Tracklist:
- The Long Cold Walk
- Cush Macree (Piano By David Harrod)
- The World's In Color
- Alex's House
- The Beach
- Walk In The Field
- Photos
- Nita
- Can I Touch Your Hair?
- On The Ice
- My Name Is Elspeth
- Take Me With You (Performed By Liz Fraser)
- Wanker
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En
1997, el actor Alan Rickman dirigió su primera película
(y única hasta el momento) y, tras darse a conocer internacionalmente
en Die Hard, Robin Hood: Prince of Thieves, Sense and Sensibility
o Michael Collins, cambia de registro y no solo decide dirigir
sino que adapta su propio guión. The Winter Guest
es una película que nos cuenta cuatro historias sobre la vida de
varias personas que viven en un pueblo helado y aislado, al igual que
sus protagonistas, y que se desarrollan en un día. Las relaciones
entre una viuda y su madre, su hijo y una joven vecina, dos niños
que deciden no ir al colegio y dos señoras cuya única afición
es asistir a todos los funerales del pueblo tienen, entre otros, un nexo
en común: la música de Michael Kamen.
El éxito
de la película se debe a una dirección magnífica
y a unas actrices que llenan la pantalla en cada plano en el que aparecen:
Emma Thompson y su madre, Phyllida Law. Alan Rickman
no necesita alardes técnicos ni extravagantes movimientos de cámara:
ésta es simplemente un testigo de las vivencias de los protagonistas,
paseándose por el paisaje helado e introduciéndonos en varias
historias tristes y entrelazadas. La vida de los protagonistas es díficil,
salpicada de problemas (la soledad, el sexo, el paso del tiempo). Michael
Kamen los perfila con una música intimista y cálida
en claro contraste con el lugar donde se desarrolla la acción.
Desde
el principio, la música seduce al espectador. Kamen
describe perfectamente el sentir de los personajes; la calma que transmite,
junto con la sencillez de la partitura, invita a formar parte de la historia.
La música no entorpece nunca el discurrir de la misma y, para lograr
esa sensación de sencillez de la que hablo, el autor se vale del
piano acompañado de una pequeña sección de cuerda
y un sutil apoyo de sintetizador. Los problemas y los miedos de los personajes
se reflejan en la orquestación y ayudan a comprender al espectador
el estado anímico de los mismos. Desde la primera nota sabemos
que si hay algo existente en la vida de los personajes es la tranquilidad,
demasiada y desesperante; el hielo que les rodea es un personaje más
y llega a formar parte de sus vidas: solo queda la opción de seguir
caminando hasta que éste se rompa.
El tema principal es bellísimo y sobre él
se centra toda la partitura, el tempo varía dependiendo de las
exigencias del guión acompañando siempre sin cobrar protagonismo
y fundiéndose con las imágenes. Es interesante el uso de
este tema a lo largo de toda la película, pues da la sensación
global de que se repite pero siempre hay algo distinto cada vez que se
utiliza; al mismo tiempo que los personajes, la música pasa de
un estado de tristeza y monotonía a otro más esperanzador,
sigue siendo el mismo tema pero con un matiz distinto.
Este tema
es reutilizado para el film por el compositor ya que es una transcripción
para piano del tercer movimiento del Concert For Sanborn and Orchestra,
y lo hace de una manera más pausada y romántica dando el
protagonismo a dicho instrumento y no al saxo (para el que está
escrito el concierto). Además, en los títulos podemos escuchar
una versión cantada. De nuevo Kamen acierta: la
voz de Elizabeth Fraser es sin duda una de las más embriagadoras
que conozco, recientemente la podemos oír en El Señor
de los Anillos: La Comunidad del Anillo (Lothloríen
- Lament for Gandalf) y en Las Dos Torres (Isengard
Unleashed).
La partitura
de El Invitado de Invierno es asombrosa, el hecho de
que sea repetitiva tiene sentido; no es una reiteración por falta
de creatividad, se ajusta a la historia de tal manera que el espectador
termina por no darse cuenta de que está ahí, llevando el
peso argumental.
Lo Mejor: El protagonismo
del piano, un acierto.
Lo Peor:
Nada.
Los Momentos: El
desarrollo del tema My Name is Elspeth, Kamen en estado puro.
Jesús
Castro
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