Tracklist:
- Main Titles (02:21)
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- Meet Charlie (00:46)
- It's Halloween, Not Hanukkah (03:13)
- Charlie Bites It (01:42)
- Father and Son (06:18)
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- Meet Rhonda (01:34)
- To the Quarry (01:42)
- The Halloween Schoolbus Massacre (04:56)
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- The Elevator / Laurie on the Prowl (02:03)
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- Halloween Prank (04:25)
- Not a Trick / Red and Black (03:52)
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- Laurie's First Time (02:49)
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- Old Mr. Kreeg (01:53)
- Pumpkin Shooter / Meet Sam (12:04)
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- The Bus Driver (00:40)
- The Neighborhood (01:51)
- Trick 'r Treat (00:31)
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- End Credits (06:41)
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* Los mejores temas.
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Nuestra historia comienza en Halloween, descubriendo Samhain (y sus reglas)
Que mejor reseña para estas fechas que este Trick ‘r Treat, ambientada en la fiesta de Halloween, que aunque de raíces europeas (celtas, más concretamente) ha acabado calando hondo entre los yanquis, al otro lado del charco. Dirigida por Michael Dougherty -guionista de X Men 2 y Superman Returns- y producida por Bryan Singer -director, entre otras, de la canónica The Usual Suspects- se trata de una curiosa mezcla -en palabras de su productor- entre Creepshow y Crash. De la primera toma el espíritu pulp y desenfadado, con toneladas de humor negro y aire comiquero (los títulos de crédito del film que nos ocupa se componen de viñetas de tebeo, como ocurría en la película de episodios del maestro Romero) y de la segunda toma la estructura, puesto que diversas historias se irán cruzando, con -constantes- encuentros fortuitos de los personajes que habitan los diferentes hilos narrativos de la película. Como no podría ser de otra manera, las historias tienen en común las diversas tradiciones de la festividad de Halloween - o Samheim, como se la conocía en un origen- desde los Jack-O-Lanterns o calabazas vaciadas e iluminadas con velas (y que te protegen de todo mal, a menos que las apagues), a las leyendas urbanas e historias de fantasmas, pasando por las bromas pesadas (tricks), la tétrica decoración de las casas, o el desenfreno sexual al que se entregan los adolescentes americanos en la llamada noche de las brujas. A lo largo del breve -79 minutos- metraje de la película encontraremos a menudo zombies, pseudo-vampiros, licántropos, serial killers y otras sorpresas, todo ello, bajo la atenta mirada de un enigmático personaje, Sam, en apariencia un niñito con un saco en la cabeza, en realidad algo muy distinto, y que funciona como hilo conductor de las diferentes narraciones cruzadas.
Varias Historias de Terror se mezclan, el savoir faire del cine de horror de episodios
Las historias se centran en un director de instituto viudo con una doble vida de lo más delirante, empeñado en enseñar a su hijo a diseñar la perfecta calabaza de Halloween (deliciosa creación de Dylan Baker, casi parodiando su papel de inquietante cabeza de familia en Happiness de Todd Solondz), una adolescente que sopesa la posibilidad de perder la virginidad (Anna Paquin), una incauta a la que se le ocurre desmantelar la decoración de su casa antes de que acabe la fiesta (Leslie Bibb), una pandilla de chaval@s decididos a comprobar la veracidad de una leyenda urbana, y un viejo huraño (magnífico Brian Cox) de sospechoso parecido con el mítico director John Carpenter, que se enfrentará a sus demonios- literalmente- , pero primero, a uno de ellos en concreto; first come first, ¿verdad, Sam?. Tanto desde el punto de vista técnico como interpretativo la película es impecable, de cuidada producción y dirigida con pulso por Dougherty, consiguiendo sacar el máximo partido de la montaña rusa que es el guión de la película también escrito por el director novel, que contiene guiños y homenajes tanto al cine de terror clásico, como a la comedia de horror cultivada en los años ochenta por maestros como Joe Dante o John Landis. En fin, un divertimento ágil, sumamente entretenido, pero también con un punto malsano y excitantes gotas de incorrección política, que quizás han provocado que la Warner Bros. haya tomado la decisión de no estrenarla en cines, sino directamente en DVD, bajo el sello Warner Premiere. Es una lástima, ya que se trata de uno de los títulos más destacables del último cine de terror, que casi se ha ganado el apelativo de filme de culto. Y dejemos en manos de Sam definir el espíritu de esta historia/s:
Poison, Drowning, Claw, or Knife, so many ways to take a life. Veneno, Garra, Cuchillo, Ahogamiento, tantas formas de que alcances tu último aliento.
Douglas Pipes, un ganador del Goldspirit Award que llega pegando fuerte
Nuestro hombre se dio a conocer durante el año 2006, al crear una notable partitura para el film de animación de Sony/Columbia, Monster House (pueden encontrar su reseña aquí), un agradable retorno al espíritu del cine de los años ochenta, de la mano de su director, Gil Kenan, que nos hacía poner nuestras esperanzas en un nuevo realizador para el futuro, y fijarnos en su compositor desde ese instante. Un compositor, que gracias a su partitura para Monster House, obtendría el Goldspirit Award a compositor revelación en la gala celebrada en Julio de 2007, durante el III Congreso Internacional de Música de Cine "Ciudad de Úbeda", y en el que el ojo atento del aficionado ya había puesto su mirada. Sin embargo, lo que parecía enfilarse a una nueva colaboración Pipes/Kenan, se vio impedida al entrar en liza en el nuevo proyecto del director, City of Ember, la batuta de otro prometedor compositor en sus inicios, Andrew Lockington, que con una creación brillante y llena de vigor y rigor temático, no hizo añorar una posible partitura de Douglas Pipes, que se conformó con un reconocimiento por música adicional en los créditos. El porqué del cambio, no lo sabemos, pero para su nuevo y ambicioso proyecto Airman, estaremos atentos a la firma de su compositor, y si Pipes regresa por la puerta grande con el director. Lo que sí es cierto, y no hay mal que por bien no venga, es que todo el affaire permitió al músico centrarse en un proyecto al que entregarse con pasión, para regalarnos una pieza maestra de la música de cine para el género de horror, de los últimos años. Junto al magistral Drag Me To Hell de Christopher Young, Trick ‘r Treat, se encarama con calidad y dominio del medio, al pódium de los scores destacados del género, y como no, con un personaje de nombre Sam por medio, más le valía lograrlo y cumplir las reglas de Halloween, con un estupendo score.
Trick 'r Treat, un gran score para acompañar un nuevo clásico instantáneo Al modo clásico, Douglas Pipes nos introduce en el universo en el que se nos van a presentar las historias de Truco o Trato, con una entrada a lo grande de los motivos centrales, en la obertura que suponen los "Main Titles". Tras los agudos y restallantes violines que nos ofrecen las primeras pinceladas del tema de Sam, los coros infantiles, y los juegos de cuerdas, piano y metales nos llevan a la atmósfera propicia para una noche, que se presumirá infernal. La cadencia obsesiva, circular de la melodía va guiando los pasos a través de las viñetas de cómic que nos dan subrepticiamente pistas sobre lo que en breve iremos descubriendo. Pipes inteligentemente no se guarda sus cartas únicamente para los tour de force musicales de las cuatro set pieces del film, sino que hasta llegar a ellos va ofreciendo sutiles pinceladas a lo largo de la composición, logrando que al llegar a los momentos culminantes de cada historia, la música ya esté en nuestra psique, y al evolucionar los temas veamos que todo está enfocado a una visión de conjunto, que no se trata de una acumulación de clichés, y que cada elemento está trabajado para llegar a un fin. Casos como los de "Charlie Bites It", que encuentra ya presencia en la obertura, o los coros de los niños, también presentes en los "Main Titles", que nos conducen a la melodía presente en el inicio de "The Halloween School Massacre", donde un vals gótico, conforme se desarrolla, pasa de la aparente inocencia, a una melodía de belleza enfermiza y malsana. La escena a la que acompaña, onírica, hipnótica, antecedente de la tragedia, está claramente conseguida, en gran medida, por la integración que el compositor alcanza con las imágenes, logrando que su partitura se encuentre cosida a ellas. Es el caso asimismo del alarde de suspense y timing del sobrecogedor "The Elevator/Laurie on the Prowl", a base de cuerda, suave celesta y sostenida percusión, o del repleto de tensión contenida "Not a Trick/Red and Black" en el que Pipes juega con la expectativa, al igual que el film, para contradecir lo esperado, y ser juguetón, de la misma forma que el cazador en este particular entremés con una caperucita roja que es acechada por un lobo moderno con gusto por la caza joven, verá recompensadas sus pasiones, aunque no del modo que espera. La melodía del personaje de Anna Paquin, "Laurie's First Time", juega a la ironía envuelta en suaves notas al piano, integradas en una sutil tela de cuerdas sedosas, hasta que los roles se desvelan y la percusión hace acto de aparición para concluir el tema. En "Father and Son" por ejemplo, el compositor se deleita en tejer una tela de araña alrededor de dos de los personajes, un padre y un hijo, que es educado por el primero en ciertos valores, sin entrar en detalles, digamos como mínimo, inconcebibles. La inquietud se va forjando mediante un cruce de cuerdas (violines y violas), harpa, flauta y fagot, entrando y saliendo la melodía aplicada a los niños, sobre un fondo como de latir de corazón por debajo de la melodía, que concede al desarrollo del tema una acuciante urgencia en su lento discurrir. En "Halloween Prank" para acompañar la sádica broma de un grupo de inmaduros adolescentes a una inadaptada compañera, que le dará la vuelta a la situación, Pipes se vuelve funcional intentando hacer que una situación obvia y típica nos vaya inquietando conforme avanza, a través de un hipnótico discurrir que va aumentando poco a poco el suspense hasta llevarnos a una descarga de la tensión en el tramo final (atentos a partir del 2:57 y los recursos percusivos y la combinación voces distorsionadas, cuerdas y trompetas, para concluir con la celesta). Y llegamos a las dos pieces de resistance del score, los instantes álgidos dentro del film, el lugar al que nos dirigíamos desde el principio. Preparémonos a conocer, de verdad, a Sam. Y en "Pumpkin Shooter/Meet Sam", musicalmente, vamos a conocerlo, con Douglas Pipes como nuestro maestro de ceremonias. La incomodidad va haciendo mella en el oyente ante la atonalidad del tema, no sabemos lo que nos espera, pero todo llega, y Sam entra en acción. Las voces infantiles nos preludian su entrada (5:01) y un atosigante juego de cuerdas va acompañando puntualmente sus pequeños trucos desquiciantes, cómo aplica el castigo debido por no someterse a las reglas de Sam-Hain (tuba, violines sobreexcitados, percusión, vibráfono, celesta, piano, cellos, en continua travesura), hasta alcanzar el paroxismo del suspense en su tramo final, acompañado de las notas a los coros del tema de nuestro particular defensor de la noche espectral. Y ahí es donde el compositor se permite destacar sobre las imágenes tras haber estado pegado a ellas durante todo el film, y tras una última rendición al tema de la masacre del autobús escolar, donde descubrimos a quien pertenece en realidad el susodicho motivo, "The Bus Driver", la música se torna lírica y elegíaca, "The Neighborhood", juguetona y emotiva a un tiempo, para conducirnos a la sorpresa final "Trick ‘r Treat", con unas infernales y realmente atosigantes cuerdas, que abren paso ... ... a la Suite final, y auténtico fin de fiesta... macabra. En los "End Credits" el compositor se explaya a gusto, dando rienda suelta de forma desaforada y exultante a todos los leit motifs, a todos los temas para los personajes creados durante la partitura, de forma exaltada, haciéndonos partícipes de su poderío, y clase a la hora de engarzar su composición en un mix sinfónico de primera magnitud. Voces corales y cuerdas agitadas y agudas para el tema de Sam, violines para una ninfa muy particular, que es todo menos inocente, piano para un padre y un hijo, celesta y juegos a las cuerdas para las víctimas de un desagradable suceso implicando un transporte escolar (el vals dedicado a ellos se torna más suntuoso y bello, y menos amenazante en esta ocasión), de nuevo voz infantil apoyada en el piano para un anciano huraño ¿que encontrará la horma de su zapato?, ¿quién sabe? De lo que sí estamos seguros, es de que que gracias, y a través de la composición de Douglas Pipes hemos vivido una experiencia divertida, si no memorable, bien podemos decir que fascinante, y que este viaje al concepto de la noche de difuntos, mereció la pena. Y atentos tras el silencio final en la última pieza, porque Sam puede regresar cuando le damos por ya desaparecido, y regalarnos su último toque, esta vez al piano, y con un inquietante solo, dejarnos flotando, en el purgatorio de las brujas.
No desearás que Sam te haga una visita, cree en las reglas
Y si tenéis en alta estima vuestro paso por este mundo, y queréis alargarlo un poco más, jamás olvidéis al llegar Halloween, la fiesta de las brujas, la noche espectral, Sam-Haim, respetar con devoción las normas y costumbres de la festividad: Jamás apagar los Jack-O-Lanterns, aceptar el trato, o verse obligado a soportar el truco, hacer acopio de dulces para los niños, decorar la casa y el jardín con propiedad, digamos al modo tétrico, no adentrarse solo en bosques, páramos o acantilados tenebrosos, o quizá la más importante, si no has respetado las reglas, empezar a hacerlo cuando Sam te visite, porque puede, y sólo puede, que se apiade de tu alma, y te acepte como un nuevo invitado a la noche más oscura del año. Ahora, abre tu mente a lo inexplicable, deja tus recelos a lo sobrenatural a un lado, Halloween ha llegado: Toc, Toc suena en tu puerta, vas a abrir, y un niño pequeño y adorable enfundado en un saco a modo de máscara te espera en la puerta. ¡¡¡¡Truco o Trato!!!!, jajajajajajajajajajajajajajajajajajaja
Lo mejor: La variedad de recursos, el dominio motívico, y la destreza sinfónica con que un Douglas Pipes pletórico se entrega a un grand guignol orquestal abracadabrante, en la gran tradición de la escuela de terror clásica. Su mixtura estilística entre grandes entre los grandes como Bernard Herrman, o entre los actuales, Danny Elfman. Este score te deja con la boca abierta, y no, no tiene Sam nada que ver en ello…
Lo peor: Que se acaba. En serio, quien tiene talento, y lo demuestra, no hace sino hacernos partícipes del mismo. Como mi buen amigo David, y el no menos genial Max Byalistock nos decía desde The Producers: “…si lo tienes, muéstraselo al mundo”, y no, tampoco me refiero a Sam esta vez.
El momento: Uno muy largo, desde los “Main Titles”, hasta los “End Credits”, donde las esencias se destapan de manera exuberante, haciendo una particular parada en la antología de la música sinfónica de horror que suponen “The Halloween Schoolbus Massacre” y esta vez sí, “Meet Sam”. Una vez conocido, ya nunca le olvidarás. ¡¡Atente a las reglas, o Douglas irá a por ti!!
David Saiz & Asier G. Senarriaga
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