Pandorum

Compositor: Britsch, Michl
Año: 2009
Distribuidora: MovieScore Media MMS09024
Duración: 70:58

Reconozco que, sin esperarme gran cosa para éste año, me he llevado dos agradables sorpresas en el mundo de la ciencia-ficción y el terror espacial, y con dos películas que aparentemente pasaban de puntillas, quizás muchísimo más la que nos ocupa en ésta reseña.

Por un lado, District 9 (2009), una brillante y original propuesta de Apartheid Extraterrestre, curiosamente en Sudáfrica, cargada de mucha crítica social y muy mala leche, con Peter Jackson apadrinando el producto.

Y de otro, Pandorum (2009), cuyo trailer me desorientó bastante (de echo sigo pensando que está muy mal vendida o anunciada), pero que aún así me enganchó, sin saber muy bien el por qué (aunque una parte de mi SÍ lo sabe: ese romanticismo que siento por las historias de terror espacial, con naves perdidas en la inmensidad, con terroríficos misterios y secretos en cada esquina, y con peligrosas criaturas al acecho).

Ambas fueron un soplo de aire fresco, con dos partituras correctas e interesantes, sin salirse del guión de lo adecuado, y en éste caso, una mezcla de orquesta y electrónica que se encuentra bien equilibrada, aunque, aviso para navegantes, puede no ser plato de buen gusto para muchos.

Pandorum - El Corazón de las Tinieblas Espaciales

"Don't Fear the End of the World. Fear What Happens Next" (Tagline)

Definición de Pandorum: Síndrome Orbital Disfuncional, provocado por la sensación de soledad y aislamiento que sufren los astronautas durante los viajes espaciales, sufriendo todo tipo de alucinaciones, incluyendo síntomas físicos como temblores o hemorragias nasales.

El Elysium es una enorme nave especial que parte desde la tierra con 60.000 personas en hirpersueño suspendido hasta llegar a otro planeta, Tanis, donde poder continuar la expansión de la raza humana.

El teniente Payton (un buen Dennis Quaid, de quien guardo especial cariño por películas como Enemy Mine o Innerspace) y el oficial Bower (un buen Ben Foster, el mismo de 3:10 to Yuma o X-Men : The Last Stand) despiertan del hipersueño para realizar turnos de guardia de dos años en periodos de diez años, con ocho años de descanso entre cada turno de guardia.

Al despertar, ambos sufrirán una ligera pérdida de memoria, recuperando sus recuerdos conforme avanza el tiempo (algo que se irá convirtiendo en revelador según nos acerquemos al desenlace de la película, con un inesperado y adicional giro en el tramo final).

Cuando traten de realizar sus tareas de vigilancia, se encontrarán con la puerta de acceso atascada, no pudiendo acceder desde el puente de la nave a los pasillos y compartimentos donde se encuentran los 60.000 pasajeros, teniendo que introducirse por los túneles de respiración.

Los primeros veinte minutos son realmente fascinantes y misteriosos, con momentos de gran tensión y terror, realmente asfixiantes, como el túnel de respiración, con esa ingente cantidad de cables, muy opresivo y agobiante. Un poco de Alien, un poco de Event Horizon y una excelente ambientación, donde iremos sufriendo los avatares de Bower por los pasillos de la nave mientras Payton se comunica con él desde el puente.

Pasado este tramo, entramos en el terreno de la acción y el terror, pero nunca sin pasarse de rosca, rehuyendo la excesiva exageración del cine de acción y fantástico actual, con bastante mesura y corrección, tratando de enfatizar la sensación de terror e incomodidad por encima de la efectividad del susto barato y las sobrasadas actuales.

Bower se encontrará con algunos humanos (más bien pocos), aunque con lo que no desearía haberse encontrado son con las sanguinarias criaturas que gobiernan los pasillos de las naves, depredadores y ávidos cazadores de carne humana, realmente aterradoras, donde destaca el excelente maquillaje y diseño de las criaturas (cortesía del estudio de Stan Winston), realmente terrorífico.

Y conforme llegamos al tramo final, no solo será importante el por qué de lo que está sucediendo (escalofriante, como lo era la razón de aquel diabólico salto infernal que daba la Event Horizon con consecuencias realmente terroríficas y aterradoras para la tripulación) sino el magnífico giro final, inesperado y realmente interesante, lo que añade un plús al producto final.

Es una película realmente interesante e impecablemente facturada. Sin ser la octava maravilla, se convierte instantáneamente en un producto que destaca por encima de la actual media (bastante baja, tristemente) y con detalles de calidad a muchos niveles, como su excelente y sombría fotografía, que combina las penumbras y sombras con colores muy vivos (como el rojo, azul o verde, según determinadas circunstancias a destacar, como el peligro o la sala de controles y comunicaciones del puente) o los efectos especiales y de maquillaje, que son realmente excelentes (muy cuidados y magistralmente engrasados dentro de la película, destacando la realidad y el terror por encima de cualquier otro aspecto).

Las actuaciones son buenas, el guión está muy bien construido y dotado de algunas sorpresillas, el diseño post-industrial y gótico de la nave es brutal (se rodó en Alemania, en una central eléctrica abandonada, en Steglitz, donde el equipo de producción ya había trabajado en Resident Evil) y la dirección está francamente bien, combinando muy bien acción y tensión, con un cuidado en el manejo de los actores.

El score de Michl Britsch es una pieza que se ajusta como un guante a la película cumpliendo perfectamente sus objetivos (al margen de que el resultado deseable pudiese ser mejorable).

Como curiosidades, citar que Pandorum iba a ser un proyecto directo para video, y que gracias a Paul W. S Anderson (el mismo de Soldier y Resident Evil) y Jeremy Bolt (a través de la productora Impact Studios) vio como incrementaba su presupuesto y se lanzaba internacionalmente al cine (de hecho Paul W. S. Anderson habla de su amor por este tipo de historias, como cuando él mismo rodó la fantástica Event Horizon). A estos dos productores se unió la productora Constantin Film, a través de Robert Kulzer (curiosamente, uno de los track list del score se llama "Kulzer Complex", ...¿simple coincidencia?).

El director es Christian Alvert, quien ya cosechara excelentes críticas con su cinta de terror alemán Antikörper (Antibodies, 2005), sobre un asesino en serie capturado e interrogado por la policía para resolver un crimen pendiente, o la más reciente Case 39 (2009), con Renée Zellweger de protagonista, en un thriller de terror sobre una trabajadora social que trata de ayudar a una niña de los abusos sufridos por sus padres.

Michl Britsch, savia nueva proveniente de Alemania

Michl es un compositor recién llegado al mundo de la música de cine desde Alemania, que cuenta sus trabajos prácticamente por colaboraciones con el director Christian Alvert.

En el año 1999 Christian Alvert debutará como director en el thriller de horror alemán Curiosity & the Cat, donde comenzará su relación con el compositor Michl Britsch.

En el 2002, pondrá música a un documental alemán llamado Filmemacher! - Wie War Das Damals...?, donde Christian Alvert sale como actor interpretándose a si mismo.

En el 2005 llegará la aclamada Antikörper, traducida aquí como El Angel de la Oscuridad, un nuevo proyecto para Michl.

Antikorper, que obtuvo seis premios en diferentes festivales (principalmente entre el casting, director y guión) cuenta la historia de un psicópata capturado e interrogado por un policía de pueblo, en cuya localidad hay un crimen sin resolver de una niña con la que el asesino podría estar relacionado, estableciendo un extraño vinculo entre interrogador e interrogado, con un interesante giro final.

Michl compone un score muy ajustado y de mucha tensión, con algún pasaje reflexivo para los momentos que tienen lugar en el pueblo del protagonista, y con la música electrónica como principal acompañante.

Le seguiré un corto alemán en el 2006, Der Erste Angel, un proyecto alejado de Christian Alvert, y dirigido por Mario Conte.

El 2009 deparará un año movidito para Michl. Por un lado, el documental alemán The Journey of an Olive Tree, y por otro lado, doble incursión en el cine hollywoodiense de la mano de Christian Alvert, en Pandorum y Case 39.

Actualmente se encuentra vinculado al director Christian Alvert en un nuevo proyecto, Liebe, un drama de suspense alemán que se encuentra en pre-producción.

Sonido Industrial y Electrónico para un futuro Caótico, Oscuro y Gótico 

Sin ánimo de divagar en aquello de lo que se dice acerca de la música de cine y de los tiempos mejores que hemos vivido, a todas luces (un pensamiento similar para las películas que actualmente se hacen), Pandorum se cuela como un buen vehículo de cine de terror fantástico que viene a poblar el pobre panorama actual.

Pero el problema que se nos presenta aquí es que antes, con un material tan sugerente como el que nos ofrecen en pantalla, los compositores tenían una oportunidad de oro para lucirse, gente como Goldsmith, Williams, Poledouris, Silvestri o Horner, o incluso gente como Craig Safan con esa maravilla que es The Last Starfighter, luciendo una partitura sinfónica y arrolladora de las de toda la vida, con un leitmotiv retentivo, y excelentes cortes de acción y tensión. Pero los tiempos han cambiado, y se sustituye creatividad y motivos por funcionalidad y efectismo, lo que supone, de alguna forma, una oportunidad fallida para los aficionados y amantes de la música de cine.

Esto, por otro lado, supone la adaptación a las necesidades de directores y productores, que buscan y desean un determinado sonido para su película, primando la integración dentro de un conjunto, por encima de una creatividad que trata de resaltar sobre el conjunto.

Michl ha creado un sonido ambiente, una música a ratos rallante, desquiciante y atronadora, con potentes temas de acción, propulsivos y electrónicos, y en otros momentos, la música se limita a acompañar, subrayando los momentos de mayor tensión o con cierta profundidad dramática.

¿El resultado?. Pues, pasen, vean y juzguen. Si nos ceñimos a las intenciones, y al resultado en pantalla, podemos decir que cumple su resultado con sobriedad, guste más o menos al aficionado medio de las bandas sonoras.

Si buscamos un añadido para este tipo de películas en sus bandas sonoras, Pandorum no es de esa clase de partituras, al que se le suma un pequeño problema, su excesiva duración, setenta y tres minutos, una odisea que desafiará a mucha gente, echando para atrás a mas de uno.

Como ejemplos recientes tenemos el Resident Evil de Marco Beltrami y Marilyn Manson, o un antecedente más lejano, la fusión de la electrónica de Orbital con la genialidad musical de ese monstruo que es Michael Kamen en Event Horizon, una partitura con más mimbres que Pandorum, en especial por las partes sinfónicas, que tienen un gran poder de reclamo para la historia y sus partes de mayor terror y tensión.

Mi opinión: Tiene detalles realmente interesantes, con un motivo principal asociado para la locura y el terror desatado dentro de la nave, con algunos cortes de acción potentes y salvajes, y momentos de tensión muy conseguidos.

Evidentemente, no es una de los mejores creaciones musicales del año, y por supuesto que es mejorable, sobre todo para los que nos hemos papado muchísimo cine fantástico y de terror (en mi caso el de los 70-80), pero es lo que hay, y puestos a ser justos, hay aciertos en la construcción del score.

Pandorum -Electrónica Espacial

Pandorum, pese a parecer un batiburrillo efectista de sonidos musicales donde destaca la electrónica, ambientes new age y percusiones varias, destaca  por encima de esta sensación porque Michl Britsch ha compuesto un motivo central, que me gustaría bautizar como el tema de la locura, y que ya escuchamos en el corte dos, "Pandorum", donde en un brillante flash back, explican la gran tragedia espacial de la nave Edén, donde surge y nace el síndrome de Pandorum.

El motivo se compone como de un silbido electrónico, casi emulando el perder la chaveta de los seres humanos, repitiéndose, a modo de eco, el sonido con otras sonoridades electrónicas, desarrollando ese motivo a lo largo del corte. Encontramos en su ejecución sonidos de voces sampleadas (voces electrónicas), un toque místico y uno de los pocos elementos musicales con los que hace referencia a la humanidad, dentro de todo ese frío conjunto musical, electrónico y oscuro.

El Leitmotiv de la Locura, (o de Pandorum, según se prefiera) aparece en varias partes de la película, cobrando especial importancia en el clímax final, donde descubrimos que es lo que ha sucedido realmente en la nave (excelente giro argumental, y sobre todo, excelentes planos finales, realmente impactantes).

También cobra protagonismo en escenas de persecución, lucha o supervivencia, como en "Fucking Solidarity", donde Bower y otros dos supervivientes, una bella doctora y un luchador oriental, huyen con toda la jauría de bestias en sus talones, o mismamente el corte tres, "Anti Riot",un corte de tensión bien construido donde cerca del minuto tres aparece el silbido del motivo de la locura, dando paso a un desarrollo de voces sampleadas integradas dentro de un conjunto electrónico de tensión, a modo cuasi de lamento terrorífico.

Otro tema interesante, una especie de variación del tema principal, menos tenso y oscuro, es el que aparece en el corte siete, "Tanis Probe Broadcast", correspondiente a un flash back donde la población de la Tierra un mensaje con los resultados de la sonda enviada a Tanis para comprobar si el planeta es habitable. Esta variación también reaparecerá en el corte "Discovery - End Credits", como parte del clímax final.

También hay recursos musicales realmente interesantes, como unos rítmicos y vibrantes punteos de guitarra eléctrica, que aparecen en cortes como "Reactor" o "Biolab Attack"

 Los temas de acción, como "Biolab Attack", "Hunting Party" (una de las primeras persecuciones, donde destaca el uso de una sección de violines imprimiendo un ritmo frenético), "Kanyrna" (un corte muy agresivo y especialmente percusivo, con un sonido muy industrial) o "Fight Fight Fight" son temas propulsivos, con mucha descarga de adrenalina y ritmos electrónicos rezumando potentes latigazos de energía, a veces saturante y rallante (quizás buscando ese efecto), con violentas y agresivas percusiones, golpes de toda clase, o punteos furiosos de guitarra.

Mi tema de acción preferido quizás sea "Reactor", previo al clímax, cuando Bower consigue llegar hasta el corazón de la nave para descubrir que es un nido infecto de criaturas a centenares. Michl construye un excelente corte de tensión, a ratos desquiciantes, con ritmos electrónicos, como el que abre el corte, realmente interesantes. Al minuto treinta introduce el recurso del punteo de guitarra mencionado anteriormente, consiguiendo introducir un ritmo de avance para el peligro que se cierne sobre Bower.

Los ritmos de acción no se hacen esperar, y comienzan a construir la acción conforme Bower emprende su espinoso camino hacia el reactor, con un elemento de tensión sostenido en todo momento por un sonido ambiente en la base del corte. El medio minuto final del corte es brillante, con un ritmo electrónico pulsante y muy logrado.

"Skin on Skin" es el corte que sigue a "Reactor", donde para poder avanzar hasta el reactor, Bower deberá de cubrirse de piel humana. Ese silbido de locura, el motivo de Pandorum, aparece constantemente en el inicio del corte, yendo y viniendo, un perfecto uso del leitmotiv principal, donde Michl construye un corte tenso y pulsante a partes iguales.

"Fight Fight Fight" es un corte de acción puro y duro, no tan saturante como otros, para el previo del clímax final, con los humanos huyendo del reactor y los monstruos a la caza y captura, donde Michl recupera algunas variaciones de parte del material de acción del corte "Hunting Party".

"Bower's Trip" y "Discovery - End Credits" constituyen el clímax final de la película, donde todas las cartas se ponen boca arriba, y donde Michl ofrece sus conclusiones musicales, en dos cortes de casi ocho minutos de duración.

Acción y electrónica se dan la mano en "Bower's Trip", donde el tema de la locura toma forma, conduciendo gran parte del corte, conforme, gradualmente, vamos descubriendo la verdadera realidad sobre lo que ha sucedido en la nave.

"Discovery - End Credits" es la resolución de la película, donde Michl nos ofrece una variación del tema de Tanis y unos excelentes y rítmicos end credits con el leitmotiv de Pandorum perfectamente desarrollado, una buena suite que sirve de excelente botón de muestra.

La Balanza del Juicio

El resultado es equilibrado, especialmente dentro de la película. Su función como piel que envuelve el producto final es adecuada, independiente de que guste más o menos la electrónica, con ese sonido industrial y modernista que a más de uno echará para atrás.

El problema: Que con unas imágenes tan sugerentes (con una fotografía realmente espléndida, y algunas escenas de acción realmente potentes, incluido el clímax final) no se hubiese tomado otro camino para tratar el enfoque musical.

¿Merma ello la labor del compositor en cuanto a lo ofrecido?. Ahí ya entran los gustos. Fuera de la película, el disco puede hacerse largo, pero a mi me ha ganado conforme lo volvía a escuchar.

Quizás no sea un score que vuelva a escuchar una y otra vez (quizás sería para cogerte los cortes más interesantes y hacerte un recopilatorio de música electrónica de terror y ciencia ficción, sin más). Y eso, repito, independientemente del que huya de este tipo de sonidos (sino no son santo de tu devoción, ni te lo recomiendo).

Pero lo que sí me ha llamado la atención del compositor es que se ha tomando la molestia de crear un sonido, un motivo diría yo, el leitmotiv de la locura, Pandorum, y le ha dado consistencia en la estructura del score, no limitándose a lo fácil, a lo trillado, a montar simplemente un score al uso, machacón y propulsivo sin más, y eso, aunque no sea del gusto de todos, es digno de alabar.

En mi criterio, y quizás ayude que me guste la película, es un score que aprueba raspado, justo en la puntuación media de nuestra escala BSOSpirit, y que en mi caso personal, creo que posee varios aciertos realmente interesantes. Pero lo que si recomiendo, encarecidamente, es ver antes la película, y luego escuchar el score.

Lo mejor: El motivo de Pandorum, y la parte final, donde el score comienzo a mostrarnos las verdaderas intenciones.

Lo peor: Su duración, donde hay partes bastante duras, y en especial, que su construcción electrónica echará para atrás a los aficionados sinfónicos.

El momento: “Pandorum”, y toda la parte final, “Reactor”, “Skin on Skin”, “Bower’s Trip” y “Discovery – End Credits”.

Rubén Franco Menéndez (Patton_Goldsmith)