Tracklist:
- Main Title (02:34)
- Dogen Drives (02:54)
- Flying Cycle (01:47)
- Lube Job / Alex Gets It / Goop Burns (02:30)
- Dogen Discovers Camp / Burial Scene (04:09)
- Jared-Syn's Camp (01:47)
- Zax's Cave / Baal Ambushed (05:31)
- J.S. Threatens / Dogen Meets Chimera / Diana and the Crystal (05:22)
- Tent Source (02:53)
- Shoot Out (01:35)
- Dogen & Rhodes Drive (01:23)
- Rhodes Wants Out / In a Fog (02:30)
- Monster Leaps Out / The Pits (03:53)
- Looking for J.S. (00:58)
- Camp Site Races / Doo Dah (04:05)
- Prelude #1; Burning Bush Dream (01:49)
- Prelude #2 / Rhodes Gets It (01:28)
- Dogen on the Trail (01:50)
- Diana's Doomed / The Lazer Bounce / Cycle Chase / Time Warp (07:23)
- Finale (02:55)
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Hay películas que conservan su encanto, y películas que acumulan espanto, o lo que es lo mismo, hay películas que jamás deberían haberse rodado, ni tan siquiera pensado. Metalstorm, the Destruction of Jared-Syn es un claro ejemplo. A cada minuto que pasa (incluso cada segundo) no hacemos más que oír el sonido de la cisterna del inodoro, sinónimo de la diarrea mental que asoma a lo largo de todo el metraje. Es un bodrio antológico, y resulta alucinante y chocante ver a la Universal entremezclada en el proyecto, produciendo tamaña desvergüenza fílmica. Ni siquiera el 3-D salva de la quema algún pasaje.
Y llegados a este punto, solo cabe decir que la única razón de alegría de la existencia de semejante truño reside, única y exclusivamente, en la partitura del genial Richard Band. La única, y no hay más. Ni te ríes, ni te diviertes, ni nada. N-A-D-A. Huid insensatos, huid....
Metalstorm, aka Mentalshit
El horror en su estado más puro. Eso es Metalstorm. La Universal financió a Charles Band este proyecto que sacaría los colores hasta al mismísimo Ed Wood. La palabra nefasta se me antoja corta.
Evidentemente, la película fue un fracaso, pese a anunciarse como un proyecto en 3-D (muy de aquella época, como Jaws 3-D o Amityville 3-D), lo cual, en teoría añadía suficiente aliciente para arrastrar taquilla. Pero aunque la mona se vista de seda...
Veamos, nuestro protagonista, el Ranger Dogen, recorre los desiertos del planeta a bordo de su carro blindado para matar al malvado Jared-Syn and Son. Por el camino (yo me entretengo) conoce a una chica, la actriz Kelly Preston (Christine, SpaceCamp, Jerry Maguire) que ha perdido a su padre, asesinado por Baal, el hijo biónico de Jared-Syn (prueba de paternidad ya, porque se parecen en los pelos del...), y al Ex Ranger Rhodes, interpretado por Tim Thomerson (actor fetiche de la época, la saga Trancers, Dollman, Zone Troopers, Cherry 2000).
Otro rostro famoso de la época es Richard Moll, conocido por la serie Night Court (Juzgado de Guardia), que aquí interpreta al líder de los cíclopes mineros (parche en el ojo) que habitan el planeta.
Metalstorm es un pastiche de cuidado; para empezar, el toque postapocalíptico de Mad Max 2, con incontables escenas de vehículos rodando por aquí y por allí a lo largo de toda la película (medio metraje se lo pasan con escenas del protagonista conduciendo), persecuciones y choques varios (Ley del Cine: cuando un coche vuelca, explota...).
Además, nuestro "héroe" (por decir algo), Master en Cara cartón y monosílabos varios, va vestido igual que el Max de Mel Gibson (debieron de comprar el traje de saldo). Y tenemos al actor Mike Preston, que interpreta al villano de la película, Jared-Syn (menudas pintas tiene, parece sacado de un bar de ambiente), quien, casualmente, salía en Mad Max 2 interpretando a Pappagallo.
Tenemos persecuciones aéreas, con F/x muy cutres, que recuerdan a las Moto Jets de The Return of Jedi. Y no acaban los parecidos con Star Wars ahí. Dogen conoce a Rhodes en una especie de cantina, y Rhodes tiene un carácter (salvando las distancias) sarcástico estilo Han Solo. Parece sacado de la escena de Mos Eisley.
La esencia del poder en Star Wars era la Fuerza, aquí un Cristal que confiere el poder a Jared-Syn para dominar la faz del planeta, que además está desértico, recordando aún más al planeta Tatooine de Star Wars: A New Hope.
Añádele efectos especiales ramplones, escenas cutres, peleas malísimas, diálogos hilarantes ("Who Are You?"... dice la chica.... "Easy. I'm Dogen"... Premio), incoherencias por todas partes, aburridas secuencias de coches rodando, y todos los tópicos y típicos de éstas películas.
Y mi pregunta es sencilla... ¿Nadie en la Universal, y repito, NADIE se dio cuenta de lo que estaban haciendo?. Alguien que dijera "Oye chicos, esto es infumable". Pues o no lo querían ver, o estaban vendiendo cupones de la ONCE. O Charles Band les hizo el número de las estampitas. Brillante...
MetalScore, Twelve Days for Glory
Metalstorm supuso que Band trabajase para un gran estudio, que coproducía Albert Band y dirigía Charles Band (todo queda en familia). Pese a las suspicacias iniciales sobre si Band podría acometer el desafío de crear un score vibrante y poderoso, que maquillase tamaño desastre, podemos decir que finalmente no solo cumplió su objetivo, sino que acabó por ser lo único destacado de la película.
Con un bagaje de pocos trabajos en sus espaldas, donde destaca la colaboración con Joel Goldsmith en Laserblast, esa maravilla que es The Day That Time Ended, o Parasite (también con el uso del 3-D), Band se subió al barco de Metalstorm, con tan solo doce días para componer el score y con toda la presión encima habida y por haber.
Los ejecutivos se olieron el desastre, y decidieron adoptar medidas de choque para intentar levantar el proyecto. Una de ellas fue insuflar más presupuesto para el score de Metalstorm.
De esta forma, Band pudo contar con una orquesta conformada por unos 80 miembros y siete encargados de sintetizadores y demás sonoridades electrónicas, entre quienes encontramos a Gary Chang, que más tarde compondría trabajos como Under Siege, The Island of Dr. Moreau o A Shock to the System.
Además, nos encontramos con Shirley Walker involucrada en el proyecto, quien no sólo conduce la música, sino que ayudará a Band a cumplir los plazos. Trabajará con Band como compositora adicional para proyectos como Ghoulies, Ghost Warrior o The Dungeonmaster.
El resultado final fue una partitura llena de fuerza que ha sobrevivido a las imágenes a las que acompañaba, siendo lo único destacable del conjunto final. Han tenido que pasar veinticuatro años (nada más y nada menos) para que los aficionados a la música de cine y Richard Band podamos disfrutar de éste blockbuster musical muy al estilo del Star Wars de Williams o el Battle Beyond the Stars de Horner.
A Road Movie Score
Como Richard Band comenta en el folleto de Intrada, el tema principal es una fanfarria heroica, una especie de ostinato, a base de cuerdas, trompetas y una brillante percusión, que conforman el leitmotiv principal de la película y que acompaña a Dogen en todos sus desplazamientos por carretera, así como sus encuentros y batallas con Jared-Syn y su séquito, liderado por su hijo Baal. Es un trabajo de gran fuerza, un espectacular y arrollador despliegue sinfónico-épico que apela a la aventura con algún toque horneriano a lo Battle Beyond the Stars (otra serie B, aunque más decente que Metalstorm).
Ya en el "Main Title" escuchamos éste espectacular tema central, que vertebrará el score, siguiéndole "Dogen Drives", donde nuestro héroe recorre en su vehículo zonas desérticas y montañosas, en busca de "sabe Dios qué". Si le quitas la música, lo que queda es realmente lamentable. Es únicamente el esfuerzo musical de Band el que dota de alma a Metalstorm. Cuando está finalizando el corte, Band introduce un sintetizador de connotaciones claramente negativas, para el momento en que aparece en escena un cíclope minero al servicio de Jared-Syn.
El cíclope se enfrentará a Dogen a bordo de un vehículo volador (sonrojantes efectos especiales, que se repetirán en el enfrentamiento final entre Dogen y Jared-Syn) en el vibrante corte "Flying Cycle", donde Band crea un tema de acción vertiginoso y heroico, con Dogen derrotando a su enemigo, en una confrontación visual digna de hacer la jugada del avestruz (vergüenza ajena, vamos).
Como dice Band, creó una especie de tema principal que bien podría llamarse "Driven Theme", y que escuchamos a lo largo de toda la película: " Dogen Discovers Camp - Burial Scene", "Dogen & Rhodes Drive", "Camp Site Races - Doo Dah", "Dogen on the Trail" o el "Finale". Es un leitmotiv poderoso que transmite emoción y mucho "movimiento", aspecto del que adolecen todas y cada una de las imágenes de la película.
Para los villanos, Richard Band crea texturas sintetizadas y ambientes oscuros, a veces etéreos, cuya primera aparición destacada (tras el cíclope que localiza a Dogen en "Dogen Drives") es el corte "Lube Job - Alex Gets It - Goop Burns", donde un minero y su hija (Diana) encuentran un valioso mineral tras estar arduamente trabajando. Al salir de la mina, el padre se encontrará con Baal y sus hombres, quienes destrozarán el mineral y la excavación, asesinando de paso al padre antes la mirada atónita de Diana oculta en una cueva.
Band crea un tema opresivo y diabólico, que transmite la villanía de Jared-Syn, quien aparece en escena cuando Baal arroja al minero una especie de líquido viscoso, similar al ácido de los Alien, que le provoca una visión, donde Jared-Syn, a través de la magia del Cristal, asesina al padre de Diana.
Estas texturas negativas, leitmotiv opuesto al de Dogen, aparece en escena cada vez que vemos a Jared-Syn o a su hijo Baal en acción, como "Jared-Syn's Camp" o "J.S. Threatens-Dogen Meets Cimera-Diana and the Cristal".
Uno de los mejores momentos musicales lo encontramos en la segunda parte del corte cinco, el segmento "Burial Scene", donde Band construye una bella pieza elegiaca para el entierro del padre de Diana, de tono melancólico y reflexivo, donde el arpa, los violines y el French Horn redondean una de las mejores piezas del score y de la carrera de Band. En palabras del compositor, compuso el tema en cuatro minutos y jamás reescribió una nota. Increíble.
En cuanto a los cortes de acción, furiosos y propulsivos, apelando a la aventura a través de sus sensacional y magistral sinfonismo, destacaría cinco momentos que paso a comentar brevemente:
1) El primer corte de acción importante, tras la escaramuza del principio lo encontramos en el corte "Zax's Cave - Baal Ambushed". Al minuto y medio arranca con la marcha heroica de Dogen, envenenándose al minuto dos con la aparición en pantalla de Baal y su séquito para dar caza a nuestros héroes. Band crea un corte enérgico, a base de una percusión agresiva, violines y trompetas. Band adereza el conjunto final con algunos toques de sintetizador muy apropiados.
Cerca del minuto cuatro encontremos un momento muy Williams, a lo Star Wars, en la línea del momento en el que destruyen la Estrella de la Muerte, y acabando el tema, un toquecillo horneriano al estilo Krull o Star Trek II.
2) El segundo momento de acción importante corresponde al corte ocho, en concreto a "Dogen Meets Chimera", donde Band introduce una extraordinaria fanfarria para una criatura creada por Jared-Syn con el fin de eliminar a Dogen. El tema se desarrolla principalmente con trompetas y tambores, con una ligera reminiscencia a Williams, un poco al estilo imperial de Star Wars .
3) "Monster Leaps Out - The Pits". Buscando la máscara que les permitirá localizar a Jared-Syn, Dogen y Rhodes van a parar a una especie de arenas movedizas con dos criaturas, mezcla de anguila y serpiente, incordiando a nuestros héroes. La música se vuelve intensa y dramática por momentos, salvándose finalmente por muy poco.
Pero el verdadero Highlight musical es la segunda parte, "The Pits", donde tras escapar de una muerte segura, Dogen deberá enfrentarse al líder de una comunidad minera (Richard Moll) en un foso. La música es agresiva y violenta, con los tambores marcando un ritmo constante a modo de marcha fatídica, enfatizando el peligro y la fiereza del duelo que vemos en pantalla (si le pones off al sonido es de morirte de risa). Es un corte muy a lo Goldsmith.
Band apela a una especie de leitmotiv tribal y étnico, reflejo del personaje cíclope y su raza. Cierra el corte con la recuperación heroica del tema principal para el momento en el que (oh sorpresa) Dogen vence.
4) "Camp Site Races - Doo Dah". Dogen y Rhodes asaltan el campamento de Baal. Rhodes quedará malherido, pero mucho peor dejarán a Baal, quien pierde su brazo mecánico lanzador de ácido (What a Pity!). Band se marca un auténtico temazo de acción de cuatro minutos, a través de una percusión sensacional, con los violines y las trompetas trazando melodías vertiginosas y con explosiones orquestales heroicas a través del leitmotiv principal. Arrollando con su música 100% de acción, Band se vuelve a marcar unas fanfarrias de escándalo.
En el minuto dos, Band recupera el tema principal a modo de marcha heroica, para volver a ofrecernos, de nuevo, vibrantes y espectaculares pasajes de acción. Posteriormente, entramos en una breve fase de acción magistral, antológica, toda una lección del Maestro Band, con las cuerdas y los vientos echando humo, encaminándonos hacia un sensacional cierre climático, con el tema de Dogen emergiendo sobre el sintetizador que representa Baal.
5) El último corte, "Diana's Doomed - The Lazer Bounce - Cycle Chase - Time Warp" es el corte más largo del CD, y sin duda alguna, otro de los más destacados. Tuvo que componerlo en un día y medio, y gracias a colaboradores como Gary Chang o Shirley Walker, Band consiguió un autentico Tour de Force, una pieza sensacional para el refrenamiento entre Dogen y Jared-Syn a bordo de los Flying Cycle.
Band abre, a modo de prolegómeno a la batalla, con una percusión que va manteniendo la tensión a la par que los vientos construyen un clímax de confrontación y misterio. Y hay que reconocer que Band sabe manejar como nadie los desarrollos en los temas finales.
En esta fase inicial, reconocemos el toque Band, de trabajos posteriores no tan lejanos, como esa otra perla suya, Mutant, que le seguiría un año después. Band introduce los sintetizadores, para definir la villanía de Jared-Syn y su hijo Baal, quienes tienen engañados a toda la comunica minera. En el minuto tres y medio, rompe esta tensión sostenida para pasar a la acción pura y dura, sin paliativos.
Band recupera un poco esos ritmos vibrantes y frenéticos del corte "Camp Site Races - Doo Dah". Espectaculares fanfarrias de acción y aventura, sintetizadores aderezando el conjunto final y poderosas explosiones orquestales durante los cuatro minutos finales, que nos llevarán a un clímax final misterioso, con Jared-Syn escapando a otra dimensión con los sintetizadores creando un aire misterioso y etéreo.
Al margen de estos cinco espectaculares cortes, tenemos el corte nueve, un source music muy propio de aquella época (los 80) llamado "Tent Source" y que suena cuando Dogen entra en el bar de un campamento nómada en busca de Rhodes, o el "Shoot Out", donde Band afirma hacer un pequeño homenaje a Morricone con un duelo al más puro spaghetti western, mediante la utilización de coconuts para trazar la confrontación de Dogen con dos mercenarios.
También tenemos mucha música misteriosa y mística, como "Rhodes Wants Out- Into a Fog", con nuestros héroes buscando la máscara, o el "Prelude 1 : Burning Bush Dream", donde Dogen utiliza la máscara para encontrar a Jared-Syn, ejemplos de lo bien que Band sabe utilizar las texturas sintetizadas.
El corte "Finale" pone el broche final con la recapitulación del tema principal a modo de cierre en clave aún más heroica si cabe, sellando Band uno de sus mejores y más logrados trabajos.
Intrada Just Did It
Intrada ha hecho justicia a Richard Band. No ha sido la única discográfica, eso es cierto. Otras casas como Lalaland Records, Varese Sarabande, Buysoundtrax o Full Moon entre otras han hecho sus esfuerzos por representar a este genio de la serie B, que tristemente no tuvo continuidad fuera de ella, cosa que otros compositores menos talentosos sí han tenido.
Pero la vida es así, y lo que está claro es que Band no ha desaprovechado sus oportunidades y siempre ha dado lo máximo en su trabajo. Prueba fehaciente de ello es este Metalstorm, que pacientemente ha estado madurando nada más y nada menos que veinticuatro años, y que gracias a Intrada (Thanks Doug, Roger and company) podemos disfrutar en todo su esplendor. Como diría el bueno de Fake... Knock Out. Antes de que de sea demasiado tarde.
Lo mejor: Ese despliegue sinfónico y arrollador de Band, propio de trabajos como Star Wars o Star Trek II, con un excelente uso de los sintetizadores para reflejar la villanía de los malos malísimos. Sin duda, una de las obras maestras de Band.
Lo peor: Haber esperado veinticuatro años para ver editadas una de las obras magnas de Band. Y el material visual al que acompaña la música... qué horror...
El momento: El tema principal, quizás mejor recogido en el “Finale”, el sensacional corte marcial y étnico de “Monster Leaps – The Pits”, con esa fanfarria intensa y vertiginosa a golpe de tambor, y el “Burial Scene”, segunda parte del corte 5, un precioso oasis de tranquilidad en medio de tanta heroicidad y adrenalina.
Rubén Franco Menéndez (Patton_Goldsmith)
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