Tracklist:
- Meet Eddie (04:52)
- Assasins (05:16)
- Open Minds (02:46)
- Ice Chase (05:49)
- No Solution (02:41)
- System Down (02:27)
- Open Door (03:12)
- Out of the Hole (03:31)
|
Chain Reaction prometía mucho, y al final se quedó en un simple ejercicio de entretenimiento, que fracasó en taquilla, y cuyas pretensiones eran demasiado elevadas para lo que finalmente resultó ser: acción a la vieja usanza, un thriller entretenido sin más, del montón.
La película, eso sí, tenía una factura impecable (la explosión del inicio es bestial), un buen reparto, y, sobre todo, un gran compositor, el mejor posible: Jerry Goldsmith. Solo faltaba chispa, chicha y algo más de imaginación. Y quizás otro actor de protagonista…
Reacción en Cadena: Mucha pasta Invertida No es Igual a Mucha Pasta Ganada
No hablamos de pasta italiana, sino de nuestro amigo el $, tan depreciado (y tentador para el poseedor de euros... compra, compra, compra) y tan jugoso. Chain Reaction iba de amago de superproducción, con supuestas tramas detrás de las tramas, giros, falsos villanos, traidores, crímenes y acción (solo faltaban drogas y alcohol), pero os resultados en taquilla fueron más bien discretos
Tenemos al neutro Keanu Reeves como el protagonista de la función, recibiendo una nominación al Razzie por su “brillante” interpretación de Eddie (y no hay que reírse, que mantener la misma cara de palo durante todo el metraje tiene su mérito), un científico vinculado a un proyecto secreto del gobierno encabezado por el doctor Alistair.
Le acompaña una joven y hermosa Raquel Weisz como la doctora Lily Sinclair (la misma que ganara el Oscar por esa maravillosa The Constant Gardener), compañera de fatigas durante toda la película de Eddie.
También encontramos en el reparto al gran Morgan Freeman como Paul Shannon, director del proyecto científico (y un importante peón del gobierno americano), a Brian Cox (Manhunter, Zodiac, o Kiss the Girls, donde coincidiría con el amigo Freeman) como Lyman, el malvado de la función, y a Fred Ward como agente del FBI, casi un calco del papel de Tommy Lee Jones en The Fugitive (no es casualidad que sea del mismo director, Andrew Davis).
Eddie trabaja en un laboratorio que experimenta sobre la obtención de una nueva energía basada en el agua y en el hidrógeno, libre y limpia, para sustituir al petróleo como medio energético, pero, como siempre, alguien se entromete, asesinando a Alistair y destruyendo todo el laboratorio en una increíble explosión de la que se libra el bueno de Eddie por los pelos (una de las mejores escenas de la película, con un trozo de Chicago reventando por los aires).
Eddie, junto con Lily, se dedicará a investigar que ha sucedido, pero pronto comenzarán a ser perseguidos, acusados de ser culpables de la explosión y el asesinato de Alistair, huyendo a la par del FBI y de los asesinos.
Es un ejercicio discreto de acción, que no mata a nadie, para relleno de sobremesas, y sin que te provoque ligeros dolores de cabeza. Es sencilla y del montón de la parte de abajo, pero al menos se deja ver. Lástima desaprovechar ciertas líneas argumentales acerca del gobierno y las implicaciones socio-económicas de una fuente energética alternativa al alcance de todos.
En cuanto a Andrew Davis, decir que vivió tiempos mejores con su taquillazo en Under Siege y la magistral The Fugitive. Desde Chain Reaction, poco tendremos que contar en su currículum, quizás el interesante remake de A Perfect Murder, donde repetiría con James Newton Howard (ya se conocían de The Package y The Fugitive), y dos vehículos comerciales a mayor gloria de sus actores principales, Collateral Damage (senador Arnie) y The Guardian (el amigo Kevin Costner).
Jerry Goldsmith, Acción Total Made in the 90’s
Llegamos al año 1996. Recién salido de First Knight y Congo en 1995, Chain Reaction comparte cartel (y compite) con Executive Decision, dos vehículos de acción, claro anticipo de otros más que vendrían después, como Air Force One (1997) o U.S Marshals (1998).
La característica que une a todos estos trabajos son Goldsmith y un motivo patriótico americano de corte militar, algo que maneja perfectamente habida cuenta de anteriores trabajos como Patton, First Blood, Twilight’s Last Gleaming o The Swarm.
Air Force One tiene uno de los mejores temas de los 90 de Goldsmith, patriótico y heroico (como debe ser), para el carácter del presidente, un Harrison Ford de armas tomar y metralleta en mano. Por su parte, U.S. Marshals tiene un tema agresivo, a base de percusión y sintetizadores que construyen una breve fanfarria heroica y violenta, con el piano marcando los tiempos.
Executive Decision posee un tema militar potente y pegadizo (con las baterías en constante aparición) cargado de adrenalina y acción, mientras que en Chain Reaction, Goldsmith crea un motivo moderno con guitarra eléctrica que asocia a la nueva energía y al personaje de Eddie, mientras, en segunda línea, nos ofrece los clásicos temas de acción, especialidad de la casa (y que temas, a destacar el “Ice Chase”, para servidor, uno de los mejores temas de los 90, excelentemente construido y desarrollado).
Además, Goldsmith nos ofrece motivos patrióticos y americanos para las agencias gubernamentales o la aparición de personajes vinculados a instituciones americanas de dudosa reputación.
Cabe destacar que 1996 fue un buen año para Goldsmith: retomó su participación en Star Trek : TNG con First Contact, donde crea un tema antológico y épico para el primer contacto entre los humanos y los vulcanos, apoyado por su hijo Joel Goldsmith, y con grandes temas de acción para el combate con los Borg, como las escenas iniciales con la batalla de la Federación Vs Borg, o el corte “The Dish”, impresionantes siete minutos con una percusión siniestra para los Borg.
Además, creó uno de sus mejores scores de los 90, The Ghost and the Darkness, donde combina magistralmente la música tribal africana y selvática con un tema militar británico, dando lugar a uno de sus más inspirados temas principales, con grandes dosis de acción y música épica y de aventuras, en una película basada en hechos reales.
Para finalizar, retomó colaboración con el director Harold Becker en City Hall tras haber compuesto Malice (y con quien no podría haber repetido en Domestic Disturbance, cuyo score recayó sobre Marc Mancina), completando así una trilogía sobre el cine negro y la corrupción junto con su clásica Chinatown (1974) y su magistral L.A. Confidencial (1998).
Chain Reaction es una de las obras menores de ese año junto con City Hall, pero posee un gran tema central y abundantes cortes de acción realmente espectaculares que trabajan magistralmente dentro y fuera de la película.
El problema es el de siempre; tan solo media hora de duración para un score con una duración superior al doble de lo editado, dejándose en el tintero multitud de música, entre ellos excelentes cortes de acción, como la huida del puente de Eddie.
Esperemos que algún día Varese Sarabande nos regale ediciones expandidas como dios manda de Chain Reaction y ya de paso, de Air Force One, U.S. Marshals o Executive Decisión. Y ya no digo nada de otros scores como Love Field (1991), Matinee (1993) o Small Soldiers (1998). En fin…
Leitmotivs Principales – Eddie y Shannon, la Energía y el Gobierno... ¡Acción!
Goldsmith recurre a los sintetizadores (la marca de la casa) para dar cuerpo a la energía que se desprende de Chain Reaction, en un repertorio del Maestro que incluye los habituales recursos de tensión y acción de Goldsmith.
En “Meet Eddie” tenemos los dos motivos que se desarrollarán conjuntamente durante el score. El primero es el motivo que Goldsmith asocia al experimento científico, al proceso energético alrededor del cual que gira la trama. Es el leitmotiv principal de Chain Reaction, otorgándole un carácter solemne y pausado al comienzo de la película, y reutilizándolo a lo largo de la misma para todo tipo de situaciones.
El segundo es el de Eddie. En el mismo corte, “Meet Eddie”, pasado el minuto dos, Goldsmith introduce el motivo de Eddie mediante los punteos de una guitarra eléctrica que arrastra las notas, casi cual lamento, acompañado de una brillante textura de sintetizadores que le confieren un aspecto dinámico y vigoroso, muy enérgico y pulsante, cuasi cual ritmo pop.
Goldsmith fusiona el motivo (recurso) de Eddie con el motivo principal, integrándose ambos en un único leitmotiv que representa argumentalmente el papel de Eddie en relación al experimento científico (es el engranaje principal de la trama como descubridor de las frecuencias que originan el proceso energético). Un acierto total, y un recurso magistral del Maestro.
Por otro lado, Goldsmith nos ofrece un motivo militarístico de tensión y suspense, a la americana, con baterías y trompeta en solitario, símbolo de la conspiración e injerencia gubernamental en el proyecto (muy similar a otros que ha ofrecido en Executive Decision o Air Force One).
Ese motivo lo asocia al personaje de Shannon, al complejo de C-Systems e incluso al FBI, y no es casual si sumamos que entre los tres tenemos gran parte del engranaje gubernamental de los EE.UU. (CIA, FBI, y agentes externos no gubernamentales pero que trabajan en secreto para la Administración norteamericana). En los cortes de acción, como el del puente (no incluido en ola edición regular) o en el “Ice Chase”, su aparición coincide con la irrupción del FBI a la caza.
Además, el Maestro nos ofrece un motivo de acción enérgico y adrenalítico, made in Goldsmith, que acompañará a Eddie y Lily en sus fugas (el puente elevadizo, la persecución del hielo, la fuga del museo…). Los vientos atronando y las cuerdas chirriando y echando humo nos ofrecen la mejor variante del Maestro, con ocasionales apariciones de sintetizadores, y las famosas cornetillas de Jerry. Lástima que la edición regular sea parca en contenidos y tan solo nos ofrezca dos intensos momentos de acción en el compact.
Encontramos fases de transición magníficas, algún déja vu al Goldsmith del pasado, el de los 80 (Leviathan), o magníficos recursos musicales del Maestro, como una magnífica percusión y el uso de sintetizadores para mostrarnos en pantalla la cuenta atrás para la destrucción del complejo de C-Systems. Resumiéndolo en dos palabras: Jerry Goldsmith.
Meet Eddie, Run with Eddie… and Best Regards from Eddie
Goldsmith nos brinda, en la apertura de “Meet Eddie”, el motivo principal de una forma solemne y pausada, para el discurso ecológico del doctor Alistair sobre las fuentes energéticas. El motivo es esbozado a través de la trompeta, los violines y el sintetizador (a la Goldsmith).
Acto seguido, en el minuto dos, Goldsmith nos ofrece el motivo asociado al personaje de Eddie, mediante guitarra eléctrica y sintetizadores (con unas sonoridades que me traen a la memoria las del motivo principal de Leviathan, similar al sonido del lamento de las ballenas en el Main Title), marcando un ritmo pulsante mientras vemos en pantalla a Eddie trabajando en el experimento. El motivo de Eddie se entrelaza al motivo principal, al más puro estilo de Goldsmith, mediante un solo de trompeta y los violines arropando la melodía.
En la parte final del tema Goldsmith nos ofrece ambos motivos con una serie de sonidos metalizados y de golpes de campana, que van conformando una percusión que perfectamente asociamos al sonido de un proceso mecánico (el proceso de una reacción en cadena). Una genialidad del Maestro.
En el corte dos, “Assasins” comienza con mucha tensión y misterio, mediante la introducción de unos sintetizadores siniestros, prólogo de dos violentos estallidos musicales de una percusión salvaje y agresiva para dos peleas cuerpo a cuerpo de Eddie contra dos esbirros de C-Systems.
Los estallidos musicales de tambores, baterías y sintetizadores me traen a la memoria algunos pasajes violentos de City Hall (1996), donde los tambores y los timbales atronaban para transmitir agresividad y violencia, al igual que en Chain Reaction.
Tras librarse de tan incómoda compañía, Goldsmith introduce el motivo de Eddie para la huida de la casa, con la pareja intentando contactar con Shannon en pos de ayuda y cobijo.
En la parte final del corte, los sintetizadores comienzan a marcar ritmos oscilantes mientras que el motivo heroico de trompeta aparece en escena. Es entonces cuando sale a la luz una de las virtudes del Maestro; la construcción, lenta y sinuosa, de un magnífico pasaje de transición, mediante el golpeo de una campana, con los sintetizadores y los violines trazando una melodía vibrante para cerrar el tema.
“Open Minds” retoma el motivo de Eddie, para ofrecernos de nuevo otra fase de transición magistral del maestro, donde los tambores marcan un ritmo de fondo, mientras vemos a Eddie investigando en su domicilio.
Un bello motivo asoma en el minuto uno, cual rayo de luz musical revelador, reflejando el descubrimiento de las frecuencias correctas para generar la energía de forma estable, con un magnífico desarrollo que nos propulsa hacia un bello pasaje lírico final made in Goldsmith, con los violines remarcando la melodía principal. Junto con el corte final, es el corte más lírico del score. Brillante.
“Ice Chase” es el Highlight del score sin lugar a dudas. Es un corte espectacular, magistralmente construido, una demostración del mejor compositor que ha existido para la música de acción (First Blood: Part II, Outland, Capricorn One).
La policía aparece en acción, cerca de un bosque nevado junto al que se encuentran Eddie y Lily, próximo a un lago helado. Las cuerdas comienzan a marcar un ritmo vibrante y de urgencia, mientras los sintetizadores comienzan a emerger de fondo, hasta que la magistral melodía de apertura comienza a coger carrerilla, explosionado en un magnífico corte de acción a través de los vientos, con los violines marcando un ritmo frenético de persecución.
Es el motivo de acción del score que también aparecerá en el corte “Open Door” (aunque en la película lo encontramos primeramente en la escena de la persecución del puente en Chicago, corte omitido en esta edición).
Las cuerdas comienzan a marca un ritmo frenético y circular a partir del minuto dos, proporcionando dinamismo y energía para la huida de Eddie, con la policía en los talones y los esbirros de C-Systems en helicóptero. Pasado el minuto, Goldsmith introduce el motivo de acción con los violines, y acto seguido replican los vientos repitiéndolo cual eco el mismo tema, un recurso magistral marca de la casa y que podemos en escuchar en U.S. Marshals en el corte “Sinking Plane”. En Chain Reaction, utiliza éste recurso para el juego del gato y el ratón, con Eddie huyendo por el bosque y la policía siguiendo sus pistas.
Cercano al minuto dos, irrumpe el tema del FBI y Shannon, momento en el que Eddie y un coche patrulla llegan al observatorio, donde se encuentra Lily recopilando información sobre C-Systems.
Pasado el minuto dos y cuarenta, Goldsmith comienza a generar una nueva fase de acción, con los metales marcando el ritmo y los vientos formando figuras ascendentes, explosionando de nuevo en el motivo de acción. Los violines cargan las tintas con más frenesí, y en plena espiral musical, introduce el motivo de fuga de Eddie, con los protagonistas montando en una lancha deslizadora.
La parte final es un auténtico festival musical, una orgía sonora donde, cercano al minuto cinco, una persecución sobre el hielo que Goldsmith se convierte en una especie de Waltz cargada de adrenalina, con toda la orquesta trazando el motivo principal de acción, mientras Eddie y Lily se alejan en un deslizador por el lago, dejando atrás a la policía y con un helicóptero de C-Systems pisándoles los talones.
Toda una lección de lo que debe ser un corte de acción que más de algún compositor actual debería de revisar, transmitiendo emoción y velocidad en pantalla, mientras que en el oyente provoca la sensación de desplazamiento y huida.
“No Solution” es un corte de misterioso inicio, donde Goldsmith nos ofrece una serie de sonidos sintetizados oscilantes y misteriosos, mientras en pantalla Eddie irrumpe en el complejo de C-Systems, descubriendo planos y localizaciones, e infiltrándose dentro del mismo haciéndose pasar por un trabajador más, momento en el que Goldsmith nos ofrece el motivo de Eddie en similar forma al primer corte (más rítmico y enérgico) para mostrarnos la búsqueda de Lily, secuestrada por C-Systems.
El remate final es magnífico, con una fase de transición musical de tensión donde las campanas marcan el ritmo, con un ligero regusto a la forma en lo que lo hizo para trabajos como Chinatown (salvando las distancias).
“System Down” es una brillante lección compositiva del maestro Goldsmith, construyendo un tema poderoso y enérgico, para el momento en que Eddie sabotea C-Systems provocando el comienzo de la cuenta atrás para la destrucción del complejo.
Un ritmo de urgencia y fatalidad se va generando, a través de una magnífica percusión (especialmente los tambores) que, a forma de golpe, va narrando el inicio del fallo de los sistemas y el comienzo de la cuenta atrás que provocará la explosión del laboratorio y del complejo.
El corte va ganando en intensidad y dramatismo, hasta que, al minuto y treinta, Goldsmith acelera el motivo, con las alarmas sonando y el personal desalojando C-Systems. La música imprime un ritmo de urgencia, acelerándose conforme se aproxima al final del corte, reflejando la inminencia de la destrucción de todo el complejo. Magistral.
“Open Door” es el otro gran corte de acción para la pelea final de Eddie y Lily contra dos esbirros en C-Systems y su frenética huida del complejo.
El corte abre misterioso, con la resolución entre el duelo de Shannon y Lyman a través del motivo de Shannon. Acto seguido, Goldsmith nos lanza a una auténtica vorágine musical, con Eddie y Lily huyendo del complejo, mientras el tema de acción suena poderoso e intenso, con el tema de Eddie añadiéndose al motivo de acción. La música se va tornando frenética y violenta, con continuas explosiones de metales, timbales y tambores con ecos de sintetizador, recurso de premura y urgencia para la cuenta atrás.
Cerca del minuto dos, los tambores anuncian peligro, con el complejo a punto de reventar y Eddie y Lily siendo perseguidos por dos matones. Es entonces cuando Goldsmith introduce unos sonidos de teclados simulando el piano, todo ello aderezado de sintetizadores y una percusión bestial y virulenta, que me recuerdan al Goldsmith de los 80, el de The Twilight Zone (en especial los ritmos de piano agresivos y los sintetizadores oscuros del episodio Time Out). Y finalmente, como remate, nos regala un crescendo final magistral mientras C-Systems pasa a ser historia.
“Out of the Hole” es, una vez más, la enésima demostración del saber hacer del Maestro, con un coda final para la resolución de la película, una explosión romántica a través del tema principal, con aparición del motivo de Eddie, todo ello en un bello crescendo musical, especialidad del Maestro como hiciera en U.S. Marshals o Small Soldiers.
Deluxe Edition…. ¿Para Cuando?
Lo editado alcanza la media hora, pero Varese Sarabande se deja en el tintero otro tanto, y siendo sinceros, quedan fuera algunos cortes realmente interesantes y espectaculares, pese a que acierten en la edición regular al incluir cortes como “Meet Eddie” o el espectacular “Ice Chase”.
Para empezar, el corte que precede a la explosión, donde una furgoneta cargada de asesinos irrumpe en el complejo científico, provocando la destrucción del laboratorio y parte de la zona sur de Chicago. El tema contiene algunas sonoridades sintetizadas atonales y siniestras para la irrupción de los asesinos en el complejo científico (similares a las del inicio del corte dos, “Assasins”), con un brillante y frenético clímax final para la explosión, un espectacular crescendo musical a la Goldsmith.
Tras la explosión, tenemos un corte para el interrogatorio que lleva a cabo el FBI a Eddie, Shannon y Lily. Goldsmith construye un excelente e intenso corte de tensión, donde en la parte final introduce el sonido de una campana para marcar un ritmo de tensión junto con unos pizzicatos de violín como parte del juego del Cluedo que está llevando a cabo el FBI.
Y luego las persecuciones, las benditas persecuciones. La mejor, la huida de Eddie en el puente elevadizo, donde Goldsmith nos anticipa material de acción de los cortes “Ice Chase” y “Open Door”, o la huida del museo previa al desenlace, donde Goldsmith intensifica de nuevo los ritmos con un frenesí musical magistral, a través de excelente material de acción y las cornetillas típicas del maestro, con la sección de cuerda echando humo literalmente.
Hay excelentes temas de transición, como el que iría después del “Ice Chase”, para el momento en que Eddie y Lily se ocultan en una cabaña en pleno bosque, o el corte previo al “System Down”, donde Goldsmith anticipa material cuasi violento y misterioso para el posterior sabotaje de los sistemas que desencadenarán la segunda Reacción en Cadena.
Y uno que personalmente me encanta, cuando Shannon se dirige en limusina a C-Systems, donde vemos, finalmente, que ha tenido implicación en el desastre del comienzo de la película. Goldsmith nos brinda un motivo vibrante y enérgico, con Shannon llegando al complejo de C-Systems, en unas excelentes tomas aéreas. Es un déja vú al Goldsmith de Twilight’s Last Gleaming o The Swarm, como cuando llegaba el general a la base. Magistral corte que debería de figurar con total justicia en la edición regular.
Lo dicho, casi nada. Esperemos que Robert Towson corrija el error y nos ofrezca una edición completa ya, por favor.
Y ya no digo nada de lo no secuencialidad de los cortes editados, que debería ser el siguiente:
- Meet Eddie
- Open Minds
- Ice Chase
- Assasins
- No Solution
- System Down
- Open Door
- Out of the Hole
La Obra de un Artesano
Chain Reaction es la obra de un artesano, de un Maestro, del genio que era Goldsmith. Pura pasión musical enfocada al cine, el compositor más versátil y cinematográfico que ha existido y existirá.
Un gran tema central, con inclusión de guitarra eléctrica, potentes cortes de acción, un gran clímax musical en el final, y mucho Know How y abundantes dosis de pasión.
No es un obra cumbre en los 90, pero si destacada y entretenidísima. Además, creo que una Deluxe Edition le haría justicia, ayudando a disfrutar y entender aún más este buen trabajo.
Y para aquellos que injustamente criticaron de forma destructiva la obra del Maestro en los 90, con esos excelentes trabajos de acción, pura adrenalina y energía de un compositor legendario y maduro, me cabe realizar una pregunta. ¿Qué música de acción nos ha quedado hoy en día?. ¿Cuál es la calidad de la misma?
Por el lado bueno, tenemos a Brian Tyler, que el año pasado nos regaló Eagle Eye, a Beltrami que nos ha regalado I Robot o Hellboy, a Desplat con esa maravilla que es Hostage, Elfman con Wanted o a John Powell con grandes trabajos como Paycheck o Bourne Supremacy. Y poquito más.
Por el lado malo, para mi gusto, mucho, y quienes me conocéis, sabéis a que me refiero (los dos primeros piratas, robots transformistas y algunas castañas de HGW para el cine de Tony Scott entre otras muchas). ¿Hemos ganado?. Personalmente, creo que hemos perdido, y sobre todo, se ha sido tremendamente injusto con ese genio que es Jerry Goldsmith. Solo ver sus películas y comprobar como su música funcionaba con los detalles, ajustándose y dándole vida a cada uno de los fotogramas, me hace pensar una y otra vez lo mismo: que el tiempo pone a cada uno en su lugar.
El 21 de Julio de 2009 Jerry Goldsmith tendría 80 años. Probablemente, aún seguiría componiendo música y deleitándonos con muchísimos trabajos de gran interés llenos de pasión y con la marca del Maestro. Acrecentando la leyenda, alargando su sombra, disfrutando ese momento en el que me sentaba a ver una película de estreno y veía el Music By Jerry Goldsmith impreso en la pantalla.
Te tengo en mi cabeza y en mi corazón, tu música me acompañará hasta el infinito y más allá, hasta el fin de mis días. Tu música es el material del que están hechos los sueños.
¡Larga Vida, Maestro de Maestros!
Lo Mejor: Como Goldsmith, como siempre, da en el clavo con los temas y su ajuste en la película, consiguiendo crear una melodía extraordinaria y una serie de texturas magistrales para la generación de la energía y las persecuciones tras Eddie y Lily.
Lo Peor: La rácana edición. Imperdonable. Al margen de que el Track List del score no sea secuencial y esté desordenado.
El Momento: “Ice Chase”, sin lugar a dudas, uno de los mejores cortes de acción de los 90, además del magistral “Meet Eddie” y el espectacular cierre, “Out of the Hole”.
Rubén Franco Menéndez (Patton_Goldsmith)
|