Tracklist:
- La soufflerie (02:20)
- Introduction (01:40)
- Le complot (02:08)
- Les hommes et les bougies (01:00)
- Vidocq (generique debut) (01:37)
- Les draps (01:41)
- Les pleurs de l'enfant (01:47)
- Le premier enfant (02:38)
- Les prostituees (01:08)
- Les doubles (00:46)
- La deuxieme revelation (02:23)
- Le deuxieme combat (02:34)
- Kyrie (00:52)
- Les documents (01:02)
- Les temoignages (02:36)
- La danse (01:13)
- Les barricades (01:04)
- L'egorgee (03:21)
- L'automate (02:23)
- Les peaux (01:05)
- La premiere revelation (03:52)
- Les foudroyes (01:22)
- L'orgie (00:52)
- La poursuite aux invalides (01:38)
- L'elixir de jouvence (01:25)
- La mort de l'alchimiste (02:19)
- Hope vol. 2 (04:00)
Eicca Toppinen
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La sombra de Batman es alargada. Y más en Vidocq. Es cierto que los planteamientos argumentales iniciales no apuntan a este personaje oscuro retorcidamente interpretado por Tim Burton, donde en realidad la oscuridad es la bondad, no como en Vidocq, donde el tenebrismo del asesino roza la vileza suprema.
Son sus planteamientos formales, sus planos góticos, tenebrosos, esos personajes caricaturizados y sobre todo la música de Coulais los que acercan en gran medida al planteamiento ejercido por ese loco Outsider llamado Tim Burton.
Pitof impregna su película de ciertas "neuras" afrancesadas como Burton puede hacer con esas típicas "obsesiones americanas", las familias con sus casas de césped y esos colores chillones, mientras que en Vidocq los primeros planos, y el aire burlesco de una ciudad parisina demasiado sucia y olvidada de Dios envuelve de cierta aura grotesca la historia que se cuenta.
La música de Coulais juega en un tablero de múltiples referencias a estilos, y lo hace a sabiendas. Primero mueve con su particular forma de interpretar la música, que tan buenos resultados le dieron en Microcosmos o especialmente en Los ríos de Color Púrpura. Después planea un movimiento de ataque recurriendo lentamente a estilos similares a los de Elfman en el héroe murciélago con algunas pinceladas de su pupila Shirley Walker. Y finalmente da jaque mate recurriendo a compositores europeos llenos de fuerza y epicidad, como es el caso de Kilar, y su obra maestra Drácula.
"La Soufflerie" da pistoletazo de salida a esta historia detestivesca, pero dejando el desarrollo del tema principal en "Introduction", un tema muy Coulais, que da mayor importancia a la naturaleza de Vidocq como personaje, sin olvidar leves tonos tenebrosos que crecen en intensidad para recordarnos la presencia siempre fantasmagórica de El Alquimista, un ser desprovisto de alma, que recuerda sobremanera a un personaje de cómic, Spawn, siendo algunos planos de Vidocq copias de la desafortunada película adaptación de ese personaje propiedad de Todd McFarlane.
Destaca la utilización de percusión eminentemente Elfmaníaca en momentos tan vertiginosos como "Le Deuxieme Revelation" o "Le Deuxieme Combat", pero con cierto sabor Coulais, sin olvidarnos de que este compositor tiene un sabor bastante propio. En este ultimo tema el compositor se refuerza de un instrumento poco típico en este tipo de películas, la guitarra eléctrica, pero ayudándose de ella para crear un cierto aire enrarecido. Y no es el único instrumento que se sale un poco de la línea habitual de composición, no de Coulais, sino del universo de música de cine. Tenemos un bajo eléctrico que se acopla perfectamente al tema principal de Vidocq, o incluso alguna instrumentación Hindú en momentos clave como "L´orgie".
Destacar un momento un poco aislado del conjunto, como es "Kyrie", una salida operística de Coulais, que eleva al grado de espiritualidad la historia que roza por momentos niveles de luchas celestiales, entre un demonio feroz y un ángel, Vidocq que se muestra como el único capaz de frenar ese ímpetu voraz del mal.
Con un tema tan poco afortunado como el "26", en cuanto a titulo, que no pondré aquí, para no destripar el final de la película (ojo con esos títulos de la BSO, que nos destrozan totalmente), dislumbramos cierto aire de esperanza que termina por desaparecer al final del tema.
Destacar también un brevisimo tema de Apocaliptyca, que sin ser malo, hace preguntarnos la necesidad de su incursión en el film.
Hay que reconocer en esta BSO una fuerza imparable y un poder influenciable en la visión del espectador similar a partituras como Dark City, Blade Runner o Batman, donde la música se convierte en un personaje más capaz de crear un ambiente opresivo que el propio director alimenta con sus imágenes pero que perfecciona con la música.
Son universos musicales plenamente definidos, capaz de identificarse inmediatamente en cualquier audición que se terciara sin conocer de antemano lo que escucháramos, convirtiendo la música de Coulais en otro fantasma con el que no sólo Vidocq tiene que luchar, sino aquel espectador maniatado a su butaca que espera como agua de mayo que el mal en el Alquimista dé su ultima coletada.
DDBSpawn
Publicado originalmente en Filomúsica.
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