Tracklist:
- Main Title (02:21)
- Celia where are You ? (00:37)
- Moonlight Ride (01:49)
- Bittersweet Love* (01:50) (not used in the movie)
- Baying at the Moon (02:52)
- Passions (02:10)
- Boathouse Chase (02:08)
- Condo Kill (01:25)
- Chilling Seduction (02:42)
- Nina's Dream (01:10)
- Wolf Attack (01:45)
- The Mansion (01:40)
- You Can't Stop Me ! (02:20)
- See Tom torture Jane (02:32)
- Martin Searches for Nina (01:00)
- Tom & Max Fight (03:05)
- The Burning Light (01:35)
- Farewell (01:20)
- Finale (03:14)
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Son
of Darkness es la secuela de una modesta producción de vampiros
de finales de los 80, la cual tomaba influencias de otros thrillers
vampíricos de los 80 como por ejemplo Graveyard Shift, así
como también de las innumerables aproximaciones “romantizadas”
al célebre personaje creado por Bram Stoker o su fuente de inspiración
histórica, Vlad Tepes el Empalador.
Esta secuela,
concebida dos años después, retoma la historia justo donde
terminó en la primera película, y acucia igualmente las
influencias anteriormente citadas. Una vez más encontramos al
vampiro protagonista caracterizado como una criatura solitaria y enigmática,
y al mismo tiempo humanizada, que busca la redención a su condición
de vampiro gracias al amor por una mujer mortal.
Este vampiro, que responde al original nombre de Max Shreck, no es otro
que el mismísimo Vlad Tepes de la primera película, y
es refinado, elegante, culto, seductor y misterioso, como todo vampiro
que se precie en una producción de estas características.
En oposición
a él encontramos al archienemigo de Vlad, un vampiro brutal que
resulta ser su hermano.
Son of Darkness aborda el enfrentamiento entre los dos vampiros sin
aportar nada que no se haya visto ya en otras producciones similares
como por ejemplo la muy superior Subspecies.
Sin embargo,
Son of Darkness se centra especialmente en el vástago de Vlad,
concebido en la primera película, y con unos gustos alimenticios
un tanto “peculiares”. Una vez más, no aporta nada nuevo, ya
que la idea de un vástago de un vampiro y una mortal ya aparece
en películas muy anteriores, como por ejemplo Grave of the Vampire
(1972).
El único
aliciente que ofrece la película es asistir al manido enfrentamiento
entre el vampiro bueno y el vampiro malo, a la relación amorosa
entre el vampiro bueno (o mejor dicho, su encarnación) y la mortal
madre del hijo de éste, y también a la relación
materno-filial entre la sufrida protagonista y su hijo.
En definitiva,
en Son of Darkness todo es convencional y predecible hasta el hastío,
tanto el guión como los anodinos personajes que son incapaces
de sustentar una historia con un mínimo de dignidad, aunque no
llegue a los extremos de otras bochornosas producciones como Buffy o
Revenant. Para ver más información sobre la película,
se recomienda el siguiente enlace:
http://www.vampiremovies.co.uk/reviews/sonofdarkness.htm
En
cualquier caso, lo más destacable de esta película es
precisamente su banda sonora, compuesta por Mark McKenzie. Mientras
que el score de la primera película, compuesta por Cliff Eidelman,
estaba sustentado única y exclusivamente en el uso de sintetizadores
que le conferían una atmósfera muy especial, muy de serie
B, para esta secuela McKenzie prefirió apostar por la sonoridad
de la orquesta, no haciendo uso tampoco del excelente tema compuesto
por Eidelman para la primera película.
Pese
a todo, la banda sonora de Son of Darkness es lo suficientemente interesante
por sí misma como para que esta ausencia no constituya per se
un defecto.
Encontramos
principalmente dos temas en esta banda sonora: el primero de ellos podría
considerarse como el tema principal, el cual se escucha principalmente
y de manera terrorífica e imponente en los estupendos títulos
de crédito de la película, realzado por el sonido de un
órgano de iglesia.
Este tema aparece desarrollado en todo su esplendor, aunque en una versión
más dinámica y enfocada a la acción, o en el corte
“Moonlight Ride”, uno de los mejores momentos de todo el score, secundado
por una trepidante percusión y la orquesta; el segundo tema es
el de amor, y puede escucharse principalmente en el corte “Passions”.
Este corte constituye precisamente el momento de mayor inspiración
de todo el compacto. Comienza con una interpretación del tema
de amor a piano, para poco después dar paso al tema principal,
secundado por coros fantasmales y atemporales.
En resumidas
cuentas, Son of Darkness constituye un decente aunque para nada sobresaliente
score de McKenzie, el cual cumple con dos fantásticos temas pero
cuyo score, a nivel global, no ofrece muchas sorpresas. Es muy funcional
dentro de la película, pero en el compactoacaba perdiendo chispa
a medida que pasan los minutos.
En cualquier
caso, Son of Darkness es un interesante y agradable trabajo de McKenzie,
el cual ahonda en el lado más humano y trágico de la relación
entre Max y su amor mortal (“Bittersweet Love”, “Passions”) sin abandonar
por ello el lado más oscuro y siniestro de la trama (“Boathouse
Chase”, “See Tom Torture Jane”...). Para más información
acerca de esta banda sonora, se recomienda el siguiente enlace:
http://www.markmckenzie.org/soundtracks/todiefor2.htm
Lo Mejor: Main Titles, Moonlight Ride, Passions.
Lo Peor: aparte de los cortes anteriormente citados,
hay poco más que destaque en un correcto conjunto que se limita
a cumplir dentro de la película y poco más.
El Momento: Finale, una perfecta combinación de los
dos temas del score.
Luis
Fernando Rodríguez Romero
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