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Wojciech Kilar: Un Viaje Musical en Bilbao

Días: 5 y 6 de octubre, 2006

Hora: 20:00

Lugar: Auditórium del Palacio Euskalduna

Juanjo MenaSiguiendo el patrón de estos últimos años, en los que no faltan los estrenos de música contemporánea dentro de la temporada de abono de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa (BOS), el tercer concierto de la misma contenía una pequeña perla y un gran regalo para todos los aficionados a la música de cine: la pieza Orawa, de Wojciech Kilar. En un completo programa, inteligentemente titulado De Polonia a Rusia, Un Viaje Musical, el violín fue el absoluto protagonista.

Programa:


Wojciech Kilar: Orawa (10')
Karol Szymanowski: Concierto para violín nº 1, op. 35 (25')
Sergei Prokofiev: Sinfonía nº 5, op. 100 (46')


Irene Etxebeste, violín.
Juanjo Mena, director.

Wojciech KilarEl maestro Kilar nace en julio de 1932 en la por entonces polaca Lwów y estudia en la Alta Escuela de Música de Katowice. Posteriormente, se traslada a París y prosigue sus estudios con Nadia Boulanger. Durante los años 60 forma parte de lo que se conoce como Escuela de Silesia, junto a los maestros Górecki y Penderecki.

Su primera etapa musical está fuertemente marcada por una gran experimentación; pero, poco a poco, va evolucionando hacia un nuevo estilo de sinfonismo. Un estilo muy romántico en la superficie, aunque igual de complejo y experimental en su base. Un nuevo envoltorio para todo lo que le han ido enseñando la experiencia y el paso de los años. Y una música en la que cabe de todo: desde el folclore polaco hasta la influencia de maestros como Tchaikovsky o Schubert.

Una evolución musical que, invariablemente, le conduce a un redescubrimiento de la melodía y a una indudable concepción atmosférica en sus composiciones. Sólo es cuestión de tiempo que el mundo del cine, primero, y de la televisión, después, comiencen a interesarse por su música...

Hasta que, en 1992, se convierte en un músico de masas gracias a Francis Ford Coppola. Sin duda, la elección del maestro Kilar para que acompañe con su música las imágenes del Drácula de Coppola no se le escapa a nadie... Luego, vendrán Retrato de una Dama, El Pianista de su compatriota Polanski , y muchas otras maravillas. Amén de problemas.

La crítica sesuda comienza a ignorarlo, alegando que, además de venderse a una industria, su música es fácil. De nada sirven los premios acumulados: el del Festival de Otoño de Varsovia o los del Ministerio de Cultura Polaco en 1967 y en 1976. La etiqueta cambia y el maestro pasa a ser dos personas diferentes...

OrquestaPor eso, es digno de alabanza que se programe su música dentro del ámbito serio de la cultura. Y que haya gente que se atreva a reivindicar la calidad. Por encima de cualquier otra apreciación.

Orawa es una breve composición que data de 1986, compuesta originalmente para un grupo camerístico y, como su propio título indica, es una evocación de la naturaleza en las montañas de Tatra. Siguiendo una costumbre bastante extendida, la ejecución de la BOS fue con dimensiones orquestales.

Una melodía repetitiva, impulsada por un ritmo impecable e implacable. Sin embargo, ninguna de estas dos características son lo más importante, sino su extraordinaria riqueza de texturas. La obra, escrita para las secciones de cuerda de la orquesta en divisi, desarrolla una cantidad de matices sonoros extraordinarios, llegando a dar una pequeña sorpresa al oyente en su final (no la desvelaremos aquí).

En definitiva: una obra para ser escuchada y disfrutada.

Jon Betanzos y Óscar Salazar

 
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