Gamer

Compositor: Williamson, Robb; Zanelli, Geoff
Año: 2009
Distribuidora: Lakeshore Records
Duración: 58:26

Detrás de esa fachada de producto fast food, de película de diseño speedico con altas dosis de cuerpos perfectos y sonrisas Profident. Detrás de ese producto que parece dirigido a jóvenes con colonias de espinillas en su faz, aquellos que han incluido en su vida el espíritu de Fast and the Furious, hay algo singular.

Y es que Gamer sorprende, a pesar de estar concebido en un tiempo donde el poder de lo convencional en una sociedad superficial a más no poder es moneda de cambio. Y lo hace porque rompe de un plumazo con cualquier expectativa que uno se haya hecho.

Gamer encierra un relato realmente terrorífico, que lo es por lo posible de su ficticia historia, una donde la evolución tecnológica va ligada a una perdida total de la ética y la humanidad.

Esa copia hiperbólica y anfetaminizada de los Hermanos Wachowski que son Mark Neveldine y Brian Taylor, ha creado un producto inclasificable. A ratos rebelde, niño de pataletas insostenibles con un ápice de justificación, a ratos un infante calmado que sigue las sendas marcadas por las historias convencionales de bueno contra malo. Una primera parte valiente, intensa, excesiva y a veces cargante en su planteamiento técnico, pero aun así, un producto distinto, diferente y arriesgado para un blockbuster. Después, una segunda parte que busca no desquiciar aun más al público, que recorre sendas ya transitadas para que ninguno se encuentre fuera del tiesto, pero desgraciadamente, que tampoco sea participe de esos elementos frescos y salvajes que tan bien mantuvieron el tipo en el comienzo de la narración.

Desgraciadamente y por la cuenta que nos trae por esta afición que tenemos, la banda sonora es deudora del espíritu que intoxica el relato en su última fase. Más que un necesario contrapunto, con una composición orquestal densa, tal vez acompañada de elementos electrónicos (que no por ello tienen que ser estridentes e inaguantables como en algunos momentos de la banda sonora que nos ocupa), muy en la línea de las partituras oscuras de Trevor Jones, lo que encontramos es una partitura sin alma, sin un aparente interés en su confección y sin capacidad para dotar al relato de esa profundidad que se le escapa por momentos o más bien por minutos.

La partitura es obra de otra pareja de creativos, Robb Williamson y Geoff Zanelli. Lo más destacado del primero es la olvidable, pero efectiva con las imágenes The Midnight Meat Train. El segundo es autor de una más que conseguida partitura para la miniserie Into the West y la entretenida Outlander. En fin, que mientras Robb Williamson no es santo de mi devoción, Zanelli es un compositor al que he seguido con cierto entusiasmo, a pesar de que su música aún no acaba de despegar, tal vez por seguir un estilismo que pienso, necesita de una urgente renovación.

Gamer parece un producto más deudor de la mente de Williamson que la de Zanelli. En verdad no encuentro nada en Gamer de aquello que me hizo interesarme por el segundo.
Gamer es una partitura ramplona, falta de originalidad y si dejamos de andarnos con tapujos, mala hasta decir basta. Es más, mediada la película, me preguntaba dónde estaba la banda sonora. Había pasado sin pena ni gloria por mi cabeza, salvo la insufrible versión del "Sweet Dreams" realizada por Marilyn Manson, que no contentos con tenerla una vez en la película, aparecía hasta dos veces.

Así lo único destacable en cuanto a su función con las imágenes (pues creedme, fuera de ellas no hay ninguna aportación musical que valga la pena disfrutar), es la música asociada al programa Society, ese remiendo bastante terrorífico por sus evidentes lagunas éticas y morales del Home de PS3. O la sintonía de Slayer, el programa donde el protagonista de Gamer, Kable, debe aguantar con vida en un pseudo Call of Duty: Modern Fanfare. Dos sintonías que no llegan al minuto, y cuya función es meramente diegética.

Y lo peor no queda ahí. Si a lo poco trabajado del conjunto, añadimos el corta, pega y colorea del tema del Joker que Hans Zimmer creó para The Dark Knight, apaga y vámonos. Lo encontrareis en "Upgrades". Qué poca originalidad.

En fin, poco más voy a detenerme en este mediocre trabajo. Eso sí, dejar claro que la película, cuando menos, es diferente a lo que nuestras expectativas podrían construir en nuestra cabeza. Es una película que toma ciertos riesgos, con un buen conjunto de referencias ciertamente interesantes, pero que no termina de marcar la diferencia, porque, como he dicho, pierde valentía conforme van pasado los minutos. De todas formas un entretenimiento a recomendar, sobre todo a los amantes de la Sci Fi más contestataria.

Lo mejor: Pues sin ánimo de parecer duros, no recomiendo la compra de este disco. Recomiendo pagar la entrada para ver la película. Poco más.

Lo peor: La falta de originalidad, la poca presencia de la banda sonora en la película, la incapacidad de aportar una partitura con fuerte personalidad, como sí ocurre en algunos momentos del relato, y finalmente, aunque no menos importante, que es inaguantable en una escucha aislada.

El momento: Cuando vuestro reproductor expulsa el CD.

DDBSpawn (David Doncel)