The Grusin Connection
Intro
Dave Grusin es uno de esos compositores con los que he ido creciendo poco a poco desde mi infancia, cuando de niño fui a ver The Goonies (1985) en un cine de Gijón, acompañado de mis padres. Aquella película me marcó, dejándome una huella imborrable desde crío, rememorando una y otra vez las aventuras de aquella pandilla de amigos.
The Goonies me sitúo a Dave Grusin en el mapa de compositores, aun cuando, en aquel momento, no sabía ni quien era Grusin (ni Goldsmith, Williams, Horner o Poledouris), ni todavía era consciente de mi amor por la música de cine.
Por ello, estaré eternamente agradecido a ésta película, porque me abrió las puertas de un compositor realmente versátil y polifacético, con una gran producción musical realmente apabullante, que abarca desde el Jazz, los ritmos latinos y el pop hasta el estilo más clásico y sinfónico, complementando su fantástica carrera en el cine y la televisión.
Es por ello que, a sabiendas de su próxima e inminente visita al VI Festival Internacional de Música de Cine de Úbeda, deseo rendirle un cariñoso y emotivo tributo al que es uno de mis compositores preferidos, Dave Grusin, un auténtico apasionado de la música de cine y del jazz.
Dave Grusin – Toma de Contacto Personal: The Goonies
The Goonies fue la catapulta hacia un mundo de sensaciones y disfrutes ilimitado. Quizás tardase algo en descubrir a éste genio, pero una vez que abrí esa puerta, jamás la deje cerrado, quedándome al otro lado para disfrutar, una y otra vez, de cada nuevo trabajo que iba descubriendo, mientras mi perplejidad iba en aumento ante la magistral calidad de sus composiciones.
En los 90, cuando comenzó mi afición consciente a la música de cine y, por ende, el coleccionismo de bandas sonoras, volví a visionar The Goonies, quedándome perplejo desde el momento en que la música de Grusin comienza a hacer aparición, en la famosa escena en la uno de los Fratelli se fuga de la prisión con su madre y su hermano en un todo terreno.
Aquel tema inicial, que se mantiene durante toda la huida hasta la playa, es toda un prodigio musical, una auténtica obra de arte, con un derroche de sinfonismo que desprende magia y aventuras en todas sus notas, constituyendo un gran tema de apertura que, sin riesgo a equivocarme, se alza como uno de los mejores main titles compuestos para el género de aventuras de largo, y uno de los trabajos más amados por los aficionados a la música de cine.
Pero no se queda ahí, que va... Después de aquella brillante fanfarria de apertura, nos encontramos un melódico tema principal para los Goonies, música de aventuras para su viaje hacia el tesoro, y un magnífico tema de cierre para el mágico final, con el que muchos hemos crecido en los años 80, como si fuéramos otro Goonie más.
Y hasta 1993, prácticamente, perdí contacto con cualquier banda sonora de Grusin, si exceptuamos Three Days of the Condor (1975), de la que guardaba un grato recuerdo, revisionándola años después, maravillándome, aun más, con la película de Pollack y el score de Grusin.
De hecho, cuando me aficioné a la música de cine, The Goonies fue una de las culpables que justificaron mi pasión (y adicción) por las bandas sonoras, pero era la única de Grusin, a diferencia con Williams, del que tenia ET, la saga de Star Wars, Jaws o sus Indiana Jones, con Goldsmith, con Star Trek, Alien, The Omen, Logan’s Run o The Swarm o con Horner, con Krull, Star Trek II o Cocoon.
The Firm y Havana: Mi Confirmación con Grusin
El año 1993 fue un gran año para la banda sonora. James Newton Howard irrumpía con una fuerza atronadora son su The Fugitive, una obra magnífica, con algunos de los mejores temas de acción jamás compuestos, y una justa nominación a los Oscar, In the Line of Fire del gran Morricone, o el Cliffhanger de Trevor Jones, una auténtica maravilla.
En ese subgénero musical del thriller y la acción, llegó una película, The Firm, que se convirtió en un gran éxito de taquilla. Fue dirigida por Sydney Pollack, con quien Grusin colaboraría hasta en nueve ocasiones, basada en un libro de John Grisham, y con actores de la talla de Gene Hackman, Ed Harris, Tom Cruise, Hal Holbrook, David Strathairn, Holly Hunter o Gary Busey.
La música de Grusin era maravillosa, y todo ello a través de un piano, impregnando de ritmo, emoción y sentimiento toda la película, y con un corte de acción impresionante en la recta final, algo completamente espectacular. Aquello fue el antecedente de otras dos obras que se convertirían en trabajos de referencia para mí: The Winter Guest de Michael Kamen (recomendada por Carlos Alfayate) y It’s My Party de Basil Poledouris.
1993 fue mi despertar con James Newton Howard, un compositor que desconocía hasta ese momento, y la confirmación de Dave Grusin como un compositor a seguir, con un curriculum donde no solo brillaba The Goonies, sino que se sumaba esa maravillosa The Firm.
Pero aún quedaba el tercer descubrimiento, que no tardaría en llegar, y que marcaría mi enamoramiento definitivo por la música de éste genio, de una forma incondicional.
Unos veranos después, quizás 1995 o 1996 (no lo recuerdo con exactitud), pasé un mes de verano en casa de mi primo Mario, en Villaviciosa, donde descubrí, entre los LPs de mis primos, el disco de Havana. Mi primo tenía una pequeña colección de LPs de la época, como E.T. o The Neverending Story, pero aquel era un completo desconocido para mí.
Cuando lo sujeté entre mis manos y vi que Dave Grusin era el compositor, saltó la primera sorpresa. Anda, el mismo de The Goonies y The Firm, y por aquella época ya lo había asociado con algún otro trabajo como Three Days of the Condor.
La segunda sorpresa, nada más poner el LP en el reproductor. Me invadió una mezcla increíble de sensaciones musicales; ritmos latinos, un gran colorido musical a lo largo de toda la partitura, un bellísimo tema de amor y un excelente contrapunto dramático para narrar la revolución que tiene lugar en la Havana.
Aquel LP marcó mi pasión incondicional hacia la música de Grusin, convirtiendo su motivo de amor de y el corte “Hurricane Country”, en una de mis debilidades musicales, marcando una época de mi vida con un chasco sentimental que tuve, pero que permanece como un bello recuerdo gracias a la belleza de las notas de Grusin.
Pasión Incondicional por su Música
En 1998, se cruzaría en mi camino una nueva genialidad de Grusin, Mulholland Falls, una partitura de cine negro de las de antes, que, de nuevo, destapaba el frasco de las esencias de Grusin.
Al entrar en los 2000, no podría precisar en que momento, pero quizás próximo al 2005, comencé a realizar inmersiones en su obra no cinematográfica, bastante al mundo del Jazz, con trabajos como la fantástica Migration, la fusión de jazz y ritmos modernos en A Twist of Jobim, esa maravilla rítmica que es Mountain Dance, o sus homenajes a otros genios, como el maravilloso The Gershwin Connection.
Toda su obra me encantaba; sus comienzos en la tele, como The Girl from U.N.C.L.E., su source music de ese clásico llamado The Graduate, esa magnifica obra jazzística ochentera llamada The Fabulous Baker Boys (uno de sus mayores reconocimientos críticos), ese toque sureño y melódico de The Cure, o esos aires latinos y rítmicos en Selena, sin olvidarnos de esa genialidad dramática y jazzística que se marcó en Random Hearts.
No he encontrado nada que no me guste, y cada nueva edición que realizan de su sobra (The Scorpio Letters en FSM, The Heart Is a Lonely Hunter en FSM, The Yakuza en FSM, The Girl from U.N.C.L.E. en Varese Sarabande…) es un motivo de alegría y coleccionismo para mí, cubriendo todos los huecos que su pequeña pero magistral filmografía posee.
Porque Dave Grusin es, y de lejos, uno de los mejores compositores que existen, creador de grandes y retentivos motivos centrales, siempre destacando el uso de la melodía, el cariño por el detalle, y su magistral calidad y oficio para darle a la película lo que realmente necesita, convirtiéndose en un elemento fundamental para dotar de alma y espíritu a las imágenes a las que acompaña.
Porque leer en la pantalla Music By Dave Grusin es lo mismo que leer Pasión por el cine, es un sinónimo de Calidad, una Marca con Denominación de Origen.
DAVE GRUSIN
Mini biografía y Comienzos en la Televisión
Dave Grusin, nacido el 26 de Junio de 1934 en Littleton, Colorado, vivió rodeado de la música en todo momento; su madre, Rosabelle, era una pianista, mientras que su padre, Henri Grusin, había sido un violinista profesional. Todo ello contribuyó a enriquecer el ambiente musical en el que creció Grusin, con un interés enfocado tanto en la música clásica como en el Jazz.
En 1956 se graduó como pianista en la University of Colorado, mudándose a New York en 1959 a la Manhattan School of Music.
Poco después conocerá a Andy Williams, un artista que estaba en su mejor momento, y con quien comenzará una estrecha relación durante varios años, yéndose con él de gira como pianista y arreglista.
Su relación con Andy Williams le llevará a conseguir un show en Los Angeles, dando el salto a la televisión, allá por 1963, en The Andy Williams Show, hasta 1964, donde dará un nuevo salto, abandonando el show y realizando algunas películas o series televisivas, donde destaca el thriller The Scorpio Letters (1967), una partitura de tensión muy deudora de la época, o series como The Wild Wild West (1966) y The Girl from U.N.C.L.E. (1966), cuyo motivo principal fue compuesto por Jerry Goldsmith y música ligera muy del estilo de los 60, muy rítmica y en la línea de los Flint de Goldsmith, del Man From U.N.C.L.E. o del Mission Impossible de Lalo Schifrin.
Grusin compondría temas centrales para varias series de la época, como Gidget (1965-1966), con una jovencísima Sally Field en el reparto, It Takes a Thief (1968) o The Name of the Game (1968), además de colaboraciones en series como Columbo: Prescription: Murder (1968), The Girl with Something Extra (1973), de nuevo con Sally Field, o Baretta (1975), hasta llegar a una de sus series más famosas, la reconocida St. Elsewhere (1982), una serie de hospitales de los 80 cuyo tema central ha sido recogido en varios recopilatorios de Dave Grusin.
Carrera Cinematográfica – The Heart Is a Lonely Hunter (1968)
Su carrera cinematográfica se afianzara en 1967 tras componer la música de dos proyectos que comenzarán a subir su cotización. De un lado, tenemos Divorce American Style, una partitura que conjuga bellas melodías con contrapuntos dramáticos, haciendo gala de un gran sinfonismo muy clásico, con música más propia de la época, ligera y muy de los sesenta, y donde podemos apreciar la introducción del Harpsichord, un instrumento que reutilizará brillantemente para la melodía principal de The Heart Is a Lonely Hunter.
Ese mismo año llegará todo un éxito de taquilla como The Graduate, dirigida por Mike Nichols (Silkwood, The Day of Dolphin, Who’s Afraid of Virginia Woolf, Working Girl) y con un emergente Dustin Hoffman, convirtiéndose en un clásico de los 60, y en una película de culto generacional, donde Grusin se encargó de componer toda una serie de cortes musicales, a modo de source music, para acompañar a las famosas canciones de Simon & Garfunkel, además de encargarse, también, del arreglo de alguna de las canciones del famoso dúo.
Además, tendrá tiempo para un western cómico, Waterhole 3, con James Coburn de protagonista, donde Grusin da vena suelta a música ligera y cómica, con una excelente canción vaquera (Ballad of Waterhole 3), muy rítmica, y que constituye el eje central y principal de prácticamente todo el score, editado en LP de la época, y que constituye una easy listening de la época.
En 1968 compondrá un excelente score para The Heart Is a Lonely Hunter, recientemente editada por FSM, donde Grusin nos ofrecerá uno de sus temas más legendarios y famosos de toda su carrera, un leitmotiv maravilloso y cautivador que recibe un magistral tratamiento musical a través del Harpsichord, mas conocido como la clave (similar al clavicordio), que le confiere un matiz noble, gentil y elegante al cariz del protagonista, el magistral Alan Arkin, recién salido de la maravillosa Wait Until Dark (1967) como el villano de la función, y que desde su participación en The Heart Is a Lonely Hunter, se hará amigo inseparable de Dave Grusin, con quien colaborará en la comedia Fire Sale (1977) dirigida por el propio Arkin, o coincidiendo, además, en la película Havana (1990) o la serie St. Elsewhere (1982).
Tras las excelentes críticas por su trabajo en The Heart Is a Lonely Hunter (uno de los discos que pondrían a Grusin en contacto con Sydney Pollack), Grusin realiza ese mismo año una incursión en una coproducción ítalo francesa llamada Candy, cuya partitura conoció edición en LP, es todo una amalgama de sonidos musicales propios de los 60, algo hippies y ligeros, de nuevo muy de la época (solo falta Austin Powers bailando), y que constituye una fascinante y rítmica audición, muy recomendable para los que disfrutamos este tipo de música.
Un año después, trabajará en dos películas, una es Winning (1969), traducida como 500 Millas, donde compone la música para una película de carreras protagonizada por el gran Paul Newman, que también conoció LP, con cortes que alternan un buen tema central, con source music y algunos cortes de tensión bastante interesantes, y la otra es el western Tell Them Willie Boy Is Here, con un joven Robert Redford como protagonista.
Su entrada en los 70 le irán llevando por toda una serie de películas y trabajos en televisión, que irán desde títulos referentes que abarcan el drama y la comedia, como Adam at Six A.M. (1970), con un jovencísimo Michael Douglas y Halls of Anger (1970), hasta el western, como Shootout (1971) de Henry Hathaway y con Gregory Peck, o The Great Northfield Minnesota Raid (1972), de Philip Kauffman con Ciff Robertson y Robert Duvall en el reparto, incluyendo thrillers de la época como The Friends of Eddie Coyle (1973) del director Peter Yates (Bullit, Krull) con el gran Robert Mitchum, o Fuzz (1972) con Burt Reynolds como detective (fetiche setentero de aquella época con títulos como Gator o Shamus).
El año 1974 será un año marcado en el calendario de Dave Grusin, donde comenzara una fructífera relación con el director Sydney Pollack, lo que consolidará la carrera del compositor, revelando lo que ya intuíamos en sus anteriores trabajos: que estamos ante uno de los compositores mejor dotados de la historia del cine para generar y transmitirnos emociones, convirtiéndose en uno de los elementos vitales y fundamentales en la narración de las historias de cada una de sus películas, introduciéndose, con completa efectividad, en los perfiles emocionales de los personajes protagonistas, y eso solo está a la altura de los grandes.
Carrera Cinematográfica – Sydney Pollack & Dave Grusin (1974-1998)
La carrera de Grusin se verá fortalecida desde su toma de contacto con Sydney Pollack, colaborando hasta en nueve ocasiones, que incluyen esta larga y maravillosa lista de títulos: The Yakuza (1974), Three Days of The Condor (1975), Bobby Deerfield (1977), The Electric Horseman (1979), Absence of Malice (1981), Tootsie (1982), Havana (1990), The Firm (1993) y Random Hearts (1998).
La historia o génesis de su relación data del año 1965. Sydney Pollack había dirigido la película The Slender Thread, un drama con Sydney Poitier, Telly Savallas y Anne Bancroft. El score de aquella película corrió a cargo del genial compositor Quincy Jones, el mismo de In the Heat of the Night (1967), The Italian Job (1969) o The Getaway (1972).
Y entre los músicos acreditados del score encontraremos a un jovencísimo Dave Grusin, quien se encargaba del piano, momento en el que conoció por primera vez al director Sydney Pollack.
Tras varias películas de Pollack, como la aclamada They Shoot Horses, Don’t They? (1969), con Johnny Green como compositor, o los éxitos de taquilla Jeremiah Johnson (1972), con John Rubistein y Tim McIntire como compositores, y The Way We Were (1973), con el genial Marvin Hamlisch como compositor, llegaría The Yakuza, un nuevo proyecto con guión del gran Paul Schreader y Rober Towne (un director con el que Grusin colaboraría en Tequila Sunrise).
Durante The Way We Were, Pollack había conseguido un par de trabajos de Grusin, que por aquel entonces comenzaba a tener una gran reputación. Los Bergman (Alan y Mailyn), los escritores de las letras de las canciones del score, se convirtieron en amigos de Pollack, y fueron ellos quienes le recomendaron a Grusin como compositor, por lo que Pollack decidió adquirir el LP de The Heart Is a Lonely Hunter, cuya melodía principal cautivó al director, quien reconoció escucharla una y otra vez.
Aquel momento sería el inicio de una de las colaboraciones más fructíferas y famosas de la historia del cine, al lado de otros binomios tan famosos y de reconocido prestigio como Goldsmith-Shaffner, Williams-Spielberg o Herrmann-Hitchkock.
THE YAKUZA (1974) – Pollack & Grusin
The Yakuza cuenta la historia del detective Harry Kilmer (un gran Robert Mitchum) que regresa a Japón para ayudar a un viejo amigo, Tanner (un gran Brian Keith), cuya hija ha sido secuestrada, reencontrándose con su viejo amor de juventud, Eiko Tanaka, entablando una extraña relación de amistad con Ken Tanako, hermano de Eiko y quien años atrás había sido Yakuza, quien ayudará a Kilmer en el rescate de la hija de Tanner.
El argumento permite a Grusin trabajar a dos niveles: por un lado, música melódica, con componentes melancólicos y dramáticos, y momentos de gran belleza, para los instantes en los que Kilmer y Eiko rememoran el pasado, como el bellísimo y emotivo corte llamado “Scrapbook Montage – Scrapbook Epilogue”, y por otro lado, música étnica, en la mejor tradición oriental, trabajando perfectamente los bloques de tensión y los momentos mas dramáticos, donde destaca el fantástico corte “The Big Fight”, fascinantemente construido, y que supone uno de los mejores momentos de The Yakuza, y una de las mejores escenas de acción de los 70.
Grusin tenía cierta experiencia en la música oriental, y prueba de ello fueron algunas giras que realizó con Quincy Jones en los años 60 como integrante de una Big Band, fusionando perfectamente en el score la música oriental con la occidental, dando lugar a uno de sus trabajos más redondos y maduros, realmente complejo y fascinante, y que fue, con total justicia, pre nominado para los Oscar de 1974.
El CD editado por FSM contiene toda la música de la película, incluyendo bonus y source music, y constituye uno de los trabajos más interesantes de Grusin, quizás uno de las más complejos y profundos que ha compuesto.
THE THREE DAYS OF THE CONDOR (1975) - Pollack & Grusin
La siguiente colaboración nos regaló otro de los trabajos más brillantes de Grusin, y uno de sus mejores motivos compuestos, en la mejor tradición de los años 70: Three Days of the Condor (1975), donde un excepcional Robert Redford, llamado Condor, sobrevive al ataque que sufre una de las oficinas de la C.I.A., perpetrado por un grupo de hombres comandado por Max Von Sydow, y que constituyen una de aquellas maravillosas películas que se enfrascan dentro del subgénero de conspiraciones paranoicas de los 70, como gran parte del excelente cine de Alan J. Pakula de aquella época.
Grusin compone un tema central memorable y que forma parte de gran parte de sus habituales repertorios de recopilaciones, con ritmos funkys y setenteros, que ya es introducido en los main titles de le película, a través del tema “Condor!”, brillantemente conducido por el Honky Tonk, y con la inestimable ayuda de los violines y las trompetas, que permiten una bellísima variación romántica en el magistral “Goodbye for Kathy”, o grandes momentos de tensión (como el “Yellow Panic”) o de acción (como el rítmico “Flight of the Condor”).
Reeditada en CD hace unos años, y de escasa duración, incluyendo dos canciones de la época (una navideña y otra funky), es un trabajo obligado y uno de los que mejor definen el estilo y el excelente hacer de un compositor como Grusin.
BOBBY DEERFIELD (1977) - Pollack & Grusin
1977 nos traerá el drama romántico Bobby Deerfield, traducida como Una Vida, un Instante, y ambientada en el mundo del automovilismo, con el gran Al Pacino como protagonista (sumando una nominación al globo de oro por su papel), una nueva colaboración de Grusin con Pollack, en una nueva demostración melódica y emotiva de Dave que permanece inédita en compact, aunque conoció edición en LP de la época.
Un excelente motivo de apertura, melancólico y melódico, que define a un Bobby frío y solitario, se irá convirtiendo en un bello y maravilloso corte de amor, donde el romanticismo irá envolviendo la relación de Bobby con una bella chica, algo extravagante y alocada, que pondrá algo de alegría en la vida del piloto. Grusin también ofrece excelentes cortes musicales a modo de source music, muy de la época, que sirven para acompañar toda una serie de momentos, como los viajes por carretera de Bobby y la chica.
THE ELECTRIC HORSEMAN (1979) - Pollack & Grusin
El año 1979 nos regalara un nuevo trabajo en The Electric Horseman, donde Robert Redford y Jane Fonda conformaran el dúo protagonistas, sobre una reportera que busca lograr un buen reportaje, y un ex campeón mundial de rodeos que vive vendiendo desayunos vestido con un estrafalario traje de luces.
Grusin acierta de nuevo con ese sentido del ritmo que tanto le caracteriza, regalándonos un magnífico corte llamado “Disco Magic”, completamente bailón y muy deudor de la época, realmente maravilloso.
Grusin ofrece un magnífico corte, “Electric Horseman”, para el momento en que Redford huye de la policía, atravesando la ciudad montado en su caballo, donde Grusin fusiona, de una forma magistral, y como pocas veces he visto y oído, el sinfonismo más espectacular, con ese toque vaquero tan propio del cine del oeste con las sonoridades setenteras propias de la época. También nos ofrece un bellísimo y melódico tema de amor, “Rising Theme (Love Theme)”, donde los violines y la armónica (con un toque muy a lo John Williams) construyen la melodía, que recapitula de forma maravillosa en el corte final, “Freedom Epilogue”.
Y destacar el rítmico y magistral “Electro-Phantasma”, donde Grusin nos anticipa alguna línea melódica que reaparecerá en The Goonies, especialmente para el tema final.
Es un trabajo a reeditar en CD, cuya primera edición incluye score de Grusin y varias canciones con ese toque vaquero, algunas rozando el country, que aderezan y complementan el resultado final.
ABSENCE OF MALICE (1981) - Pollack & Grusin
El siguiente proyecto será Absence of Malice (1981), donde Sally Field interpreta a Megan, una ambiciosa reportera que publica un artículo comprometedor para el hijo de un conocido mafioso, Gallagher (Paul Newman), a quien acusa de la desaparición de un líder sindical, todo ello fundado en rumores filtrados por el departamento de justicia. Acusado falsamente, y con daños colaterales para el negocio de Gallagher y su mejor amiga, éste ideará una trama para darles un escarmiento a Megan, al fiscal y todo el departamento de justicia.
Este drama, con algún tinte romántico y algunas dosis de humor negro y sarcasmo (amén de pullas varias para la prensa y el sistema de justicia), se beneficia de un extraordinario leitmotiv principal que Grusin nos ofrece excelentemente desarrollado en los títulos de inicio, mientras asistimos al trabajo de edición y publicación de una noticia cualquiera en las prensas de los periódicos.
Grusin compone un motivo enérgico y brillante, donde las trompetas imprimen un dinamismo espectacular a las imágenes, marcando un ritmo casi cómo de noticiario en algunos momentos, emulando el trabajo de las prensas, con un carácter solemne, anunciando la llegada de la noticia, y dotándole de ciertos toques cómicos que desarrollara posteriormente para algunas escenas de Gallagher y Megan, con algunas rendiciones románticas y dramáticas realmente brillantes (la demostración lo que un genio como Grusin puede hacer con tan solo un tema). Un título digno de conocer edición en CD para poder disfrutar de él como mandan los cánones.
TOOTSIE (1982) - Pollack & Grusin
En 1982, Pollack rodara una de esas maravillosas comedias que pasarán a la historia del cine, convirtiéndose, automáticamente, en un clásico. Uno de los motivos es la maravillosa interpretación de Dustin Hoffman como un actor que se traviste para poder salir del paro, y que le valió una justa nominación a los Oscar, perdiendo ante el gran Ben Kingsley, por su papel de Gandhi; el otro es la excepcional partitura de Grusin, que le valdría una nominación a los Oscar de la Academia, haciendo doblete, como nominado a la mejor canción “It Might Be You”, que recoge el leitmotiv principal de la película, y a la mejor partitura.
Hoffman interpreta a Michael Dorsey, un actor en paro al que no parecen llegarle las oportunidades, y que convive en un apartamento junto con su colega Jeff Slater (el gran Bill Murray).
Un día, tras acudir con una amiga (Teri Garr) a un fallido casting para un papel de directora de hospital en una serie de televisión, y una posterior discusión con su agente George (Sydney Pollack), decide dar un giro a su carrera y presentarse vestido y maquillado de mujer, con el nombre de Dorothy Michaels, al mismo casting de su amiga, consiguiendo el papel, lo que provocará que su reputación y fama comiencen a crecer (con el nombre de Tootsie), a la par que ira enamorándose de su compañera de reparto, Julie Nichols, una bellísima y jovencísima Jessica Lange. Entre el reparto encontramos también a una joven Geena Davis como actriz de reparto, un poquillo antes de The Fly.
La partitura de Grusin es melódica y exquisita, como ya se observa en los títulos de apertura, en el brillante corte “An Actor’s Life (Main Title)”, un tema jazzístico, excelentemente desarrollado mientras vemos al personaje de Dorsey combinando sus audiciones con su trabajo como profesor de actuación, con una fantástica explosión rítmica en su parte final, una auténtica maravilla.
Grusin nos obsequia con dos de sus cortes más infecciosos y rítmicos jamás compuestos, los explosivos y excepcionales cortes “Working Girl March” y “Out of Rain”, muy deudores de la época en la que fueron compuestos, los ochenta, con ritmos pop, uso de saxos tenores y bajos junto con las trompetas, siempre en compañía de teclados, baterías, bajo y guitarra, muy del estilo del Grusin jazzístico de aquella época. Ambos son tratados como source music al principio de la película, en una pequeña fiesta en el apartamento de Michael Dorsey, pero luego encuentran su hueco en momentos relevantes.
Por ejemplo, “Working Girl March”, casi un tema de big band, suena cuando un travestido Dorsey se va de tiendas a comprar ropa para el trabajo, o mientras entra y sale del estudio donde se rueda la serie.
Las canciones son maravillosas, y la excelente canción “It Might Be You”, compuesta por Grusin, cantada por Steven Bishop, y con letra de los Bergman (Alan y Mailyn), es protagonista de uno de los mejores y más bellos montajes de la película, el fin de semana que Tootsie pasa con Julie, su hijo y su padre, donde Pollack monta una bellísima escena sin diálogos, y donde la voz de Bishop y la música de Grusin hacen el resto.
“Tootsie”, la otra canción, más rítmica y dinámica, de nuevo con el triplete formado por Grusin, Bishop y los Bergman, tiene lugar cuando vemos en pantalla la escalada de la fama de Tootsie, quien es objeto de sesiones fotográficas y entrevistas varias en toda clase de medios publicitarios, de nuevo con un fantástico trabajo de montaje de Pollack.
Éste trabajo, editado en LP, es uno de los trabajos más coloridos y rítmicos del maestro Grusin, que precisaría ser editada en CD para el disfrute de los aficionados a la música de cine.
HAVANA (1990) - Pollack & Grusin
Tras un paréntesis de ocho años, donde Pollack solo rueda Out of Africa (1985), cuya partitura correrá a cargo de John Barry en lugar de su habitual compositor, Dave Grusin, llegara Havana (1990), una especie de Casablanca en Cuba con Robert Redford, Lean Olin y Raul Julia.
La película, impecablemente rodada y bien ejecutada, se vio beneficiada del score compuesto por Dave Grusin, una obra maestra, y una de sus composiciones más redondas y maduras, a la que seguirían otras tantas.
El score combina un exquisito tema de amor, de lo mejor de Grusin, donde nos demuestra su dominio del piano, con melodías exóticas y embriagadoras como el “Hurricane Country”, haciendo gala de un dramatismo desgarrador, con ese toque latino a través de la trompeta, en cortes como “Cuba Libre” o “Santa Clara Suite”.
Pero también hay tiempo para añadir una colorida y rítmica paleta musical de motivos exóticos y bailones, en con cortes como “La Academia”, los “Main Title” (donde nos muestra uno de los motivos principales de la película, que reaparece a lo largo de varios cortes, como el citado de “La Academia”), “Mambo Lido” o “El Conuco”, con un ritmo latino contagioso que te va invadiendo y del que es imposible no sentirse contagiado, emanando optimismo y felicidad, y donde la trompeta de Arturo Sandoval juega un papel importantísimo.
La Academia de los Oscar le reconoció a Grusin su magistral trabajo, nominándole con total justicia, pero un John Barry inspiradísimo, por esa obra maestra que es Dance with Wolves, evitó que Grusin se alzase con justicia con su segunda estatuilla. Una pena que no puedan ganar ambos, porque los dos eran merecedores.
THE FIRM (1993) - Pollack & Grusin
Por si el nivel aun fuese bajo, llegaría 1993, con uno de los mayores éxitos de taquilla de Pollack: The Firm, con Tom Cruise, Gene Hackman y Ed Harris, y que supuso la última nominación de Grusin a los Oscar, y uno de sus trabajos más aclamados donde, con tan solo un piano, compone una magnífica partitura para el thriller de abogados basado en la novela de John Grisham.
Un prometedor abogado (un joven Tom Cruise), de futuro prometedor, llegará a un bufete de reconocido prestigio, donde nada es lo que parece, y los socios integrantes (Gene Hackman, Hal Holbrook) están involucrados en varios asuntos realmente turbios.
Con solo un piano y la habilidad innata de Grusin para saber dar con la tecla correcta, The Firm se convierte en una auténtica obra maestra musical desde el momento que comienzas a visionar la película y la música se convierte en un elemento narrativo más, pulsante y rítmico, haciendo avanzar la acción, describiendo a los personajes, sus sentimientos, sus preocupaciones, siempre con un material temático y realmente enriquecedor.
El rítmico “Main Title”, el explosivo “Memphis Stomp”, la delicadeza y emotividad de “Mitch & Abby”, el dramatismo de “Blues: The Death of Love & Trust” o el corte de acción “Mud Island Chase” ponen de manifiesto, de nuevo, la habilidad de Grusin para componer lo que las imágenes requieren, logrando no solo una de sus obras maestras, sino uno de los trabajos de más reconocido prestigio de los últimos años dentro de la industria.
The Firm competiría a los Oscar con trabajos de la talla de The Age of Innocence del gran Elmer Bersntein, el magnifico The Fugitive de James Newton Howard o The Remains of the Day de Richard Robbins, perdiendo ante un inspiradísimo Williams por Schlinder’s List (personalmente, y es solo una opinión, le hubiese otorgado el oscar a Grusin por el mérito de su composición, sin restarle méritos al trabajo de Williams, realmente emotivo y conmovedor).
RANDOM HEARTS (1998) - Pollack & Grusin
La siguiente película, en 1995, es un remake del clásico Sabrina, donde William Holden, Audrey Hepbun y Humphrey Bogart son sustituidos por Harrison Ford, Greg Kinnear y Julia Ormond. La partitura de este remake, que pasó sin pena ni gloria por la taquilla (aunque personalmente creo que se deja ver con agrado), corrió a cargo del genial John Williams, quien compuso un bellísimo tema de amor, y que supuso un paréntesis con su habitual Dave Grusin.
La última colaboración, para tristeza del que escribe, llegaría con la magistral Random Hearts (1998), traducida como Caprichos del Destino, donde Harrison Ford y Kristtin Scott Thomas, un policía de asuntos internos y una congresista respectivamente, pierden a sus respectivas parejas en un accidente de avión, descubriendo que ambas estaban manteniendo una relación extra matrimonial. Pero entre las pertenencias de ambos encontrarán dos llaves idénticas, por lo que ambos investigarán para ver cual es la puerta que abre esa llave, y comprobar si se trataba de una simple infidelidad o si había algo más.
Grusin, de nuevo, compone una partitura sólida y sin fisuras, con un excelente tema de amor, y unas tesituras jazzísticas magistrales, que derrochan melancolía y tristeza por todos los poros, sin olvidarnos de la nota exótica y latina en dos cortes explosivos y bailones, “Aquí en Miami” y “Playa del Sul”, que tiñen de colorido esta magistral partitura, una de sus obras mas redondas y más maduras, que no recibió nominación a los Oscar, y que creo que hubiese resultado un acierto.
Las últimas dos películas de Pollack, el interesante thriller The Interpreter, con un buen score de acción y tensión de James Newton Howard, y el documental “Sketches of Frank Ghery”, no tuvieron relación alguna con Grusin, poniendo punto final a una de las más brillantes colaboraciones entre un director y un compositor.
Sydney Pollack fallecería el 26 de Mayo del 2008, dejándonos un brillante legado cinematográfico, y magníficas partituras musicales para sus películas, donde brilla, con luz propia, el magistral Dave Grusin, que entendió como nadie el cine de Pollack.
Carrera Cinematográfica: Hay vida más allá de Pollack (1974-1978)
1974 marcará un año donde la carrera de Dave Grusin cambia de marcha y comienza a avanzar a paso agigantados, y buena parte de ello vendrá generado por el inicio de su colaboración con Pollack en The Yakuza, pero, paralelamente, también vendrá de una serie de aciertos en la selección de proyectos, y especialmente, en la calidad y madurez musical que irá experimentado la música de este genio.
En 1974 colaborará con Robert Mulligan (el mismo de To Kill a Mockingbird y Summer of 42) en The Nickel Ride, un thriller que marcaría su segunda colaboración, después del drama The Pursuit of Happiness (1971), y que finalizaría en 1988 con el drama Clara’s Heart con Whoopi Goldberg de protagonista.
Ese mismo año compondrá la música para una película codirigida y protagonizada por Burt Lancaster, el thriller de misterio The Midnight Man.
El año 1976 nos traerá una sus obras más aclamadas, Murder by Death (Un Cadáver a los Postres), una comedia de misterio con un reparto impresionante, donde encontramos a actores de la talla de Peter Sellers (The Pink Panther), Peter Falk (Colombo), Alec Guiness (Star Wars), David Niven (la clásica Casino Royale), Maggie Smith (la saga de Harry Potter), el famoso escritor Truman Capote o un joven James Cronwell (L.A. Confidential) entre muchísimos más, acerca de un grupo de famosos detectives reunidos en una mansión donde deberán resolver un crimen que se cometerá a lo largo de una tormentosa noche.
Grusin compone un tema central vibrante y pomposo, que recibe numerosas y cómicas variaciones a lo largo del score, muy juguetón y del estilo ingles de compositores como John Addison (Sleuth), y con pequeños motivos o recursos para todos los personajes; toques orientales para el personaje chino de Sellers, un aire parisino para el detective francés interpretado por James Coco, música típica del cine negro para el detective americano interpretado por Peter Falk, una fanfarria muy británica para Jessica Marbles o el saxo para darle un toque distinguido y romántico a David Niven y Maggie Smith (los Charleston). Toda una obra maestra musical que esperemos reciba, algún día, una próxima edición en CD.
Ese mismo año compondrá el score de una comedia dramática interpretada por Woody Allen y dirigida por Martin Ritt (Stanley & Iris, Norma Rae, The Long Hot Summer) llamada The Front (La Tapadera, no confundir con el título de Pollack).
El argumento transcurre en la época comunista de la era McCarthy, donde un hombre, interpretado por Woody Allen, se hace pasar por guionista, sirviendo de tapadera para que varios guionistas puedan dar salida a su trabajo, ya que han sido calificados como antipatriotas por tener simpatías por el régimen comunista.
La presencia del score es mínima, pero Grusin nos aporta música propia de la época, con tintes cómicos y muy rítmica, pero también con excelentes aportaciones dramáticas (como la del suicidio de uno de los personajes principales).
1977 nos traerá una colaboración con el director Jonathan Kaplan (el mismo de Love Field, Bad Girls o Project X) en la película Mr Billion, con el actor italiano Terence Hill de protagonista, además de la colaboración con Alan Arkin en Fire Sale, dirigida e interpretada por el propio Arkin.
Ese mismo año participará en la comedia romántica The Goodbye Girl, del genial Herbert Ross (Protocol, Footloose, California Suite), donde Richard Dreyfuss (Jaws, Encounters at the Third Kind) compone uno de sus mejores papeles, ganador del Oscar por su interpretación en el año 1978, para esta comedia romántica, con una divertida e interesante aportación de Grusin, basada principalmente en la canción “The Goodbye Girl”, con letra de David Gates.
1978-79 – Grusin Meet the Oscar: First and Second Nomination
1978 marcará un nuevo hito en la carrera de Grusin, el comienzo de un bello idilio con la Academia de los Oscar, siendo nominado por Heaven Can Wait, la comedia de tintes fantásticos dirigida, producida y co-escrita por Warren Beatty, estando protagonizada por él mismo y Julie Christie, Jack Warden (con quien Grusin coincidirá, desde 1978 a 1979, en The Champ y ...And Justice for All) y el genial James Mason.
Warren Beatty interpreta a un jugador de fútbol americano, Joe Pendleton, que por un error del cielo, fallece antes de lo previsto, por lo que el ángel encargado de su alma, Mr Jordan (un genial James Mason) lo recolocará en el cuerpo de un multimillonario, quien debería haber fallecido fruto de un crimen cometido por su esposa y su amante (un jovencísimo Charles Grodin, que por aquel año intervenía en el remake de King Kong).
Todo ello dará paso a una sucesión de divertidos momentos, un enamoramiento, y situaciones surrealista y delirantes, como el divertido interrogatorio final.
Grusin captura brillantemente los tres elementos principales de la película. Los dos primeros, la situación cómica fruto del error celestial y la historia de amor, tienen su reflejo en un brillante tema central, que Grusin modula para convertirlo en un leitmotiv que recoge elementos cómicos mediante una melodía principal conducida brillantemente por el saxo (que en la película juega un elemento fundamental, ya que es el instrumento con el que Joe Pendleton tortura los oídos del personal), pero también ofrece una variante romántica y tierna, con un exquisito tratamiento a través de los violines, que transforman la melodía principal en un tierno y bello tema de amor.
Grusin también nos ofrece un brillante motivo para los entrenamientos de Joe (reencarnado en el multimillonario) y su recién adquirido equipo de fútbol, donde Dave se luce sobremanera, dándole un toque cómico y clásico a las imágenes, con un excelente motivo que acompaña magníficamente las cómicas escenas del entrenamiento.
El score permanece inédito, pero Grusin recuperó el tema central en la edición discográfica de Cinemagic, un magnífico recopilatorio de música de cine del compositor, donde encontramos un magistral corte de cuatro minutos y medio que recoge el motivo central, con tres partes diferenciadas.
La primera, el tema central en su vertiente más cómica, es una melodía pegadiza y maravillosa, perfectamente conducida por un saxo soprano, y acompañada de un trombón, con refuerzo de tuba, y batería, que van conformado una especie de divertida y socarrónica marcha.
Acto seguido, Grusin nos ofrece el tema de amor, una maravillosa variación romántica del motivo central, donde los sintetizadores y el arpa propician el cambio de la primera parte a la segunda, entrando en juego una flauta que comienza a llevar la melodía, con acompañamiento de violines, replicándole un oboe que de nuevo entona la melodía, para, finalmente, unirse ambos para el desarrollo de la melodía, una metáfora musical de la relación de amor de Joe y el personaje de Julie Christie.
En la parte final, recupera el motivo principal en su vertiente cómica a modo de cierre final, similar a los end credits de la película, donde de nuevo el saxo lleva la melodía con el ritmo de marcha de la batería, la tuba y el trombón.
El trabajo de Grusin, que principalmente se basa en un excelente motivo central, le supuso su primera nominación a los Oscar, en una nueva demostración del buen hacer melódico del maestro, perdiendo aquel año, incomprensiblemente, junto con Goldsmith (The Boys From Brazil), Williams (Superman) y Morricone (Days of Heaven) frente a Giorgo Moroder y su The Midnight Express, magistral película con un buen tema central, pero inferior a cualquiera de las anteriores nominadas.
El año 1979 nos traerá otro regalo de Grusin, uno de sus mejores motivos principales, para la película, The Champ (1979) del prestigioso Franco Zeffirelli, traducida como Campeón, con John Voight como Billy, un boxeador retirado que trabaja en los establos de la hípica para poder mantener (malamente) a su hijo T.J., un maravilloso Ricky Schroder, en un excelente drama bien ejecutado y con unos maravillosos secundarios como Faye Dunaway (como la madre de T.J.) o Jack Warden (como el preparador de Billy).
Grusin compone un melódico y maravilloso motivo sobre las cuerdas y el piano, con un tono melancólico para el frágil, y a la vez rudo, carácter de Billy, convirtiéndose en uno de los más bellos, dramáticos e inspirados motivos de Grusin, siempre presente en todos sus recopilatorios, y que cohesiona todo el material compuesto para la película
Además, nos ofrece un magnífico, emotivo y delicado leitmotiv para T.J., excelentemente desarrollado en “T.J.’s Theme”, uno de los mejores momentos musicales-visuales de la película, con el reencuentro del padre e hijo, un tema que ya justifica de por sí la justa nominación a los Oscar, sabiendo captar sutilmente la belleza de la escena y el sentimiento de ternura y cariño de la relación padre-hijo.
Grusin adereza el conjunto con excelentes cortes como el “A Cha-Cha Do Brazil”, donde nos regala ritmos latinos y caribeños para el entrenamiento de Billy con su hijo, donde irrumpe magistralmente el motivo principal de Billy, o el rítmico y setentero “Gym Montage”, maravilloso y vibrante. Todo ello, y su excelente desarrollo temático, contribuyó a una justa nominación a los Oscar para este breve pero intenso score.
Ese mismo año, y mucho más breve si cabe, destacará el drama judicial ... And Justice for All! (Justicia para Todos), del genial Norman Jewison, con un Al Pacino como un abogado con principios que se ve obligado a defender a un juez culpable, un individuo denigrante y deleznable, interpretado brillantemente por John Forsythe (Dallas). Pacino recibió una nueva nominación a los Oscar por su brillante interpretación.
Grusin compone un motivo central rítmico y muy deudor de la época, con una sonoridad setentera y las trompetas marcando un ritmo endiablado, que vuelve a recoger en los end credits a modo de canción final, y con contadísima música incidental durante el desarrollo de la película, destacando la escena donde un desorientado Pacino corre sin rumbo fijo por la ciudad para dejar fluir sus ideas.
1981 – On Golden Pond – Third Nomination: The Grusin Touch
En 1981, tras componer el score para la película My Boydguard, una comedia dramática con Mat Dillon y Adam Baldwin, llegaría la maravillosa On Golden Pond, traducida como En el Estanque Dorado.
Y como no hay dos sin tres, tras los maravillosos temas centrales de Heaven Can Wait y The Champ, llegaría On Golden Pond (1981), que se alzó con su tercera nominación a los Oscar, uno de sus trabajos más intimistas y redondos, una delicia musical por la que es imposible no dejarse cautivar y emocionar, para una excelente película acerca de las relaciones familiares y la vejez.
Unos magistrales Henry Fonda y Katharine Hepburn (ganadores del Oscar por sus respectivos papeles) interpretan a un matrimonio, Norman & Ethel Thayer que van a pasar unas vacaciones a su cabaña de verano, y celebrar el octovigésimo cumpleaños de Norman. Su hija Chelsea (Jane Fonda) les visitará con su nueva pareja (Dabney Coleman) y el hijo de éste, Bill.
Pronto quedan a la luz las tensiones entre Norman y su hija Chelsea, que encontrarán un término de reconciliación a través de la amistad que Norman entablará con el hijo de la pareja de Chelsea.
Grusin capta musicalmente la esencia de la película con dos excelentes motivos: uno, extremadamente delicado e intimista, donde Grusin demuestra su maestría al piano, con un leitmotiv dedicado al entorno familiar, y otro, una bellísima melodía, que Grusin ofrece para expresar la belleza del entorno natural que rodea a la cabaña, ese bellísimo paisaje que vemos al comienzo de la película, ese maravillosa Estanque Dorado, con unas sonoridades maravillosas y envolventes, de corte etéreo, y con una melodía exquisita y muy delicada.
Pero, por si fuera poco, Grusin nos ofrece uno de sus temas más rítmicos y melódicos, el magistral “New Hampshire Hornpipe”, para el momento en el que un exultante Bill se gana la confianza de Norman y disfruta de un paseo en solitario por el Estanque Dorado, a bordo de la lancha motorizada de Norman. Grusin transmite vitalidad y alegría, un auténtico derroche melódico que permanece como una de las mejores piezas compuestas por Dave.
Es un breve pero intenso trabajo que mereció su nominación, y que al igual que The Champ, merecerían una meritoria edición en compact disc, para preservar ambas partituras, dos auténticas maravillas musicales de Grusin.
On Golden Pond sirvió, una vez más, para demostrar la enorme sensibilidad musical que atesora Grusin, un toque exquisito para la melodía, donde éste virtuoso pianista nos brinda y regala sus mejores argumentos musicales, sabiendo captar la esencia de cada escena a la que su música acompaña, un auténtico regalo para cualquier director.
El director de la película, el genial Mark Rydell, autor de películas como The Reivers (1969), The Cowboys (1972) o The River (1984), volvería a contar con Dave Grusin en 1991 para For the Boys, una comedia dramática ambientada en el segunda guerra mundial y protagonizada por James Caan y Bette Midler, quien interpreta y canta varias canciones de época, con una edición en compact realizada por Atlantic y producida por Marc Shaiman y Dave Grusin.
Rubén Franco Menéndez (Patton_Goldsmith)
(Especial agradecimiento a Germán Barón Rojas por el material suministrado)
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