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Comienza el Espectáculo
Vertiginosas y potentes figuras en la "cuerda" apoyadas por "metal" que terminará tomando protagonismo hasta convertirse en una fanfarria, son el fondo musical a los tres personajes principales, de espaldas al espectador con impermeables amarillos y paraguas negros para protegerse de una lluvia de estudio. Sobre los paraguas aparecen uno por uno el nombre de los actores: Donald O´Connor, Debbie Reynolds y Gene Kelly. Los tres personajes giran y se dirigen al espectador mientras con paso alegre y ritmo trepidante canta la canción que da nombre a la película. Imagen y música avanzan hacia un "fundido". La imagen se diluye en un fondo neutro sobre el que comienzan a aparecer los títulos de crédito. La música de la canción se diluye en el fondo musical que acompañara a los créditos: Una elegante y romántica versión orquestal de "You're My Lucky Star", a cargo de la sección de cuerda y apoyada según avanza la pieza, por el "metal" que va cobrando protagonismo para terminar el "track (Main title) en un triunfante y alegre "tutti orquestal".
Un etéreo "vibrato" mantenido en los violines nos introduce de forma brillante en la historia propiamente dicha.
Hollywood, 1927. En el Grauman´s Chinese Theatre se va a estrenar lo que se anuncia como el acontecimiento cinematográfico del año, el estreno de "El truhán real". Sus protagonistas Don Lockwood (Gene Kelly) y Lina Lamont (Jean Hagen) son la pareja romántica de moda y sus incondicionales y escandalosos admiradores aguardan en la calle, impacientes por su llegada. En la puerta del teatro, la cotilla y especialista en prensa rosa Dora Bailey, retrasmite el evento.
Celebra con efusividad y chismes la llegada de glamurosas estrellas pero pierde su entusiasmo cuando aparece Cosmo Brown (Donald O´Connor) músico y amigo de Lockwood y cuyo único interés posible para Dora es su relación con aquél.
Dora se olvida del resto de los invitados, los admiradores se exaltan, las admiradoras se desmayan, cuando por fin hacen acto de presencia en medio de una nube de polvo de estrellas, Don y Lina.
Dora emocionada se dirige al actor primero, para que aclare los rumores sobre su posible boda con Lina, punto que Lockwood desmiente y en segundo lugar para pedirle que hable a sus "fans" sobre sus inicios y su pasado.
Don hace referencia a la unión con Cosmo desde su infancia y proclama lleno de orgullo que su lema vital siempre fue "dignidad, siempre dignidad", antes de comenzar a narrar su infancia edificante y feliz, su gloriosa trayectoria junto a Cosmo en el mundo del espectáculo y su entrada triunfal en el mundo del cine. Pero un "flashback" y la música incidental que lo acompaña desmiente todo lo hablado. Los lentos, tristes y distorsionados acordes de una viola en registros altos apoyada por un contrabajo en registros bajos que desarrollan un motivo de tres notas son el fondo musical de la imagen: Unos pilluelos de barrio, de vida difícil y poco edificante aunque quizás divertida. Vida que la "Monumental Pictures" quiere ocultar y el propio Don Lockwood parece querer olvidar. Es el motivo de las falsas realidades y de los deseos no cumplidos.
Cuando la voz en "off" de Don, cuenta a Dora sus "impecables" inicios en el mundo del espectáculo, la imagen nos muestra a Don y Cosmo actuando como cómicos en locales poco respetables y rodeados de un publico menos distinguido.
Don y Cosmo bailan, cantan y tocan el violín a ritmo frenético "Firstt As A Fiddle". La letra bucólica de la canción parece un irónico contrapunto a lo sórdido del local y a la dureza de sus vidas. La pieza además de tener un valor de música realista (interpretada por dos violines que corresponderían a los de los dos personajes) tiene un valor incidental. La percusión que no aparece en la imagen, marca con golpes secos y contundentes en progresivo "acelerato", el ritmo cada vez más imposible de seguir de los violines, de la voz y de la danza para convertirse en un reflejo del pozo en el que viven los protagonistas y lo incierto de sus esperanzas.
La voz en "off" de Lockwood continua mintiendo para admiración de sus fans y engaño de sí mismo, cuando refiere como se trasladaron a "la soleada California" y como les "llovieron ofertas de trabajo". la imagen nos muestra a la pareja de amigos protegiéndose de un chaparrón, delante del escaparate de una agencia de empleo con rostros pesimistas.
Aparece ahora otra vez el tema sustentado por el motivo de tres notas en el mismo tono desesperanzado que lo hizo antes, como reflejo de los deseos no cumplidos. Desde luego les llovió, pero no precisamente ofertas de empleo.
Cuando al fin consiguen un empleo en la "Monumental Pictures", el "flashback" continua contradiciendo las declaraciones llenas de dignidad de Lockwood. Nos muestran lo duro de sus comienzos y su frenética y arriesgada actividad como componente único del "equipo" de especialistas.
El track "Stunt Montage" acompaña a la escena en la que se nos muestra el trabajo de riesgo de Lockwood en diferentes películas. Escena que documenta la forma de rodar en exteriores e interiores de la época y el ritmo enloquecido de producción de los estudios. Acertadamente es una música de acción propia del cine mudo, es decir que subraya la imagen en la que vemos a Lockwood estrellándose con una moto, cayendo al vacío con un coche o moviéndose entre explosiones.
Cuando en un descanso de un rodaje, Lockwood como un desconocido especialista se acerca a la estrella del film, Lina Lamont, vuelve a aparecer el triste motivo de la falsa realidad y los deseos no cumplidos, para convertirse en el trasfondo musical del desprecio de Lina, que ni siquiera le dirige la palabra.
Afortunadamente para Lockwood su suerte va a cambiar. El productor F. Simpson aparecerá por los sets para felicitarle por su entrega al estudio y comunicarle que tiene nuevos y prometedores proyectos para él. En ese momento Lina abandona su postura hierática y actitud distante para dedicarle una insinuante caída de párpados y una seductora sonrisa. El desprecio que ahora le devuelve Lockwood es respondido con una nada glamurosa patada en el trasero por parte de una Lina despechada.
Mientras, las declaraciones de Lockwood a Dora Bailey contradicen la imagen al afirmar que de esta forma tan cordial, comenzó su relación con la dulce y humilde Lina. El resumen a la prensa de su vida se cierra con la frase de Lockwood: "dignidad, dignidad y siempre dignidad".
Los protagonistas entran al local para presenciar el estreno. Nosotros, espectadores de "Singin' in The Rain", volvemos a ser espectadores compartiendo sala con los cientos que se emocionan y vibran con las peripecias, peligros, amores y duelos de "El Truhán real", una historia de capa y espada y amores entre miembros de empelucada nobleza.
"First Silent Picture", perfecto ejemplo de cómo se musicaban las películas mudas del género (paralelismo redundante entre música y acción), pone fondo musical a la escena. Desgarradoras violinadas que en tonos agudos acompañan la escena de amor dejan paso a inquietantes glissandos en las violas para avisar a la sala (que no a los protagonistas) que el "villano" se acerca con el fin de romper el idilio. Sus pasos amenazantes son seguidos y resaltados por oscuras notas "pinzadas" en el contrabajo. Cuando el "Truhán" debe abandonar su nido de amor, toda la orquesta le sigue en un ritmo trepidante de cuerdas y metal que avanza hasta convertirse en aventurero y heroico cuando, mientras el protagonista en movimientos perfectamente sincronizados con la música, se bate en duelo en medio de un despliegue de acrobacias con los sicarios del "villano".
Naturalmente, aquéllos probarán el "hierro" de nuestro héroe que regresa a los brazos de la amada seguido por el hiperbólico lirismo de la triunfante sección de cuerda.
Rostros arrobados en los espectadores y comentarios llenos de elogios anuncian la carrera triunfante de "El Truhán real".
Inmediatamente después del estreno, en una conversación entre los miembros del equipo escuchamos por primera vez la voz de Lina, indignada porque no se le permite hablar. Después de escucharla entendemos perfectamente la razón.
En este mundo de aspiraciones no satisfechas y de falsas o aparentes realidades que es la película, Lina no es consciente de su problema como tampoco puede aceptar que su romance con Don es sólo parte de la campaña publicitaria del estudio. Don le dirá: "Lina, has vuelto a leer revistas de cine. No tienes que creerte todo lo que digan las revistas", y sin embargo ella continuará intentado vivir su propia realidad como forma de "materializar" su deseo.
El productor Simpson anuncia que da una fiesta en su residencia para sus estrellas, pero recomienda que Lockwood y Lina vayan en diferentes coches. El astro, reconocido por un ejército de fans enloquecidas, emprende la huída a través del tráfico, para terminar aterrizando en el coche de una asustada desconocida, Kathy Selden que, al principio y para desconcierto del astro, no le reconoce. Cuando un policía le revela la identidad del "polizón" que lleva a bordo, éste asume de nuevo su papel de gran estrella que ya representó mientras era entrevistado por Dora Bailey, con la intención de impresionar y seducir a la desconocida. Kathy, que se presenta como actriz de teatro, no parece impresionarse. Para ella los actores de cine "no son reales, no tienen voz y sólo son sombras en la pantalla".
Antes de ir a la fiesta de Simpson, Lockwood debe pasarse por su casa, donde Kathy deja a una dubitativa estrella que después de sus palabras parece cuestionarse su carrera y su realidad.
Sus pensamientos y dudas, serán expresados a nivel musical por el meditativo motivo de tres notas de las falsas realidades y de los deseos incumplidos que ya apareciera en el "flashback" de la vida de pilluelo de un Don Lockwood, con un nombre tan sonoro que hace pensar en que como su imagen, no es el real.
Cuando, después de cambiarse el traje que las fans han destrozado, Lockwood llega a la fiesta, le recibirán las apasionadas y largas violinadas de un tango, "Temptation", que acompañan las evoluciones de los invitados a la fiesta, muchos de ellos presentados por la periodista Dora Bailey a la entrada del Grauman´s Chinese Theatre. La música parece intentar crear una atmósfera sofisticada y cosmopolita pero en realidad trasmite la sensación de un mundo de apariencias y afectación.
Simpson quiere sorprender a sus invitados y, en medio de la incredulidad de éstos, hace exhibir una corta película con sonido, el experimento que el propio inventor del sonoro ofreció a la Monumental y la productora rechazó.
Simpson anuncia que la Warner ha terminado de rodar una película, "El cantor de Jazz", con esta técnica que es calificada de "espectáculo de feria" y con la que se augura la ruina del estudio rival.
Para amenizar la velada irrumpen en la sala un grupo de coristas, las Coconut Groves' , acompañadas de una falsa y enorme tarta de cuyo interior, para sorpresa de invitados y especialmente de Lockwood, surgirá Kathy como parte del espectáculo.
Lockwood no se resistirá a ironizar sobre la "brillante carrera de actriz de teatro" de Kathy. Ésta, ya incorporada al grupo de coristas, cantará y bailará al ritmo de charlestón, "All I Do Is Dream of You". Es una canción de ritmo alegre y desenfadado como lo es la vital coreografía de las bailarinas, propia de los años veinte, donde las voces, el viento y la percusión tienen el papel principal.
Si visto el numero musical con un valor de música realista no tiene más trascendencia que trasmitir el ambiente frívolo de la época, si prestamos atención a la letra podemos encontrar otra lectura. Ésta nos vuelve a remitir uno de los elementos redundantes de la historia: los deseos, los sueños y su frágil frontera con la realidad. La letra hace referencia a alguien que, obsesivamente, en todas circunstancias y tiempo, sueña y sueña (que no ama) con alguien a quien no se nombra.
Al finalizar el número musical, Lockwood reanuda su tono irónico con Kathy que, enfadada y humillada, le arroja un pastel que termina recibiendo Lina. Kathy huye a toda prisa de la fiesta seguida por Lockwood, que sólo llega a tiempo de ver como Kathy desaparece en coche de su vida. En tono romántico y nostálgico reaparecerá el tema de los sueños y los deseos, interpretado por la cuerda mientras introspectivas figuras en el oboe y las notas pinzadas del arpa trasmiten los sentimientos nostálgicos de Lockwood que sonríe tristemente ante la ironía de la vida. Este "corte" de gran valor introspectivo ("Gene Dreams of Kathy"), convierte la huida de Kathy en inaprensible y efímero sueño para Lockwood. El hecho de que la música se continúe hasta la siguiente escena, distanciada temporalmente, sirve para trasmitir la sensación de continuidad del sentimiento del protagonista.
En la siguiente escena, acompañando a Lockwood, atravesaremos la portada de la "Monumental Studios" para ser testigos de la forma de producción en serie, eficaz y a ritmo vertiginoso de algunos films de la época. En un mismo estudio se están rodando simultáneamente varias películas. Actores, figurinistas y técnicos se entrecruzan continuamente. Mientras se está en la etapa de preproducción de la nueva película, "El caballero duelista", que volverá a tener como protagonistas a Lockwood y Lina, llega la noticia del éxito comercial de la película sonora "El cantor de Jazz", a quien nadie quiere tomarse todavía en serio.
Don Lockwood, a quien su primera conversación con Kathy le ha creado dudas sobre su capacidad profesional y a quien por otra parte no ha conseguido olvidar, pasea meditabundo por los decorados junto a su amigo Cosmo. Cosmo, personaje extrovertido y optimista al que el hecho de no ser famoso le ha permitido mantener su nombre vulgar pero propio, sus raíces y sus convicciones, intentara animar a su decaído amigo, a la vez que hará una "declaración de principios" de lo que para él es la vida y las obligaciones de un cómico, en uno de los números musicales más recordados de la película.
Tras un festivo reconocimiento de las virtudes de la risa y la declaración de que la obligación del artista es "continuar la función" frente a las adversidades, documentará sus afirmaciones con la historia cantada del cómico Máximo Papilla, el cual, camino de la horca, ensalzaba la grandeza de su arte y recordaba los consejos de su padre ("Haz reír, la gente necesita reír"), en el número musical "Make ´Em Laugh".
Durante el desarrollo del mismo, en un decorado en construcción del estudio, Cosmo se entregará a todo tipo de evoluciones y muecas imposibles, Mientras, la música, con protagonismo del viento y del ritmo primario de la percusión sobre una base de cuerda, seguirá sus acrobacias por suelo, paredes y techo. El ritmo cada vez más acelerado de la percusión arrastra a la melodía hasta una apoteósica explosión de optimismo y alegría de vivir, mientras acrobáticas figuras musicales en la flauta de metal intentan seguir las evoluciones cada vez más enloquecidas de Cosmo.
(Terminado el número al espectador no le queda más remedio que ceder al impulso, ponerse en pie y arrancar en aplausos. Memorable)
Poco después se inicia el rodaje de la nueva película, "El caballero duelista". La escena sirve para mostrarnos los preparativos técnicos de la producción. Justo antes de comenzar el rodaje, Lina celosa alardea de que se ha encargado de que Kathy sea despedida de las Coconut Grove. Lockwood se muestra furioso y sin embargo tiene que interpretar una escena de amor con Lina en la que actúan ante las cámaras como una pareja de apasionados enamorados mientras se dedican toda clase de insultos y amenazas. Terminada de rodar esta primera escena, el productor Simpson aparece por los "sets" para anunciar que el triunfo de las películas sonoras es un hecho, no hay marcha atrás. Se interrumpe el rodaje de "El caballero duelista", los estudios tienen que adaptarse a la revolución del sonoro y "El caballero duelista" se reconvertirá en una película hablada.
Flashes de portadas de periódicos y revistas anuncian el triunfo de la revolución del cine sonoro y enlazan con una rápida sucesión de cortes de numeros cantados y bailados, en un autentico homenaje a los primeros musicales.
Ante nuestros ojos pasan números corales que se abren bajo la cámara como una flor humana, una hilera de bailarinas-pentagrama, brillantes soldaditos, filas de piernas femeninas apartadas de sus cuerpos, etc. El trepidante montaje visual es apoyado paralelamente por el montaje musical de cortes de diferentes temas cantados e intercalados entre sí ("Beautiful Girl Montage"). El último fragmento visual es acompañado musicalmente por las primeras notas de la canción "Beautiful Girl" y fluye para trasportarnos a la ejecución completa de este tema en la que un vocalista masculino es el protagonista, y a un decorado de los estudios "Monumental", en los que Kathy, plenamente integrada en el cine sonoro, acompaña como una bailarina más al vocalista en un número de una película musical. Es una canción de ritmo elegante y bailable con el encanto y la orquestación típica de las "big bands". La interpretación vocal dejara el protagonismo a la ejecución orquestal del tema cuando la cámara hace un recorrido por diferentes escaparates donde maniquíes humanas de distante e inalcanzable belleza lucen sofisticados y poco accesibles modelos de la época. Mientras una voz en "off" nos convence de las maravillas mostradas por la imagen. Las pausadas líneas melódicas de la cuerda y un sutil viento, nos trasladan emocionalmente a los salones donde podrán ser lucidos los extraordinarios modelos.
Al finalizar el recorrido, la voz retoma el protagonismo y las notas triunfantes del metal llaman al centro del escenario al coro femenino y maniquíes que salen de sus pedestales para rodear al vocalista masculino como pétalos en torno a la corola. En un brillante plano picado, autentica rememoración de los musicales de Busby Berkeley.
Todo el número, desde la letra de las canciones, escenografía, música; además de un homenaje al musical clásico, al espectáculo, a la técnica cinematográfica, es una exaltación a la belleza femenina en su sentido más frívolo y deseable y por lo tanto inalcanzable.
Cosmo, Lockwood y Simpson han presenciado el rodaje. Éste, después de vistos los resultados, se muestra entusiasmado por las posibilidades del musical dentro del cine sonoro. Además, le ha llamado la atención Kathy y decide darle un papel en una nueva película, junto a Zelda, amiga de Lina. Kathy, temiendo que cuando Simpson conozca el incidente de la tarta con Lina, éste le retire la oferta, ella misma se lo cuenta y renuncia al papel. Por su parte, Simpson, temeroso de la actitud que pueda tomar Lina al saber que Kathy tiene un nuevo papel en el estudio, parece aceptar la renuncia de ésta. Lockwood, saliendo en defensa de Kathy, se dirigirá al productor: "El dueño de un cabaret podría obedecer a Lina, pero usted es el jefe de este estudio". A lo que Simpson le responderá: "Es verdad, que la contraten... Pero que no se entere Lina". Desde este momento queda patente el poder de Lina en el estudio y anuncia el futuro de Kathy, que deberá permanecer en las sombras si quiere seguir trabajando.
Lockwood y Kathy pasean por los exteriores del estudio. Ambos comienzan a bajar las barreras y a olvidar los personaje que interpretan en la vida. Kathy se aleja de la imagen de pretenciosa aspirante a actriz de teatro que desprecia el cine y reconoce que lee revistas rosas y que ha visto varias películas de Lockwood. Éste por su parte le confiesa que su relación con Lina es una farsa publicitaria.
La música incidental de "Have Lunch with Me", acompañara el paseo y los pasos hacia la sinceridad de los protagonista. La melodía que era la base de la desenfadada canción con la que Kathy bailaba en la fiesta de la mansión de Simpson, "All I Do Is Dream Of You" ("Todo lo que hago es soñar contigo") pasa ahora a la sección de cuerda para convertirse en una música pausada y romántica que expresa la persistencia de Kathy en la mente de Don desde que la conoció y se convertirá en el "tema de amor" de la historia.
La música va ganando en intensidad expresiva según pasean, para trasmitir el camino de acercamiento entre ellos y de liberación ante sí mismos por la sinceridad. Cuando Don reconoce que muchos de los reproches que Kathy le hizo el día que se conocieron pudiesen ser ciertos, el motivo de "las falsas realidades y los deseos no cumplidos" se infiltrará sutilmente en la voz de la "cuerda" para reflejar las dudas de Don sobre sí mismo, su realidad y sus aspiraciones. Al confesar Don que en todos estos días no ha dejado de pensar en Kathy y siente el deseo de expresarle sus sentimientos, el nostálgico y meditativo motivo de "las falsas realidades" es desplazado por la ahora esperanzadoras notas de la melodía de "All I Do Is Dream Of You" que fluirán de forma natural hacia la siguiente escena y se prolongarán en la música de valor incidental que le pondrá fondo musical.
Don, incapaz como actor de expresar sin inhibiciones sus sentimientos, buscará la protección del escenario. Para eso llevará a Kathy hasta un hangar vacío del estudio.
La música atmosférica de las notas "mantenidas" de la "cuerda", entre las que flotan agudas figuras de la flauta, crean el aura musical misteriosa y mágica, previa al milagro que se va a materializar.
Intentando recrear su vital escenario, Don activará interruptores de luz que iluminan decorado de nubes deshilvanadas sobre el atardecer, focos, maquinas de bruma y brisas. Cada acción es remarcada y aumentada por la música que nos prepara para admirar el resultado final: Un decorado convertido por obra y gracia de la electrónica en romántico y crepuscular paisaje artificial ("The Stage Is Set").
Don pide a Kathy que se suba a una escalera de mano como si de Julieta en el balcón se tratase.
Después de una vida de actuación y de falsas realidades, Don será incapaz todavía, de declarar directamente y en presente, su amor a Kathy y le dirá cantando: "Si me atreviese a creer que te importo te diría:" (Ahora empieza en rigor la canción) "Tú has nacido para mí, he nacido para ti..." ("You Were Meant For Me").
La voz de Kelly será acompañada por la "cuerda" a la que ponen ritmo las notas pinzadas del contrabajo.
Es una hermosa canción de ritmo en principio pausado y aroma netamente romántico. Cuando Don y Kathy se apartan del balcón-escalera, la voz deja el protagonismo a la orquesta que acompañará los pasos de danza, elegantes y pausados de los personajes. La cuerda acompañada por los clarinetes, gana en ritmo e intensidad cuando progresivamente la pareja se va acercando físicamente por medio del baile, hasta derivar en un alegre "andante" al sobreponerse en paralelo, sobre la línea musical orquestal que interpreta el tema "You Were Meant For Me", un vibrante tema construido sobre variaciones de un motivo de cinco notas que bien podría llamarse el "motivo de la felicidad" y que marca los pletóricos pasos de baile de la pareja.
Nueva instrumentación se suma siguiendo sus evoluciones por el decorado. El vestido de seda malva de Kathy movido por la brisa artificial parece formar parte de él, fundiéndose con las rosadas y deshilachadas nubes del fondo.
Nuevamente la voz de Kelly tomara el protagonismo del número, cuando al cesar imperceptiblemente su danza repite con la íntima complicidad de los violines: "Naciste para mí, yo nací para ti".
De nuevo, flashes de la portads de la revista "Variety" anuncian: "Hollywood aprende a hablar, gran demanda de profesores de dicción".
Todos los esfuerzos de la profesora Phoebe parecen inútiles para corregir el terrible acento de Lina.
Por su parte Lockwood hace lo propio con mayor fortuna en la clase de un profesor que basa su didáctica en la repetición de palabras de difícil pronunciación y de trabalenguas. Sobre uno de éstos, "Moses supposes his toeses are roses, but Moses supposes erroneusly", se construirá la canción que dará lugar a este enloquecido y dinámico número, "Moses".
Para desgracia del profesor, Cosmo, presente en la clase y junto a Don, le harán víctima de su baile y de su excéntrico sentido del humor.
Una vibrante y repetitiva música de frecuentes cambios rítmicos y aumento del "tempo", en las que el viento y la percusión llevan la iniciativa, sigue los pasos de "claqué" de Cosmo y Don por sillas, mesas, centro de habitación, etc. El número llega dinámicamente a su clímax cuando el profesor es obligado a participar en este euforizante número musical.
Desde el punto de vista de la danza destaca el fresco contraste entre el estilo ligero y ágil de O´Connor y el poderoso y viril de Kelly.
Con las clases de dicción recibidas, todo parece dispuesto para comenzar el rodaje de "El caballero duelista", ahora en versión sonora. Sin embargo el desastre se presiente desde el principio, todos los esfuerzos de la profesora Phoebe se muestran inútiles para corregir la voz y dicción de Lina, nada consciente de sus limitaciones. Por si esto fuera poco, actores, técnicos y director intentan solucionar, con resultado dudoso, los continuos problemas que les plantea el registro del sonido, en un medio totalmente nuevo para ellos.
Una lluvia copiosa, símbolo y anuncio de la catástrofe que se avecina, recibe a los invitados de la "preview" de "El caballero duelista". Cosmo, Don y Kathy llegaran juntos pero a la entrada, Kathy, por temor a la reacción de Lina, tendrá que continuar su existencia en la sombra y deberá entrar por otra puerta.
Durante la exhibición quedara patente lo fallido de esta primera experiencia con la nueva técnica: falta de sincronización entre imagen y sonido, sonidos no registrados, registrados los no deseados. La reacción de los espectadores anuncia el fracaso comercial de la película y de la continuidad de la carrera de Lockwood y Lina en la nueva era del sonoro.
Cosmo, Kathy y Don se reúnen en casa de éste con el animo tan oscuro y tormentoso como la noche lluviosa que contemplan a través de la ventana. La estrella teme el fin de su carrera tan pronto se estrene "El caballero duelista" y medita que no está preparado como actor para afrontar los nuevos tiempos.
Cosmo, ingenioso y optimista como siempre, tiene una idea, convertir "El caballero duelista" en una película musical. Esta posibilidad llena de renovado entusiasmo a los tres amigos. Cosmo anuncia que es más de la media noche y en una frase llena de metafórico significado, anuncia que ha amanecido ya un nuevo día. Están preparados para recibirlo y lo celebrarán en el número "Good Morning".
Comienza con la interpretación vocal de la canción por los tres personajes, para dejar paso a la larga ejecución orquestal que les lanza a una danza de ritmo y vitalidad creciente y que arrastrará al número a una exultante explosión de optimismo y renovada esperanza ante la llegada del simbólico "nuevo día".
Todas las secciones orquestales, a las que la percusión pone ritmo y acento, participan en el número, bien superponiéndose en lineas musicales, bien cediéndose el protagonismo para acompañar el "viaje musical" que letra y danza realizan por diferentes culturas al reclamo del saludo "¡buenos días!", cantado en diferentes lenguas.
El final de la escena y número terminará con los tres protagonistas pletóricos pero derrumbados por el cansancio sobre un caído sofá, victima de su arrebatado optimismo y del insostenible ritmo de la danza.
Una sombra planea ahora sobre la brillante idea de convertir "El caballero duelista" en un musical: Lina. Como bien apunta Cosmo, "No canta, no baila, no sabe hablar. Triple problema". Cosmo vuelve a salvar la situación: Kathy doblará a Lina sin que ésta lo sepa.
Una elipsis nos traslada desde la casa de Don a la puerta de la casa de Kathy, donde la está despidiendo, y a la que se supone Don ha acompañado en un taxi. La lluvia continúa cayendo en la madrugada del nuevo día.
En la voz de la cuerda y en notas "stacattas", reaparecerá el rítmico "motivo de la felicidad" (presentado anteriormente en el número "You Were Meant For Me"). Tatareado, pasará a la voz de Kelly que será acompañado por las metálicas notas de la celesta y el ritmo del contrabajo. Sobre este motivo y precedido por un lago "glissando" del arpa y el cierre del paraguas del protagonista, se superpone el tema de "Singin' in the Rain", soportado en principio exclusivamente en la interpretación vocal de Kelly.
Comienza el estribillo de una canción que ya ha hecho historia: "I´m singin' in the rain, just singin' in the rain...". La música vibrante sigue acompañando a un Don pletórico que hace de su voz un instrumento más para reflejar su estado de plenitud, esperanza y despreocupación. Con toda naturalidad, más que cantar, recita, su pronunciación se aleja del tono más afectado de Lockwood y se acerca al coloquial para hablarnos de sus sensaciones.
Saluda despreocupado a viandantes que huyen de la lluvia. Empujado por la felicidad salta a una farola y cantará mientras recibe la lluvia en el rostro: "Me río de las nubes, tan oscuras allá arriba", al bajar continuara: "Tengo el sol en el corazón, soy feliz otra vez", y la "cuerda" se une ahora a la linea melódica vocal para acompañar el gozo creciente del protagonista.
La instrumentación de la sección de cuerda aumentará, siguiendo el movimiento de la cámara que en un triunfante y exultante primer plano en perspectiva picada de Kelly, que expone su rostro a la tormenta, mientras continúa: "Los nubarrones bien pueden asustar a todos, pero de la lluvia me río yo".
El paso de Don se ha ido haciendo cada vez más rítmico y cuando termina la interpretación vocal del tema, que deja total protagonismo a la cuerda, ya deriva a la danza. El paraguas se convierte en un compañero de baile, y el tema pasa de la cuerda al viento para trasmitir esa explosión de plenitud de Don y se superpone en paralelo al "motivo de la felicidad", ahora plenamente desarrollado como tema y punteado por el contrabajo, consiguiendo un vibrante efecto polifónico entre las dos líneas musicales entre sí y entre éstas y la danza cada vez más vitalista de Kelly.
El clímax de gozo y felicidad de Don arrastra a toda la orquesta hasta el punto álgido, en la brillante interpretación de la melodía. Él mismo se siente empujado a una danza espectacular en la que, girando sobre sí mismo, con el paraguas abierto como compañero de baile, recorre en círculo el ancho de la calle. Enajenado de gozo, ha olvidado al personaje obligado a representar y al mundo de las apariencias y como un niño alborozado, a ritmo de música, chapotea y salta en los charcos. Parece más él mismo que nunca.
La presencia de un policía interrumpe la danza y la euforia del protagonista. La vibrante música que le acompañaba cede y la frase musical queda inacabada. Don intenta disculparse por su felicidad con una sonrisa irónica e infantil. Cierra el paraguas que regalará a un transeúnte que intenta protegerse de la lluvia, él no lo necesita y acompañado ahora por el rítmico "tema de la felicidad", continúa su camino con paso alegre y despreocupado. Musicalmente la escena cierra como comenzó.
El número convierte a la lluvia dentro de la historia en una metáfora de la renovación. Como en un simbólico bautismo que precede a una nueva vida, a una nueva era, Don se expone al agua vivificante. A nivel personal podría significar un intento de aparcar convencionalismos y falsas realidades, un intento de asumir su pasado poco ilustre; a nivel profesional sería integrarse a una nueva era del cine, la del sonoro, y aceptar que, a nivel personal y profesional, la renovación es necesaria y está preparado para ella.
Toda la escena, fotografía, puesta en escena, coreografía y música, trasmina renovadas esperanzas y alegría de vivir.
La idea que Don y Cosmo exponen al día siguiente a Simpson de convertir "El caballero duelista" en un musical entusiasma al productor. El ingenio de Cosmo idea un nuevo título y una nueva base argumental. El título será "El Caballero danzarín" y el argumento girará en torno a un cantante-bailarín que inicia su carrera en Broadway. Como consecuencia de un accidente sueña con una historia de amor ambientada en la Revolución Francesa. De esta forma se aprovecha parte del metraje anterior, al que se le añadirán algunos números musicales ambientados en aquella época y luego se completarían con otros números ambientados en la época contemporánea.
Todos están de acuerdo en dos puntos más: Kathy doblará a Lina tanto en los diálogos como en las canciones y Lina, de quien todos temen sus iras, no deberá enterarse.
Cosmo, en su nuevo cargo de director del departamento musical de la "Monumental", dirige la orquesta y a Kathy doblando a Lina, durante la grabación de la banda sonora de "El Caballero danzarín". Don es testigo de la grabación, a él dedica Kathy la canción. Por medio de un fundido vemos y oímos a Lina en una sesión paralela de falsa grabación sin dejar de oír la voz de Kathy.
A través de un nuevo fundido y de la continuidad del desarrollo de la canción nos trasladamos al rodaje de la escena final de "El Caballero danzarín". La noble dama interpretada por Lina, hace preguntas cantando sobre su amor a su noble enamorado interpretado por Don Lockwood. La imagen vira a negro para transformarse en la pantalla de proyección de una sala donde Cosmo, Don y Simpson comprueban los resultados de la reconversión de la anterior película a musical y el brillante trabajo de Kathy en su papel de actriz de doblaje.
Durante toda estas escenas, fundidas en una por medio de un hábil montaje y de la música que hacen fluída la narración, han escuchado la canción "Would You?".
Es una canción de tono indiscutiblemente romántico, un tempo lento, casi lánguido en la que tras una breve introducción por la sección de cuerda, ésta pasa a segundo plano para dejar el protagonismo absoluto a la línea vocal en la que una enamorada hace preguntas a su amado sobre su amor: "La coge entre sus brazos, ¿lo harias tu?. Le habla de su pasión, ¿lo harias tú?...".
En la misma sala de proyección de los estudios, Lockwood describe a Simpson el último número por rodar, situado en la época moderna de la historia. Señalando la pantalla del fondo que a modo de "espejo de Alicia" nos trasportará a otra ilusoria dimensión, su voz dará paso a la imagen.
Por fin Lockwood nos contará su verdadero pasado y sus ilusiones ocultas pero lo hará de forma muy indirecta, casi psicoanalítica, trasladando su voz al "showman" que presenta el número que nos contará los avatares de un "cantante-bailarín" (él mismo, antes de llegar a la cima) y su ascendente carrera en Broadway desde sus inicios.
Como en un "show", la única luz de un potente foco se centra en un sonriente presentador (Kelly). Comienza el largo y espectacular número "Broadway Melodies" que incluye dos canciones y música orquestal que acompañará a los momentos de danza.
La vitalista interpretación vocal del showman-presentador de la canción "Broadway Melodies" abre el numero cantando: "No arrugues el ceño en Broadway. En Broadway debes divertirte. Broadway siempre sonríe...". El vibrante acompañamiento de la sección de cuerda con brillantes incursiones del metal pone fondo instrumental al vocalista, para convertir toda la canción en una llamada a la evasión y a la diversión. La voz cede a la orquesta que convierte la música en una festiva fanfarria mientas uno a uno los luminosos de diferentes espectáculos cubren de luz de neón lo que antes era oscuridad en torno al showman.
Con el escenario de la diversión construído, cientos de personajes ávidos de evasión se acercan como multitudinario coro al personaje central, atraídos por su llamada a la felicidad.
Como en un nuevo paso a través del "Espejo de Alicia", esta imagen multitudinaria, por medio de un fundido de montaje, nos conecta con otra multitud que se mueve frenéticamente en el decorado de una gran ciudad a la cual la orquesta, con rápidas figuras en la sección de cuerda apoyada por el brillante ritmo de la celesta y la sección de metal, impone un ritmo de vida trepidante.
Un cómico y asombrado personaje con aspecto provinciano y maletas se mueve entre los ajetreados ciudadanos. La música bufonesca sirve para remarcar sus movimientos de mimo. Pronto llegará a lo que es la finalidad de su estancia en Broadway, las visitas a diferentes agentes teatrales. Las sucesivas llamadas a las puertas en las que se puede esconder su futuro son anunciadas por la exclamación "Got ta Dance!", mientras el paso por cada una de las agencias, es acompañado por la música caótica de diferentes instrumentos de viento en cada uno de los tránsitos.
Por fin, un agente le da una oportunidad y le acompaña a un speakeasy. Una fanfarria recibe su entrada en el local a la vez que es recibido por la colorista clientela con la consigna "Got- ta Dance!" y que se lanzará haciéndole coro de baile, mientras el aspirante a triunfador canta "Broadway Rhythm". Las trepidantes figuras de la cuerda a las que se une la brillantez del metal son el fondo musical a la interpretación vocal de la canción por parte del aspirante a triunfador y arrastran a la multitud a un acelerante baile colectivo. La voz cede ante el vibrante empuje de la orquestación en la que el metal ha ido tomando protagonista para acompañar a Kelly en su potente y acrobático numero de danza en solitario.
La danza de Kelly es interrumpida por la visión de un zapato verde y una pierna revestida en sugerente media de seda a la vez que la vibrante música es desplazada por la sinuosa línea musical del clarinete y la alertante de la percusión. Las piernas se continúan en el espectacular cuerpo de la amante (Cyd Charisse) de un gángster que está junto a ella, caracterizado como el protagonista de la película "Scarface". Como en la película, su compañero lanza una moneda al aire cuando se prepara para el asesinato.
La serpenteante línea musical y las largas y sensuales notas de la cuerda derivan a una melodía de estilo "jazzístico" cuando la peligrosa desconocida ha comenzado su proceso de seducción y junto con el "cantante-bailarín" se entrega a un baile pausado y provocador en el que la parte masculina es sólo un agente pasivo. Las agudas y mantenidas notas del clarinete y saxo, acompañadas por el pausado ritmo del contrabajo reflejan la creciente temperatura ambiental que envuelve a los bailarines. La torridez musical de la escena es interrumpida cuando el gángster se acerca a la mujer y le muestra una pulsera de brillantes como inefable método de seducción. Las notas solitarias y pausada de la cuerda trasmiten la decepción del bailarín al ser abandonado por el objeto de su deseo.
Siguiendo una escalada similar a la de Don Lockwood antes de convertirse en estrella, nuestro cantante-bailarín pasara por el "burlesque", continuará por el "vaudeville", para alcanzar su cima como estrella en el "Ziegfeld Follies". Si en la imagen este camino está rodado con maravillosa fluidez en cuanto a la utilización del lenguaje cinematográfico, ( unos luminosos anuncian el espectáculo en el que el protagonista participa para a continuación mostrarnos una corta secuencia del número representado que va ganando en sofisticación) a nivel musical, esta ascensión se trasmite mediante una breve fanfarria que acompaña al luminoso, y la repetición del mismo fragmento musical, diferentemente versionado por voces diferentes que van desde las más chillonas en el "burlesque" hasta las más profundas y elegantes del "Ziegfeld Follies".
El luminoso de un elegante casino y la música de vals, suponen la culminación de la carrera del protagonista que es recibido en el interior del local por la alta sociedad y por elegantes admiradoras y, sin embargo, la música del vals que acompaña toda la escena suena distorsionada.
La brillante orquestación es detenida por las notas de aviso de la trompa. Sobre una escalera y hermosa y blanca como una inalcanzable divinidad ha aparecido la mujer que acompañaba al gángster en el speakeasy. Ahora famoso y codiciado, se permite fantasear con la belleza.
Nuevamente atravesamos otro "espejo de Alicia". Este paso es sugerido por las notas etéreas de los violines y las fantásticas del oboe que arrastran la imagen al irreal mundo de los sueños y de los profundos deseos.
Siguiendo una escalada similar a la de Don Lockwood antes de convertirse en estrella, nuestro cantante-bailarín pasara por el "burlesque", continuará por el "vaudeville", para alcanzar su cima como estrella en el "Ziegfeld Follies". Si en la imagen este camino está rodado con maravillosa fluidez en cuanto a la utilización del lenguaje cinematográfico, ( unos luminosos anuncian el espectáculo en el que el protagonista participa para a continuación mostrarnos una corta secuencia del número representado que va ganando en sofisticación) a nivel musical, esta ascensión se trasmite mediante una breve fanfarria que acompaña al luminoso, y la repetición del mismo fragmento musical, diferentemente versionado por voces diferentes que van desde las más chillonas en el "burlesque" hasta las más profundas y elegantes del "Ziegfeld Follies".
El luminoso de un elegante casino y la música de vals, suponen la culminación de la carrera del protagonista que es recibido en el interior del local por la alta sociedad y por elegantes admiradoras y, sin embargo, la música del vals que acompaña toda la escena suena distorsionada.
La brillante orquestación es detenida por las notas de aviso de la trompa. Sobre una escalera y hermosa y blanca como una inalcanzable divinidad ha aparecido la mujer que acompañaba al gángster en el speakeasy. Ahora famoso y codiciado, se permite fantasear con la belleza.
Nuevamente atravesamos otro "espejo de Alicia". Este paso es sugerido por las notas etéreas de los violines y las fantásticas del oboe que arrastran la imagen al irreal mundo de los sueños y de los profundos deseos.
Un fondo mágico con luz de amanecer, etéreas nubes rosadas y difuminadas líneas de fuga que unen los primeros planos con el infinito, son el escenario de la danza de amor entre espíritus que se acercan, entre el protagonista y la idealizada mujer de sus sueños, mientras que la sección de cuerda acompaña sus elegantes evoluciones con su música incorpórea y sublime, claramente impresionista. Los movimientos flotantes del velo, por el que la belleza parece hacer descendido de una elevada dimensión, son seguidos por las ondulantes figuras del oboe. La música deriva a profundamente románica y crece en intensidad en la medida en que los oníricos amantes se acercan hasta fundirse en un abrazo, a la vez que son abrazados por el blanco velo.
La apasionada orquestación se ve interrumpida por las nuevamente etéreas notas del oboe y el tono fantástico de los violines al que se suma ahora el dramático contrabajo.
Todos los sueños tienen su despertar y junto con el protagonista y en sentido inverso recorreremos el camino que nos ha llevado al universo de los sueños más profundos.
Al despertar, la blanca y soñada belleza desciende del pedestal de la escalera para despreciar a la estrella.
Los nostálgicos y agotados acordes de violín que traen irónicas reminiscencias de la antes alegre "Broadway Melodies" siguen al personaje mientras atraviesa, para salir, la puerta, cargada de significado simbólico, y coronada por un luminoso en el que se lee "Casino". Su amarga sonrisa no es más que el reflejo de la toma de conciencia de que en la vida real hay sueños que ni la fama y el dinero pueden conseguir.
En ese momento, un personaje similar a él mismo cuando llegó a Broadway en busca de la fama, se cruza en su camino y como él cantará la exclamación "Got- ta dance!". El astro se siente arrastrado por el entusiasmo del aspirante y repite la frase. Como si de una fórmula de encantamiento se tratase, el fondo oscuro se transforma en luminiscentes y multicolores neones a la vez que una multitud le rodea a coro para entregarse a un vibrante baile arrastrados por la brillante y apoteósica interpretación orquestal de "Broadway Melodies". El número termina como comenzó, para completar el circulo que traza su desarrollo.
Un primer plano del showman cantando la frase mágica "Esto es la melodía de Broadway", se funde con el primer plano de Lockwood en la sala de proyección del estudio para devolvernos a la "realidad" de la escena en la que comenzó la descripción del número.
Para terminar "El caballero danzarín", sólo queda por doblar unos diálogos. Mientras en el estudio de doblaje Don se dobla a sí mismo, Kathy está doblando a Lina.
En una nueva paradoja de las muchas contenidas en "Cantando bajo la lluvia", en la escena de "El caballero danzarín" que aparece en la pantalla del estudio de doblaje, la voz que se escucha en la versión original y que corresponde a la dama francesa, no es la de Debbie Reynolds/Kathy; sino la de Jean Hagen, Lina. Dicho de una forma clara, en esta escena que volverá a aparecer en la preview, Hagen dobló a Reynolds. La Hagen en realidad poseía una hermosa voz frente a la más aniñada de Reynolds.
Al terminar el doblaje, Don reitera su amor a Kathy y manifiesta la intención de abandonar todo su mundo de apariencias y hacer publica su relación. La interpretación a cargo de la cuerda del tema "All I Do Is Dream Of You" en tono sentido y romántico ponen el verdadero trasfondo de sinceridad a las palabras de Don.
Tan romántica escena es interrumpida por Lina, más furiosa y humillada que nunca y que gracias a la delación de su amiga Zelda, está al corriente de todo lo que siempre se le ha intentado ocultar, la relación entre Don y Kathy, que será la voz de ésta la que se oirá en "El caballero danzarín" y que además esto se hará publico para promocionar la carrera de Kathy.
Adelantándose a la campaña promocional que los estudios preparan para Kathy, Lina recurre a un artículo de su contrato y ha lanzado la suya, claramente opuesta a la realidad. Kathy parece condenada a seguir trabajando en la oscuridad y obligada a seguir prestando su voz a Lina.
En el estreno de "El caballero danzarín", que es un éxito, las voces y el talento de sus protagonistas levantan la admiración de los rendidos espectadores.
Lina embriagada por los comentarios y en una demostración de prepotencia se enfrenta y amenaza a Don, a Cosmo y a Simpson, además de exigir que Kathy continúe prestándole anónimamente su voz. Los espectadores quieren oír en directo a la estrella, sus palabras causan decepción en la sala y le piden que cante.
Por primera vez toma conciencia de sus limitaciones y Simpson exige a la humillada Kathy que doble en directo a Lina situándose detrás del telón del escenario. Todos están dispuestos a deshacerse de las ambiciones de Lina y mientras ésta simula cantar "Singin' in the Rain", Don, Cosmo y Simpson alzan el telón para mostrar al publico la realidad de la voz que les ha hechizado. La verdad queda al descubierto.
Kathy dolida y avergonzada intenta huir de la sala pero es alcanzada por Don y puesto que todas las falsedades deben quedar al descubierto, le dedicará el "You Are My Lucky Star". Una romántica y sentida canción en la que la interpretación de Kelly, apoyada por la cuerda, convierte en pública y sincera declaración de amor.
Sobre el perfil de Don, por medio de un fundido, se sobrepone su mismo perfil pero representado en una valla publicitaria, mientras continúa el desarrollo orquestal del tema, para cerrar con la inclusión de coros cuando la imagen nos muestra en un plano general a Kathy y Don en un espléndido día, en el que por fin luce el sol y bajo el reclamo publicitario: "Singin' in the Rain" con Don Lockwood y Kathy Selden como protagonistas.
¿Llevaron Kelly y Donen la siempre presente metáfora sobre las imprecisas fronteras entre lo real y lo imaginario, entre la vela y el sueño, hasta el "The End"?
Decía Ingmar Bergman en su biografía que el cine o es documental o debe ser puro sueño. "Cantando bajo la lluvia" es sueños. sueños que se contienen unos a otros.
Por su perfecta dirección, firme pulso narrativo, redondez de su argumento, brillante puesta en escena, espectacularidad de su coreografía, la belleza de su música, adecuado trabajo actoral de Jean Hagen (obtuvo un Oscar por su trabajo), magnífica fotografía, perfecta integración ente números musicales e historia, "Cantando bajo la lluvia" desborda con mucho los limites del género y se eleva como una de las cumbres del ARTE cinematográfico.
Cincuenta años cautivando a crítica y espectadores le confieren el merecido calificativo de "clásico" y lo elevan al status de la obra maestra que es. Pero sobre todo es cine en estado puro. Además es un alegato en pro de las posibilidades del lenguaje del cine, en general y del musical en particular, que permite una profunda reflexión tanto sobre el mundo del cine y del hecho creativo como sobre la necesidad del artista de recorrer los frágiles limites entre lo real y lo ilusorio, como forma de potenciar el espíritu de creación y trascender la cotidiana realidad. Pero este lenguaje del cine y del musical también es capaz de denunciar, subliminal pero firmemente, el intento de control de la expresión artística y de arengar en su continuidad con gritos como "Got- ta Dance!" o "Make ´Em Laugh!".
Notas: La magnífica edición del CD de Rhino, aquí comentada, consta de treinta "tracks". Además de toda la música que oímos en la película, incluye varios "outtakes", correspondientes a escenas desechadas despues de la "preview", varias versiones extendidas y material suplementario, como la versión anterior para ser oída en la redio de la canción "Singin' in the Rain" o las versiones alternativas de "Main Title" y de "Beautiful Girl".
La edición del DVD de "WB Home Cinema", sobre la que se ha hecho la reseña, a pesar de la dignidad con que está editada, queda obsoleta frente a la "Edición Especial Cincuenta Aniversario" que acaba de salir en la zona uno: Total digitalización y remasterización, Dolby digital 5.1 en varios idionas, doble CD, dedicándose uno a contenidos adicionales; y que se anuncia como uno de los mejores DVDs editados.
Lo Mejor y Lo Peor: Me resulta imposible cuando afortunadamente tengo la ocasión de enfrentarme a una obra maestra.
Los Momentos: Muchos. Cosmo interpretando el número "Make´Em Laugh", Lockwood pletórico recibiendo al nuevo día bajo la lluvia de California, Kathy y Lockwood bailando en el plató, la danza de Lockwood y su velada mujer soñada, los ballets colectivos a las luces de los neones de Broadway, Lina en su papel de noble francesa volteada por el tirón de cable de Simpson, etc., etc., etc.
Julia Saiz
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