Also in English
Nacido
en California en 1945, en un planeta liberado ya de ataduras nazis, Bruce
Broughton ha sido uno de los compositores favoritos del fandom
de música de cine durante los años ochenta, una década
en la que el sinfonismo alcanzó una nueva edad dorada, con compositores
de la talla de John
Williams, Jerry
Goldsmith, Alan
Silvestri y James
Horner.
Silverado marcó las
pautas de su carrera, una composición llena de matices que posteriormente
retomaría en su violenta Tombstone.
Broughton,
de marcado estilo, cercano al maestro Williams,
sorprendió a propios y extraños con su obra maestra Young
Sherlock Holmes, un cúmulo de sonidos sinfónicos
y corales que lo enviaba directamente al Olimpo de los compositores de cine.
Partituras más melódicas, sutiles y calmadas llegaron en los noventa
con Infinity o Carried
Away, sin olvidar sus magníficos trabajos para animación
o partituras para vehículos de disfrute navideño:
Un compositor al cual pudo entrevistar la plana mayor de Bsospirit, tal vez con
la entrevista confeccionada por más Ultimates.
Bruce Broughton,
un gran compositor, UN
MAESTRO.
BSO Spirit (BS): Empecemos por tus comienzos.
Iniciaste tu carrera en el mundo de la televisión por la puerta grande, escribiendo música para
series míticas como Barnaby Jones, Hawaii Five-0 (Hawai
5-0), Police Woman (La mujer policía), Logan's
Run (La fuga de Logan) o Dallas, y
ganaste dos Emmys con esta última. ¿Qué nos
puedes contar de aquellos años, así como de tu experiencia en aquellos
trabajos, componiendo a contrarreloj, directores interesantes, relaciones de
trabajo, etc.?
Bruce Broughton (BB):Trabajar para la televisión me dio una base sonora para todas las composiciones
de cine que haría años después. Compuse muchos episodios
de muy diferentes estilos. Trabajé en westerns, series policíacas,
culebrones, dramas, comedias y fantasías de ciencia-ficción. El
calendario siempre era muy rígido, así que aprendí a escribir
sobre la marcha y a ser rápido resolviendo problemas. También tuve
ocasión de experimentar con distintos estilos musicales y con diferentes
combinaciones orquestales. Cuando ya me puse con los largometrajes tenía
detrás una base sólida de música dramática y podía
solucionar problemas.
BS: De aquellos años
quiero destacar The Blue and the Gray. ¿Cómo
te involucraste en aquel proyecto? El tema principal, con su inspiración
marcial y estilo épico, es una referencia de westerns posteriores
tuyos, en especial por el uso de la guitarra y la armónica, pero de
hecho es un score denso, dramático y psicológico. ¿Tenías
interés en resaltar aspectos de la muerte entre hermanos de la misma
nación, más que del lado épico de la Guerra Civil Americana?
BB: The Blue and the Gray fue un proyecto especial
para mí porque fue la primera vez que pude hacer un "drama de época",
una película ambientada en un momento histórico específico.
Para este proyecto estudié música americana del siglo XIX,
así como la música para banda militar auténtica que
se usaba en la guerra. Los productores querían específicamente
tener muchas secuencias musicales en las que se tocaran instrumentos de
aquella época, por lo que gran parte del score incluye solos de
violín, guitarra, banjo, armónica y arpa de boca. Los aspectos
dramáticos del film fueron tratados con algún conocimiento
de cómo eran realmente las emociones del conflicto. Fue, y todavía
lo es, la guerra más sangrienta en la que ha combatido Estados Unidos.
BS:
Para algunos sectores de críticos y aficionados a la música,
existe en tu obra cierta continuación de la línea sinfónica
introducida por John Williams a principios de los
setenta, e incluso se afirma que es muy cercana a tus trabajos. ¿Quiénes
fueron tus modelos cuando comenzaste tu carrera en la industria cinematográfica?
BB:
Cuando empecé a trabajar en películas, el estilo sinfónico
recobraba popularidad. En trabajos para películas como Silverado y Young
Sherlock Holmes (El secreto de la pirámide),
se utilizó ese medio tradicional de componer. Mis scores más
populares son orquestales, por lo que me identifiqué rápidamente
con esta forma de escribir. Antes de dedicarme a componer profesionalmente,
mis dos héroes de la música de cine eran Alex North y Jerry
Goldsmith. Sus scores eran siempre los que más me impresionaban.
BS: Silverado es
tu primera gran película. ¿Cómo contactó Lawrence
Kasdan contigo y qué te pidió? Una simple curiosidad: ¿sirvió tu
primera nominación al Oscar para tener un mayor reconocimiento por
parte de la industria o tu opinión sobre estos premios es diferente?
BB: En realidad fui yo quien contactó con Kasdan.
Tuvimos una reunión inicial después de que yo leyera el guión,
que era muy denso en detalles. Para su satisfacción yo parecía
comprender su película y los dos nos llevamos muy bien personalmente.
El score de Silverado me proporcionó mucho más
reconocimiento del que había tenido antes y la nominación al
Oscar ayudó a ello. Sin embargo, ganar el Oscar es mejor que ser nominado,
ya que a Hollywood le gusta lo que está "caliente", y generalmente los
ganadores del Oscar encuentran muy rápidamente trabajo tras ganarlo.
BS:
La irrupción de Silverado en la escena musical
del western fue en cierto modo una revolución por la forma de abordar el
género. Casi, si me permites decirlo, una auténtica declaración
de intenciones, que tuvo su continuación con los scores de Tombstone o O
Pioneers!, y más recientemente con el de Roughing It! ¿Cuáles
fueron tus premisas para acometer este género? ¿Fue la línea
iniciada por Copland y seguida por Moross o Bernstein? ¿O
fue la más ecléctica de Fielding?
BB: Larry Kasdan intentaba que Silverado fuera
un western para cualquiera que nunca hubiera visto un western. Cuando
se hizo, las películas del oeste ya no eran populares. El gran estilo musical
del western, enérgico superior, fue el iniciado por Jerome Moross y
más tarde popularizado por Elmer Bernstein. Fue
aquel estilo el que utilicé en Silverado. Si
ves la película,
te darás cuenta de que el único elemento del western que
no aparece es todo aquello que tiene que ver con los indios (costaba demasiado).
Yo pienso en Silverado como un score de "western". No creo que los otros
que has citado sean específicamente de "western". Tombstone no
tiene guitarras ni armónicas. La música es muy oscura y melodramática,
como la película. El tema de O Pioneers! es más
un himno que una canción de cowboy, su estilo es muy a la Americana
y la música muy comedida. Roughing It! es una
mezcla muy amable y simpática de música del siglo XIX y de armonías
dulces, con más reminiscencias de Dvorak que
de Copland;
extrañamente es dramática, ya que la historia es más
o menos la historia de la vida en la carretera.
BS:
Te agradecemos las palabras que escribiste en nuestra página
web en homenaje a Jerry Goldsmith. En Tombstone,
tu colaborador habitual, Pan Cosmatos, te dio el proyecto
después de que Jerry lo abandonara. ¿Qué pasó en
realidad? También, en la edición oficial de Intrada, haces agradecimientos
al Maestro. ¿Utilizaste algo de su trabajo? Digo esto, en especial,
porque tengo la impresión de que el uso de la percusión,
con ese estilo oscuro y brutal, se parece al de la obra rechazada de Alex
North para 2001, Una Odisea en el espacio,
que meses antes Jerry grabó para Varèse.
BB: No recuerdo por qué Jerry no pudo hacer Tombstone.
Creo que en su agenda se solapaba con otra película. Él había
trabajado con George Cosmatos antes, así que me recomendó para
el trabajo. Cuando vi por primera vez la película, George había
utilizado Silverado como música de referencia. Los
dos films son muy diferentes; la energía heroica y alegre de Silverado no
funcionaba en absoluto con la oscuridad y agresividad de Tombstone.
Hablé un par de veces con Jerry mientras estaba trabajando en el score.
Me apoyó y animó mucho. Creo que estaba vigilando su recomendación.
Pero no utilicé nada de Jerry en la película. Sin embargo, grabé su
nuevo logo para Cinergi, la productora.
BS:
Tras Silverado, encontramos uno de tus scores más
admirados por los aficionados, Young Sherlock Holmes,
un trabajo con una gran variedad temática y complejidad orquestal. Coméntanos
cómo abordaste la música para esta película
y aquellos temas, como el de amor, el de Sherlock, el coro de la
ceremonia...
BB: Silverado había sido un score enérgico
y poderoso, pero era muy directo. Había muchos grandes acordes y mucha
construcción potente en la forma en que se unía toda la música. Young
Sherlock Holmes fue muy diferente. Era entusiasta, juvenil
y complejo. Las escenas no duraban mucho y saltaban de una a otra.
El ritmo era muy rápido.
Mientras Silverado tenía sólo dos
temas y unos pocos subtemas, Young Sherlock Holmes los
tenía por
todas partes. Los dos principales, el "tema de la investigación" de
los títulos principales y el "tema de la aventura" de "Solving
the Crime" se utilizaban a lo largo de toda la película de
maneras distintas. El "tema de amor" es una variación del "tema de la
aventura", y además hay otros cuatro o cinco temas más.
También hay muchos estilos musicales distintos en esta banda sonora.
Hay mucha música inglesa al estilo de Elgar,
algún
primitivismo del estilo de Orff, orientalismo ruso
del siglo XIX y muchas técnicas eclécticas de vanguardia del siglo XX,
todo mezclado en el score. La película en sí es una aventura
fantástica, que incluye desde bicicletas que vuelan, cultos religiosos
secretos y pesadillas alucinógenas hasta lucha de espadas sobre un témpano
de hielo; y todo se centra en un tranquilo colegio inglés para chicos
donde sólo vive una chica con su excéntrico tío. ¿Cómo
no iba a ser un score que disfrutara de una gran variedad temática?
BS: ¿Con
qué escenas de la película disfrutaste más a la hora de
escribir la música?
BB: En particular me gustaron las escenas alucinógenas. Pero dicho
esto, no había nada en la película que no me gustara.
BS: ¿Cuál
es la verdadera historia sobre el copyright de esta banda sonora? Sólo
hasta hace poco tiempo los aficionados pudimos disfrutar de una edición
completa de este trabajo, en forma de edición limitada. ¿Por
qué se editó tan tarde?
BB: Por algún motivo, nadie quiso licenciar este score tras la grabación
original. El mercado de la música de cine es muy pequeño y las
grandes compañías discográficas no están dispuestas
a editar scores en pequeñas cantidades; para ellos, literalmente, "no
vale la pena". Tuvimos el mismo problema con Silverado,
pero aquel score tuvo un final feliz. Young Sherlock Holmes no
tuvo tanta suerte. Aparte de algunas copias piratas, los discos
promocionales de Intrada fueron la única forma de escucharlo.
BS: Con The Presidio (Más
fuerte que el odio)
iniciaste una breve aunque intensa relación con Peter Hyams,
con quien también trabajaste en Narrow Margin (Testigo
accidental) y Stay Tuned (Permanezca
en sintonía). ¿Cómo
era trabajar con él y cuál fue el motivo de que se acabara aquella
relación profesional? ¿De cuál de estos trabajos estás
más orgulloso?
BB: No creo que Peter trabaje con un compositor más de tres veces. Él
puede ser muy exigente, pero es muy específico con lo que
quiere.
De los scores que citas, personalmente prefiero The Presidio,
aunque hay cosas que me gustan en Narrow Margin.
Estoy contento de que fuera editado en CD.
BS: Una de tus obras
que admiro de manera especial es The Old Man and the Sea (El viejo y el mar). ¿Cuál
fue la fuente de inspiración para crear este score tan delicado y con
un sentido étnico tan fuerte?
BB: El score de The Old Man and the Sea fue
simplemente mi versión de una música influenciada por el estilo cubano, dado
el marco de la historia tal como fue replanteada por la televisión.
BS:
Aunque eres más conocido por tus scores épicos, también
has trabajado en pequeños scores, en los que has desarrollado una música
más personal, oscura y compleja, buscando forjar una relación
más estrecha con los personajes, caso de Infinity, Carried
Away y One Tough Cop (Acariciando la muerte).
Sabiendo que eres un compositor realmente versátil, ¿es este
tipo de composición con el que te sientes más
a gusto?
BB: Siempre me alegra oír que alguien conoce estos scores.
El score favorito de mi mujer es Carried Away.
La principal influencia en este trabajo es su director, Bruno Barretto.
Siempre decía: "Demasiadas
notas. Demasiada música. Hazlo más sencillo". Tenía razón.
El score es muy simple y ajustado.
Infinity también es un trabajo bonito y suave, que
tiene que ver sobre la relación entre dos personas. One Tough
Cop, también para Bruno, fue mi primer score hecho totalmente
con sintetizadores. Es muy oscuro y obsesivo, como la película, y apenas
melódico.
BS:
También podemos disfrutar de Bruce Broughton en
películas
para toda la familia, como Homeward Bound (De vuelta
a casa) y su secuela, Harry and the Hendersons (Harry
y los Henderson), Honey, I Blew Up the Kid (Cariño,
he agrandado al niño), A Simple Wish (El
hada novata) o Baby's Day Out (El peque se
va de marcha). ¿Tienes alguna preferencia entre
estos trabajos citados?
BB: Me gusta en especial Baby's Day Out. Me
gustó mucho
la película y la encontré muy divertida. Y disfruté trabajando
en ella. También me gusta el score de Honey, I Blew Up the Kid por
toda su loca energía.
BS:
En 1995 trabajaste en la que para mucha gente es uno de los
mejores scores con espíritu navideño: Miracle on 34th Street (Milagro
en la ciudad), remake de la película de 1947 que tenía
música de Cyril J. Mockridge. ¿Qué recuerdos
tienes de esa banda sonora que se ha convertido en un clásico navideño?
BB: Fue la segunda película que hice con John Hughes.
Me gusta esta tanto como Baby's Day Out. Las
películas
de John están tan bien escritas que la música cae por sí sola
en su lugar. Al menos, así fue en esas dos películas. Estoy contento
de que a la gente le guste este score. La música es
muy positiva y hace que la gente se sienta bien.
BS:
Siguiendo con el cine para toda la familia, es indispensable
hablar de tu contribución
al género de la animación, con tus trabajos para Tiny
Toon Adventures, algunos cortos de Roger Rabbit y,
por encima de todas, The Rescuers Down Under (Los
Rescatadores en Cangurolandia). ¿Fue difícil adaptarse
a los parámetros requeridos para los dibujos animados?
BB: Siempre había querido trabajar en dibujos animados, así que
me sentí muy contento cuando se me pidió hacer The Rescuers
Down Under para Disney. De niño, Walt
Disney había sido uno de mis héroes (yo quería
ser animador), por lo que trabajar en una película de animación
de este estudio fue para mí lo más cercano que
era posible a trabajar con el propio Walt Disney.
Al mismo tiempo, tuve la oportunidad de ser el compositor supervisor
en Tiny
Toon Adventures, cuya música tenía un
estilo completamente distinto. Toda la serie trataba de duplicar
y adaptar los antiguos dibujos animados de Warner Bros.,
y ello incluía también
la forma en que la música tenía que funcionar.
Mi tarea era buscar y supervisar a compositores que pudieran
trabajar con el estilo de Carl
Stalling. Y a menudo tuve éxito. He tenido
el gran placer de escuchar mi Tiny Toon Adventures Theme Song cantada
por varios cientos de niños en escuelas de todo el país.
Una vez dicho esto, la música de animación exige un trabajo muy
intenso. Hay muchas notas, los ritmos son rápidos y la energía
tiene que mantenerse alta. No hay notas de cuerdas que se alarguen en el tiempo
en este tipo de música, pero es muy divertido grabarla e interpretarla.
Hasta los músicos ríen con las bromas.
BS: En cierto modo, ¿hay
en tu obra American Excursions un homenaje
a Leonard
Bernstein y a los grandes compositores para bandas,
como Sousa?
BB: No. Excursions fue compuesta para un trompeta
de la US
Air Force Band. Desde entonces se ha convertido en
un popular solo para trompetistas, pero no suena para nada
a Leonard Bernstein o
a John Phillip Sousa.
BS: La música
de Heart
of Darkness fue un hito importante, porque, por primera
vez en un vídeojuego había una perspectiva musical
profesional (dejando aparte el hecho de que compositores como Craig Safan o Michael
Land habían trabajado antes en vídeojuegos, pero nunca
con orquesta y sonido digital), y ello abrió el camino
a futuros compositores como Giacchino, Soule o Moore. ¿Cómo
acometiste musicalmente ese reto? ¿Fue una experiencia
satisfactoria?
BB: Heart of Darkness fue muy divertida desde
principio a fin. Tal como dices, fue el primer score orquestal
para un vídeojuego.
Por lo que lo hacía tan divertido, aparte de la gran calidad de la producción,
eran los chicos que lo hicieron. El equipo trabajaba en París, por lo
que no fueron a Los Ángeles, sino que fui yo a París.
Somos buenos amigos desde entonces.
La animación estaba influida por la animación americana, específicamente The
Rescuers Down Under, que fue por la que se me pidió el score.
Técnicamente, la escribí como si fuera una película de
animación.
BS:
A lo largo de tu obra, con frecuencia se advierten y disfrutan
referencias a grandes compositores (por ejemplo, Bruckner en The
Boy Who Could Fly (Más allá de
la realidad), Haydn en Harry
and the Hendersons...) o directamente arreglos de
piezas clásicas
(Tchaikowsky). ¿Se trata de una necesidad creativa
o una imposición de la música de referencia?
BB: Depende. No sé dónde se encuentra Bruckner en The
Boy Who Could Fly, ya que generalmente evito escuchar
a este compositor. Sin embargo, hay una pieza de una overtura
de Mozart en Harry
and the Hendersons, que se combina con música
original al estilo de Mozart. Tendrías
que conocer la pieza original, que es bastante oscura ("Ascanio in Alba")
para reconocerla. La razón es que se decidió que
a la familia Henderson le gustaba escuchar a Mozart.
A lo largo de la película se escuchan
de fondo varias piezas de Mozart. No tienen
nada que ver con Bigfoot.
A veces me gusta componer al estilo de un compositor si la
escena de la película
lo permite. En el telefilme Eloise at Christmastime,
incluí el
tema de Eloise en la Suite del Cascanueces y
escribí gran
parte del score al estilo de Tchaikowsky,
aunque con mis temas originales.
Sin embargo, a veces el director está enamorado de una pieza clásica
concreta pero no quiere usar la original. A veces puedes convencerle de que
se olvide de la idea, pero a veces no puedes. Tú y yo sabemos que hay
muchos scores que se basan en obras de compositores anteriores y muchos de
ellos se hacen muy famosos por derecho propio.
BS: Durante los años
noventa participaste en la recuperación de scores clásicos
como Julius
Caesar (Julio César) o Ivanhoe,
de Miklos Rozsa, y Jason and the Argonauts (Jasón
y los Argonautas), de Bernard Herrmann. ¿Cómo
surgió la idea de esa iniciativa tan importante y necesaria? ¿Buscabas
una reinterpretación o trataste de ser fiel al espíritu del compositor? ¿Hay
algún otro clásico que quieres regrabar?
BB: Douglas Fake, de Intrada Records,
me pidió regrabar scores de Rozsa y Herrmann y,
por supuesto, me sentí feliz de poder hacerlo, en especial porque los
grabaríamos con la Sinfonia de Londres. Fuimos lo más fieles
posible a la interpretación original. Miklos Rozsa escuchó las
cintas de Ivanhoe antes de morir y se sintió sorprendido
y halagado al ver que alguien hubiera cuidado tanto un score suyo. La tonta
orquestación de los Argonautas de Herrmann parecía
una buena elección para regrabar. Para mí, el
mayor talento musical de Herrmann fue su conocimiento
del drama en un sonido orquestal específico.
Pero, ¿hay otras obras clásicas que quiero regrabar? No. Ya hay
demasiadas versiones. Sin embargo, hay unas cuantas obras mías de concierto
que quiero grabar.
BS: ¿Es posible que el tiempo y el intenso trabajo
que dedicaste en los noventa a estas regrabaciones (años muy competitivos
en los que se consolidaron muchos de los compositores actuales más ocupados)
dañaran tu carrera profesional?
BB: Lo dudo. Trabajo cuando me lo piden, pero cuando no me
lo piden, sigo trabajando. He tenido muchos proyectos al mismo
tiempo, aunque no todos relacionados con el cine. Y de los
que están relacionados con películas, algunos
no tienen que ver con la música.
BS: Aunque nunca abandonaste el
trabajo para televisión a lo largo de tu carrera, parece que últimamente
te dedicas casi siempre a este medio. Aparte de las obvias diferencias en cuanto
a recursos y presupuesto respecto a la gran pantalla, ¿cuáles
son los retos de trabajar para televisión? ¿Has tenido más
libertad creativa?
BB: Ya no es tan divertido trabajar en la televisión como antes.
Sin embargo, sigue teniendo muchas más posibilidades de historia y estilo
que las películas de cine. Los presupuestos para música se han
reducido drásticamente en los últimos diez años. Ya eran
muy limitados antes y ahora son a menudo son bárbaros. Creativamente,
es más difícil hacer algo con sentido que en el cine, aunque
también en las películas los estilos han cambiado mucho.
BS:
Tenemos que preguntarte por la situación de la música de cine
hoy en día. En tu opinión, ¿qué compositores son
los más interesantes? ¿Qué bandas sonoras
te gustan especialmente de ellos?
BB: La música de cine no es tan interesante ahora como hace 10 o
15 años. Y eso se debe a una cosa básica. No se desea el calor
emocional o la impresión melódica del momento; todo eso queda
relegado al propio discurso de la película. Dicho esto, la mayoría
de grandes películas tienen demasiada música, en su mayor parte
innecesaria. Hay varios buenos compositores y algunos que escriben scores efectivos,
pero en particular no son compositores musicalmente interesantes. No recuerdo
la última vez que me sentí realmente emocionado
por algo que escuchara en la gran pantalla.
Recientemente, mi mujer y yo estábamos viendo una película en
televisión y comenzamos a escuchar la música.
Estaba hermosamente escrita, interpretada, orquestada y grabada.
Era Irma la Douce (Irma
la Dulce), de André Prévin.
Me pregunté mientras
la veía qué tipo de música tendría esa película
si se hubiera compuesto hoy.
BS: Personalmente, ¿de cuál
de tus trabajos te sientes más orgulloso?
BB: Honestamente, no puedo citar un score en particular. Hay
varios a los que tengo cariño por una razón u otra. Me satisface saber que
otras personas disfrutan de uno de mis scores. La idea de que la música
puede existir dentro y fuera de una película y que todavía puede
emocionar a la gente es para mí muy agradable.
BS: Algunos de los
aficionados al cine y a la música de cine que te admiran por tu profunda
formación clásica y tu demostrado talento en el mundo de la música
cinematográfica lamentan que tú y otros compositores no se prodiguen
tanto como les gustaría en las producciones de cine actuales. ¿Cuál
crees que es el motivo de que compositores con una gran formación clásica
se vean, en cierto modo, algo fuera de lugar respecto a otros que carecen de
esa formación? ¿Perderá importancia la gran orquesta y
el sonido sinfónico en favor de las sonoridades electrónicas?
BB: Aprecio esas amables palabras, y me siento feliz de que
la gente pueda escuchar mis bandas sonoras como algo que tiene
sentido musicalmente. Sin embargo, en cuanto a qué pasará en el futuro con las bandas sonoras en
general, realmente no lo sé.
Las cosas cambian constantemente. Hubo un período en los años
setenta en el que Jerry Goldsmith y Elmer Bernstein hacían
mucha televisión porque los estilos en las películas habían
cambiado y a ellos no se les solicitaba. De repente, los estilos
cambiaron de nuevo, y Jerry y Elmer y
todos los demás
volvieron.
Gershwin dijo una vez que "nada bueno en música morirá nunca".
Lo mismo podría decirse sobre la música de cine. Si algo es bueno,
alguien querrá oírlo, usarlo, comprarlo o apoyarlo. Es bueno
tener una formación musical si uno quiere ser compositor de cine, aunque
algunas personas sin formación básica pueden al final convertirse
en buenos compositores, lo que significa que pueden encontrar sonidos, frases
musicales o efectos que funcionan bien con la película. Reciben su formación "trabajando".
Pero no es lo mismo si quieres escribir una sinfonía. Para eso tienes
que saber lo que estás haciendo.
BS: El año 2004 será recordado
como el annus horribilis de la música de cine,
con las muertes de leyendas como Jerry Goldsmith, David Raksin y Elmer
Bernstein. Nos hablaste de Goldsmith hace
unas semanas, pero la repentina muerte de Bernstein y
de Raksin nos
obliga a pedirte que digas unas palabras sobre su figura y
obra. ¿Qué puedes
decirnos sobre estos dos grandes compositores?
BB: No puedo decirte nada sobre su legado de cara al futuro,
pero sí puedo
decirte lo que estos tres hombres significaron para mí personalmente.
Estudié con David Raksin y lo conocí socialmente
cuando los compositores de cine trataban (sin éxito) de crear un sindicato.
De muchacho me sentía fascinado por la belleza y las complejas armonías
de Laura. Pero como hombre, admiré el nivel personal
de apoyo del que era capaz. Cuando era estudiante, me dio verdaderos ánimos
como compositor. Cuando fui presidente de la Sociedad de Compositores y Letristas,
me dio ánimos y muy buenos consejos como antiguo líder sindical.
Era muy coherente en sus comentarios y sus elogios. Además, tenía
un sentido del humor muy divertido.
Admiré a Elmer Bernstein como compositor
primerizo que realmente cambió la concepción de la música
de cine. Algunos de sus primeros scores (Man With a Golden Arm, Magnificent
Seven) se encuentran entre los primeros que sacaron
la música
del fondo para traerla al primer plano y tuvieron un éxito independiente
de la película para los que fueron compuestos. Como David Raksin, Elmer también
dirigió un gremio de compositores. Elmer estaba disponible él
mismo para otras personas. Pero lo que realmente me gusta de Elmer es que sabía
sacarle todo el partido a este oficio. Se lo dije una vez y simplemente rió y
estuvo de acuerdo.
De todos los compositores de cine que conozco, la música
de Jerry está en
el nivel más alto. Tenía la rara habilidad de comprender una
técnica y un estilo y entonces aplicarlos en su propio trabajo de una
forma que parece invisible para la película y la historia. John
Williams se refería a él como un "camaleón musical".
Además, Jerry tenía un don melódico muy desarrollado,
que a menudo sublimaba –y él hizo toda su técnica- a las necesidades
de la película. Hay muy pocas películas para las que trabajó que
no se beneficiaran de su score.
BS:
Para acabar, ¿en qué proyectos has estado involucrado últimamente?
BB: Mi proyecto más reciente es The Three Musketeers para Disney.
En cuanto a lo siguiente, sólo puedo decir que en toda mi carrera rara
vez he sabido lo que vendrá después. Algo habrá, pero
será una sorpresa.
BS: De nuevo, muchas gracias por tu tiempo y
por esta entrevista. Es un honor y un privilegio para nosotros.
Te deseamos el futuro más prolífico y deseamos disfrutar
de tus nuevos trabajos.
BB: Gracias vuestras preguntas. ¡Ojalá pudiera saber español
para ahorraros el trabajo de traducir todo esto!
Entrevista
conseguida para BSOSpirit
Realizada por Iván Fernández, Julia Saiz y Pablo
Nieto
Traducción de preguntas a inglés por Julio César Fernández
Traducción de Óscar Giménez
|