The Reaping

Título en español: La Cosecha
Compositor: Frizzell, John
Año: 2007
Distribuidora: Varese Sarabande
Duración: 48:11

Siempre se ha dicho que la Fé mueve montañas y valles... y lo que haga falta. Y eso es lo que deben de pensar muchos productores cada vez que se embarcan en la búsqueda de su tajada en taquilla.

Ya está todo inventado, y raro es que nos vengan a sorprender con algo nuevo, salvo gratas excepciones, como esa fenomenal Saw o esa obra magistral e insana que es Rec, por citar algún ejemplo moderno, en las antípodas de auténticas campañas de Marketing como Hostel, donde te venden auténtico humo, y no ves ni la mitad de lo que prometen.

The Reaping entronca dentro de todos los tópicos del género, emergiendo como un producto típico de calidad media-baja, con algún giro para dar algo de tensión (esperado, eso sí). Sorprende ver enrolados en esta causa a Hilary Swank (dos oscar en su haber y algún bodrio en su debe) y Stephen Rea (Interview with the Vampire, Citizen X, The Crying Game), pero menos lo es ver a John Frizzell, visitador habitual de éste tipo de producciones, que ya dejó su sello en perlas como Ghost Ship o la menos redonda pero entretenida 13 Ghosts (desperdicio de película).

Heaven, I'm in Heaven....

Katherine (Hilary Swank) y Haman (compañero de fatigas y ferviente creyente) se van a Heaven, en apariencia un pueblo tranquilo e ideal, donde el río se ha vuelto rojo y ha aparecido muerto un niño en sus aguas, aparentemente asesinado por su hermana Lauren, una niña más escurridiza que una pastilla de jabón mojada.

Katherine oculta un turbio y tormentoso secreto de su pasado, la dolorosa pérdida de su hija (uno de los puntos fuertes de la película, que luego se vuelve plana y manida) y su marido. Testigo del hecho fue el padre Costigan (Stephen Rea), quien sufre visiones extrañas en torno a Katherine, advirtiéndole (vía telefónica) del peligro que corre en... Heaven. Pero ni caso...

Nada es lo que parece en el pueblo, y al final descubriremos el secreto que oculta Heaven (cambien la terminación -aven por la de -ll), mientras la buena de Katherine recupera la Fé, que recordemos mueve montañas y valles, y muchas cosas que se traducen en un carrusel de F/x al final de la película. Qué cosas, no....

Dirige el interesante Stephen Hopkins (el mismo de Predator 2, The Ghost and the Darkness, Judgment Night o las televisivas 24 o la miniserie de Traffic) y produce el inefable Joel Silver, con su Dark Castle, que perpetró las anodinas 13 Ghosts (un desperdicio con muy buenos F/x e interesante planteamiento de partida, amén de la buena actuación de Tony Shalhoub, el mismo de Monk), House on Haunted Hill (se salva un impagable Geoffrey Rush y su sádica pareja Famke Jamssen) o Ghost Ship (en mi humilde opinión, decente puesta en escena sobre la clásica historia del recolector de almas para el diablo, por encima de las dos anteriores películas). Ya ni cito Return to House on Haunted Hill....

En fin, cine palomitero a mayor gloria del entretenimiento y la taquilla, que con el tiempo se hundirá en el más absoluto olvido, pese a quien pese.

Frizzell's Castle

El castillo oscuro de Joel Silver da cabida a proyectos musicales aterradores e interesantes, generalmente por encima de la media de sus producciones fílmicas. Así, nos encontramos a Don Davis componiendo para House on Haunted Hill, en una mezcolanza musical que proporciona la locura necesaria para abordar la película, mientras que Frizzell es quien más veces ha colaborado con Dark Castle, junto con John Ottman (House of Wax y Gothika).

13 Ghosts es un buen trabajo, con un buen tema principal, pero le gana de goleada Ghost Ship, donde Frizzell crea un ambiente insano y terrorífico (quizás el material visual animaba más que 13 Ghosts).

Finalmente, The Reaping, donde Frizzell crea una de esas partituras qué, sin ser nada del otro mundo (es más, te la conoces) cumple a la perfección en su labor de acompañamiento a las imágenes, con una parte final estupenda y aterradora, donde Frizzell se alza como valuarte en la resolución climática.

The Reaping es el ejemplo de un buen artesano, que no trata de descubrirnos nada nuevo, sino de hacer su trabajo, y el resultado final habla por sí solo. De hecho, comparándolo con otro trabajo suyo del año, la correcta Primeval, The Reaping lo supera en calidad y en desarrollo temático.

Llama la atención que el encargado original de la película fuera Phillip Glass, quien tenia en su haber la fantástica Secret Window y más recientemente, The Ilusionist, siendo reemplazado por John Frizzell, un compositor más de la casa.

Enfoque y Leitmotivs Principales

Frizzell opta por un camino suave y tranquilo en el principio de la partitura, con algún toque misterioso y onírico. Describe el entorno, añadiéndole toques de inquietud según avanza la historia, con  algún golpe de efecto según requiera la trama, y cuando el festival de efectos especiales y muertes aparece en pantalla, Frizzell saca todo el arsenal; cánticos satánicos y toda la orquesta al unísono para narrarnos el enfrentamiento bíblico entra las fuerzas del bien y del mal.

• Leitmotiv Principal : Aparece apuntado en el primer corte, "The Incident in Chile". Frizzell nos presenta, tras una apertura con guitarra acústica (toque hispano), un suave y misterioso tema, basado en el piano, que se alzará como el leitmotiv principal, desarrollándolo a lo largo del score tanto para pasajes inquietantes ("Katherine Encounters Lauren") como de corte satánico ("Katherine Believes - Costigan Burns", "The Reaping Title Sequence" o "Why Not?", donde Frizzell abre con el motivo principal fragmentado a piano, ofreciéndonos de fondo pasajes atonales, un poco a lo Goldsmith). Este leitmotiv es asociado, principalmente, y a lo largo del desarrollo del score, a las fuerzas del mal.

• Segundo Leitmotiv: Es otro motivo misterioso que escuchamos en el segundo corte, "The Call from Costigan", al inicio del tema, y similar al leitmotiv principal (que reaparece en el minuto uno).  El padre Costigan advierte a Katherine sobre una inquietante señal que aparece sobre las fotos de Katherine (mala pinta tiene el asunto). Éste segundo leitmotiv aparece en cortes como en "Plague of Flies", de brillante apertura, o en el misterioso "Katherine Reaches for Lauren", donde los coros femeninos esbozan el leitmotiv con connotaciones claramente religiosas. Pero donde adquiere verdadero esplendor es en el desenlace climático, "The Boy". Es un motivo contrapuesto al anterior, y engañoso, porque aunque se construye de idéntica forma que el principal, en su desarrollo se convertirá en el tema asociado al bien.

• Leitmotiv para Heaven : Acogiéndose a esa aparente tranquilidad del comienzo del score, Frizzell ofrece un bello y tranquilo pasaje (en apariencia) para Heaven en el corte tres, "Trip to Heaven", cuando Katherine y Haman se dirigen al pueblo a investigar otro supuesto milagro. Frizzell nos ofrece un leitmotiv a través del piano como instrumento principal. Es otro motivo que aparecerá en otros cortes, como "Katherine Encounters Lauren".

Cuerpo del Score - No es Oro Todo lo que Reluce

Pero bajo esa supuesta tranquilidad Frizzell introduce elementos inquietantes y misteriosos, como el cuarto tema, "River of  Blood", donde Katherine investiga el río de sangre, recogiendo muestras para su posterior análisis científico.

 En la parte final del tema, Frizzell nos ofrece un pequeño clímax con el coro acompañando a la orquesta en una visión aérea de la lancha atravesando el río de sangre, con el piano cerrando el corte de forma misteriosa y con toques bíblicos.

Frizzell nos ofrece un anticipo de lo que será la artillería final en el prólogo de "Plague of Flies"; las cuerdas trazan un ritmo maléfico, hasta desembocar en un golpe de efecto orquestal inquietante, para dar paso a un buen desarrollo, tenso y siniestro, con las cuerdas y los sintetizadores creando un ambiente insano (especialmente cercano al minuto dos, donde introduce un ritmo pulsante con el sintetizador, que repite brevemente en el minuto tres).

El personaje de Katherine es excelentemente retratado en los cortes siete y ocho, "Katherine's Story" y "Katherine's Faith", donde Frizzell capta la esencia del personaje musicalmente, con un tema de gran intensidad dramática contenida, sostenido sobre las cuerdas, para mostrarnos la tragedia personal que le llevó a Katherine  a perder la fé. Es un excelente corte musical, que capta perfectamente el drama interior del personaje.

El corte ocho, nos ofrece una apertura inquietante, con ritmos tribales y pasajes atonales muy tensos, para describirnos mediante flashback el asesinato de la hija de Katherine (quizás un paralelismo con la niña Lauren), sacrificada para evitar la sequía que azota el pueblo. Unos bellos y melancólicos coros femeninos cierran el corte, recuperando el motivo del corte anterior.

Uno de los Highlights del score es "Katherine Believes - Costigan Burns". Katherine recibe una llamada del padre Costigan, de nuevo advirtiéndola del peligro que corre, y de que Dios ha decidido otorgarla un papel importante en los acontecimientos que van a tener lugar en Heaven.

Pero ésta será su última llamada; las fuerzas del mal prenden fuego a la habitación del padre Costigan, quien muere encerrado en su cuarto, consumido por el fuego del infierno. Frizzell construye un excelente corte, ofreciéndonos en la parte final, a partir del minuto tres y medio, una especie de marcha fatídica a través del leitmotiv principal, con las cuerdas, el piano y los coros fabricando uno de los mejores cortes, intenso y maléfico.

En la parte final, Frizzell desempolva la batuta y nos ofrece todo un carnaval satánico de grandes proporciones. "Locusts" nos trae reminiscencias del magistral trabajo de Goldsmith en "The Omen", con los coros construyendo un magnífico tema para el momento en el que hace aparición la plaga de langostas, con metales, cuerdas y vientos apoyando a las masas corales.

"The Darkness" marca el comienzo del combate final, con las cuerdas y los vientos marcando el leitmotiv principal, mientras la oscuridad se cierne sobre el cementerio de Heaven, donde Katherine combatirá a las fuerzas del mal, quizás encarnadas en Lauren.

"God Intervenes" hace de prólogo a la resolución climática final (el sálvese quien pueda...). Frizzell nos ofrece un corte cargado de misticismo, con los coros marcados por un tono celestial, pero pronto los ritmos de cuerda nos indican que no todo será tan angelical como parece.

Los dos últimos cortes son sensacionales, "The Boy" y "The Reaping Title Sequence".

En la apertura de "The Boy", las cuerdas y toques de campana trazan una especie de marcha demoníaca y macabra, con unos coros celestiales a través del leitmotiv que Frizzell asocia al bien (por fin se destapan finalmente las intenciones musicales del compositor), reflejo de la intervención divina que va a tener lugar. Finalmente, los coros y toda la fuerza de la orquesta nos conducen a un gran clímax musical de carácter bíblico  pasado el minuto dos y medio.

Finalizado el combate final, nos ofrece un bello tema sobre las cuerdas a modo de coda final, con los coros redondeando el tema, y con un cierre inquietante sobre el piano mientras traza el leitmotiv de Heaven, para el giro final pertinente.

Los End Titles vienen recogidos principalmente en "The Reaping Title Sequence", donde Frizzell nos ofrece ritmos modernos, a través de sonidos electrónicos y batería, trazando primero mediante coros el leitmotiv del bien, y finalmente el leitmotiv principal, en clara reminiscencia satánica, como contraposición al anterior pasaje. Muy rítmico y muy curioso, que me trae a la memoria algún tratamiento similar, como el de John Debney en End of Days.

Un Trabajo por Encima de la Media

John Frizzell tenía las ideas claras, y sobre todo, oficio, mucho oficio, para saber encaminar la partitura hacia donde tenía que llegar. Los temas, los desarrollos, las resoluciones,... todo perfecto.

  ¿Qué no es una joya o una Obra Maestra?. ¿Qué es típica y no ofrece nada nuevo?. Pues si, pero el trabajo de Frizzell es impecable, e incluso resiste audiciones posteriores, con temas realmente magníficos en su desarrollo. Un trabajo más que interesante y que constituye la constatación de un hecho irrefutable: Hace más el que Quiere que el Puede, o lo que es lo mismo, es mejor tener oficio y las ideas claras, que mucha calidad y cierto grado de empanada mental.

Lo mejor: El desarrollo del score y su conclusión, un ejemplo de profesionalidad de un artesano que se debe al medio pero que se lo curra, ofreciéndonos un trabajo bien hilvanado y ejecutado, sin caer en la simpleza de la película (algo habitual en muchos compositores, cuyas partituras parecen anodinas y carentes de fuerza).

Lo peor: Esa sensación de que te suena casi todo, algo que le pasa a la mayor parte de los scores del año, incluso los buenos (como es el caso que nos ocupa).

El momento: Destacaría la muerte de Costigan en “Katherine Believes – Costigan Burns”, la resolución en “The Boy”, la plaga de langostas en “Locusts” (momento The Omen) y “Plague of Flies”, un gran ejemplo de desarrollo, con momentos muy inquietantes e insanos.

Rubén Franco Menéndez (Patton_Goldsmith)