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Valkiria

Valkyrie


Título en español: Valkiria
Compositor: Ottman, John
Año: 2008
Distribuidora: Varese Sarabande
Duración: 63:27

Bueno
Tracklist:
  1. They'll Remember You * (4:20)
  2. Operation Valkyrie * (5:11)
  3. What's This Really All About? * (3:44)
  4. Bunker Bust (3:45)
  5. March 13 Attempt * (3:38)
  6. Midnight Waltz * (2:11)
  7. A Place to Change (4:09)
  8. Seconds Lost * (3:34)
  9. Getting the Signature (4:04)
  10. The Officer's Club - traditional, performed by Katharine Mehrling (2:37)
  11. The Way It Should Go (3:24)
  12. If I Were That Man/To the Berghof (2:21)
  13. I'm Sorry * (3:04)
  14. Important Call (4:07)
  15. No More Indecision (2:31)
  16. Olbricht Gives the Order * (3:18)
  17. Operation Terminated * (1:16)
  18. Long Live Sacred Germany * (6:13)

    *Los mejores temas

Bryan Singer y la dificultad de sacar adelante un proyecto

Bryan SingerTras enfrentarse a la dupla mutante que conformaban las notables en todos los sentidos, X-Men y X2 X-Men United, e intentar desarrollar sin éxito por falta de financiación las nuevas versiones cinematográficas de Battlestar Galactica (famoso serial semanal de los años 70 y primeros 80, a la que una serie de televisión actual bien conocida por el aficionado a la ciencia ficción viene rindiendo cumplido y soberbio homenaje) y La Fuga de Logan (ésta con un excelente guión que esperemos vea la luz en un futuro próximo), Bryan Singer entra en la disputa por la dirección de la puesta al día del superhéroe por antonomasia, el Hombre de Acero de Krypton, proyecto con el que medio Hollywood actoral y de dirección estuvo relacionado. Los mimbres eran buenos, y parecía que Singer iba a triunfar y dar el do de pecho con esta continuación de los primeros dos films de Superman (se decidió obviar los dos últimos con acierto). Pero, aún obteniendo una gran recaudación a lo largo del mundo, ésta no fue espectacular, y tanto el estudio, como la crítica, y gran parte del público potencial no apoyó del todo la labor del director en la nueva propuesta.

Sin embargo, Singer aún no se rinde, y tiene, como afirma entrevista sí y entrevista también, muy buenas ideas para una secuela de su Superman Returns, abocada totalmente a la acción desaforada, algo de lo que tristemente, carecía en gran medida su primer tratamiento sobre Kal-El y su enfrentamiento con un Lex Luthor encarnado por Kevin Spacey, que sorprendentemente por la contrastada calidad del intérprete, hacía añorar por momentos al Gene Hackman de los films clásicos. Y en medio de este proceso de decisión acerca de si se realizaba o no una secuela, Christopher McQuarrie, su guionista en el mejor film de ambos, The Usual Suspects, le ofrecía el germen de lo que acabaría siendo, la historia cinematográfica de una conspiración, la Operación Valkiria.
Una narración fílmica que aunó los talentos, en primer lugar de un hipermotivado, por la historia y la trama real del Coronel Stauffenberg y su compromiso con una Alemania sin Hitler y su megalomanía genocida, Tom Cruise (quien lanzó definitivamente la producción), y posteriormente un grupo inigualable de brillantes actores de la escuela clásica británica y europea, para dar empaque y brillantez actoral al producto. Desde Kenneth Branagh, pasando por Tom Wilkinson, Bill Nighy,o  Kevin McNally, hasta Terence Stamp, el alemán Thomas Kretschmann, la holandesa Carice Van Houten, o un David Bamber, encargado de interpretar con empaque al elemento motivador de la historia, un odioso y repelente embaucador de masas, conocido por el infausto nombre de Adolf Hitler.

Coronel Claus Von Stauffenberg, un héroe que se enfrentó al mal, y marcó el camino a la redención de toda una nación

Stauffenberg - CruiseLa vida del Coronel Claus Schenk  Von Stauffenberg y su trascendencia en la historia alemana daría no ya para un film como Valkiria, sino para una o varias series de televisión de larga duración. Su historia, la de su rebeldía ante la dictadura de un líder carismático, poderoso, y asesino como el Führer del Tercer Reich, su labor de lucha constante ante las múltiples injusticias de su gobierno, aún en la clandestinidad, aunque el militar ya dejara clara su notoria oposición al régimen ante el estamento militar, durante la contienda bélica del Norte de África en la Segunda Guerra Mundial, le granjearon tanto admiradores como enemigos a lo largo de su vida. No obstante, en el colmo de las ironías, fue su valor en batalla durante un bombardeo aliado, al tratar de sacar de la contienda a un compañero herido, lo que le proporcionó la posibilidad de estar a un palmo de conseguir cambiar aquello que sentía profundamente estaba destrozando su país. Al ser herido de gravedad, perdiendo una mano, dos dedos de la otra y un ojo, y tras serle reconocido su coraje en el campo de batalla, se le asignó un puesto en Berlín, irónicamente cercano al Führer, donde fue conociendo a la Resistencia a Hitler dentro del ámbito militar, y donde finalmente, tras demostrar su fuerza de carácter, su compromiso, y su talento estratégico a la hora de planear el golpe definitivo, idear un plan perfecto para acabar con el tirano, y recuperar los últimos pedazos de alma limpia que todavía le quedaban a una Alemania, herida por la infamia.

Stauffenberg, dice la historia, luchó contra el mal, luchó por lo que era justo, por la redención de un país destrozado por la megalomanía de un Tirano y un Partido, que dejó atrás la humanidad, para abrazar conscientemente la ignominia, para provocar el dolor y la desesperanza en millones de hogares, y ocasionar un conflicto bélico irreparable, que nunca debe ser olvidado ya, para jamás volverse, de ningún modo, a repetir.

Cómo una vez dijo el político y pensador británico Edmund Burke, “el mal sólo puede prevalecer, si ante él los hombres justos, no hacen nada”. El Coronel Von Stauffenberg entregó su vida por la justicia, luchando contra el mal, contra la abominación, arriesgando no sólo su vida sino la de su familia y descendientes, porque ante una injusticia, ante la vileza, plantó cara, y lo dio todo. Su fracaso, sin embargo, no fue sino una victoria, mientras una sola persona demuestre su honor y sus principios, si su misión es justa, su ejemplo se esparce y su visión se hace eterna. Para Alemania, Stauffenberg simbolizó la redención.

Su sacrificio le hizo ganar la inmortalidad

Ahora Singer, nos cuenta su historia, la historia de una operación que pudo cambiar el mundo.

John Ottman edita Valkyrie

John OttmanCuriosamente para un compositor, John Ottman no sólo compone, sino que también es montador, y en ocasiones, editor de sonido y editor de efectos sonoros, y digo curiosamente, porque sólo ha realizado esta labor para un director, como no, hablamos de Bryan Singer.

Desde su época en la Universidad de California, y trabajando en todos sus films, con la salvedad de la primera X-Men, al encontrarse enfrascado en su ópera prima (para la que dirigió, editó y compuso la partitura, Urband Legends: Final Cut),  Ottman ha creado un cuerpo de trabajo con Singer a lo largo de las últimas dos décadas, demostrando un entendimiento perfecto entre ambos a la hora de combinar sus habilidades en beneficio de los films para los que trabajan. Son los casos de su BAFTA a la edición de Sospechosos Habituales, su Saturn Award por Public Access, o su Premio en el Festival de Sundance por dicho film, aparte de nominaciones a diversos galardones por el Score y montaje de Apt Pupil, o a Mejor Partitura del año en el 2006 en los World Soundtrack Awards y en los Goldspirits, por Superman Returns.

En Valkyrie, el dominio del ritmo de una narración supeditada al suspense y a la gradación de la tensión, a una intriga continua, muchas veces basada en confrontaciones dialécticas que requerían una sutilidad especial en el montaje, que no se hiciera notar, pero que mantuviera enganchada a la trama a la audiencia, le enfrentaron a no pocos retos. Aparte está, tras concluir el montaje, adecuar una partitura creada por él mismo al trabajo de edición que justamente se acababa de realizar, una partitura que ejerciera de subtexto a la acción y de argamasa y sustrato a la trama, que no se dejara notar y pasara desapercibida, hasta que tuviera que hacerse protagonista.

La respuesta a si John Ottman ha obtenido un éxito en todas estas labores, se encuentra en la película, una vez visto el film, una adquiere consciencia de la verdadera dificultad del proyecto, y el valor del trabajo del compositor en la doble vertiente. A juicio del que esto suscribe, en ambos casos, es excelente, y a pesar de que la narración sólo alcanza su clímax en los últimos instantes, y todo el desarrollo nos lleva a prepararnos para ese final, ya conocido por otra parte, es encomiable que la forma en que la trama avanza, consiga intrigar y capte nuestra atención a base de imperceptibles trucos de montaje, acertados cambios constantes de plano y punto de vista, miradas entre personajes, sutiles gestos, excelentemente transmitidos al espectador, que en todo momento conoce los pensamientos de los personajes y sus objetivos, aunque éstos no sean expresados con palabras. En suma, y a pesar de la densidad de la historia, y notarse una poda de subtramas para adecuar la duración a unos comerciales 122 minutos (la previsión era un película de dos horas y media), el resultado final,  nos anima a esperar un nuevo proyecto conjunto  Singer/Ottman en un futuro, para seguir contemplando esta evolución dentro del talento multidisciplinar de un compositor, que crece día a día en la industria americana, y al que sólo puede ponerle límites su propia ambición.

Un compositor y una historia real, respeto, entrega, solemnidad, homenaje a una conspiración, la Operación Valkiria musical

ValkiriaEl objetivo es  hacer patente al espectador que lo que estamos viendo, nos está trasladando a una situación, en la que los personajes se están jugando algo más que la propia vida, la futura existencia de sus familias, la paz de su pueblo, el respeto histórico a una patria, que se estaba hundiendo en las simas más profundas de la ignominia. No se trata de un juego, la tensión es real, cada nuevo paso es vital, y cada revés puede acabar con todos y cada uno de los conspiradores, pero la Operación Valkyrie debe llegar a su final, Adolf Hitler debe ser asesinado, el poder tomado en una sutil jugada por la Resistencia al dictador, el mando de la nación debe residir en hombres justos, que ya no toleran más las injusticias y los crímenes de un Führer que está llevando a Alemania a la destrucción.

El compositor nos presenta tres motivos centrales a lo largo de la composición:

-Un tema central elegíaco, que sólo obtendrá su completa expansión trágica en la conclusión, ya durante los títulos de crédito finales, el fascinante y lleno de hiriente belleza, “They’ll Remember You”, a modo de homenaje coral (con letras en alemán) a los héroes que encabezaron la rebelión, y  formaron parte de la Operación Valkiria, con Claus Von Stauffenberg a la cabeza, y fallaron en su empeño, siendo inmediatamente ejecutados por un pelotón de fusilamiento, en los mismos cuarteles en que estuvieron a un paso de triunfar.

-Un motivo melódico breve para la familia del Coronel, “I’m Sorry”, con unas hermosas cuerdas que puntean su desazón y el amor para con su seres queridos (puntual aparición de un emotivo piano, que define perfectamente el dolor ante la inminente pérdida y la duda ante el sacrificio) y nos hace sentir lo que esos hombres y mujeres se jugaban en su empeño de hacer justicia, la pérdida de sus seres queridos para siempre.

-Finalmente, un tema para la propia operación y para los planes de Stauffenberg a fin de transformar el Plan Valkiria de Hitler para evitar la caída de su gobierno, en beneficio propio. Éste nos es mostrado en el inicial “Operation Valkyrie” en su plenitud (pasando de unas ominosas cuerdas a una percusión incesante de timbales y tambores taiko dando entrada a la orquesta sinfónica en todo su esplendor en una adrenalínica y excitante rendición percusiva en un ostinato in crescendo, a un plan genial, que estuvo a punto de lograr el éxito), pero encontrándose representado a base de pinceladas durante toda la partitura. Caso de los atmosféricos y sutiles “Bunker Bust”, “March 13 Attempt”, “Olbricht Gives the Order” (pura tensión sostenida con habilidad durante todo su desarrollo) o “Seconds Lost”, donde las cuerdas, con predominancia de los violines y primeros cellos, se rinden al tema de Stauffenberg y su familia para adentrarse poco a poco en la oscuridad, a base de una obsesiva percusión y bajas frecuencias que consiguen su objetivo de mantener al oyente al borde de su asiento durante el visionado del film.

Debemos reseñar asimismo, que dos de los temas de la partitura se encuentran co-compuestos a cuatro manos, entre John Ottman y el desconocido, al menos por nosotros, compositor alemán, Lior Rosner. Se trata del ya señalado y redentor, “They’ll Remember You”, punto álgido de la partitura, y del muy clásico “Midnight Waltz” con un inicio muy de orquesta de cabaret años cuarenta, para desarrollar después un precioso motivo a piano, que servirá de reposo entre los amorosos brazos de su esposa al protagonista, un excelente Tom Cruise, algo que debe señalarse y no habíamos hecho hasta este momento.

Ottman cierra la partitura en el disco en una progresión dramática más y más intensa conforme avanza, poniendo un nudo en la garganta al espectador.

Foto ValkiriaEl breve y de sentido dramatismo “Operation Terminated”, donde ya conocemos a pesar de la resistencia final, el destino de los conspiradores, y sentimos la frustración de no poder evitar su final, la contenida sección de cuerda da el do de pecho en este track, consiguiendo emocionar en espera de la conclusión definitiva del film, donde asistiremos acongojados al fin de Stauffenberg y los suyos, la cobardía de unos, el valor de otros, y donde cuatro palabras para la historia serán pronunciadas.

Unas sedosas cuerdas preceden al trágico final de un grupo de hombres justos, que se rebelaron al mal, y perecieron en su intento de que su nación fuera recordada por su sacrificio e intento de derrocar el régimen del mal del Tercer Reich. El crescendo se va haciendo más y más intenso, la entregada sección de cuerda, el violín solista, el arpa, la celesta, se van uniendo a Stauffenberg y sus hombres, conforme van cayendo, y un soldado, un ayudante del Coronel se sacrifica ante el militar para recordarle, que no han fracasado, que su sacrificio valió la pena, por la patria, por Alemania, un grupo de hombre justos le ofrecieron sus vidas a un imposible, y se ganaron la inmortalidad en la Historia con Mayúsculas. Y Stauffenberg pronunció esas cuatro palabras,

Y los fusiles silenciaron su voz por un instante, antes de que esa voz atronara, horas después, días después, meses después, años después, lustros después, décadas después, en el corazón de cualquiera que conociera su historia, la historia de Valkiria, la historia del Coronel Claus Schenk Von Stauffenberg y la Resistencia al demonio que los gobernaba,

y sus palabras resonaron por siempre:
“Long Live Sacred Germany”
Larga Vida Sagrada Alemania.

Lo mejor: La absoluta entrega del compositor al proyecto, por encima incluso de intereses personales y deseos de sobresalir frente a las imágenes, plegándose en todo momento a la creación de atmósfera, al suspense, y al desarrollo dramático, en un crescendo constante de tensión contenida subyugante. La fuerza y vigor de la puesta en marcha musical de la trama de los conspiradores, “Operation Valkyrie”, y la embriagadora y emotiva conclusión final a la partitura, el fascinante y hermosamente elegíaco “They’ll Remember You”, precedida del absorbente y trágico “Long Live Sacred Germany”.

Lo peor: Que el grueso de la partitura sólo actué de subtexto casi inapreciable en la película, y se entregue por completo al suspense y la tensión, sin, excepto en instantes contados, un desarrollo melódico que pueda atrapar apenas al aficionado a la música de cine fuera del film.

El momento: Tres, antológicos, la operación se despliega, y las piezas, tan arduamente planeadas y ejecutadas teóricamente, se ponen en marcha, se inicia la “Operation Valkyrie”; el oscuro lirismo y sentido trágico del desesperanzado “Long Live Sacred Germany”, y sin más explicación, la pieza que acompaña los títulos de crédito, “They’ll Remember You”, pura inspiración de belleza desgarradora.

Asier G. Senarriaga

 
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