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Pranks

Pranks


Compositor: Young, Christopher
Año: 1982
Distribuidora: Citadel
Duración: 28:28

Bueno
Tracklist:
  1. Main Title (01:11)
  2. Someone's in The Kitchen (02:23)
  3. Trapped (00:44)
  4. Nightwalk (01:51)
  5. Who's On The Roof (02:43)
  6. Surprise (01:56)
  7. The Phone's Dead (01:16)
  8. The Sacrifice (03:03)
  9. The Last Chance (02:07)
  10. Farewell To Brian (02:17)
  11. Moonchill (00:42)
  12. No Escape (01:46)
  13. Her Man Awaits (01:01)
  14. Bill's Peace Of Mind (01:36)
  15. A Little Prank - Kiss And Kill (01:41)
  16. Search For Hemmit (01:00)
  17. End Title (01:11)

The Dorm that Dripped BloodPelícula de terror adolescente de inicios de los 80, éste subproducto Amateur contiene dos elementos dignos de interés; el breve papel de Daphne Zuniga (The Fly II, Spaceballs, las series Melrose Place y Beautiful People), cuya belleza ilumina ésta oscura y desconocida película, y el score de Christopher Young (coincidencia feliz con Daphne en The Fly II), una pieza atonal de gran dureza que llega a crisparte los nervios, con los violines chirriándote cual grito agudo en los oídos.

El resto, un enorme pozo negro desconocido para el público en general, no peor que muchos de los actuales y nefastos productos hollywoodienses, que bien podrían servir de papel higiénico o de combustible para los barcos de vapor.

Pranks - La Habitación que Goteaba Sangre

Pranks fue conocida también como "The Dorm that Dripped Blood", un título que viene a ser un homenaje a la película "The House that Dripped Blood", del año 1971, con el incombustible Christopher Lee y el gran Peter Cushing, un film dividido en cuatro historias de terror con guión del genial Robert Bloch (Pyscho).

Póster

En el periodo vacacional de Navidades, con el campus universitario completamente vacío, un viejo edificio de dormitorios para estudiantes, abandonado y desangelado, está próximo a ser cerrado y derribado por estar bastante deteriorado y dañado, así que una chica recibe el encargo de formar un equipo de estudiantes para ir desalojando el edificio y sacando el mobiliario y el equipo que pueda ser útil.

Pero al poco aparecerá por el campus un extraño vagabundo, casi coincidiendo con una escalada de crímenes que comenzarán a sucederse en el edificio.

Daphne ZunigaLos actores, salvo el rostro de Daphne Zuniga, que es eliminada a los diez minutos junto con sus padres en un abrir y cerrar de ojos, son completamente desconocidos y amateur.

Tenemos alguna muerte bastante bestia, como el taladrazo que le meten a un conserje en los baños, o el porrazo con bate de béisbol que incorpora clavos de última generación (imagen de la carátula de la película) al padre de Daphne. Aún así, bastante cutrecilla y mediocre.

La trama posee un buen giro final (más en su resolución que en saber quién es el asesino), pero el resto es algo torpe, y pese a durar ochenta y un minutos, se torna lenta por momentos (y son muchos). Destaca la presencia del maquillador Matthew Mungle, que en 1992 ganaría un Oscar por Bram Stoker's Drácula.

Chris Young - Bloody Music, Please

The PowerPrimera partitura del genial Christopher Young para esta película de Stephen Carpenter, con quien repetirá dos años después, en 1984, con The Power, otro film de terror sobre un hombre poseído por una figura azteca, donde Young crea un excelente tema, predecesor de The Fly II.

Es 1982, y Young recibe su primer encargo. Resulta curioso comprobar que, por aquella época, películas de bajo presupuesto solían utilizar a compositores que utilizaban directamente sintetizadores, lo que suponía un ahorro de costes.

Aunque no siempre era así. Por ejemplo, Richard Band pudo disponer de una masa orquestal con la que nos deleitó en House on Sorority Row, Mutant, From Beyond, Troll o Re-Animator.

Y Christopher Young no fue menos. La partitura de Pranks es concebida para violines, con acompañamiento de dos pianos, armónica y percusión. Todo ello mezclado y excelentemente condimentado, generando un clímax de tensión continuo, como un cuchillo rasgándote las entrañas a través de una música incisiva y terrorífica.

Christopher YoungSon los orígenes del genio, el comienzo de lo que vendrá, un torrente creativo de recursos terroríficos de la mano de uno de los sirvientes más diabólicos de la música del horror, Mr. Christopher Young.

Como anécdota, es curioso que, veinticinco años después, busques esta película en internet, y te encuentres que, entre lo que más destaca la gente (por destacar algo, que muy poco hay), el score de Young sea lo mejor con diferencia.

The Music That Dripped Blood

Es lo que le falta al score de Young, que cuando escuches ésta partitura, comience a gotear sangre de tus oídos, del reproductor o de las paredes. Parece que en cualquier momento alguien abrirá la puerta y te dará un susto mortal a machetazo limpio.

La música de Young ataca directamente a tu sistema nervioso. A ratos consigue ser sugerente, pero en general, te golpea y te mantiene en constante tensión. Cuando la adquirí (hace ya algunos años) recuerdo escucharla mientras navegaba por Internet, y encontrarme de repente tenso y crispado, sin saber muy bien por qué.

Pero inconscientemente sí lo sabía; la culpa la tenía Young. Sus notas me aterrorizaban, con esos violines que chirriando continuamente y que parecen sonar desafinados, muy al estilo del gran Herrmann (Psycho),  y a veces del gran Goldsmith (The Mephisto Waltz), insinuando la maldad que se esconde tras cada esquina o habitación a través de sus notas musicales. Son las serpientes de Young, que se te enroscan sin dejarte respirar.

VHSEl "Main Title", que abre tras el primer crimen que vemos en pantalla, comienza con un estallido orquestal con eco, para pasar a la sección de cuerda, que comienza su recital terrorífico, creando un leitmotiv que te taladra y atormenta,  y que será la melodía del crimen a lo largo del breve score, que no alcanza la media hora de duración, editada por Citadel como limitada (1.500 copias).

Los violines suenan como cuchilladas en la noche; son el arma arrojadiza que posee Young para cumplir su objetivo (el que pobremente cumplen el director y el equipo técnico de la película). Es el elemento terrorífico más efectivo de la película. Cada vez que aparece en pantalla la música de Young, todo se vuelve oscuro y siniestro, todo es "creepy".

La partitura es atonal y dura, y no nos engañemos, no defraudará al fan de Young, como es mi caso, pero no es una audición fácil de digerir. Es muy oscura y tétrica, sin un segundo de tregua. Todas las notas de Young son terroríficas, destinadas a impactarte sin concesiones fáciles. "Someone's in the Kitchen", "Nightwalk" o "The Last Chance", son buenos ejemplos de lo descrito.

Son cortes en los que Young juega al escondite (y a desquiciarte), como el asesino, a través de la percusión (tambor, campanas, xilófonos) y el piano, con notas  yendo y viniendo, a veces formando una melodía menos atonal, otras veces simplemente provocando un ruido ambiental inquietante, y siempre con los violines, envolviéndote y atrapándote.

PranksEn éste score comenzamos a observar la huella indeleble de Young, un compositor comprometido con realzar las imágenes y traspasar la mera funcionalidad de la música, perpetrando con su score gran parte de ese horror malsano que buscan los guionistas y el director. Porque no nos engañemos, Hellraiser, Hellbound o The Fly II no serían ni la mitad sin los scores de Young, las cosas como son.

En general, las secciones de cuerda consiguen dos efectos: uno de ellos es el de desquiciarte por la vía rápida, chirriando una y otra vez, mientras que el otro es el de mantener una tensión constante, con pasajes muy tétricos, donde Young mantiene de forma continua ese aire irrespirable y malévolo propio de sus partituras... hasta que los violines vuelven a apuñalarte.

El orden cronológico de los cortes está alterado, mintiendo únicamente el orden correcto para el primer y último corte. Por ejemplo, el climático desenlace, buen giro final, lo encontramos en el corte ocho "The Sacrifice", cuando debería de situarse en el penúltimo corte.

En "The Sacrifice", cerca del minuto dos, consigue un pequeño crescendo musical (en pantalla vemos la difícil solución que debe tomar el desquiciado asesino), para pasar a una fase de tensión sostenida con los tambores, violines y piano, hasta que finalmente se produce un estallido musical final, idéntico a la apertura del "Main Title".

PósterEn "The Phone's Dead", momento en el que el asesino corta la línea de teléfono, Young introduce una armónica (que me trae a la memoria The Vagrant), reflejando un ambiente hostil y malévolo, y justo a continuación, toques de piano y violines generando tensión, y así durante un minuto y veinte. Terrorífico.

Los ataques del asesino se ajustan al leitmotiv de cuerdas del "Main Title", completamente herrmannianos, mientras que esa tensión cortante que se respira en toda la partitura es generada a través de la combinación de los violines con el resto de instrumentos, ofreciéndonos música perturbadora y aterradora. Queda claro que el instrumento estrella de éste score es el violín.

También tenemos algo de Goldsmith en varios pasajes musicales, que me trae a la memoria material atonal y experimental de los 70, estilo The Mephisto Waltz.

Como curiosidad, comentar el corte "Who's on the Roof", tema para una visión subjetiva del asesino dándose un lento paseo por la azotea, donde Young homenajea a Goldsmith con una melodía que bebe de Planet of Apes (parecido que encontraremos también en Def-Con 4, en "Gideon's Law").

Finalmente, destacaría el corte "Farewell to Brian", donde Young crea un corte hipnótico, herrmanniano total (estilo Vértigo, con los violines y las campanillas creando un motivo muy sugerente), y que posteriormente Roque Baños recuperaría en esa genial obra que es The Maquinist. El corte "Moonchill" sigue por ese mismo camino.

The Composer That Dripped Horror

Christopher YoungHablar de Christopher Young es hablar de un compositor polifacético y comprometido, capaz de bordar cualquier género sin despeinarse.

Ahora bien, sería mentirme sino reconociese que, de todos los géneros posibles, el Young que más me gusta es el del horror y el fantástico. Éste hombre lo borda a la hora de crear pasajes infernales y enfermizos.

Lo mejor: La sobrada capacidad de Young para el género del horror, donde se mueve como pez en el agua, algo realmente llamativo para un trabajo primerizo.

Lo peor: Su brutal dureza, que a más de uno echará hacia atrás, no así a sus incondicionales (eu).

El momento: El hipnótico “Farewell to Brian”, “The Sacrifice”, desenlace de la película, y leitmotiv incisivo del “Main Title”, muy perturbador y herrmanniano.

Rubén Franco Menéndez (Patton_Goldsmith)

 
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