.
Un delicioso batiburrillo: la música de The Spirit
Cuesta imaginar lo que debía pasar por la cabeza de David Newman al enfrentarse al desastre de las imágenes del engendro parido por Frank Miller. Teniendo en cuenta que era difícil empeorar el resultado, el músico debió pensar: "Vamos a divertirnos!". A juzgar por el resultado de la música, lejos de acobardarse, el compositor logra una partitura original, arriesgada y poco común.
Lo primero que salta a la vista es la fusión de estilos, a mezcla de músicas, desde la fanfarria superheróica de regusto elfmaniano hasta el western morriconiano, aunque en el conjunto se impone el sonido urbano, de film noir; aunque con destelllos de romanticismo o de fantasía gótica. Vamos a desgranar todo esto.
El tema principal, asociado con el protagonista, y que escuchamos por vez primera en el corte "Spirit/ Main Title", como no podría ser de otra manera nos introduce una fanfarria, con la sección de viento a pleno rendimiento, en una composición característica de David Newman, derrochando fuerza y grandiosidad. Se trata de una composición no muy alejada de los cánones del subgénero de superhéroes, si no fuera por la introducción de una harmónica, interpretada por Tommy Morgan, como instrumento representativo del protagonista, que nos irá acompañando a lo largo del score, como muestra de la soledad y el carácter independiente y travieso de nuestro personaje principal, a modo de música de western cultivada por el maestro Morricone. Esta influencia se evidencia en el magnífico "Shootout".
No obstante, el score viene dominado por música propia del cine negro, cadencias percusivas y pseudo-improvisaciones de saxo abundan en la composición, consiguiendo un universo sonoro urbano, sucio, por momentos agobiante y hostil, aunque seductor y caliente en otros. Destacan en este aspecto, los leitmotives de los personajes de Silken Floss (encarnada por Scartlett Johansson) y Sand Saref (Eva Mendes), la primera representada por un avieso saxofón y la segunda con un tema de aire latino cuyo ritmo marcan unas castañuelas. Se trata de un universo sonoro a medio camino entre la música contemporánea y la música de la Edad de Oro de la banda sonora americana, de la que Mr. Alfred Newman era uno de su principales exponentes.
Newman no compone sin embargo un tema propio para el villano Octopus, al que acompañan sonoridades atonales, extrañas con protagonismo de la música electrónica e intervenciones de campanas, xilófonos o efectos de percusión de lo más variado, cuyo origen seguramente nos deparará más de una sorpresa.
Sí destacan por mérito propio otros dos motivos correspondientes a sendos personajes del film: Lorelei, el Ángel de la Muerte y la exótica Plaster Of Paris. El tema de la primera es sencillamente magnífico, con protagonismo de la voz de Diana Newman, un canto de sirena, que encontramos por vez primera en el segundo de los cortes del CD, el breve "Lorelei: angel Of Daeth" y que podemos disfrutar más extensamente en el track "Lorelei: You Are Mine"que finaliza con un sobrecogedor solo de violín. El corte "Plaster Of Paris Dance" acompaña a Paz Vega a modo de danza macabra de regusto mozárabe puntuado por las castañuelas, y es seguida de una breve marcha en clave casi de pasodoble en "Spirit and Plaster Run".
El tema de amor del film, que ilustra el enamoramiento adolescente entre Denny Colt antes de convertirse en Spirit y Sand Sareff, lo podemos oír en el extenso track "Egg On My Face" con un delicioso liderazgo del piano, en alternancia con la celesta - a modo de caja de música- y con intervenciones de las omnipresentes harmónica y castañuelas, premonitorias del destino de los dos jovenzuelos.
En fin, como adelantábamos se trata de una obra valiente, compleja, un nuevo triunfo del gran David Newman, que conviene degustar alejado de las imágenes que ilustra para poder apreciarla en su justa medida.
Lo mejor: La variedad de recursos de David Newman y el colorido de la música empleada, que demuestra la profesionalidad del compositor y su pericia como orquestador.
Lo peor: Algunos pasajes pueden resultar pesados, excesivamente descriptivos, aunque siempre superan las desangeladas imágenes que ilustran.
El momento: La explosión romántico-épica de “Spirit Kisses Sand”.
David Sáiz
|