Rest Stop: Dead Ahead

Título en Español: Área de Descanso: La Muerte te Espera
Compositor: McCreary, Bear
Año: 2006
Distribuidora: Itunes
Duración: 54:15

Érase una noche de verano en Ourense… en la que el aburrimiento nocturno (pasada la medianoche) nos enviaba directamente al televisor, donde un reproductor de Dvd nos ayudaba a pasar las noches. El menú: dos películas (la saga Rest Stop) y la segunda temporada de Roma. La pena fue que solo nos llevásemos dos discos de esa magistral serie, lo que hubiera evitado aquellas noches de auténtico horror en estado puro.

Rest Stop es, en mi opinión, una pésima película, manteniendo el nivel de bodrio a lo largo de sus horripilantes, hilarantes y torturantes 85 minutos.

Por si la sesión de masoquismo fuera corta y poco intensa, decidimos ver la segunda parte al día siguiente (¿Será igual de mala?, pensé durante un nanosegundo). Y así descubrimos que la segunda parte de Rest Stop también se aproximaba al mismo nivel, aunque ligeramente superior.

¿Qué lleva a una persona a fustigarse de tal manera?. ¿Cuál es el límite del horror soportable?. Bueno, la primera parte me pilló con las defensas bajadas, como le paso al bueno de Kirk con el Khan en Star Trek II. Pero en la segunda me puse en modo Off, puse el play y… pista, autopista.

Pero las verdaderas razones eran dos: ver cine de terror (me gusta, aunque cada vez me gusta menos el cine actual), y sobre todo, y por encima de todo, Bear McCreary, un compositor que me apasiona desde que conecté con su música en series Battlestar Galactica, y posteriormente The Sarah Connor Chronicles y Human Target.

Lo demás, tristemente, es para llamar a los Men In Black y que me reseteen, y no una ni dos veces, sino un centenar, porque el horror quedó incrustado en mi retina durante cada uno de los malditos minutos que duró aquel infierno.

Área de Descanso… los títulos finales

Cuando acaba la película, llegas a entender lo que reza en la carátula del DVD: “Contiene escenas que pueden dañar la sensibilidad del espectador”. Solo se equivocaron en una cosa; en lo de escenas, porque deberían haber advertido lo siguiente, “el visionado de la película puede dañar profundamente la sensibilidad del espectador”.

Argumentalmente no es la panacea: Chico y Chica se fugan de casa, acaban en una carretera donde cristo perdió la zapatilla, y terminan aparcando en un área de descanso situado en el quinto pepino, abandonado y que da auténtico asco. Vamos, que no se detendría ni Torrente (bueno, igual sí).

Allí mismo el chico desparece, quien posteriormente protagonizará una de las pocas escenas decentes (la tortura que sufre el chaval, que prácticamente podría valer de anuncio de madrugada estilo la Tienda en Casa, donde el asesino prueba toda la caja de herramientas sobre el cuerpo del chico). “Como pueden comprobar, este taladro es a prueba de huesos”…

Mientras, la chica protagonista (Nicole), sufrirá lo indecible, regalando una irregular interpretación (ojito, que en el Dvd le dedican una entrevista donde la anuncian como uno de los valores al alza en el futuro).

Y del final ni hablamos, porque es tan tonto y malo que solo le superan algunos de los alternativos que incluye el DVD.

Por curiosidad, entre el reparto encontramos como secundario a Joseph Lawrence, que interpreta a un agente de policía (por poco tiempo), y cuyo rol más emblemático fue la popular serie de Blossom (de la que nunca fui muy seguidor), donde interpretaba a uno de los hermanos.

Del resto, todos son bastante desconocidos (por no decirlo todos), y solo destacaría a la enfermiza familia de la caravana, que da más miedo que todo la película junta, y cuya aparición alcanza unos escasos cinco minutos (entre los extras encontramos un interesante video casero sobre este fanático grupo familiar, con un matrimonio fervientemente religioso, donde ella es una viciosa consumada, y cuyos hijos son dos gemelos inquietantes y un enano deforme...¡viva el circo!).

El asesino es todo lo típico que te puedas imaginar, y las situaciones tienden a ser estúpidas, hilarantes y carentes de lógica alguna. No dejas de preguntarte cosas como por qué hace eso o por qué dice eso.

Suerte que la banda sonora me alegró algo, porque mi mirada iba a la deriva completamente, preguntándome una y otra vez... ¿qué he hecho yo para merecer esto?.

Music by Bear McCreary

Para los que amamos la música de cine, y hemos disfrutado con series como Battlestar Galactica, The Sarah Connor Chronicles o Human Target, el nombre de Bear McCreary no es muy, pero que muy conocido, y es muy probable que gracias a esto conozcamos sus películas de terror.

Su llegada al medio televisivo ha supuesto uno de los mayores soplos de aire fresco en mucho tiempo (uniéndose a el gente como Michael Giacchino o Trevor Morris), lo que tristemente no se ha traducido en asignaciones cinematográficas más interesantes, estando casi ligado al terror de serie B, como Wrong Turn 2, fallida aunque entretenida secuela, donde McCreary compone un brillante motivo central (muy enfermizo), o sus dos Rest Stop, donde lo mejor de ambas películas es la música.

Siempre trato de aferrarme a algo cuando veo que el suelo tiembla y comienza a desaparecer bajo mis pies, de forma que el horror del celuloide que invade mi retina sea más llevadero, por lo que la música de McCreary fue como la llegada de una bombona de oxígeno cuando mi rostro comenzaba a ponerse azul por asfixia.

Con un videojuego en su haber, Dark Avoid, una película de terror en pleno rodaje, Knights of Badassdom, y un proyecto futuro de animación en camino, Titan Rain (una película de sci fi), la carrera de McCreary sigue deparando sorpresas en el medio televisivo, con su participación en Caprica (el Spin Off de Battlestar Galactica) y la serie Eureka, mientras ya tenemos en antena su participación para la serie The Walking Dead, una de zombies post apocalíptica, donde el episodio piloto corre a cargo del genial Frank Darabont (la magistral The Shawshank Redemption, The Green Mile, The Mist).

Motivos Centrales

McCreary trabaja sobre dos motivos centrales, contrapuestos durante todo el score, y que se corresponden con los dos personajes centrales, Nicole (la víctima perseguida) y el conductor (el cazador psicópata), además de un tercero asociado al agente de policía:

-Motivo del Conductor/Psicópata: Es un leitmotiv realmente enfermizo, muy sureño, utilizado para las apariciones del conductor psicópata de la camioneta. Un banjo electrónico “detuned” (desafinado) se convierte en el principal elemento de McCreary para anunciarnos su diabólica presencia, acompañado de otros instrumentos que adornan ese aire rancio típico de los psicópatas sureños (Wrong Turn 2), como el sonido de unos violines con sonoridades étnicas que acompañan perfectamente al banjo, dando ese toque folk tan propio del sur de los EE.UU.

-Motivo de Nicole: Es un motivo melódico y reflexivo, cargado de elementos nostálgicos y melancólicos, el espejo donde el personaje de Nicole ve reflejado su drama. Este motivo me trae un ligero deja vú a lo que será el tema central de Sarah Connor, también muy melancólico y excelentemente contrapuesto al tema de las máquinas.

-Motivo del oficial de policía: Bear McCreary utiliza el flugel horn, conocido como fiscorno o fliscorno (un instrumento de viento metal cuyo parecido visual se asemeja al de la trompeta), para representar el carácter del policía, lo que, en palabras de McCreary, le da al personaje una sensación de tragedia, honor y nobleza. An Officer’s Story representa la primera aparición de éste excelente corte.

Con estas dos ideas, McCreary construye un score efectista y resultón, que tristemente he disfrutado más alejado de las imágenes (vade retro) que en la propia película, y que supone la enésima demostración de que el terror y la melodía no tienen porque ir por caminos diferentes.

Breve Introducción al Análisis - Instrumentación

Bear McCreary hace un análisis espléndido, y por momentos pormenorizado, del score compuesto para Rest Stop: Dead Ahead y su encaje con las imágenes en su blog (eso sí, en inglés, como podréis imaginaros).

Apoyándome en ello y en mi pasión por la música de McCreary (desde sus películas como Wrong Turn 2 hasta sus series), he realizado un pequeño análisis de los cortes más destacados, y de los momentos más interesantes dentro de la película (bastante insufrible en mi opinión).

El score conjuga perfectamente dos tipos de sonoridades, basadas en los dos motivos centrales: el de Nicole Vs el del conductor, contrapuestos durante toda la composición, y fiel reflejo de la lucha del bien contra el mal, o de la cordura contra la locura, porque finalmente es un demencial viaje donde la razón es engullida por el mismísimo infierno.

Para el personaje de Nicole asocia una flauta alto, que ofrece una sonoridad más potente y grave, con acompañamiento de cuerdas (violín eléctrico), mientras que para el conductor asocia un banjo eléctrico “detuned” (o lo que es similar, instrumentos desafinados, bien de forma controlada o no), al igual que violines con sonoridades étnicas (Country Fiddle como dice el propio McCreary), también desafinados, y que captan ese toque sureño y enfermizo de la película, añadiendo mandolinas, acordeones, guitarras y bajos eléctricos, conformando por momentos casi un rock sureño infernal, como el magnífico corte Gravely Mistaken Indentity.

Cuando los instrumentos se desafinan de forma controlada, todas las cuerdas de ese instrumento (en el caso de tratarse de una guitarra o un bajo, o incluso violines), están desafinadas en la misma proporción, con semitonos o tonos de diferencia, hacia arriba o hacia abajo

Todo ese toque folk sureño, un excelente abanico de instrumentación étnica, nos acerca a los ensamblajes musicales del propio McCreary en su acercamiento para la magistral serie Battlestar Galactica, que por aquel año, 2006, lucía su segunda temporada a comienzos de año, y su tercera a finales. Existen ciertos acercamientos musicales en su Rest Stop: Dead Ahead que nos traen a la memoria los toques étnicos del compositor para la serie.

Como ya se dijo, para el policía utiliza esa trompeta melosa llamada fliscorno (flugel horn), que más de alguno habrá escuchado en películas bélicas, como Saving Private Ryan de John Williams, y que constituye una auténtica genialidad de McCreary, cuyo uso se aleja del patrón habitual (bélico o thrillers urbanos a lo Mark Isham), para ser utilizado en una producción de terror de serie B.

Análisis del Score

El primer corte, Stranded (algo así como perdida o a la deriva), nos presenta ambos motivos. El corte abre con un solo de violín eléctrico y el sonido de la flauta, construyendo un melódico y melancólico tema para Nicole, fiel reflejo del drama que está aconteciendo en la vida de la joven (lejos de su casa, con su novio en paradero desconocido y varada en un área de descanso en mitad de la nada).

En la segunda parte del corte entra en acción el motivo del conductor psicópata, donde el banjo eléctrico hace aparición, convirtiéndose en el salto y seña del asesino desde ese momento hasta el final del score, en compañía del violín eléctrico.

Los diferentes cortes del score discurren por estas líneas musicales presentadas, donde la atonalidad está muchas veces presente, reforzando esa sensación de inquietud e intranquilidad, que se rompe y resquebraja cuando irrumpe el motivo del psicópata, o los momentos de reflexión o soledad de Nicole, donde su leitmotiv transmite el sufrimiento del personaje (algo que no logra transmitir ni el director ni la protagonista).

La mejor interpretación del leitmotiv de Nicole lo encontramos en el corte Nicole´s Interior Demon, donde de nuevo la flauta interpreta el tema de Nicole de una forma delicada, mientras de fondo los acordes de una guitarra embellecen y acompañan en todo momento. El propio McCreary afirma haberse inspirado en el magistral grupo Pink Floyd (“Is There Anybody Out There?).

Es en éste corte donde encontramos ese futuro airecillo de lo que será el germen del leitmotiv principal de la serie The Sarah Connor Chronicles.

Otros cortes como Memories of Jesse (momento en el que Nicole recuerda a su novio) constituyen un pequeño oasis de tranquilidad entre tanta inquietud musical, donde un solo de violín eléctrico, el bajo y un piano esbozan delicadamente el motivo de Nicole.

Dentro de los cortes de acción tenemos un buen puñado de ellos, entre los que nos encontramos, especialmente, con Driver Closes In, Trapped, Searing Heat, Nicole Fights Back y, especialmente, y por encima de todos, el magistral Gravely Mistaken Identify, un corte vibrante y magistral, con una conducción rítmica cercana al rock & roll.

Driver Closes In abre de forma vibrante, donde el bajo y el banjo van introduciendo el motivo del conductor mientras un potente latido electrónico hace de sostén, introduciéndonos en una fase oscura, irrumpiendo el banjo eléctrico, que dará paso al motivo de Nicole (interpretado suavemente por flauta y violín eléctrico). Todo ello se corresponde con el asedio que sufre Nicole mientras está encerrada en el baño del área de descanso.

El corte entrará en una fase final donde las mandolinas y el banjo van creando un motivo rítmico y vibrante, con los violines étnicos acompañando la melodía.

Trapped es otro ejemplo brillante de conducción rítmica por parte de McCreary, donde los punteos de una guitarra eléctrica dan paso al banjo y bajo eléctricos, reforzándose el conjunto con violines eléctricos y vientos, para alcanzar un magnífico crescendo en el minuto dos y veinte, manteniéndose una pequeña tensión musical con el banjo y la electrónica durante varios segundos, para desembocar en el motivo de Nicole al minuto tres, a través de la flauta alto.

Searing Heat ilustra una nueva incursión del conductor en pos de Nicole, quien para intentar sacar a la chica del baño lo hace volar en pedazos. Nicole logrará salir del baño a tiempo, mientras los banjos y los violines eléctricos construyen un gran corte de acción con vena rockera, con el bajo eléctrico manteniendo una tensión constante en la parte final, previa al clímax de la explosión.

Pero el que se lleva la palma es Gravely Mistaken Identity, construido con un ritmo endiablado e infernal, donde toda la instrumentación brilla poderosamente: banjo, guitarras, violines, bajos y mandolinas. El primer minuto y medio es bestial, probablemente lo mejor de todo el score junto con el tema de Nicole, transmitiendo adrenalina en cada nota musical.

El conductor aparece con su camioneta en plena noche, persiguiendo a Nicole por unos matorrales, donde McCreary nos brinda ese poderoso y rítmico inicio para el inicio de la persecución.

Al minuto dos emerge el motivo de Nicole a través de la flauta alto y un teclado, solo interrumpido por el sonido de un banjo que desaparece al poco, permitiendo una pequeña rendición final del motivo de la chica, donde la chica descubre, con horror, que la persona a la que acaba de asesinar no es el conductor (pequeño shock previsible, teniendo en cuenta que solo tenemos al conductor, al novio y a Nicole).

También, en esa misma línea, tenemos el vibrante Nicole Fights Back, otro vibrante corte rítmico a modo de preparativo para la lucha final entre Nicole y el conductor.

El tema del conductor suena de forma poderosa y rítmica, mientras que de fondo oímos, en contraposición, el motivo de Nicole, un enfrentamiento musical que se va haciendo más intenso conforme la protagonista se prepara para tratar de mandar al infierno al conductor, armándose con un cocktail molotov, en un crescendo rockero con toques sureños.

Road Rage también contiene un excelente momento de acción en la parte media, en la línea del material comentado, o la segunda parte del corte Gasoline, donde el motivo del conductor retorna de forma rítmica e inquietante.

En cuanto al leitmotiv del agente de policía, éste aparece recogido a lo largo de tres cortes: An Officer’s Story, Gasoline y el bello A Plea for Death.

El mejor corte es An Officer’s Story, donde McCreary nos ofrece el tema asociado al agente de policía en todo su esplendor, un bello, delicado y cuasi heroico motivo para un personaje que sufre una muerte horrible.

El corte abre con el motivo de Nicole, seguido del fliscorno, que introduce al agente de policía, que realza la nobleza y humanidad del personaje.

La primera parte del corte Gasoline está asociado a ese motivo, mientras que A Plea for Death es un pequeño y bello coda para el oficial con una fase final algo perturbadora.

Destacar, por último, el perturbador e inquietante corte Tracy Kress, el más largo del score, para la escena donde Nicole se encuentra con el fantasma de una chica muerta llamada Tracy Kress.

McCreary ofrece un corte que incluye sonoridades que van desde lo misterioso hasta lo terrorífico (con la presencia de voces), y donde el motivo del conductor reaparece a lo largo del corte, en contraposición al motivo de Nicole.

Éste corte tiene su continuidad visual en el epílogo final de la película, Vicious Cycle, donde todo parece repetirse una y otra vez, como indica la música de McCreary en su parte final, con la aparición del motivo del conductor.

Las Canciones

Tres canciones complementan el score de McCreary, todas ellas de diferente factura, y alguna de ellas seña e identidad de algunos de los personajes.

Por ejemplo, All That Remains, es una canción interpretada por Raya Yarbrough (vocalista utilizada por McReary en Battlestar Galactica, y reciente esposa del compositor), que se basa en el tema de Nicole. Es una bella y pausada canción como tributo al personaje protagonista, y que supone el corte de apertura de la banda sonora.

La música y la letra está compuesta por Bear McCreary, como la canción Lonely Woman, una canción más rítmica interpretada por Brendan McCreary (alias Bt4, y hermano del compositor), una canción de amor que aparece antes de que todo se vaya al diablo, y que aparece cuando la pareja se toma un descanso en su viaje y se lo montan dentro del coche.

Pero la que se lleva la palma es la sureña y enfermiza Down Home Salvation, qué como afirma el propio McCreary es casi un himno para los Winnebago (la familia de fanáticos religiosos), y que suena a modo de source music mientras Nicole viaja en la caravana del clan familiar.

Dice McCreary que, por razones legales, tuvo que ponerse como escritor único de la canción, pero que prácticamente fue compuesta en su totalidad por Buford Back Davis.

Ésta demencia de tema, de casi seis minutos, tiene ese sonido sureño típico (bluegrass) que le queda como anillo al dedo a la familia, y que constituye un perfecto cierre para la banda sonora, interpretada por The Rev. Buford Back Davis and His Minstrel Singers.

Conclusiones

Pues si el reino del terror cinematográfico está en decadencia (cada vez hay menos oferta interesante), la música de cine asociada al menos está “algo mejor”.

Genios como Christopher Young, o compositores nacionales como Alfons Conde, Arnau Bataller, Zacarías de la Riva y Fernando Velázquez confirman una tendencia positiva por esta vía, ofreciendo recursos y sabia nueva al panorama musical actual.

Y dentro de ellos está el genial Bear McCreary, que año tras año gana adeptos, gracias principalmente a sus magistrales incursiones en series de televisión como Battlestar Galactica.

Sus aportaciones al género, la saga Rest Stop y su Wrong Turn 2 son buena prueba de ello, donde el compositor se molesta en crear motivos y contraponerlos, ofreciéndonos una paleta musical que no se limita a ser sonido ambiental, como gran parte de las bandas sonoras de muchas películas norteamericanas (como ejemplo valga el trabajo de Jablonsky para The Texas Chainsaw Massacre), y que si bien no es una genialidad (ni lo trata de ser), si que se convierte en todo un fresco que se escucha perfectamente.

Ese sonido sureño enfermizo de banjos eléctricos desafinados, violines eléctricos con tonalidades étnicas, guitarras y bajos han configurado un universo musical realmente terrorífico y demente, prueba viviente de que este compositor no solo es un soplo de aire fresco, sino una de las revelaciones y referencias futuras del género si lo dejan trabajar, y quien sabe, quizás la puertas para llamar a trabajos más interesantes y de mayor envergadura.

Lo Mejor: El aire enfermizo y demente de ese sonido sureño para el conductor, principalmente a través del banjo eléctrico desafinado.

Lo Peor: Incluso los puristas de la orquesta pueden encontrar su punto en el motivo de Nicole, un bello y melancólico leitmotiv, pero definitivamente no es un score para ellos.

El Momento: Me encanta el comienzo de Gravely Mistaken Identity y el magistral clímax musical de Nicole Fights Back, a la que se suma el maravilloso tratamiento del tema de Nicole en el corte Nicole’s Interior Demon.

Rubén Franco Menéndez (Patton_Goldsmith)