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John Williams "en Bilbao"

Los pasados días 16 y 17 de febrero tuvo lugar en el auditorio del Palacio Euskalduna de Bibao el estreno europeo del Concierto para trompa y orquesta de John Williams. Como no podía ser menos, los dos representantes vascos de BS0Spirit, Felipe Múgica y Asier G. Senarriaga, asistieron al mismo, amablemente invitados por la organización.

Juanjo MenaEnmarcado el estreno dentro del concierto número 10 de abono de la Bilbao Orkestra Sinfonikoa y presentado en los medios de comunicación locales como todo un acontecimiento, atrajo a un gran número de asistentes. La fortuna de que este estreno haya tenido lugar en Bilbao es todo un lujo que debemos agradecer al maestro Juanjo Mena, Director Artístico y Titular de la orquesta, siempre atento a estrenar obra contemporánea.

El programa ha estado compuesto por dos partes. La primera de ellas dedicada a la Sinfonía núm. 7 en La Mayor (op. 92) de Ludwig van Beethoven. Después del descanso, lo que estaba anunciado como plato fuerte de la noche: el concierto de John Williams. Y, para finalizar, la obra Matto Grosso de Philip Glass, que no pareció terminar de convencer a los asistentes.

John Williams Concerto for Horn and Orchestra

Concierto para Trompa y Orquesta

I. Angelus. "Far Far Away, Like Bells, at Evening Pealing"

II. The Battle of the Trees. "Swift Oak... Stout Guardian of the Door"

III. Pastorale. "There Came a Day at Summer's Full"

IV. The Hunt. "The Hart Loves the Highwood"

V. Nocturne. "Three Crimson Day Withdraws"

Plantilla orquestal:

Tres flautas y pícolo, tres oboes y corno inglés, tres clarinetes y clarinete bajo, tres violoncellos y contrabajo, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones y tuba, timbales, percusión, arpa, piano, celesta y cuerdas.

Duración aproximada: 24 minutos.

BOSEl concierto fue compuesto para el trompa Dale Clevenger y la Orquesta Sinfónica de Chicago en 2003.

El mismo Williams ha comentado en más de una ocasión que componer para la imagen siempre le ha simplificado muchísimo las cosas. Lejos de sentirse esclavo de ella, se siente liberado del pentagrama vacío y desnudo, de componer de la nada. Siempre hace que su inspiración vuele más libre que nunca. Y todo, a pesar de no haber sido jamás un gran aficionado al cine...

Este modo de trabajar se hace patente también en este Concierto para trompa y orquesta, en el que se ha basado en "imágenes mentales" a las que ha puesto música: tradiciones celtas, situaciones de épocas remotas... En definitiva, todo aquello que puede evocar el sonido de la trompa en nuestros cerebros. Después, se ha dedicado a darle forma, a modelar melodías que regalar a Dale Clevenger.

De todas maneras, y sin querer entrar en polémica, la personalidad de un creador lo acompaña en todo lo que hace. No se puede pretender separar al Williams "que compone para cine" del que "crea música seria". Tras tantos años, es imposible que una parte del trabajo no influya en la otra. Williams es Williams, y eso, se nota. Su sonido es suyo, componga para cine o para la sala de concierto, orqueste su obra él mismo o lo hagan otros como Herbert Spencer o Conrad Pope.

Aunque no lo parezca, este último comentario es importante. Escuchando el concierto se puede observar que lejos queda aquel distanciamiento previo entre la obra del maestro para concierto y la cinematográfica. Se nota que detrás de todo está la misma persona que ha ideado "Harry Potter" o "The Patriot". En el Angelus, sin ir más lejos, hay ecos de ambas partituras.

Asier Senarriaga y Felipe MúgicaPor otra parte, podemos considerar que esta influencia también queda patente en la estructura general de la obra. La música clásica tiene unas formas redondeadas, determinadas, regulares. Alcanza un punto en el que las matemáticas y la creación se llevan de la mano. En cambio, cuando se compone para cine, la necesidad de adaptación, de sincronismo, hace que todo se difumine mucho más. Igual que en este concierto.

El primer movimiento comienza con el sonido distante de las campanas. Las doce del mediodía. El Angelus. El sonido de la trompa se une a las campanas. Llama y responde. John Williams habla con su propia voz. Es un sonido completamente distinguible.

La base del segundo movimiento es un famoso poema de la tradición celta: "La Batalla de los Árboles". Los árboles se transforman en fieros guerreros que son llevados a la batalla por el sólido roble. La refriega es dura, con ecos de otros tiempos... Y todo un homenaje a "El Planeta de los Simios" del maestro Goldsmith. La percusión se "suelta la coleta": ramas y troncos caen en el fragor de la lucha, savia derramada en el campo de batalla.

Y, tras la lucha, llega el momento de la Nostalgia. Una de las secciones más bellas del concierto. Trompa y oboe nos llevan a los días de verano...

Días de caza. Bosques llenos de ciervos. Se anima el espíritu. El sonido de la trompa en toda su dimensión. El final y el descanso están ya cerca. Caerá la noche, tras el cuarto movimiento.

Desde mi punto de vista, sin ofender a nadie, el quinto movimiento es todo un regalo para los oídos. Unos estupendos "End Credits", donde las cuerdas suenan de ese modo tan característico. Es volver a asistir al final de "Munich" o al de "Las Cenizas de Ángela". El momento de paladear algo que está a punto de acabarse y que sabes que te va a dejar un poso aún mejor.

Óscar Salazar

Notas:

El concierto del jueves fue grabado para su posterior emisión en Radio Clásica.

Por otra parte, la casa Thompson Edition, Inc. tiene a la venta un disco con una grabación del concierto. Para más información, contactar con ellos en: sales@thompsonedition.com

Agradecimientos para:

Alicia González y todo el personal de la BOS.

 
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