The War Lord

Título en español : El Señor de la Guerra
Compositor : Moross, Jerome
Año : 1994
Distribuidora : Varese Sarabande

Era un lunes por la noche. Estaba cansado y no tenía ganas de salir a dar una vuelta. O quizá hacía mal tiempo. O simplemente me apetecía más quedarme en casa viendo la tele, cenando con mi padre. El caso es que acabamos viendo el programa de José Luis Garcí, "Qué Grande es el Cine". Salvando raras excepciones, no soy muy amigo de seguir los debates previos y posteriores a la película. Para ver cómo cuatro pedantes se hacen los listillos en lo que a historia de cine se refiere, prefiero acostarme. Y sin embargo ese día, me quedé. Lo único que sabía de la película de esa semana era que estaba interpretada por Charlton Heston, en su momento de mayor gloria, al que pertenecen joyas como "El Cid", "Ben Hur" o "Los Diez Mandamientos".

Para mí ya era suficiente.

Con lo que no contaba era con que me iba a gustar tanto esta película. Y ya va siendo hora de revelar el título, "El Señor de la Guerra". Lo cierto es que tampoco es que la película merezca ser recordada por siempre jamás, pero sí que tiene su encanto. Una historia de amor imposible en plena Edad Media, en la época de los castillos y los guerreros con armadura y cota de malla. Tampoco el argumento da para mucho. Pero lo que verdaderamente me encandiló fue su banda sonora. Un precioso tema principal, tan intenso y tan delicado al mismo tiempo, que provocó, como muchas otras melodías han hecho, que me interesara bastante por la banda sonora y su autor. Éste no es ni más ni menos que Jerome Moross. Explorando un poco más, nos encontramos con que Moross es un autor clásico a reivindicar, aunque sólo sea por composiciones como "The Big Country" o "The Cardinal".

Para "The War Lord", Moross construye una composición con unos tintes muy reconocibles, que en seguida identificamos con la época en la que tiene lugar la historia. El acertado uso combinado de cuerdas y vientos, mediante instrumentos medievales, nos traslada a unos tiempos difíciles, en los que los campesinos tenían que pagar con sangre y sudor (como poco) la protección ofrecida por el Señor de las tierras en las que trabajaban, frente a las incursiones de tribus bárbaras y salvajes.

Dentro de este contexto, no era raro que el Señor se encaprichara de la hija o incluso de la esposa de alguno de sus vasallos. A veces, tal capricho era concedido con resignación. En otras, podía llegar a provocar una revuelta, como aquí ocurre, cuando el personaje protagonista, interpretado por Charlton Heston, se enamora perdidamente de una de sus vasallas, prometida a un campesino. Ésta es llevada contra su voluntad al castillo, para ser entregada al noble. Y lo que resulta más raro, o quizá no, al tratarse de una producción de Hollywood con Heston de protagonista, es que la campesina acabe por corresponder al amor de su señor. A ellos va dedicado el hermoso tema central de la película, que nos es introducido en la primera pista, "Main Title", una melodía romántica pero con una gran carga de melancolía, al tratarse de un amor imposible, un amor al que no está dispuesto a renunciar el novio despechado, que no dudará en volver al pueblo contra su amo.

La pista 8, "The War Lord in Battle" resulta especialmente emocionante. Las trompetas anuncian la entrada en combate del Lord, contra las hordas de bárbaros con las que se han aliado los campesinos rebeldes. La música adquiere un tono heroico, victorioso, conforme se hace patente el poderío de los soldados, mejor armados y organizados, sobre la plebe.

Un repique de campanas al final de la pista 9, "Premonitions", anuncia un momento trágico como el que describe la pista 10, "The Death of Draco". El triste tema principal vuelve a aparecer, a modo de despedida, en la última pista, "The Reckoning and End Title". Más melancólico que nunca, sirve de epílogo para esta historia de amor, de tintes tan trágicos.

Puede que "The War Lord" no sea el trabajo más representativo de Moross, como tampoco la película lo es de Heston, pero sí que constituye un buen ejemplo de su buen hacer como músico, un botón de muestra por el que merece la pena adentrarse en la discografía de este autor.

Lo Mejor: La emoción que transmite el melancólico tema de amor, y el que me hiciera descubrir a Jerome Moross.

Lo Peor: No sabría decirlo.

Bac Hylon