Para transitar por los complicados vericuetos de la industria cinematográfica americana y no retroceder dos pasos por cada uno de avance, es aconsejable saber rodearse de la gente adecuada. Aquélla que sirva de guía y en la que apoyarse hasta el momento del abandono del nido para echar a volar, quien conozca las vías de entrada en el coto cerrado que ésta crea sobre sí, hasta el momento dado en que al talento se le da la oportunidad de salir a la luz. Porque en  algunas ocasiones el talento no basta, por muy grande que éste sea, para darse a conocer al mundo.

Afortunadamente cada vez son más los nuevos y jóvenes compositores que van viendo abiertas las puertas de la industria, gracias no sólo al cine, sino a la nueva televisión (cada vez se cuida más este aspecto en las series actuales dando oportunidades a nuevos valores que son captados posteriormente para el cine, caso de Mark Snow por ejemplo), e incluso los videojuegos (la contratación  de orquestas sinfónicas para la grabación de partituras compuestas exclusivamente para juegos está en auge), un mercado que mueve mucho dinero y en el que cada vez se cuidan más éstos detalles (Michael Giacchino es un ejemplo que destaca en ambas facetas).

John Ottman es uno de estos compositores de nuevo cuño, que ha sabido hacerse un hueco gracias a su capacidad y polivalencia, habiendo trabajado como director, montador, compositor y orquestador. Tras ver lanzada su carrera en el año 1995 con The Usual Suspects (ganadora del premio BAFTA al mejor montaje y nominada a mejor partitura original, ambas de Ottman), ha seguido una línea estilísticamente coherente y  variada en cuanto a géneros, mezclando obras junto a su amigo y colaborador Bryan Singer (su verdadero introductor en Hollywood), del que es asimismo montador en sus películas (la citada anteriormente, Apt Pupil, X-Men 2 o Superman Returns), con partituras de suspense, Trapped, terror,  Gothika, intriga psicológica, Point of Origin,  acción, Cellular, aventuras, Fantasy Island  comedia descerebrada, The Bubble Boy" o drama emotivo, Pumpkin. Tocando casi todos los géneros y dejando en cada uno su marca, la marca de John Ottman, su sonido particular.

Estamos en el año 2001 y tras su escasamente gratificante experiencia con Urban Legends: Final Cut (artística y comercialmente) en la que llevó a cabo toda labor imaginable, dirección, guión, montaje, composición,  y producción, decidió centrarse en la labor que más satisfacciones le había reportado hasta el momento, la composición, para crear durante los siguientes dos años nada menos que siete partituras. Se trataba del momento de su consolidación en la industria, "el momento de la verdad".

Bubble Boy

Título en español: El Chico de la Burbuja
Año : 2001
Distribuidora: Varese Sarabande
Duración: 39:19

El resurgir de cierto tipo de cine, digamos descerebrado, con las franquicias de American Pie y diversas Juergas Universitarias o Road Trips haciendo su agosto en las taquillas de todo el mundo, abrió la veda de la proliferación de comedias para adolescentes en la tradición de Porky´s en los años ochenta, carcajadas varias a costa de unos protagonistas no caracterizados precisamente por su inteligencia, bromas escatológicas y desarrollos lineales. Pero ése era el tipo de cine que estaba dando grandes dividendos por ínfimas inversiones y había que darle al público lo que pedía. The Bubble Boy surgió como continuación de esta moda, pero bajo su apariencia de comedia tonta, pretendía hacer una sátira mordaz de todo este tipo de cine, narrando / parodiando la historia del crecimiento de un niño al que la carencia de defensas obliga a vivir en una burbuja y a evitar el más leve roce con sus semejantes (no, no es un remake de aquella película de Randall Kleiser con Travolta en los setenta). Es obvio a la vista de su fracaso que no atrajo a sus espectadores potenciales, pese a que reunía casi todos los elementos del género, pero si atendemos al lirismo de muchas de sus escenas, al sarcasmo sobre los personajes que evita en ocasiones la risa relajada, y a una composición emotiva y ecléctica de John Ottman, que le da un aura especial que este tipo de películas no poseen (en lugar del empleo sistemático de canciones de moda), entenderemos el porqué.

El compositor lleva a cabo una partitura muy variada, en absoluto original, pero pegada a las imágenes, muchas veces puro Mickeymousing clásico, acompañando al milímetro las acciones y movimientos en pantalla. La obra está llena de influencias, en algunos casos ejerciendo la labor clara de parodiar momentos de otras películas, incluso a través de la música, por lo que en estos casos no se puede hablar de plagio, sino de homenaje o alusión musical/visual. Como ejemplo encontramos  la caricatura de música sexy  típica de los filmes antes señalados "Girl Next Door" o el tema "Jimmy Escapes (Rocky)", donde descubrimos el citado tema de Bill Conti para acompañar la sensación de triunfo en su huida del protagonista. Esto fue sin duda una imposición del director Blair Hayes, pues en la edición de Varese del disco hallamos la versión alternativa de este tema, compuesta por Ottman, y no tiene ninguna relación (es una variación loca del tema principal).

Es reseñable el dato de que la partitura está creada habiéndose inspirado en otros compositores, usando dependiendo de cada tema el estilo característico de cada uno. Podemos observar  por lo tanto réplicas del Danny Elfman Burtoniano en "Birth of Bubble Boy" (tema principal del film y verdadero leit-motif del protagonista) y en "End of the Ride", así como una parodia de su Midnight Run en el tema "Bus Stop", con la llegada del protagonista a una surrealista parada de autobús en el desierto.

Homenajes indisimulados al Horner de Cocoon con "Heartbroken", "A Father´s Love" y "Reunion", de un gran lirismo y emoción, especialmente el último, y a The Journey of Natty Gann y los dos Fievel con "The Clouds/Riding with Push Pop", "Jimmy´s Adventure" o "Growing Up", éste con una posible reinterpretación muy sui- generis del "Rodeo" de Copland  (al igual que hiciera Horner en su partitura para Fievel Goes West).

También encontramos representado al Thomas Newman de Scent of a Woman en el tema "Chloe Explores" y al insigne Bernard Herrmann en la forma que Ottman orquesta "Phreaks!", con un empleo de las cuerdas propio del maestro, salvando las distancias.

A pesar de la mezcla de estilos y la inspiración masiva en obras ajenas, Ottman desarrolla interesantes temas y variaciones que hacen de esta obra cuando menos una curiosidad merecedora de nuestra atención, siendo en cualquier caso un perfecto acompañamiento para una película que se beneficia mucho más de la música del compositor, que lo que se verá beneficiado él mismo por haber trabajado en ella.

Lo mejor: El encontrarnos ante una composición llena de diversión y sin complejos, con variedad temática y constante cambio de registros: comedia, lirismo, aventura, suspense o épica. La sutileza melódica de "Birth Of A Bubble Boy", el solo de guitarra en "Heartbroken", o la emoción contenida en "Reunion".

Lo peor: La imposición de temp tracks de otros autores, y la poca cancha que recibe Ottman para ser él mismo.

El momento: El clímax final, "Reunion", donde la partitura alcanza su instante mágico, pleno de lirismo emotivo, que provoca que encontremos un sentido último a todo lo que se nos había presentado hasta entonces.

Point of Origin

Título en español: Fuego Intencionado
Año : 2002
Distribuidora: La-La Land Records
Duración: 31:14

(Texto con Spoilers)

Comenzaba para el autor uno de los años más prolíficos de su carrera. Newton Thomas Sigel habitual director de fotografía de Bryan Singer en todas sus películas, y por lo tanto parte del clan junto a John Ottman, debutaba en la dirección con este filme para televisión producido por el canal HBO, y cómo no, cuando requirió a su colaborador y amigo para las labores de composición del Score, éste no tardó en ponerse a trabajar.

Se trataba de un thriller psicológico sobre la caza de un pirómano por parte de un investigador del cuerpo de bomberos, que cuanto más cerca está de atrapar a su objetivo y deducir el porqué de sus acciones (lo que los americanos llaman profiler) más cuestionado se encuentra por sus compañeros.

El compositor se introduce en la mente de ambos, cazador y presa, mediante una composición oscura, orquestando para pocos  instrumentos y empleando un recurso tan original como la utilización a modo de percusión, o desasosegante diapasón, de los sonidos de una antigua máquina de escribir, de las teclas y su carro (en la que el bombero va escribiendo los informes sobre sus avances en la captura del criminal y una futura novela sobre el caso). Muestra de ello hallamos "Thinking it" a modo de tenso tema principal, desarrollándose por medio de variaciones en "Investigating / Print" organizando la percusión de forma harto original y atenuándola conforme el tema avanza, "Firewatcher", donde las notas fluyen al ritmo de las pulsaciones de las teclas, o "Feeding the ego" donde la oscuridad y la atonalidad invaden al oyente para dar paso al tema principal con un cariz más trágico.

Junto a ellos, es destacable el tema de acción, "Spying", con el saxo enmarcando un original  repiqueteo percusivo,  o "Hero" como demostración de la gradación de la tensión por parte de la orquesta hasta llegar al único momento de triunfo y optimismo de la partitura, que por su brevedad y distorsión final indica que quizá sólo esté en la cabeza de algún personaje.

"John´s Story", a modo de coda final, nos muestra cémo los sonidos de la máquina de escribir no representaban a dos personajes antagónicos, sino a uno sólo de mente desdoblada - el guionista obviamente vio El Club de la Lucha- (las teclas y el carro aumentan su ritmo para decaer de repente conforme el protagonista acaba en la cárcel, sin consciencia de su delito).

Concluyendo podemos decir, que sin ser una gran obra, nos ofrece un muy original recurso por parte del compositor para ir definiendo la doble personalidad del protagonista sin resultar obvio. Pese a ello no garantiza fuera del acompañamiento de las imágenes, donde cumple perfectamente su función, muchas razones para su escucha aislada, pudiendo ser ésta algo repetitiva y poco variada.

Lo mejor: La original forma con que Ottman nos introduce en la mente del pirómano, con una percusión a base de teclas y carro de máquina de escribir, "Thinking It". Su tratamiento del suspense psicológico, "Spying", "Hero" o "Feeding The Ego".

Lo peor: Que se trata de una partitura extraña y monótona en su desarrollo si no se ha visto el film, y que presente un Spoiler ya en la propia orquestación (sólo hay que atar cabos para explicarse el porqué de ese recurso de la máquina de escribir)

El momento: La conclusión de la partitura, donde entendemos el motivo de todo, la explicación al misterio, y la razón última de la construcción musical elegida por el compositor, "Aftermath", "John's Story".

Pumpkin

Año : 2002
Distribuidora: Citadel
Duración: 46:36

Una historia de amor melosa en el mundo de las hermandades universitarias americanas, el rechazo a lo que se sale fuera de la norma, el proceso de maduración y la belleza del primer romance en la adolescencia, son los temas que musicalmente abarca John Ottman en su partitura para este film. Convencido por los dos directores del filme, para componer, grabar y mezclar en un periodo no superior al mes, tras el cual por compromisos previos la película debía estar lista, el resultado es prueba inequívoca de que a veces es bueno trabajar bajo cierta presión si el resultado alcanza la excelencia. Con esta obra John Ottman compone una de sus mejores partituras, lírica y emotiva, variada y compleja, pero ante todo bella, de una belleza tal vez oscura, pero sobre todas las cosas, conmovedora.

El compositor emplea el Himno de la Congregación Universitaria  de las Alpha Omega  Pi compuesto por Robert Hackl, Ken Strange y Adam Larson Broder y recurre a él en varias ocasiones a lo largo de la composición para adentrarse en el mundo de las hermandades americanas y realizar una representación de éstas mediante la música.

Ottman es inteligente e intercala ya desde el comienzo el espléndido tema de amor, que mediante una excelsa voz femenina absolutamente embriagadora, va mezclándose con el anterior gracias a un portentoso cello, creando una conjunción emocionante y predisponiendo al espectador a asistir a una historia humana a carta cabal, "Lofty Goals". Tras ello prosigue con la descripción musical del protagonista "Pumpkin" con unas suaves notas y un tempo pausado y cadencioso que nos introduce en la mente del personaje.

Un suave tema marca Ottman (no hay más que escuchar el comienzo para saber que se trata de un track del compositor, quizá incluso posea algún eco de Snow White, una de sus primeras partituras) nos introduce en la trama con las góticas notas de un clavicordio y la presencia mística del coro en "Outcasts". La belleza es una cara de la moneda, la otra es sin duda el anhelo de lo imposible, la tristeza por no poder aspirar a ello y el drama que provoca, todo perfectamente representado y entrelazado en "Separation", "First Day" y "I´m in Love"(pura emoción soterrada). La mejor muestra, la combinación rasgado de violín, piano y apuntes del tema principal del segundo de los tres.

El drama nos lleva a la ternura (de "Bad World", tétrico solo de violín, a "A First Step", una bella melodía circular se va abriendo camino suavemente), la ternura a las lágrimas ("To Class", el tempo le proporciona la exaltación de sentimientos y "Torn Souls", una maravillosa descripción musical de la soledad), las lágrimas a la tristeza y el resentimiento ("I´m Not Retarded", una mixtura entre Philip Glass y Angelo Badalamenti y "Goodbye, Cruel World"), y de ellos a la esperanza, la  recuperación de la confianza y la realización de los deseos y de los sueños, la felicidad aunque efímera siempre puede llegar a darse ("Friends and Family", "Destiny" desarrollado mediante la conjunción sintetizador, voz, orquesta).

Todo cambia para que finalmente todo siga igual, las hermandades continuarán con sus insidias, sus envidias y prejuicios, y tan solo algunas veces alguien, quizá el menos esperado se revelará con éxito a lo preexistente, no con intención de cambiar el mundo, tan sólo de mejorarlo, al menos, en una ínfima parte ("Carolyn´s Poem", uno de los mejores temas de la carrera de Ottman, sólo decir que su sola escucha provoca una vorágine de sentimientos difícil de describir, tal vez lo más adecuado sería decir que logra hacer diana en el centro del alma para dejar una marca indeleble más allá de las lágrimas).

Un noble y solemne regreso al tema de las hermandades concluye una composición a la que sería extremadamente sencillo catalogar de obra maestra, por ello justamente, no lo haré.

Lo mejor: Las sensaciones que en el oyente provoca la música, una amalgama entre la emoción, la nostalgia y la esperanza, con un toque mágico, y un envoltorio clásico. Un tema principal memorable, retentivo y pleno de lirismo, "Lofty Goals", que no te abandona en mucho tiempo una vez lo escuchas por primera vez, y su variación en "Carolyn's Poem", belleza en estado puro.

Lo peor: Que acompaña a un film del 2002 que no ha sido estrenado aún, y estamos en el 2007, lo que hace que su música no se haya hecho popular entre los aficionados que no conocen el film.

El momento: Cada vez que el tema principal, "Lofty Goals", hace acto de presencia, pero especialmente el clímax final al completo, "Destiny" y "Caroly's Poem" (déjense llevar por su dulzura, no repriman las lágrimas).

Eight Legged Freaks

Título en español: Arac Attack
Año : 2002
Distribuidora: Varese Sarabande
Duración: 47:25

En los años cincuenta se produjo una gran cantidad de films con la amenaza animal como protagonista, especialmente si éstos tenían unas dimensiones colosales y podían significar el fin de la humanidad como la conocemos. La Humanidad En Peligro con las Hormigas Gigantes o Tarántula con una araña igualmente enorme sembrando el terror, son dos ejemplos de un cine del que el director Ellory Elkayem se confesaba enamorado y al que decidió homenajear con esta comedia terrorífica aquí titulada Arac Attack (por cierto, ver para creer, título que en USA fue eliminado a última hora, al creer que podría ser confundido con Irak Attack, lo cual desvirtuaría los objetivos comerciales de la cinta, según los productores).

Con esta partitura John Ottman compondría uno de sus más destacados temas centrales, una marcha poderosa  plena de melodía y fuerza, y de un ritmo contagioso dedicado a las arañas ("Spider Mania"), que se va desarrollando a base de pequeñas pinceladas acompañando las escenas costumbristas de presentación de personajes y entornos a lo largo del film ("Spider Shack", excelente su inicio, "Investigating", "Cat Napped") haciendo presagiar cada vez que oímos alguna nota y alguien da la espalda a la cámara la entrada del peligro arácnido ("Bedroom Attack", "Spider Got Your Tongue").

El caos producido por la trepidante invasión de las arañas en la ciudad es descrito mediante la presentación completa del tema principal en su vertiente terrorífica  con "Spider Assault" y en la más lúdica con los "Cartoon-ianos"  "Mall Mayhem" y "Shopping Spree" en el que parecen entreverse incluso aires de western, siempre dentro de un tono jocoso. Asimismo el enérgico "Trailer Trashed" nos describe cómicamente la torpeza de los bichos acostumbrándose a su nuevo tamaño y a su nueva proporción con respecto al resto de las cosas. 

El despliegue total del motivo principal sin embargo, adquiere su mayor desarrollo en los últimos temas "The Tunnels" y "Climatic Plan" que conforman una especie de Suite final de la partitura. En ellos se combinan los dos estilos, el divertido y la búsqueda del suspense y la tensión, sin dejar nunca de lado la pegadiza melodía que caracteriza esta obra,  casi parodiando al final del segundo, el "Bishop´s Countdown" de Aliens, y concluyendo con un motivo secundario semitriunfal para representar el fin de la amenaza, pero en un tono más bien bufonesco, acentuando la comedia por encima de la emoción.

A modo de epílogo o coda final Ottman compone un lírico tema conclusivo  "All´s Well That Ends Well" con aires Goldsmithianos, reminiscentes, aunque en tono paródico, de First Blood, con un aire marcial y de "americana", y un  bello solo de guitarra, para volver a las notas del motivo arácnido ahora con un tono reposado y bucólico.

A modo de curiosidad reseñar que el tema tradicional "Itsy Bitsy Spider" está integrado casi imperceptiblemente en algunos momentos dentro de los temas pero sin ampliarse más de unos breves segundos, y que para una de las escenas en las que un grupo de motoristas adolescentes es perseguido por las saltarinas protagonistas de la función, se pidió un tema rockero a base de guitarra eléctrica y batería, totalmente alejado del resto de la partitura "Spiders and Cycles". El compositor  lo co-compuso con el rockero Rich Ragsdale, añadiéndole unas pocas notas del tema principal, más que nada para que pareciera que se trataba de la misma película, al introducir un cambio tan radical en la estructura musical del filme.

Lo mejor: La espectacularidad y el aire cartooniano del tema principal, el mickey mousing de los toques de comedia y la fuerza con que Ottman impregna la partitura, con el potente "Spider Mania" y el bucólico "All's Well That Ends Well" (con homenaje a Goldsmith incluido) a la cabeza.

Lo peor: Que al ser un film de terror, con comedia, pero un fin de terror al fin y al cabo, la composición de Ottman se decida por un predominio del talante bufonesco, que elimina cualquier inquietud y suspense real de la trama del film.

El momento: La decisión de las arañas de atacar en grupo el pueblo donde residen los protagonistas, que recibe uno de los temas más impresionantes e inspirados de la carrera del compositor, abróchense los cinturones, relájense, que "Spider Mania" se despliega.

Trapped

Título en español: Atrapada
Año : 2002
Distribuidora: Varese Sarabande
Duración: 64:14

Un intenso año de trabajo estaba convirtiendo a John Ottman en uno de los compositores más solicitados del momento durante el otoño del 2002, pero tras confirmarse su entrada al mundo de los X-Men, y con cuatro meses por delante de post producción, y al menos dos antes de poder comenzar a componer, decidió no perder la forma, como diría un deportista, y llevar a cabo un proyecto más durante el impasse, así llegó a sus manos Trapped .

Se trataba de una nueva historia de secuestros, reuniendo en este caso a un interesante reparto, con la preciosa Charlize Theron, Kevin Bacon, Stuart Townsend y Dakota Fanning en los roles principales. Pero el desarrollo de la misma no fue el apetecido, resultando un thriller convencional, y lo que es peor con una partitura demasiado tendente al sintetizador, sin alma, sin grandes temas destacables, que demostraba que en ese preciso momento quizá Ottman tenía la cabeza en otra parte, relacionada con una saga mutante.

Una especie de remedo de los "Main Titles" de Basic Instinct (¿cosas del Temp Track quizá?)  pero sin su inspiración inicia la trama. Es reseñable la melodía marca Ottman en los temas "Goodbyes" y "Abduction", hermosa, pero que no llega a desarrollarse completamente, al cortarse súbitamente por los efectos del sintetizador y el comienzo de una serie de momentos de tensión y suspense no especialmente memorables musicalmente hablando, en los que el autor recurre en ocasiones a los golpes de piano propios de los Scores de acción de James Horner, "Plan of Seduction", "Inconvenient Call" y "He Will Kill".

Creación de ambientes y tensión en "The Mood for Love" y "Paralysis" nos conducen a la parte más interesante de la obra; cuando ya se han llevado a cabo los planes de los secuestradores, pero oh, sorpresa, de repente cambian las tornas y todo se les viene abajo porque las inocentes víctimas han sabido jugar sus escasas cartas  y han demostrado ser más inteligentes que sus aviesos raptores. Ottman se siente más libre en esta parte final y es más original en los temas de tensión, la atonalidad comienza a mostrar melodía y a llevarnos a alguna parte con "Temporary Reunion", "It´s Showtime" y el mejor tema de la obra "Crazy Rescue", donde por fin se canalizan las intenciones del compositor en un excitante tema de persecución y acción desatada, perfectamente desglosado a lo largo de una larga Suite percusiva, durante la cual aumenta y disminuye la intensidad hasta concluir con un regreso a la melodía de "Goodbyes", con un gran parecido en ese momento a los "Main Titles" de Jennifer Eight de Christopher Young.

Como  los villanos del film, John Ottman se las prometía muy felices, pero también a él esta vez los planes se le vinieron abajo, no consiguiendo crear excepto lo convencional, sin apenas unos breves detalles de su  brillantez en otras partituras.

Lo mejor: El inicio de la partitura, "Main Title", "Goodbyes" (con la melodía central al completo), y los temas de acción, especialmente "Crazy Rescue", donde el compositor por fin se desmelena, y ofrece la vibración, el lirismo y el poderío orquestal que la obra estaba necesitando

Lo peor: La orquesta se sustituye en la mayoría de la composición por sintetizadores que oscurecen y atenúan el efecto de la música. La sensación de trabajo de aliño, y no excesivamente inspirado que recorre la obra. La recurrencia a temp-tracks, clarísimos en este caso.

El momento: El final se acerca, el destino del secuestro va tomando tonalidades trágicas, y la perseverancia y valor del matrimonio protagonista le lleva a tomar una decisión final desesperada, cuando por separado afrontan un "Crazy Rescue".

Gothika

Año : 2003
Distribuidora: Varese Sarabande
Duración: 49:29

Durante los últimos años la productora Dark Castle, co-fundada por Walter Hill, Robert Zemeckis y Joel Silver, tiene a bien "regalarnos" un  nuevo film de terror anual, hasta la fecha básicamente inanes en cuanto a calidad, si exceptuamos el primero, House on Haunted Hill al que el ilustre reparto salvaba de la mediocridad más absoluta, cosa que no ocurría con el resto.

Para el correspondiente al año 2003-2004, justo es decir que se contó con un director más creativo que los anteriores, el francés Mathieu Kassovitz, que al menos supo imprimir  atmósfera a un relato que copiaba mil y una ideas del cine de terror reciente, y al que salvaba con su elegante puesta en escena y sus maneras a la hora de desarrollar la historia. Pero existía otro elemento que contribuyó a convertir este film en el mejor de Dark Castle hasta el momento, y se trataba de otro mérito del director, su petición de contar con el compositor que le había impresionado en una película titulada The Usual Suspects.

John Ottman entraba en la ecuación, y de nuevo gracias al film que le puso en el escaparate. El compositor creó una obra tensa, atmosférica y de escasa melodía perfecta para las imágenes y estructura de la película, en la que regresa a los terrenos conocidos de Snow White y Lake Placid, otorgando a Gothika una personalidad especial.

La oscuridad y la tensión caracterizan una partitura para una historia de fantasmas vengativos clásica con un par de connotaciones originales en su argumento. El autor crea un tema para presentar el principal personaje femenino, que cargará con el peso de toda la trama,  "Miranda´s Theme" que irá acompañando al personaje en las diferentes Set- Pieces de la película en diversas variaciones.

Temas destacados de una obra con no muchos alicientes renovadores del género (aquí Ottman se limita a realizar un trabajo que no pasa de correcto, aunque cumple las expectativas para con la película, no apasiona) son los líricos "You´re Next" y "Remembering Rachael", el miedo y la inquietud a través de variados efectos orquestales y de sintetizador en "Recollections", "I´m the Mirror/Not Alone", "The House/Dream" y "Road Block/First Contact", la percusión sobreexcitada de "Final Escape" y "Revelation" y el conclusivo "I See Dead Kids".

Se trata en su mayoría piezas atonales, de creación de atmósferas y de tensión, pegadas a las imágenes, pero con poco significado fuera de ellas, destacando el piano del citado último tema y su lirismo dramático, con reminiscencias de Al Final de la Escalera y del Amenábar de Los Otros, y la desatada interpretación de la orquesta para representar la huida de la protagonista del psiquiátrico y la revelación final del verdadero culpable en los dos temas anteriormente citados.

La música queda excelente al contemplar la película, pero no encontramos un tema memorable o retentivo para el recuerdo. Funcional pero olvidable.

Lo mejor: El tema central, que refleja y define perfectamente el carácter y personalidad introvertida y profesional de su personaje principal ("Miranda's Theme", "I See Dead Kids"), el lirismo gótico y oscuro de instantes como "You're Next", y la acción musical y el suspense de "Revelation".

Lo peor: Su funcionalidad y previsibilidad hace que la partitura no prenda en el recuerdo, es demasiado atmosférica y da poco chance a la melodía, excepto en contados instantes.

El momento: Dos, la primera aparición del "Miranda's Theme" acompañando al personaje de Halle Berry en un travelling en retroceso saliendo de la zona conflictiva del psiquiátrico, y la resolución del misterio, que hace que el film cambie de género, perfectamente pautada por la música en "Revelation".

X2: X-Men United

Título en español: X-Men 2
Año : 2003
Distribuidora: Superb Records
Duración: 59:51

Llegaba el momento para el que se había estado preparando durante largo tiempo, llegaba su momento soñado. Tres años atrás una incompatibilidad de fechas le impidió acceder a este anhelo, su compromiso como director, editor y compositor con "Urban Legends: Final Cut" evitó su unión a la franquicia de los X-Men desde el principio. El compositor encargado del reto fue Michael Kamen y el resultado fue la división de opiniones general, con una conclusión común, no le había sacado todo el rendimiento exigible al material de partida. Comenzaba el año 2003, los caminos de John Ottman y la saga de los X-Men se habían cruzado, por fin.

Se encontraba frente a los mejores condicionantes posibles, la confianza plena del director, Bryan Singer, a su vez uno de sus mejores amigos, y la de los productores, la frescura que le proporcionaba afrontar un género por primera vez y su visión  como montador que le iba a permitir integrar aún mejor imágenes y música. El reto estaba frente a él. Y éstos fueron los resultados.

Todo comenzaba por la creación de un tema que pudiera considerarse definitivo, que a partir de ahora se asociase inmediatamente a los X-Men  tras oír sus primeras notas, que impresionara por su fuerza y su épica, retentivo y que admitiese variaciones. El "Main Title" para los X-Men se caracteriza por satisfacer todo ello y por permitir una evolución en su desarrollo, mediante pequeñas pinceladas a lo largo de la partitura, hasta su tratamiento final completo. Se trata de un tema épico y exultante que tan sólo con la escucha de unos breves segundos nos sitúa instantáneamente dentro del mundo de los X-Men evitando la comparación con otras composiciones para superhéroes. La intención de John Ottman era crear algo, no totalmente nuevo, sino distinto.

Para felicidad de todo buen aficionado a este tipo de cine podemos decir sin temor a equivocarnos, que logró esto con creces.

Se introduce el arpa, unos coros mixtos en la lejanía nos sugieren misterio, una obertura para una nueva saga se inicia ("Suite from X2"). Entran los metales en primer término y una percusión atronadora y revitalizante nos prepara, los timbales marcan el ritmo y la sección de viento de la orquesta da lo mejor de sí misma. Comenzamos una Suite fastuosa y apabullante, la extrema potencia de la interpretación por parte de la orquesta, que da lo mejor de sí, del emocionante y poderoso motivo principal, precede al recorrido por los mejores momentos de la partitura, para regresar con aún más vigor si es eso posible en una conclusión en la que desplegando su total y grandiosa dimensión, sinceramente deja sin aliento.

Sorprende, sin embargo, frente al interés por la frescura y originalidad características de John Ottman, que el compositor se plegara a la utilización del "Dies Irae" de Mozart para ilustrar el ataque del Rondador Nocturno a la Casa Blanca  ("White House Attack"), en lugar de una composición propia. La razón, la petición del director de emplear un gran tema coral clásico para la misma (tema que curiosamente no se encuentra incluido en la presentación oficial en CD de la partitura). Ottman arregló la parte coral para que coincidiera con los tiempos en pantalla y con la percusión original, que él había modificado ligeramente. La verdad es que el inicio del tema, acompañando los travellings que recorren y nos muestran la Casa Blanca antes del ataque y la presentación del Rondador Nocturno con la fuerte entrada de los coros, queda como un guante con las imágenes, impactando aún más si cabe cómo establece un ritmo trepidante junto al montaje.

A lo largo de la partitura podemos encontrar motivos musicales para muchos de los protagonistas del filme, en ocasiones mezclados con el tema principal, en contraste con él o por separado: un tema para Tormenta épico y envuelto en coros en "Storm´s Perfect Storms"; para el Rondador Nocturno uno suave y gótico representando sus orígenes germánicos en "Finding Faith"; para Mística, unas sugerentes voces femeninas fluyen entre las percusiones que acompañan los juegos y trampas de esta letal mutante en "Sneaky Mystique"; para Cerebro en el tema del mismo nombre, unas decadentes notas nos ofrecen las acciones de este ingenio para encontrar a los mutantes allá donde se encuentren;  para los estragos de los militares de Stryker, ...

Ottman se recrea en un brillante tema de acción pleno de ritmo y tensión "Mansion Attack" con aires militaristas frente al más pausado que define a su cabecilla "Death Strikes Deathstryke" a través de unos suaves violines y el arpa enfrentados al tema de Mística en esta ocasión, concluyendo de forma elegíaca. Otros personajes también obtienen su momento de gloria musical, como son Pícara, con una variante particular del motivo de los X-Men en "Rogue earns her Wings" al conseguir ayudar al grupo por primera vez usando sus poderes; o Pyros en el oscuro y tenebroso "Playing with Fire" adelantándonos musicalmente cual podría ser el futuro de este mutante en la patrulla con la particular utilización violenta y distorsionada de los metales que lleva a cabo el compositor.

Dejamos para el final dos de los mejores momentos musicales de la partitura con los temas para Magneto y Jean Grey:

• el primero, "Magneto´s Old Tricks", sin duda un  homenaje al Elfman de Batman, de gran fuerza épica y coral, y guiños al tema de los X-Men (como dando a entender que aún siendo el villano pertenece por derecho propio al grupo mutante, y dando sentido musical a su posterior unión temporal), solemne y cautivador (son reseñables las similitudes entre este tema y los compuestos por Ottman para "Apt pupil" "Recognition" y "Snow White" "Main Theme");

• y el segundo a modo de trágica coda final a la aventura en "Goodbye" cuando el personaje se sacrifica por el grupo en un alarde impresionante de gradación de la tensión por parte del compositor hasta llegar al explosivo y trepidante colofón orquestal, al que sigue el motivo completo para este mutante que luego se transformará en Phoenix, y su emocionado recuerdo por parte de Lobezno. Es importante decir que no encontramos el tema de amor entre Jean Grey y Lobezno en el disco, y que éste funciona como leit-motif de este último durante la película.

La obra concluye con una breve y majestuosa rendición al tema de los X-Men, acompañando la imagen de una sombra bajo el agua del Lago Alkali avanzando a gran velocidad y la declaración de intenciones del Profesor Xavier, a la que se une con pasión y fervor, musicalmente el compositor "los mutantes están aquí para permanecer".

Lo mejor: El poderío, la fiereza, la potencia sonora del tema de los X-Men, presente por ejemplo en la "Suite From X2" o en "We're Here To Stay" (impresionantes sus últimos segundos). La creación de sub-temas para cada uno de los personajes, los temas de acción ("Mansion Attack", "Magneto's Old Tricks", "Death Strikes Deathstryke"), y el fabuloso crescendo orquestal presente al inicio de "Goodbye". Ottman at his best.

Lo peor: Que la edición comercial deje fuera muchos de los mejores momentos de la partitura, y que el tema de los X-Men no esté más presente en la composición (aunque ello colabora a hacer más impactante sus contadas apariciones)

El momento: Las aguas del Lago Alkali están a punto de acabar con los X-Men sin que éstos puedan hacer nada por evitarlo, cuando Jean Grey en un último intento desesperado, ofrece todo su potencial, por primera (¿y última vez?) acompañado todo ello por un crescendo impactante y espectacular, "Good bye". Y los últimos instantes del apoteósico colofón sinfónico presentes en el conclusivo "We're Here To Stay".

Para una ampliación de esta reseña de X2: X-Men United, incluyendo el Promo Complete Score con toda la partitura compuesta para el film, ir aquí.

Epílogo

John Ottman está  consiguiendo con el paso del tiempo una trayectoria, aún con algún pequeño altibajo, casi modélica. Desde su pasión por el cine y su indudable talento multidisciplinar (Bryan Singer comenta que multitud de hallazgos de los cuatro filmes en los que han colaborado se los debe a él, y no habla sólo de los musicales) hay que arriesgarse y vaticinar que un futuro halagüeño se ofrece ante sus ojos.

Si tenemos que hacer caso a los directores a los que ha servido desde sus inicios podemos reseñar que John Badham (Incognito) le compara con un artista del renacimiento, Roland Joffé (Goodbye Lover) dice que la presentación de personajes y la atmósfera musical que el compositor desarrolla para su película es extasiante (y recordemos que este hombre ha trabajado con maestros de las atmósferas musicales  como Ennio Morricone o John Barry), Steve Miner ("Halloween H20", "Lake Placid") ya lo tiene presente en primer lugar para cualquier nuevo proyecto (aunque en este caso no sé si es decir mucho) y el propio Singer con el que ha colaborado en seis películas incluyendo "Public Access", comentó por ejemplo durante su gira de promoción de "X-Men 2" que si comienza un proyecto y John Ottman está junto a él, aunque lo rodado sea un desastre, el montaje y la composición musical lo transformarán en un gran film (eso es confianza ciega y verdadera amistad sin lugar a dudas).

Aún exagerando, todos estos comentarios dejan constancia sin duda de un talento y una creatividad encomiables, a los que sólo cabe desearle en algunos casos una mejor selección de los proyectos en que implicarse, aunque a tenor de lo que se le viene encima parece que está acertando.

Tras todo este frenético devenir durante los últimos años, propio por otra parte de un compositor ambicioso y joven como John Ottman, que busca dejar su impronta con las obras que ha venido componiendo hasta el momento, pero sobre todo con lo que va teniendo perfilado con destino a un muy próximo futuro, podemos observar  una creciente ansia por ir progresando con cada partitura, un afán por aprovechar incluso las más mínimas oportunidades para desarrollarse y crecer. Ninguna película es menor, en todas ofrece lo mejor de si mismo, aún estando más o menos atinado.

Podemos concluir que lo que el porvenir le depara, nos lo presenta como el nuevo compositor para la épica superheroica, con "The Fantastic Four 2: Rise Of The Silver Surfer" y el nuevo futuro proyecto de Dark Castle. Señor Ottman, los retos son grandes, las expectativas muy altas, pero eso será ya otra historia ...

Asier G. Senarriaga