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Tombstone

Tombstone


Título en español: Tombstone, La Leyenda de Wyatt Earp
Compositor: Broughton, Bruce
Año: 1993 / 2007
Distribuidora: Intrada Special Collection
Duración: 85:29

Excelente
Tracklist:

CD 1: Complete Score

  1. Logo (Jerry Goldsmith) (0:21)
  2. Prologue; Main Title; And Hell Followed (3:50) (*)
  3. A Family (2:03) (*)
  4. Arrival in Tombstone (2:14) (*)
  5. The Town Marshall; A Quarter Interest (0:48)
  6. Josephine (1:30) (*)
  7. Gotta Go to Work (1:10)
  8. Ludus Inebriatus (1:15)
  9. Fortuitous Encounter; Wyatt and Josephine (5:16) (*)
  10. Thinking Out Loud (0:28)
  11. Opium Den; Law Dog; You Got a Fight Comin' (7:08)
  12. Virgil Thinks (0:53)
  13. The Antichrist; Gathering For a Fight; Walking to the Corral; OK Corral Gunfight (7:36) (*)
  14. Aftermath (1:30) (*)
  15. The Dead Don't Dance; Behan Warns Josephine; Upping the Ante; Morgan's Murder (5:15) (*)
  16. Defections (0:58)
  17. Morgan's Death (2:12) (*)
  18. Hell's Comin'; Wyatt's Revenge (3:53) (*)
  19. No More Curly Bill (0:36)
  20. The Former Fabian (1:34)
  21. Brief Encounters; Ringo's Challenge; Doc and Wyatt (5:38) (*)
  22. You're No Daisy; Finishing It (3:55) (*)
  23. Doc Dies (2:46) (*)
  24. Looking at Heaven; End Credits (8:45) (*)
Bonus CD: Alternate Score Cues & Fabian Theater Music
  1. Arrival in Tombstone [w/alternate intro] (2:14) (*)
  2. Josephine [short version] (1:00) (*)
  3. Fortuitous Encounter [w/alternate mid-section] (2:26) (*)
  4. Morgan's Death [short version] (1:47) (*)
  5. Tombstone [Main Theme Only] (2:23) (*)
    Fabian Theater Music - Suite
  6. Pit Orchestra Warm-Up (0:39)
  7. Thespian Overture [long] (0:45)
  8. Tympani (0:08)
  9. Waltz (0:14)
  10. Piano/Cello Duet (0:36)
  11. Faust (based on "Danse Macabre" by Camille Saint-Saens) (1:14)
  12. Thespian Overture [short] (0:29)
(*) Los mejores temas.

La Historia de Cómo el Oeste Fue Creado

Aún perdura entre mis recuerdos aquella brumosa tarde de abril hace tres lustros, en que salí de una sala de cine de Bilbao, flotando a varios centímetros del suelo, con mi corazón palpitando enfebrecido en una mezcla perfecta de ilusión, adrenalina, pasión y ganas de comerme el mundo.

Acababa de asistir a la proyección de una de las películas que más he disfrutado y más me han hecho gozar de la experiencia de ver un film en una gran pantalla, en una sala oscura, en un cine. Una época ya perdida en la que los cines eran cines y no multisalas, cuando un programa de papel te presentaba y anticipaba la emoción de lo que luego ibas a ver, cuando una selección de fotogramas a la entrada te hacían soñar, cuando la experiencia de ser acompañado por un acomodador a tu butaca y sentir el aroma a cine, a expectación, a ilusión sin ambages era la costumbre. Esa expectación, ese fervor ya perdido por las generaciones actuales, en que una película podía durar en cartel meses, y permitirte la oportunidad de asociar aquel gran cine a aquella película, a aquel film que para ti era ya mítico, y poder decir sin titubeos, allí vi yo Tombstone.

Para mí, el Cine Capitol de Bilbao fue el lugar mágico en que yo traspasé las fronteras, y viajé al Lejano Oeste, allí conocí a Wyatt Earp y su Leyenda, allí fui testigo de la Última Carga de sus Inmortales, allí vibré con la partitura de un Grande entre los Grandes como Mr. Bruce Broughton, allí, para mí, se fraguó la epopeya, allí, El Oeste Fue Creado.

El Viaje a la Tierra de Promisión

Corría el año 1993, y una lucha entre dos productoras, dos directores y dos grupos de actores y técnicos bien diferentes se estaba llevando a cabo para dar vida en pantalla a la gesta, para recrear el Viejo Far-West y dejar constancia una vez más, de la versión definitiva de La Leyenda de Wyatt Earp.

PosterEl primer film en llegar a destino fue Tombstone de George Pan Cosmatos, que con un impresionante reparto (al igual que el otro film sobre el tema, Wyatt Earp, de Lawrence Kasdan) obtuvo un gran éxito en Estados Unidos, Gran Bretaña y curiosamente, España (y probablemente, este adelanto es el que le permitió vencer la siempre dura lucha por la taquilla). En este caso, podemos decir, que los dos filmes son excelentes, y que si bien el primero, Tombstone, se centra en el conflicto entre los clanes de los Earp (la ley) y los Cowboys en el film (los Clanton, los Maclaury, Billy Claiborne, Curly Bill Brocius, Tom Stillwell, Ed McMasters, quien posteriormente mostraría su desacuerdo con éstos y se uniría a los Earp, y Johnny Ringo, es decir, los forajidos), el segundo busca una visión más amplia, más operística, más universal, y englobar al personaje dentro de una Historia, en mayúsculas, la historia de La Conquista del Oeste.

Wyatt Earp, el film de Kasdan, es para el que esto escribe una auténtica obra maestra del cine, una lección de cómo llevar a cabo una creación compleja, la Historia de un hombre frente a la Historia de un continente, plena de épica, fuerza y vigor narrativo, de actuaciones sobresalientes y momentos inolvidables. Tombstone, sin embargo, intentaba reflejar algo muy distinto, una historia familiar más íntima, sobre una venganza, un pueblo sin ley y un personaje al que le van acotando las opciones hasta que sólo le dejan optar por una terrible determinación, aquella de la que justamente había llegado a Tombstone huyendo, tener que volver a matar.

Y en ese trayecto, George Pan Cosmatos construyó otro film soberbio, quizá no a la altura del de Kasdan si se les compara, pero sin duda, uno de los mejores westerns de los últimos veinte años, curiosamente junto a Wyatt Earp, y Silverado, una producción con algo más en común con Tombstone, que tratarse de un western, Bruce Broughton las acompañó a ambas.

De Cómo la Leyenda Se Fragua

Bruce Broughton es un compositor, como diría un castizo, de los que ya no se hacen, un clásico en activo, uno de los grandes, o bien como diría Scorsese, sencillamente Uno de los Nuestros. Y es que es difícil encontrar a un músico dedicado a la composición para el cine, del que nadie pueda decir nada negativo, alguien a quien todo aficionado admira, sin excepción, alguien añorado por el aficionado, un creador que transmite con cada una de sus notas, sensaciones que creíamos ya perdidas, alguien de quien siempre esperamos nos regale una nueva ración de magia con cada partitura, un hombre que nos ha hecho volar, reír, llorar, creer, y en definitiva, sentir, cada una de las películas, a las que su música acompaña. Un Hombre que, como Wyatt Earp, es ya Leyenda.

Bruce BroughtonY sin embargo, algo difícil de entender, un compositor que no encuentra un lugar en el Hollywood actual, donde se halla más habituado a trabajar en televisión (donde es el eterno nominado al Emmy, y ganador de unos cuantos) o en pequeños filmes de animación para Disney, porque no recibe encargos de las grandes productoras para los grandes films de cada temporada. Un síntoma que explica a las claras, en lo que se está convirtiendo poco a poco la música para el cine en la industria americana actual, un más de lo mismo, un hazme algo como aquello o te despido, imperdonable. Y no es imperdonable sólo porque  pueda significar el fin de la innovación, o porque coarte las habilidades de compositores de calidad que aún no han podido dar el paso, sino que es imperdonable, sencillamente desde el momento en que a un músico como Bruce Broughton, no se le está permitiendo seguir regalándonos las composiciones que nos ha estado prodigando generosamente durante más de veinte años.

Porque a alguien capaz de entregarnos Silverado, Young Sherlock Holmes, The Rescuers Down Under, Monster Squad, Harry and the Hendersons, The Presidio, Narrow Margin, Shadow Conspiracy, Baby's Day Out, For Love or Money, Lost In Space o Tombstone, simplemente me niego a creer, que se le haya olvidado componer.

Bruce Broughton nos ha regalado multitud de momentos que ya siempre nos acompañarán, ha renovado el western, ha aportado un nuevo estilo al thriller y a la comedia, ha acercado a Carl Stalling y a otros míticos artistas del Cartoon al público actual, rescató musicalmente a Disney antes de Alan Menken, y ha forjado la Marca Broughton, una marca a la que muchos músicos se adhieren orgullosos, un gusto por la melodía exquisito, un saber hacer y un clasicismo sinfónico a prueba de bombas.

Recordemos entonces, el instante en que llegó a Un Lugar Llamado...

Tombstone

Tombstone, Un Territorio Sin Ley

Si bien en su ya clásico Silverado, el compositor ya nos diera una clase maestra sobre cómo crear música para un western, con todas sus peculiaridades, con todo el vigor y el carácter necesarios, como bien señala en la carpeta de la Edición Completa de Tombstone, para esta nueva partitura tuvo que visitar los rincones más oscuros de aquella. Lo que en Silverado es luz, pasión, grandeza, en esta debía ser drama, tragedia, desesperanza, y finalmente redención. Como Broughton la llama, la nueva creación iba a ser el Chico Más Malo ("Badder Boy") frente a la gloria del pasado. Pero sin olvidar jamás esos instantes de belleza, que confieren a la creación la pátina de lo perdurable.

TombstoneDurante el proceso de rodaje del film, incluso Jerry Goldsmith llegó a estar implicado en la producción, pero motivos de disponibilidad le obligaron a renunciar prontamente. Sin embargo, no podíamos dejar pasar lo que el bueno de Jerry dijo una vez vio el resultado del film con la composición de Bruce Broughton incorporada:

"Excelente película, gran film, una de las mejores partituras que he oído en mi vida. Yo no hubiera podido componer algo mejor. Estoy convencido de que Bruce era quien debía hacerla desde el principio".

Ante las palabras de Mr. Goldsmith, sobra decir nada más.

Tras la música del Logo de Carolco (obra de Jerry, por cierto), la composición se despliega mediante un prologo musical que a través de la pianola de un clásico Saloon acompañada de oboe y violín, nos introduce el ominoso, violento y áspero motivo para los Cowboys, "Prologue; Main Title; And Hell Followed". Pleno de fiereza, la percusión a los metales pauta el motivo, las cuerdas le dan cuerpo y los sucesivos ostinatos de metal y timbal representan la tragedia inicial con exactitud y sentido del ‘Pathos'.

El segundo tema nos imbuye, acto seguido, en uno de esas melodías made in Broughton, plena de evocadoras sensaciones a las cuerdas, cuidada orquestación de flautas, piano, oboe y metales, capaz de definir a los personajes, de darnos a entender sus sentimientos y su gozo, al ser, de nuevo, "A Family".

El auténtico Wyatt EarpEs entonces cuando escuchamos el tema central por primera vez, "Arrival in Tombstone". Tras una nueva rendición al motivo de la familia, cargada de lirismo y apoyada en la apoteósica fotografía a toda pantalla de William A. Fraker, la épica y la emoción envuelven la música. Las cuerdas acompañan la melodía, y los metales, el Tin Whistle, el contrabajo y el violín realzan el exultante momento, que de nuevo las cuerdas, con especial aparición del cello solista  conducen a su final. En "The Town Marshall; A Quarter Interest" por ejemplo, la melodía aparece arreglada para Tin Whistle, otorgándole una cualidad costumbrista al motivo.

Es en "Josephine" donde encontramos la primera presencia del tema de amor del film, una sencilla melodía para flauta y cuerda, de una belleza estremecedora en su desarrollo, especialmente cuando se despliega totalmente acompañada de toda la orquesta en el Vals de "Fortuitous Encounter; Wyatt and Josephine", con el que Broughton da rienda suelta a sus habilidades melódicas, de una manera absolutamente exuberante (escuchen a partir del 1:25 los arabescos a los violines, y déjense llevar desde el 1:34 por su contagiosa fuerza y jubilosa alegría de vivir, siguiendo al milímetro el paseo a caballo de los protagonistas) Se trata de uno de esos instantes, en los que la conjunción música-imágenes alcanza una inigualable perfección, que ya no se olvida, perdurando en el recuerdo (presten atención al arrebatador solo a partir del 2:55).

En la edición Completa de la partitura que ofrece Intrada, hallamos diversas variaciones y tomas alternativas sobre todos estos temas, a modo de curiosidad sobre cómo evolucionó la partitura, o lo que podría haber sido, conjuntamente con una versión del tema de Tombstone extraída de la Suite final, sin la aparición de los temas de la Familia o de Josie y Wyatt.

A su vez encontramos la música incidental para las escenas del Teatro, que Bruce Broughton tenía en gran estima, como asegura en la carpeta del CD, y de las cuales sólo llegó una a la edición oficial de la composición en su día (se trata de los últimos cortes del segundo CD)

OK CorralEn la vida de Wyatt Earp, no todo eran buenos y felices momentos, y la música nos lo recuerda, pues una vez presentados la totalidad de motivos centrales, la opacidad, la violencia y lo ominoso conducirán el trabajo orquestal, en busca de la redención.

Es reseñable, que el compositor recuerda en ciertos instantes otras partituras de su curriculum, como es el caso del intranquilizador "Opium Den; Law Dog; You Got A Fight Comin' ", y su composición para Young Sherlock Holmes, rememorando en su construcción los pasajes musicales de la incursión en la Pirámide del Rametec. Otro tanto sucede en los primeros segundos de "The Antichrist; Gathering For a Fight; Walking to the Corral; OK Corral Gunfight", cuyo preludio nos trae a la memoria los instantes iniciales de su magnífica The Rescuers Down Under. Justo hasta que los timbales, el címbalo y la percusión hacen acto de aparición, y el motivo de los Cowboys abarca todo el espectro sonoro.

La tenebrosidad y dureza del citado tema (a pesar de las puntuales explosiones del motivo central) o de "The Dead Don't Dance; Behan Warns Josephine; Upping the Ante; Morgan's Murder", consiguen implicarnos en la sensación de claustrofobia y amenaza latente al que los Earp deben hacer frente, de manera soterrada, pero perfecta (atentos a la contraposición Tin Whistle y címbalo al inicio).

En ese sentido, Broughton consigue muy efectivamente con su apoyo musical al famoso tiroteo del OK Corral, que la partitura funcione a modo de catarsis, a partir del instante en que el primer tiro resuena, desatando el caos. Con el último disparo, Broughton vuelve a la dureza tras la épica sobreexcitada del duelo.

Ésta sólo es rota por la súbita aparición del tema de amor, cuando Josephine acude afligida al lugar para ver si Wyatt está bien. En el instante en que cruzan sus miradas, una sonrisa de oreja a oreja ilumina su rostro, al comprobar que está ileso, y una breve rendición épica al motivo de Tombstone resurge brillantemente ("Aftermath").

El desenlace se encamina, y como dice el dicho: "El Plato de la Venganza se sirve Frío". Los Cowboys acaban a traición y cruelmente con la vida de Morgan Earp, y el compositor nos sobrecoge con un crescendo a cuerdas, suave percusión  y metal, en una Suite de todos los temas principales en cariz trágico, a modo de recorrido por los últimos instantes de vida del muchacho y la toma de conciencia final de Wyatt, en pro de la Vendetta.

Y llega el primero de los tres momentos por antonomasia de la partitura, cuando las cartas se ponen sobre la mesa y los Earp dejan clara su jugada.

La Última Carga de Wyatt Earp y sus Inmortales

Es el instante en que Wyatt Earp entró en la leyenda, el inicio de un ajuste de cuentas histórico,

Wyatt Earp enfrentándose a Ike Clanton en el apeadero del tren donde habían emboscado a su familia, marcándole la cara y permitiéndole huir le dice:

"Está bien Clanton, ¡tú has querido que haya tormenta,...  pues ya la tienes!.
¿Ves esto? (enseñando su placa), ahora soy Marshall de los Estados Unidos,
los Cowboys están acabados, ¿ME ENTIENDES?.
Si veo un fajín rojo, mataré al hombre que lo lleve puesto,
así que corre canalla,
CORRE, y dile a los otros canallas que la Ley va a por ellos,
DILES QUE YO IRÉ A POR ELLOS, Y QUE LLEVARÉ EL INFIERNO CONMIGO,
¿ME OYES?, LLEVARÉ EL INFIERNO CONMIGO..."

Broughton pauta tan insigne línea de dialogo (a partir del 1:45 de "Hell's Comin' ; Wyatt Revenge") con una apocalíptica melodía de tintes bíblicos y una conjunción de ritmos y percusiones acuciantes al metal con la que hay que carecer de sangre en las venas para no vibrar, mientras la venganza toma forma. De Sobresaliente, y curiosamente con unos tintes Goldsmithianos en la orquestación muy acusados. Todo ello culmina con la versión más rítmica y brutal del tema de Tombstone hasta ese instante.

Edición original de IntradaLa muerte de Curly Bill en un tiroteo antológico en el río nos es descrita a base de percusión sobreexcitada y salvaje en "No More Curly Bill", dando paso a la tristeza de otro asesinato, el del Actor ambulante con el que Josephine llegó a la ciudad, a manos de la banda de los Clanton, "The Former Fabian", con el doloroso protagonismo de violines y cellos, abriendo paso al reencuentro de ésta con Wyatt. Entonces el romance deja paso a la melancolía y la nostalgia de tiempos pasados "Brief Encounters", en un recorrido agridulce por las orquestaciones ya presentes en "Josephine", pero con un tempo diferente, y con el ominoso tema de Tombstone de fondo.

La conclusión se acerca y el enfrentamiento final no podrá evitarse. Doc Holliday entra en juego evitando a Wyatt una muerte segura en su enfrentamiento con Johnny Ringo, y tomando su lugar en la batalla, venciendo sus demonios y adquiriendo la paz momentánea, tan arduamente buscada.

Pero no antes de acabarlo... "You're No Daisy/ Finishing It":

La última Carga de Wyatt Earp y sus inmortales, reflejada por el compositor en uno de los mejores temas de su carrera, con la versión más heroica, triunfante y arrebatadora del tema de Tombstone, conforme la historia de los Cowboys pasa a ser eso..., historia, y sus últimos integrantes van cayendo o abandonando sus filas, para siempre.

La gradación de la tensión y la fuerza con que Broughton descarga el tema, llena de poderío, fuerza y audacia sinfónica de primer orden, es cuando menos merecedora de la Matrícula de Honor, atronadores timbales, metal, percusión, cuerda al 120% de su capacidad, una intensidad épica como pocas veces, e implosiones de adrenalina en el oyente.

Sin embargo aún quedaría una conclusión, que sirviese de digno colofón y recapitulación del resto de la partitura.

Mi amigo Doc Holliday, por Wyatt Earp

Val KilmerLa Tormenta había pasado, las luchas habían concluido, dejando paso a la tranquilidad y el sosiego en unas vidas, marcadas por la inquietud y la lucha. Con Doc Holliday ingresado en el Sanatorio de Glennwood en Colorado, y en espera de la muerte, debido a su tuberculosis, éste recibe la visita de su amigo.

Wyatt Earp había significado conocer la amistad para Holliday, aquel hombre era su único y verdadero amigo, lo único que aún lo mantenía con vida. Pero, aquella tarde, Doc le pidió que le abandonara, que fuera en busca de Josie, que le dejara de visitar y se lanzara a cumplir sus sueños. Wyatt asintió mientras las lágrimas se deslizaban por las mejillas de su mejor amigo, tal vez el único de verdad que le quedaba en el mundo, aparte de su familia.

Con gran dolor en su corazón abandonó la habitación, sin poder mirar atrás. Pocos minutos después, Doc Holliday pasaría a la otra vida, manteniendo en sus manos, agarrado con fuerza el ejemplar que Wyatt acababa de entregarle de: Mi amigo Doc Holliday, por Wyatt Earp.

Todo lo que la escena pretendía transmitir, es pautado solemnemente, pero sin injerencias melodramáticas por el contenido y sobrio penúltimo tema del Score. Porque a veces es más difícil ser sutil, que destacar sobre las imágenes, por esas notas al arpa, esas líricas cuerdas que casi no se dejan notar, y ese piano, ¡Chapeau, Maestro!.

Looking At Heaven; End Credits: Un tema para la historia

Un recorrido por toda la partitura será cadenciosamente servido, un tributo a una historia, una emoción por lo inalcanzable, un reflejo fiel de la leyenda, la épica, el heroísmo, la tragedia y el romance, todo En Bandeja de Plata, en el tema favorito de quien esto suscribe, de toda la carrera del compositor: la epopeya hecha música, Tombstone hecho pentagrama, "Looking At Heaven; End Credits".

Bruce BroughtonEl oboe nos abre la puerta al tema de La Familia en su desnudez, las diferentes texturas de la Orquesta lo van arropando poco a poco, proporcionándole un aire de vals, dando entrada al tema de amor, que con una alegría exultante nos lleva al motivo central, para la ciudad, en una versión nunca oída hasta ahora. Su versión más completa, triunfal y solemne gracias a unas extasiantes trompetas y percusión, y plena de lirismo gracias a la magnífica sección de cuerda de la Sinfonia of London, dejándonos ver la totalidad de matices, giros y capacidad de un tema memorable y poderoso.

 Las cuerdas toman entonces el primer plano, para apoyadas en la flauta concluir con otra revisión del tema de la familia, la que ahora conforman Wyatt y Josie, y la más apoteósica rendición al tema de amor, que imaginarse puedan. Dejen fluir la emoción, no repriman las lágrimas si éstas se presentan, están asistiendo a un momento que ya nunca olvidarán. Mr. Broughton alcanza la Summa Cum Laude.

Es entonces cuando, junto a Wyatt Earp, rememoraremos la visión del horizonte desde Las Rocosas, abrazaremos a nuestro amor, la miraremos con ternura y sentiremos que Estamos Mirando El Mismo Cielo (rodeados de un eterno servicio de habitaciones). 

Lo mejor: La definición perfecta del universo del Western clásico que Broughton lleva a cabo, redimensionándolo, a la vez que sirviéndole el más humilde, sincero y entregado de los homenajes. El apoteósico colofón final de la partitura, con el heroico, solemne, romántico y lírico a un tiempo, “Looking At Heaven; End Credits”. Magistral, y un tema para la historia.

Lo peor: No es vagancia, aunque lo parezca el decir esto, pero, nada.

El momento: Tres, el instante en el andén en que Wyatt Earp se define como personaje mítico e icono del Western, asumiendo su responsabilidad y su leyenda, “Hell’s Comin’; Wyatt Revenge”, la consumación de la venganza ante los Cowboys, apoyando de forma impecable el fastuoso montaje, “You're No Daisy; Finishing It”, y la definición musical de la esencia del Oeste y su épica, “Looking At Heaven; End Credits”. Impagable, Bruce Broughton creando magia sinfónica.

Asier G. Senarriaga

 
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