Ellos son Noche

Compositor : Villodas, Aritz
Año : 2002
Distribuidora : ---

Cientos de apasionados al mundo del cine intentan acercarse desde la modestia a este apetecible arte, sabedores de que sus primeras incursiones en este terreno son buenos cauces para dar a conocer su incipiente talento. Directores, escritores, diseñadores, músicos... Un cúmulo de ilusiones y esfuerzos que, lamentablemente, no siempre obtienen la recompensa debida. Más arriesgado es, incluso, que unos aficionados conciban una historia ambiciosa en vez de un pequeño relato que luego se transformaría en corto. Sin embargo, "Ellos son Noche" es, literalmente, una película de cine, un proyecto de más de dos horas de duración que se ha llevado a cabo con escasos recursos pero sin que la imaginación y el tesón falten en ninguna de sus escenas (o al menos eso anticipa su tráiler). Todo ello se percibe también en su banda sonora original, debida en esta ocasión a varios autores. A falta de escuchar la contribución de Carlos Sánchez al proyecto, el compacto que ahora comentamos recoge únicamente la parte correspondiente a Aritz Villodas, un joven compositor que comenzó sus estudios de música a los cinco años y que ya ha participado en otros proyectos relacionados con la imagen y el sonido.

«Tema de Logan» es la pieza que domina la partitura, una acertada composición que Villodas ha creado para describir al principal héroe del filme. Tras un comienzo en el que los sintetizadores se dejan escuchar de forma ostensible, aparece una agradable melodía que, aunque en algunos fragmentos de la pista emplea tonos suaves y plácidos, pronto deviene en una poderosa sintonía de altas sonoridades y eficaz contundencia. Por contra, «El Atardecer de Logan» presenta una vertiente intimista más acusada, con una triste melodía que describe la conversación personal que mantienen Logan y David.

«Maldita Oscuridad» se adentra ya en terrenos más agobiantes, tratándose de un corte atmosférico que, sin embargo, presenta un fragmento con sintetizadores demasiado rudimentario. No obstante, los elementos de percusión son realmente brillantes y crean un gran ambiente. Verdaderamente atonales son «Violencia #1» y «Violencia #2», que se introducen sin reparos en el terror más escalofriante. No soy un entusiasta de este tipo de sonidos, pero los aquí presentados resultan de una eficacia incontestable y, desde luego, están compuestos para servir de apoyo a unas imágenes, no para deleitarnos con su escucha fuera de ellas. En este sentido me resulta más acertado el corte llamado «Terror Vampírico», pues es mucho más sutil a la hora de presentar la oscuridad de la historia, no hay necesidad de rimbombantes golpes de efecto o de aparatosas sacudidas musicales. Se aprecia en su minuto final, eso sí, una intensidad creciente, pero se trata de una evolución coherente y ciertamente exitosa en su empeño de crear atmósferas claustrofóbicas.

Volviendo a los instantes más suaves, «David y Nadia» es una de las maravillas del compacto, y en sus notas iniciales recuerda bastante a la frialdad de los temas melódicos de la saga "Resident Evil" (el videojuego, por supuesto). Como ha dicho el director de la película, se trata de una atípica pieza de amor en la que hay un atisbo de tenebrosidad en algunas de sus notas. Emotiva y afligida, aunque en sus primeros segundos pueda parecer uno de los cortes más intrascendentes de la obra, pronto se revela como uno de sus mejores segmentos, pues evoluciona de forma coherente y sin brusquedades. «Sandra», que también pretende caminar por los senderos de lo lírico, no alcanza, sin embargo, la calidad de «David y Nadia», sobre todo por culpa del extraño sonido de sintetizador que se escucha durante su primera mitad. Existe una versión ampliada en «La Soledad de Sandra» que me parece mucho más interesante.

«La Casa de las Torres» es, indudablemente, el corte más impactante de "Ellos Son Noche", una sabia mezcla de sonidos clásicos con impetuosos y agresivos acordes modernos. Sus fogosas notas iniciales, que pertenecen al ya conocido tema central de Logan, se van acentuando aún más a lo largo de la composición, con breves descansos que sirven para retomar posteriormente el ímpetu original. No soy un entusiasta de la guitarra eléctrica, y tampoco de los sonidos electrónicos, pero aquí su uso conjunto se me antoja incluso brillante. «Persecución» no alcanza la apoteosis del anterior tema, asemejándose su tratamiento a la música empleada en cualquier videojuego de calidad (en realidad, de trata de una sintonía que se repite una y otra vez, aunque con diversos matices). Probablemente no se utilice en el filme. Por contra, «El Duelo» muestra un esquema algo más complejo, desplegándose un conjunto de sonoridades que desembocan, según comentarios del propio director de la cinta, en "el momento más importante de la película, junto al final".

«Uziel» es un corte que describe a un personaje que, según David Doncel, "no es malo, sencillamente no piensa en la vida entre humanos y vampiros, sólo quiere esclavizar" a estos últimos. Sin ver las imágenes del filme no puedo saber exactamente qué aporta la música en este fragmento, aunque se adivina cierta ironía en la personalidad de semejante individuo, ya que la partitura transcurre a través de divertidos apuntes musicales que son buena muestra de la versatilidad del compositor.

«Ángel y Alba» retoma lo que es, en mi opinión, lo mejor de la banda sonora: su tono compungido, esa sensación de amarga melancolía que se adivina en gran parte de la obra. «El Reinado de la Soledad» sugiere esta idea, siendo una coherente conclusión para una obra cargada de desazón e inquietud (me encanta la complicidad que se consigue con el oyente cuando escuchamos parte de las notas del tema de Logan en los últimos segundos de la pieza). Las influencias de Zimmer, huelga decirlo, son más que evidentes. «La Hiel Más Amarga» era el tema final incialmente previsto; aunque es realmente hermoso, quizás resultara demasiado discreto para las pretensiones del realizador.

No nos hallamos, pues, ante una obra redonda, entre otras cosas porque su creador ha trabajado con una limitación evidente: el a veces acusado sonido electrónico de los sintetizadores. Sin embargo, esta adversidad se suple con el ingenio de un compositor que sabe aprovechar los medios de los que dispone, aportando inconfundibles sonidos que dotan de cierto carisma a su partitura. Hay que valorarla, pues, teniendo en cuenta que no es una impactante partitura de orquesta. Hacerlo de otro modo sería tremendamente injusto.

Lo Mejor: Aritz Villodas refleja magistralmente en su música los pasajes más melancólicos de la historia.

Lo Peor: Nada relacionado con la música, sino más bien con la carencia de una orquesta que pudiera combinarse con los indudables aciertos de un sintetizador de calidad. Desgraciadamente, Hollywood no ha producido la cinta.

El Momento: Me encanta «David y Nadia», una hermosa composición que se erige, indiscutiblemente, como la estrella del compacto. Aunque sea completamente distinta en intenciones al anterior corte, me gustaría destacar también «La Casa de las Torres», que hará vibrar a más de uno con su enérgica furia.

Jorofer

Valoración pista a pista:

Enlaces interesantes:

Entrevista a Aritz Villodas en BSO Spirit.
Página de Aritz Villodas en Internet, donde podrás escuchar algunos fragmentos de sus temas.
Página oficial de la película "Ellos son Noche".