Tracklist:
- Centurion (03:06)
- Fort Attack (01:08)
- The Ninth Ride Out (03:00)
- Quintus Escapes (01:37)
- Arianne (01:10)
- The Ninth March On (01:34)
- The General Falls (02:09)
- On The Run (02:31)
- The Village (02:50)
- Funeral (01:18)
- She Wolf (Etain) (02:34)
- A Sacred Rite (03:24)
- We Are The Prey (02:56)
- Waterfall (03:41)
- Necromancer (02:58)
- Wolves (02:51)
- Battle At The Fort (03:57)
- Quintus Returns (01:01)
- Fate Of The Ninth (02:03)
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Neil Marshall tiene una gran virtud (algo encomiable en estos tiempos que corren), y es el don del entretenimiento mayúsculo y sin pretensiones, libre de moralinas, y envuelto en altas dosis de acción, adrenalina… y mucho derramamiento de sangre.
Si a eso le sumamos que el fantástico y el terror son dos de mis géneros preferidos, encuentro muchísima diversión en su forma de hacer cine, en muchos casos un auténtico revival del cine de los 80 (y eso que Centurión es más un pastiche de cine de romanos, con un poquillo, pero muy poco, de Gladiator, con mucha hemoglobina y toques de misticismo a través de algunos personajes principales).
Uno de los aspectos que cuida y mima con detalle son las músicas que los compositores realizan para sus películas, estando el listón muy alto tras el fantástico score de Doomsday, de lejos el mejor trabajo de Tyler Bates, y de lejos también el mejor trabajo musical para una película de Neil Marshall, en mi humilde opinión
En esta ocasión, el compositor encargado de la nueva aventura del director es Ilan Eskheri (cuya mejor carta de presentación fue la fantástica Stardust), que aquí compone un trabajo de tonos épicos, violento y percusivo para las escenas de acción, y con tiempo para la melodía, enfocada especialmente en el personaje femenino de Arianne.
Centurión – La Historia de la Novena Legión
Dicen los historiadores que el destino de la Novena Legión sigue siendo un gran misterio, una leyenda fundamentada en la desaparición del famoso ejército romano durante su incursión en tierras bretonas (aunque arqueólogos alemanes parecen haber encontrado pruebas de la desaparición de la novena legión en las orillas del río Rhin).
Centurión se aprovecha de esta leyenda para formular su propuesta argumental, la aniquilación de la novena legión y la huida por territorio enemigo de los supervivientes, asediados por un puñado de cazadores salvajes y violentos.
La película cuenta la historia de Quintus, un centurión que sobrevive al violento ataque inicial de su campamento, siendo apresado por el pueblo bárbaro agresor, nativo de Bretaña, donde transcurre la acción.
Logrará escapar y llegar al campamento de la novena legión romana, de donde partirán a la batalla guiados por una cazadora nativa, Etain (la bellísima y sensual Olga Kurylenko, chica bond en Quantum of Solace), quien les traicionará, llevando al ejército romano a una emboscada en pleno bosque, lo que supondrá la práctica aniquilación de la legión.
Solo unos pocos sobrevivirán, huyendo por territorio enemigo rumbo a la frontera, atravesando bosques, montañas y ríos, con una horda de salvajes cazadores en los talones.
Entretenimiento sin pretensiones a la vieja usanza, una hora y media que pasa volada, principalmente gracias al oficio de Neil Marshall, donde destacan la trampa a la novena legión, la persecución de los acantilados y la batalla final.
Los bellos paisajes (hermosa fotografía) y un ritmo que nunca decae, aderezado de acción y mucha hemoglobina, convierten a Centurión en un agradable entretenimiento, que si bien no pasará a la historia, si servirá par futuros visionados, proporcionando un pequeño oasis al aficionado ávido de aventuras sin mayor pretensión que el del sano entretenimiento.
Ilan Eskheri – Valor al alza
Nacido en Londres, en el seno de una familia de músicos, Ilan Eshkeri comenzará tocando el violín y la guitarra en varios grupos de la escuela.
Estudiará música y filología inglesa en la Universidad de Leeds, trabajando en aquella época para Edward Shearmur (The Count of Montecristo, Reign of Fire), Michael Kamen (Open Range) y el productor Steve McLaughlin, así como para Hans Zimmer (Black Hawk Down).
En el 2003, fatídico año, fallecerá el magistral Michael Kamen, siéndole solicitado que termine de componer para la película de animación Back to Gaya, donde Kamen había compuesto los temas centrales.
Pese a que anteriormente ya había hecho sus pinitos profesionales, como el thriller Trinity (2001), su carrera comenzará a despuntar en el 2004 con Layer Cake (Crimen Desorganizado), protagonizada por Daniel Craig, el nuevo Bond.
Layer Cake le supondrá ganar el premio como compositor revelación en los World Soundtrack Awards, y el inicio de una interesante colaboración con el director Matthew Vaughn en dos películas más.
La primera, Stardust (2007), una brillante película de fantasía y aventuras a la vieja usanza (con un impagable Robert De Niro), le brindará a Eshkeri la oportunidad de lucirse con una partitura sinfónica de aventuras de las de toda la vida.
Y por último, la comedia de superhéroes Kick Ass (2010), con un reparto donde nos encontramos con Nicolas Cage, y donde nos encontramos piezas de otros compositores como Henry Jackman o John Murphy.
En el curriculum vitae del compositor encontramos la televisiva Ring of the Nibelungs (El Reino del Anillo), del 2004, la precuela Hannibal Rising (2007), el origen del famoso psicópata, un a aventuras llamada Virgin Territory (2007), traducida como Aprendiz de Caballero, la francesa The Young Victory (2009) o la película de acción Ninja Assassin (2009).
Motivos Principales
A lo largo de todo el score, nos encontramos con tres piezas fundamentales que vertebran todo el trabajo de Eshkeri:
-Motivo Central (el motivo de la novena legión): Abre y cierra la película, y es un corte épico y heroico, un eco de la gloria pasada, sustentado sobre los vientos (trompetas y trombas), con un aroma dramático (lo que fue y lo que es), futuro reflejo de la decadencia de la gloriosa Roma. Es reutilizado, a través de variaciones, a lo largo del score, para varios cortes de acción, como el agresivo Fort Attack, o cortes de gran carga dramática, como en The General Falls.
-Motivo de Arianne: Es un motivo delicado y contenido, no exento de belleza, interpretado principalmente a través del arpa céltico, concediéndole un toque étnico y folk al personaje, una especie de bruja desterrada por su propio pueblo, y confinada en su cabaña en pleno bosque. Es lo más cercano a un motivo de amor para la relación entre Quintus y Arianne.
-Motivo de Etain: Más que un motivo casi sería un recurso, pero que tiene vida propia en la película, siendo la seña de identidad asociada a la guerrera Etain, violada por los romanos, quienes no contentos con eso, le arrancaron, además, la lengua. La solista femenina Celia Graham le da fuerza y voz al personaje de Etain, confiriéndole un aura mística (nunca pierde el rastro de la sangre romana, un odio extremo que refleja la agresividad de la música para las batallas que van teniendo lugar).
En cuanto a la acción, no existe un motivo como tal, pero si lo tomamos como una constante, Eshkeri fusiona percusiones violenta y agresivas con toques étnicos, entre las que encontramos el bodhrán, arropada la percusión con los vientos y las cuerdas, a través de poderosas explosiones orquestales de acción bien resueltas.
El Carnyx y el Bodhrán – Elementos Célticos
Escuchado el score, uno detecta que el compositor, Ilan Eshkeri ha realizado un meticuloso estudio de melodías célticas y folk, introduciendo varios elementos que destacan la etnia del poblado bretón bajo el yugo romano.
El principal elemento introducido en el score es el Carnyx, un poderoso instrumento de viento que, como se observa en la figura, es una especie de cuerno de gran altura, con una cabeza en la cúspide, generalmente de jabalí.
Data de la edad de hierro celta, y se utilizaba en las batallas, como acicate a las tropas, y como elemento disuasorio para los enemigos. La elevada estatura del instrumento le permitía emitir su sonido por encima del campo de batalla.
Eshkeri lo asocia al pueblo nativo bretón, y es utilizado no solo como elemento identificador del mismo, sino para infundir temor en los romanos. En los ataques (Fort Attack o Battle at the Fort), o en las persecuciones que nos encontramos durante la película (She Wolf, Waterfall), el sonido del Carnyx se eleva como símbolo de amenaza al imperio romana, convirtiéndose en un elemento completamente aterrador, casi como el cuerno de caza de Planet of Apes del maestro Goldsmith (salvando las distancias, eso sí).
Por otro lado, el bodhrán es un tambor de marco irlandés, de entre 25-66 centímetros de diámetro, donde la membrana o parche que se golpea para emitir el sonido suele ser de piel de cabra (aunque pueden encontrarse otras pieles, como la de canguro), siendo golpeada la membrana con la mano desnuda o con una baqueta (una pieza de madera).
La otra parte del marco, la parte de atrás, posee una o dos barras cruzadas, por donde el músico introduce una mano para controlar la tensión de los golpes, pudiendo variar así el tono.
El mejor ejemplo de utilización de este instrumento es el magnífico corte Wolves, una de las mejores escenas de la película (unos lobos persiguiendo a dos de los romanos fugados), donde el bodhrán introduce un ritmo de persecución muy céltico, trayendo a la memoria a la formación céltica The Chieftains para su trabajo en La Isla del Tesoro, o el magnífico Rob Roy de Carter Burwell (el momento de la huida río abajo de Rob Roy, donde un bodhrán lleva el peso del tema), sin olvidarnos de James Horner en su magistral Braveheart.
El aire céltico o folk, una referencia al pueblo bárbaro bretón (los pictos), se completa con el uso del arpa céltica o la voz de la solista femenina, envuelto en potentes sonoridades orquestales.
Análisis del Score
La película abre con el primer corte, Centurion, donde la voz de la solista femenina, envuelta en un halo misterioso, confiriéndole una apertura completamente mística (no exento de elementos de tensión), casi como una bruma de la que emana, poco a poco, el brillante tema central de la película, a través de los violines, acompañado de unas bellísimas imágenes paisajísticas.
Los vientos y las cuerdas construyen el leitmotiv principal, con un halo de épica y grandiosidad, casi una fanfarria, un eco de los vestigios del poder romano, a través de la Novena Legión. El corte bucea en registros dramáticos, a través de los violines, anticipo del desenlace de la derrota de la novena legión.
Es curiosa la apertura, como una especie de canto al misterio que rodea el destino de la novena legión, una niebla que parece envolver al tema central, que emana poderoso en el comienzo, y que transmite elementos dramáticos en su construcción.
Nada más comenzar la película, el Carnyx hace aparición en el primer ataque bárbaro a un fuerte romano, en el excelente y violento Fort Attack, una pieza caótica (deliberadamente, como las escenas a las que acompaña), donde el tema central hace aparición en la parte final para el apreso de Quintus.
La agresividad, violencia y adrenalina quedan patentes en casi todos los cortes de acción, como el formidable Quintus Escape, el excelente Waterfall o el clímax final, Battle at the Fort, todo ello envuelto en percusiones que forman, en la mayor parte de las ocasiones, la pista de baile para el resto de la orquesta, donde las cuerdas y, especialmente, los vientos, construyen ritmos de acción bien ejecutados y rematados.
Destacan cortes como el vibrante comienzo del corte tres, The Ninth Ride Out, o el corte seis, The Ninth Marchs On, donde vemos a la novena legión desplazándose, o el tenso y rítmico The Village, para el fallido rescate del general, un corte magistralmente construido, sin olvidarnos del trepidante On the Run, para la huida por los bosques tras la emboscada, donde Eshkeri vuelve a dar un ejemplo de brillantez y madurez compositiva.
Dominada por la percusión, la acción nunca deja de estar presente, con refuerzo de las cuerdas para indicarnos movimiento y persecución, para esta especie de Road Movie de romanos.
Hay un maravilloso repunte heroico en We Are the Prey (Somos la Presa), momento donde los supervivientes romanos prosiguen su frenética huida de los cazadores bárbaros, dispuestos a matar y pasar por todo tipo de vicisitudes para llegar a su destino final, la frontera bretona, y donde los dos motivos, el de Etain y el de la novena legión, se enfrentan musicalmente, superponiéndose ambos mientras vemos en pantalla bellas escenas paisajísticas con los dos grupos (cazadores y presa) a la carrera.
El drama está presente especialmente en dos cortes, The General Falls y Fate of Ninth, donde Eshkeri ofrece una especie de adagio del tema principal, en clave dramática, que en el primer corte suena cuasi como un réquiem para la novena legión.
El primer corte aparece en la parte final de la batalla del comienzo de la película, una emboscada que prácticamente fulmina a la novena legión. Es curioso que toda la batalla esté rodada sin un ápice de música, constituyendo una auténtica carnicería, escena tras escena, y donde la no inclusión de música da una sensación de violenta realidad.
Solo en la parte final de la batalla, cuando el general es derrotado y apresado, aparece la música, con los violines llevando el peso de la melodía, con un tratamiento fatalista del motivo central, un adagio que simboliza la caída no solo del general, sino de toda una legión romana. En la parte final del corte She Wolf, el compositor retoma el adagio para la muerte del general a manos de Etain, momento que dará comienzo a la persecución de los supervivientes de la novena legión.
Este tratamiento dramático, el réquiem de la novena legión, queda patente en el coda final, Fate of the Ninth (el destino de la novena), donde Eshkeri, de nuevo, retoma el motivo central en clave dramática, sellando así el fatal destino de la novena legión, que fue borrada de la historia romana para evitar la deshonra del imperio, y el comienzo de una nueva vida, para un Quintus liberado.
El misticismo del personaje de Etain y su pueblo queda patente en cortes como Funeral o A Sacred Rite, donde Eshkeri utiliza la voz y sintetizadores para construir un ambiente misterioso y tenso, para momentos como el entierro del niño bretón asesinado, o la los ritos de preparación de los cazadores bárbaros.
Los pocos momentos melódicos son los representados por el personaje de Arianne, en los cortes cinco y quince, Arianne y Necromancer respectivamente, donde el arpa céltico y las cuerdas ejecutan una bella melodía céltica para el personaje de la hermosa bruja, convirtiéndose en una especie de love theme para los personajes principales.
Valoración Final
Es un score compacto, sólido y perfectamente ejecutado, que funciona como un reloj dentro de la película, y donde los motivos están claramente delimitados, representando a los tres personajes principales de la película: los romanos (Quintus), los bárbaros (Etain) y la bella bruja (Arianne, el love theme).
El verdadero highlight de la película es el motivo central, el primer corte, uno de los mejores temas principales que he oído en estos últimos años, todo ello en combinación con las bellas imágenes del comienzo, y es una lástima que la edición final del CD no incluyese los end credits, a modo de recapitulación del motivo central, lo que hubiera significado un perfecto broche final.
No pasará a la historia de la música de cine, ni era su intención, pero eso no merma su valor y calidad, convirtiéndose en una composición trepidante, oscura y étnica (céltica) que crecerá con los años, como los buenos vinos, permaneciendo como una obra madura y compacta de Ilan Eshkeri.
Lo Mejor: Los títulos del inicio, y la sensación de encontrarnos ante una obra bien compuesta y ejecutada, donde se delimitan todos los aspectos a destacar de la película, sin ofrecer fisura alguna.
Lo Peor: Cierta oscuridad y tensión en algunos pasajes, y que no disfrutes de la tendencia visceral y agresiva de los cortes de acción (típica de los tiempos musicales que corren, como el score de Pathfinder de Jonathan Elias), aunque eso no debería ser problema
El Momento: Centurion, sin lugar a dudas, pero sin olvidarnos del bello Arianne o el excepcional We Are the Prey.
Rubén Franco Menéndez (Patton_Goldsmith)
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