Música gótica para terror Gótico.
La Hammer y James Bernard.

En un principio, fue la productora estadounidense Universal Pictures quién se encargó de llevar al cine mitos del terror tales como Drácula, Frankenstein, La Momia, El Hombre Invisible y El Hombre Lobo, entre otros. Consiguió adaptaciones bastante buenas, que con el paso de los años aún son recordadas como grandes contribuciones al cine de terror clásico. Pero sin duda alguna quien ha destacado por encima de la Universal y productoras coetáneas como la Tyburn o Amicus ha sido la productora británica Hammer. Esta productora comenzó su andadura oficial en el año 1934 para desaparecer a principio de los ochenta. Abarcó diversas producciones, desde la comedia en sus principios hasta el género que la lanzó a su conocimiento a nivel mundial, el cine de terror gótico. Es sin duda alguna la responsable de grandes películas de marcado carácter gótico-victoriano. Abarcó todos los personajes de este tipo de cine: vampiros, hombres lobo, momias, zombies, el demonio, reptiles y amenazas del espacio exterior.
Memorables son sus películas del mítico Conde Drácula y su saga del doctor Frankenstein, sin olvidarnos de producciones tan magníficas como La plaga de los Zombies, La leyenda de Vandorf y La maldición de los Baskerville.
Su director de más alto nivel fue Terence Fisher, con el que consiguió sus mayores y mejores películas.

Dentro de la Hammer, quien destacó y brilló con luz propia fue el compositor James Bernard, recientemente fallecido.
Las producciones Hammer eran productos que partían con un presupuesto estándar de 100.000 dólares de la época y con rodajes no excesivamente largos. Sus películas solían presentarse con la fórmula "dos por una", consistente en la posibilidad de ver dos películas de dicha productora en una sesión doble.
Estos filmes se caracterizan básicamente por estar realizados con una ambientación gótica perfecta, en cuanto a vestuarios, maquillaje y decorados se refiere y cómo no, por una ambientación musical insuperable.
Como hemos dicho anteriormente, el estudio comenzó allá por los años treinta y decayó en los ochenta; los años de mayor esplendor corresponden a Terence Fisher y James Bernard.
Muchos han sido los compositores que trabajaron para el estudio; cabe citar a David Whitaker, Christopher Gunning, Carlo Martelli, Mario Nascimbene, Harry Robinson, John Cacavas... Pero el que destacó sobre todos ellos y dio solera a las composiciones musicales de la Hammer, ése fue James Bernard.

James Bernard comenzó su carrera en la Hammer con El experimento del Dr. Quatermass y estuvo en dicha productora por un espacio de 25 años componiendo para ella. Anteriormente había escrito música para seriales de radio.
La Hammer era una productora que cuidaba mucho todos los aspectos de la producción, es por ello que en el apartado musical poseyó un director técnico. Hubo dos etapas, la primera cubierta por John Hollingsworth y la segunda por Philip Martell -que fue quien permaneció mayor tiempo de los dos- tras la muerte del primero por tuberculosis.
Sin duda alguna el presupuesto inicial -estándar para todas las producciones de la compañía-, obligaba a ejecutar todo a modo de cliché, restringiendo por tanto la libertad de creación, debido a cortos espacios -no más de cinco semanas- de tiempo para componer y elaborar la música de las películas. A pesar de ello, los resultados fueron magníficos, gracias al esfuerzo de directores musicales, compositores y músicos.
James Bernard era un compositor al cual gustaba componer y orquestar sus composiciones de "motu propio", ya que según palabras del propio Bernard, "el único que sabe dar el toque preciso a la composición, es su compositor". Bernard realizó todas las orquestaciones de todas las composiciones que realizó, además no era amigo de escuchar partituras de otros colegas del medio, ya que temía que en su subconsciente se alojarán las ideas de éstos y aparecieran en sus posteriores composiciones.
El legado de James Bernard, musicalmente hablando es muy extenso y de gran calidad.

Como hemos mencionado, su primer trabajo para la Hammer fue El experimento del Dr. Quatermass. A continuación, realizó en 1957 la música para La maldición de Frankenstein, consolidando su posición en el estudio. En el 1958 compuso la partitura para Drácula, uno de sus mejores trabajos y la mejor adaptación de "El Conde" a la gran pantalla, aún no superada por ninguna producción posterior ni anterior.
Entre otras, Bernard es responsable de la música de -aparte de las mencionadas anteriormente- El cerebro de Frankenstein, Frankenstein creó a la mujer, Frankenstein y el monstruo del infierno, Drácula príncipe de las tinieblas, Drácula vuelve de la tumba, El poder de la sangre de Drácula, Las cicatrices de Drácula, La batalla de satán/La novia del diablo, She, Quatermass 2, La plaga de los Zombies, El beso del vampiro, Kung-fú contra los siete vampiros de oro, La maldición de los Baskerville, La leyenda de Vandorf... Como vemos su legado es muy extenso.

Su estilo musical abarca desde música sobrecogedora y diabólica como son sus composiciones para la saga Drácula y Frankenstein, música más psicológica para La batalla de Satán, más romántica para temas de amor en Las cicatrices de Drácula y El poder de la sangre de Drácula, étnica para La plaga de los zombies y Kung-fú contra los siete vampiros de oro.
El tema que más define a James Bernard y que ha marcado, así como hicieron Tiburón de Williams y Psicosis de Herrmann, su carrera, ha sido el compuesto para el Main title de Drácula de 1958. Es un tema de tres notas. Sus temas principales siempre se han caracterizado por ser temas que marcan al resto de la película y por ser temas que podrían convertirse en una canción, cuya letra sería básicamente la de la película a la que representa. Así, por ejemplo, el tema de Drácula se compone por tres notas que tarareadas podría quedar como Drá-cu-la.
James Bernard nos abandonó un 12 de Julio de 2001, sin duda alguna marcó lo que ha venido a ser denominado como "Sonido de la Hammer".

En lo referente a las ediciones discográficas de la música de la Hammer, tenemos unas ediciones de Silva Screen, cuyo responsable era Philip Martell -segundo y último director musical de la Hammer-, conformadas por dos discos, que recogen música de: Drácula y Drácula, Príncipe de las tinieblas a modo de suite de cinco temas así como otra suite de otros cinco temas de El poder de la sangre de Drácula; temas representativos de Las manos del destripador y Drácula vuelve de la tumba; así como una especie de historia radiofónica de Drácula y una introducción de la serie televisiva Hammer House of Horrors, narradas por Christopher Lee y Philip Martell respectivamente, con música de James Bernard.
Con posterioridad apareció un disco del mismo sello discográfico -Silva Screen- que recogía recomposiciones de temas inéditos como suites de She, Quatermass, El beso del vampiro, Frankenstein creó a la mujer y La batalla de Satán.
En la actualidad, el sello GDI Records se está encargando de lanzar títulos nunca antes disponibles, procedentes de remasterizaciones de los másters originales, los cuales no disponen en algunos casos de una calidad de sonido todo lo deseable que cabría esperar, pero aún así son interesantes por su valor musical.
Recientemente ha aparecido un doble CD de Silva Screen: Hammer: The studio that dripped blood, que incorpora en un primer CD temas de James Bernard y un segundo con temas de otros compositores adscritos al estudio pero que colaboraron en menor medida que Bernard.

José Blanco Morón